Karen, a oscuras. (Uno más, no tan largo...)

ozmodiar

Bovino adolescente
#1
Bueno, pues aquí les va una historia más. Esta está basada en una historia real: la pesadilla que tuvo una ex novia (del autor) cuando estaba en la universidad. Espero que les guste.


Despierto empapada de sudor y me doy cuenta que se fue la luz en la casa. “Maldita empresa de clase mundial”, pienso mientras mis pies buscan afanosamente mis sandalias en el piso…encontrando solo una. Maldición, deberé ir hasta el baño descalza. Dudo un instante antes de pararme de la cama. Mi celular no enciende, como odio estos smartphones que parece que no les dura nada la batería. Pero bueno, me dormí tarde mensajeándome con Jenny y César….ah, César el chico más guapo de mi clase. Jamás creí que lo tendría entre mis contactos del “whats” y ahora nos hablamos muy bien. Quizá si me espero un poco podré hacer que me invite a salir antes de que alguna de las zorritas de primer semestre se le meta entre los ojos. Malditas. Al avanzar a través de la oscuridad de mi recámara siento miedo. Siempre me ha dado miedo la oscuridad, recuerdo que desde pequeña siempre procuraba dormir con una luz encendida, aunque mi hermana mayor se quejaba que no podía conciliar el sueño, lo bueno es que desde que se casó tengo la recámara solo para mí y ya nadie me molesta. El piso del pasillo no se siente frío, al contrario, se siente cálido. Noche calurosa al fin y al cabo. Cuando llegué a casa después de la fiesta parecía que no soplaba ni la más leve brisa. Bien…el baño está desocupado. Me siento y dejo que la naturaleza siga su curso, liberándome de la presión que sentía en mi vientre hace unos instantes. Terminé. Por fin podré quitarme esta ropa sudada de encima y tomar una ducha refrescante. El agua está fría, deliciosa….se siente como una caricia extraña sobre mi piel, llevándose consigo el sudor y la sensación pegajosa con la que me desperté hace unos instantes. ¿Qué hora será? Mientras me empiezo a secar con la última toalla limpia que estaba en la estantería me da miedo pensar que pudiera haberme levantado demasiado temprano en sábado. No habría problema, solo sería cosa de fingir que estoy dormida y así nadie me molestaría. Sin embargo, mientras salgo del baño…tengo la sensación de que algo se me olvida. Mi ropa sucia….bueno, ya la encontrará alguien más en cuanto vaya al baño. Siento como dejo pequeñas huellas mojadas a mi paso mientras camino hasta mi recámara, la energía eléctrica aún no regresa, así que es difícil orientarme, pero consigo llegar hasta mi cama sin mayor problema. Ahora tendré que tomar una decisión, ¿buscar mi ropa limpia en la oscuridad, dormirme con la toalla o dormir completamente desnuda? Casi sin querer me acordé de Emiliano, mi ex. Las únicas veces que he dormido completamente desnuda fueron aquellas veces que me quedé en su casa, después de hacer el amor con él. Mal momento para acordarme de él. Me pregunto si también me podré quedar en casa de César alguna vez. Bueno, el próximo lunes será un buen día para empezar a planear mi estrategia, creo que Jenny y Haydeé podrán ayudarme. Quito de encima las sábanas sudadas y me recuesto sobre la cama mientras decido si será una semana de minifaldas o de shortcitos sexys. De pronto, recuerdo que en mi bolsa llevaba una muda de ropa “por si acaso”. Estiro mi mano y la encuentro, así que no es necesario que duerma sin nada encima. Me visto mientras sonrío pensando en que cara habría puesto César si me viera en estos momentos. La intensa luz que entra por mi ventana me avisa que se acerca el sonido de un trueno y salto sobre mi cama para cubrirme con las sábanas mientras abrazo la almohada. El ruido es ensordecedor, no puedo evitar lanzar un grito de miedo mientras la luz de otros relámpagos dibujan sombras encima de la sábana, como si fuera una proyección tétrica.
-¡Hija!
Me quito la sábana de encima y veo a mi madre que se acerca a mí para abrazarme. Ella sabe cuánto miedo me provocan los truenos, ella sabe cuánto odio las tormentas. Su abrazo se siente tan bien, se siente como si refrescara en medio de esta ola de calor que hemos vivido. Mientras me dice que todo estará bien, que no me preocupe, siento algo extraño. Sus manos se sienten demasiado delgadas, su cuerpo demasiado frío. Es entonces cuando recuerdo que mi madre falleció hace más de tres años. No se si es una pesadilla o no, pero no quiero abrir los ojos.
 

carson

Bovino de alcurnia
#7
vaya buena historia al principio pensé esto no tiene nade sobrenatural, pero el final estuvo muy bueno, gracias!
 
Arriba