La historia del hombre Gato y yo.

_Balam_

Bovino Milenario
#1
Siempre he tenido problemas con los gatos. Cuando era chiquito me metí a bañar en la madrugada por culpa del calor, temerario, aguerrido, pendejo. Lo que quieran decir es perfecto después de esa noche.
Tenía 10 años, rutinariamente me preparé para entrar al agua, primero una mano y luego el pié derecho, conté 1, 2, 3, 4, 5 al mambo me metí al agua helada, a saltitos, respirando rápidamente a la par de estar bailando duranguense con reggaetón mientras el agua caía en mi espalda.
Tenía cerrado los ojos, el agua caía y ya tenía el shampoo caprice en mi cabeza. De repente tengo esa sensación de que alguien me observa. Cerrando los ojos, me quité el jabón de la cabeza rápido, cerré la perrilla del agua y me iba a la ventanita despacito a cerrarla, yo de puntita tratando de alcanzar la ventana pues estaba muy enano.

Alguien me tomó del brazo, yo abrí los ojos, delante de mí un hombre gato, mirándome, con sus ojos amarrillos ámbar penetrantes, el tamaño era como una persona su pelaje negro y en una posición bien extraña pues casi la mitad de su cuerpo estaba en la ventana.
Y me habló.
“Hola”

Grité pero el grito quedó atrapado en mi garganta y de ahí no salía, me oriné, el pipi bajaba por mis piernas y no era cálido lo que sentía, el gato seguía y movía su cabeza lentamente.
Yo inmovilizado, quería llorar pero no podía, no me movía, sólo miraba a esa criatura.
Mi hermana tocó la puerta del baño. “Pablo, apurale que voy a entrar”. El gato se espantó, me soltó y se fue. Grité, grité con todas mis fuerzas. Mi hermana golpeó la puerta, una y otra ves hasta que se abrió.
Me encontraba ahí. Indefenso, llorando quedito, tapándome los ojos con mis manos, mis piernitas temblaban, mi seguridad se había esfumado.
Mi hermana Mónica me abrazó, me sentí protegido, mi hermana trataba de consolarme, llegó mi mamá haber que pasaba. Poco a poco me empecé a tranquilizar y les conté lo que había pasado.

Tenía miedo todas las noches, era el único hombre de la casa, tenía que proteger a mi mamá y a mi hermana, mi papá se fue hace mucho tiempo con su otra familia, mi hermana lo golpeaba su novio y yo con problemas imaginativos con un hombre gato.
Eso dijo la psicóloga, llegó a la conclusión que era mi amigo imaginario y que sólo aparecía cuando yo quería, que a la par se mezclaba con un problema de atención, que necesitaba reconocimiento.

Qué psicóloga tan más pendeja, no tenía ningún problema de esos. Aunque pudiera decir que fue divertido por un breve momento, mi hermana me empezaba a consentir al igual que mi mamá, era un niño chiqueado, comía lo que quería, me daban lo que quería y también cuando no lo quería. Todo iba de maravilla. Hasta que regresaron esas apariciones de “mi amiguito imaginario”.

Después de esa noche en la que mi hermana termino con su novio plumero, lo volví a ver pero antes me confronte con ese idiota de su ex.

Me acuerdo que estaba sentando en el sillón, tomando el papel de papá celoso, tenía cruzando los brazos. El gatito chino amarillo movía su manita. El tipo sentando riéndose de mí, a caso tenía cara de payaso o qué.

Me acuerdo que ya habíamos tenido varios problemas desde que lo conocí. Rompía mis juguetes “sin querer”, me daba dinero para irme a comprar cosas a la tienda, el codo sólo me daba 5 pesos, al regresar a mi casa, la puerta cerrada, no podía entrar, me quedaba horas afuera de mi casa mientras escuchaban gritos que se le escapaban a mi hermana. La golpeaba por verlo con Luis, uno de la colonia que era su amigo y era más amigo mío, me caía bien, nada más que es un ñenguito cuatro ojos, pobre, recibió una golpiza en el parque por hablar con Mónica, inche motociclero de mierda y la razón de por que lo YO quería matar era de que Andaba con otra, pa acabarla, era la mejor amiga de mi hermana que nunca me cayó bien, era un ogro, eran tal para cual.

A ellos los vi después de un partidito de futbol, yo andaba en banca pues el talento de un profesional sólo se utiliza en los partidos difíciles. Estaba sentando cuando escuché la moto aproximarse, tenía un sonido particular, era ese cabrón, se detuvo en casa de la Lucia. Y vi como se besaron, me quedé con los ojos abiertos y con ganas de decírselo a mi hermana, no lo hice por no destruir “la felicidad” que tenía.

Después de varios silencios, habló. ¿Qué, ya listo para la secundaria? No dije nada El ruido del bracito del gato lo hizo por mí. Luego volvió a preguntar. Hoy es la final de la liga, ¿a quién le vas? Yo seguía con los brazos cruzados con mi cara de padrino sólo me faltaba mi gato pero ya estaba curado de espanto. Mientras el gato chino seguía.
Lo miré a los ojos y le dije. Te vi con Lucia. Me vio sorprendido.
En eso salió mi hermana con su “hay mi amor, ya estoy lista vámonos. Pablo hay le dices a mamá que quedó a dormir con Lucia”
Cerró la puerta y yo en voz baja con los brazos cruzados dije una palabra que englobaría el todo, esa parte a la que le llaman metonimia. Con ustedes el:
- Pendeja.

Esa noche estaba acostado en mi habitación. De frente tenía esa ventana grandota, no tenía cortina mi mamá las levantó en la tarde por que las iba a lavar. Un gran tormento. Es ahí dónde regresó mi temor.

Mi cuarto andaba en el segundo piso. Mi vista estaba fija en la ventana, yo no podía dormir, tenía miedo. Sólo tenía esa cobijita que me protegía. Desde el techo escucharon pasos pero no muy fuertes. Pensé que fue sugestión mía. Me empecé a estremecer, a taparme la cara a hacerme bolita. Lentamente unas orejitas se asomaron en la ventana, luego sus pesuñas agarraron el palomar y poco a poco se observaba su rostro con una sonrisa. Me vio y luego dijo:
- Hola.
La misma reacción, no podía gritar ni moverme, sólo lo contemplaba, mientras él lentamente entraba a mi habitación. Abrió completamente la ventana y como “gato” sin hacer ruido, se acercaba ágil y sutilmente. Llegó a mi cama. Mi mamá llegó y prendió la luz.
El gato se metió debajo de la cama, yo asustado le decía a mi mamá que no entrará que el gato estaba debajo de mi cama, mi mamá con desesperación, me vio y se agacho, lo vio, el gato salió corriendo, se le encimo a mi mamá luego salto a la cama y de ahí se fue por la ventana.
Mi mamá espantada, le habló a mi hermana que rápido llegó. Le platicamos que había pasado.

Después de unos días empezamos a estar en sugestión. Mi hermana era la única que no creía. Hasta ese noche que se quedó sola y por consiguiente estaba con su ex. Entró a bañarse después de estar sucia, el tipo andaba en la cama, pero alguien entró con ella mientras ella pensaba que era Marcos. El gato la acaricio, y se lo arrimo a mi hermana, dice ella que ya andaba caliente cuando sintió pelaje cerca de ella, volteó y vio al hombre gato con ganas de pisársela.
Grito, su ex llegó corriendo rápido vio al gato y no sé como chingados paso el gato por la ventana si está bien pequeña.
Luego mi hermana lloro, después nos contaron que había pasado.

Se tomo una decisión, cambiarse de casa. Lo hicimos y listo, todo normal tranquilo. Dicen que era un brujo que vivía cerca de la colonia y que hace días murió.

Ayer tome una foto, que me hizo recordar al hombre gato. No sé si sea otro o era un perro o simplemente un peluche. Pero este es mi motivo del porque le tengo miedo a los gatos.




 

renegzz2

Bovino adicto
#13
mi conclusion es la siguiente
a tu hermana le daban tronco bien seguido de seguro por que le encanta la VERdura.
lo del gato solo es imaginacion
 
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