Aca otra leyenda de Oaxaca, ahora del istmo de Tehuantepec...
para que tengan un buen puente...jeje:vientos::mota:
Cuenta la leyenda que aproximadamente por los años de 1800, cuando todavía el pueblo de Magdalena Tequisistlán, se estaba reconociendo como municipio del estado de Oaxaca, existía en dicho pueblo una joven que era muy conocida por que ella era antipática, no tenía amigos, solamente contaba con la compañía de sus padres.
Se dice que esta joven no tenía padres biológicos y que fue recogida por los que fungieron como sus padres. Tenía alrededor de 15 años, le llamaban “la fea”; no por su físico si no por su forma de ser, la personalidad que ella tenía o que al menos demostraba. Pasaron los años, aproximadamente unos 10 y ella seguía igual, la gente del pueblo se preguntaba que cómo era posible que ella no envejeciera o al menos no se notara su madurez, hasta que un día, después de tener casi un año de no salir de su casa ni siquiera a la esquina, “la fea”, salió, pero Ohh!!! Sorpresa ella estaba embarazada, el pueblo entero se admiraba y se preguntaban unos a otros quien será el padre del niño que espera “la fea”. Su embarazo fue muy extraño por que no duró los nueve meses que biológicamente debe de ser; la gente suponía que ese niño era del “Diablo” y ahora le temían a la joven. Llego la hora de dar a luz a su niño, nadie supo cuando lo tuvo, ni quien la ayudo, ni quien la atendió.
Un día murieron sus padres, nadie asistió a darle las condolencias, nadie se acercó al panteón, nadie siquiera pasaba por la calle de su casa. Así pasaron los años y su casa permanecía todo el tiempo cerrada, la gente imaginaba, que ni un rayo de luz penetraba por las ventanas de la casa de “la fea”. Hasta que un día la gente se decidió entrar a ver si ella vivía, que fue de ella, de su hijo. La gran sorpresa de cada individuo que asistió a la casa fue que la encontraron durmiendo con su bebe en brazos, pero lo que más llamó la atención es que ella seguía igual, ni una arruga, ni rastro del paso de los años sobre su rostro y del bebe fue más grande la admiración pues seguía igual, como si hubiera nacido un día antes, cuando en realidad habían pasado varios años.
La joven al despertarse y ver a la gente en su casa y sobre todo viendo a su hijo con un miedo que se sentía hasta en los huesos, se levantó lanzando maldiciones, y corriéndolos.
Un día un campesino que regresaba del trabajo y que era muy devoto a Dios y como de costumbre, paso a saludar al padre en la Iglesia del pueblo, él tenía llaves de una puerta que daba a la casa en donde se hospedaban los curas que llegaban al pueblo. Decidió que ese día no entraría por esa puerta, tomando como rumbo la puerta principal de donde se percibía el Altar Mayor de la Iglesia, así lo hizo, rezó un rato, después fue a saludar al padre, al no encontrarlo y esperarlo se anocheció. Cuando el salió dirigiéndose a su casa; oyó que un bebe lloraba, entonces asustado, pensando que si el bebe se encontrara bien comenzó a buscarlo, entre más buscaba eran más los llantos del bebe, así que decidió ir por ayuda para encontrar al bebe.
Regresó con dos señores que pertenecían a la presidencia en ese entonces, para esa hora ya había anochecido completamente, y carecía el pueblo de luz, fueron por sus lámparas de aceite y comenzaron la búsqueda. Caminaron, pero ellos no se dieron cuenta a donde se dirigían, sólo caminaban y no se fijaban a donde iban, y entre más avanzaban, más cerca oían el llanto, al fin lograron ver un bulto y, era el bebe, ellos no se acercaron por completo, sino que al verlo el bebe dejó de llorar y ahora se escuchaba una risa macabra y burlona. Ellos al oírla corrieron y llegaron a la conclusión de que era el “Diablo” y el niño que lloraba era su hijo, al otro día todo el pueblo ya sabía lo que había pasado una noche antes.
Dispuestos fueron a la casa de “la fea”, ellos aseguraban que no había duda que era su hijo al que había visto esa noche, entraron a la casa, toda esa gente nunca olvido lo que encontraron al entrar, estaba “la fea” acostada con su hijo en brazos como la vez anterior, pero con la diferencia de que esta vez estaba vieja y “fea” y, su hijo ya tenía los años que deberia de tener. Pero estaban muertos, lo que más asombro a esta gente es que pareciera que fue ayer cuando ellos entraron aquella primera vez a esa casa, y “la fea” y su hijo estaban en la misma posición que los habían visto la primera vez.
Desde ese día y a la media noche en las afueras de la Iglesia del pueblo se oye el llanto de un bebe y, luego de tanto llorar se oye la risa macabra y burlona que alguna vez el campesino escuchó.
para que tengan un buen puente...jeje:vientos::mota:
Cuenta la leyenda que aproximadamente por los años de 1800, cuando todavía el pueblo de Magdalena Tequisistlán, se estaba reconociendo como municipio del estado de Oaxaca, existía en dicho pueblo una joven que era muy conocida por que ella era antipática, no tenía amigos, solamente contaba con la compañía de sus padres.
Se dice que esta joven no tenía padres biológicos y que fue recogida por los que fungieron como sus padres. Tenía alrededor de 15 años, le llamaban “la fea”; no por su físico si no por su forma de ser, la personalidad que ella tenía o que al menos demostraba. Pasaron los años, aproximadamente unos 10 y ella seguía igual, la gente del pueblo se preguntaba que cómo era posible que ella no envejeciera o al menos no se notara su madurez, hasta que un día, después de tener casi un año de no salir de su casa ni siquiera a la esquina, “la fea”, salió, pero Ohh!!! Sorpresa ella estaba embarazada, el pueblo entero se admiraba y se preguntaban unos a otros quien será el padre del niño que espera “la fea”. Su embarazo fue muy extraño por que no duró los nueve meses que biológicamente debe de ser; la gente suponía que ese niño era del “Diablo” y ahora le temían a la joven. Llego la hora de dar a luz a su niño, nadie supo cuando lo tuvo, ni quien la ayudo, ni quien la atendió.
Un día murieron sus padres, nadie asistió a darle las condolencias, nadie se acercó al panteón, nadie siquiera pasaba por la calle de su casa. Así pasaron los años y su casa permanecía todo el tiempo cerrada, la gente imaginaba, que ni un rayo de luz penetraba por las ventanas de la casa de “la fea”. Hasta que un día la gente se decidió entrar a ver si ella vivía, que fue de ella, de su hijo. La gran sorpresa de cada individuo que asistió a la casa fue que la encontraron durmiendo con su bebe en brazos, pero lo que más llamó la atención es que ella seguía igual, ni una arruga, ni rastro del paso de los años sobre su rostro y del bebe fue más grande la admiración pues seguía igual, como si hubiera nacido un día antes, cuando en realidad habían pasado varios años.
La joven al despertarse y ver a la gente en su casa y sobre todo viendo a su hijo con un miedo que se sentía hasta en los huesos, se levantó lanzando maldiciones, y corriéndolos.
Un día un campesino que regresaba del trabajo y que era muy devoto a Dios y como de costumbre, paso a saludar al padre en la Iglesia del pueblo, él tenía llaves de una puerta que daba a la casa en donde se hospedaban los curas que llegaban al pueblo. Decidió que ese día no entraría por esa puerta, tomando como rumbo la puerta principal de donde se percibía el Altar Mayor de la Iglesia, así lo hizo, rezó un rato, después fue a saludar al padre, al no encontrarlo y esperarlo se anocheció. Cuando el salió dirigiéndose a su casa; oyó que un bebe lloraba, entonces asustado, pensando que si el bebe se encontrara bien comenzó a buscarlo, entre más buscaba eran más los llantos del bebe, así que decidió ir por ayuda para encontrar al bebe.
Regresó con dos señores que pertenecían a la presidencia en ese entonces, para esa hora ya había anochecido completamente, y carecía el pueblo de luz, fueron por sus lámparas de aceite y comenzaron la búsqueda. Caminaron, pero ellos no se dieron cuenta a donde se dirigían, sólo caminaban y no se fijaban a donde iban, y entre más avanzaban, más cerca oían el llanto, al fin lograron ver un bulto y, era el bebe, ellos no se acercaron por completo, sino que al verlo el bebe dejó de llorar y ahora se escuchaba una risa macabra y burlona. Ellos al oírla corrieron y llegaron a la conclusión de que era el “Diablo” y el niño que lloraba era su hijo, al otro día todo el pueblo ya sabía lo que había pasado una noche antes.
Dispuestos fueron a la casa de “la fea”, ellos aseguraban que no había duda que era su hijo al que había visto esa noche, entraron a la casa, toda esa gente nunca olvido lo que encontraron al entrar, estaba “la fea” acostada con su hijo en brazos como la vez anterior, pero con la diferencia de que esta vez estaba vieja y “fea” y, su hijo ya tenía los años que deberia de tener. Pero estaban muertos, lo que más asombro a esta gente es que pareciera que fue ayer cuando ellos entraron aquella primera vez a esa casa, y “la fea” y su hijo estaban en la misma posición que los habían visto la primera vez.
Desde ese día y a la media noche en las afueras de la Iglesia del pueblo se oye el llanto de un bebe y, luego de tanto llorar se oye la risa macabra y burlona que alguna vez el campesino escuchó.
