Jardines de marmol y ropa de caridad

XrkH

Bovino adicto
#1
Buen dia, compartiendo aqui un relato, si piensan que queda mas por el foro literario pues me reportan :) lo pongo aqui por el trasfondo

Jardines de mármol y ropa de caridad

Gaviota me invita una cerveza para contarme su plan, sabiendo que estoy trabajando en la sierra del Estado me pide ayuda, está juntando ropa de medio uso para donar a alguna comunidad necesitada, sobre todo ropa de invierno para los fríos de estos días, aunque, le digo yo, allá en la sierra hace frio 120 días y 350 noches al año. Me pregunta si conozco alguna comunidad que de verdad necesite ayuda, “El Senthé” digo sin pensar, luego agrego varias mas, demasiadas para lo que ha colectado por lo que me pide que priorice a tres o cuatro. Me pide explicaciones de cómo llegar en auto, sonrío al preguntarle si le gusta caminar porque ni un todo terreno la llevará hasta allá. Por fin quedamos de acuerdo, organizo mi trabajo para poder acompañarla hasta las comunidades y nos despedimos.

Me quedo pensando en los jardines de mármol.

Llega el día de la entrega, un domingo, Gaviota llega con tres amigas y varias bolsas de ropa y zapatos, además de un almuerzo por si nos da hambre, mal día según yo, los domingos la gente va al pueblo, pero es el único día que ellas pueden ir. En el camino no comento nada del sitio a donde vamos, quiero que sea sorpresa como lo fue para mí cuando conocí aquellos lugares. Acabamos la carretera estatal, llegamos al final del camino pavimentado y luego al final de la terracería, detengo el auto y bajamos varias bolsas. “¿cuánto hay que caminar?” me dicen algo preocupadas, “nada, si es aquí a la vuelta, unos 300 metros”. Después de los 300 metros más difíciles que probablemente hayan caminado, entre pausas y descansos llegamos al Senthé, sigue igual que la última vez que fui, no hay luz eléctrica ni drenaje, el único cambio es que ahora tienen agua potable, apenas hace 3 meses llegó la tubería, un par de casas tiene cuartos de ladrillo, el resto son jacales de lamina y madera, lo único que crece por ahí es maguey, y dependen del banco de alimentos para no pasar hambres.

Me dirijo al “vigía”, uno de los pocos hombres adultos en la comunidad, con tanta suerte que resulta ser el padre de un viejo “amigo”, Luis, el niño que siempre me encuentro a la subida del Doctor y que me explicó tantas cosas cuando yo era un recién llegado a la zona. Les explico la situación y ellos llaman a la gente para que se acerque a tomar la ropa. Mientras me ofrecen un vaso de pulque (tan escaso en invierno), me cuentan las noticias recientes, ha nevado y el tanque de agua funciona muy bien.

Nos vamos de ahí mientras Gaviota y sus amigas, olvidándose del difícil camino, me cuentan maravilladas que la gente tomó no solo la ropa para ellos sino para sus vecinos ausentes, “esta para Mari que está mas grande, este para el niño de Juanita que esta chiquito, guarda esto para Simón que le ha de quedar”, ¿acaso somos tan diferentes en la ciudad?, las maravillas terminan cuando me preguntan por un cuarto de madera al final del camino, “es la escuela”, y nos quedamos callados. Vuelvo a pensar en los jardines de mármol.

Llegamos a Los Hernández, tengo que explicarles un par de cosas al verlas un poco contrariadas. Esta comunidad queda en el centro de la delegación, por lo que ahí se construyó el jardín de niños, y por tanto la cancha y la subdelegación, en consecuencia mucho del material destinado se usó para remodelar las casas de los habitantes que aportaron la mano de obra. En todas las casas hay ropa secándose porque es el primer día en meses que salió el sol, y esa que ven es tal vez toda la que poseen. Es por eso, en apariencia, tan diferente al Senthe. Mientras la gente escoge la ropa me río con las chicas y su fascinación con el ganado.

Nos vamos, ahora sí, a los jardines de mármol, La Lagunita.

Le llamo yo el “bosque de piedra”, un apelativo que no ha pegado. Un jardín de mármol, bardas y muros del mismo estilo, casas de blanco eterno, escuela e iglesia del mismo material, con el sol brillando luce más blanca la piedra, quien sabe el valor del mármol diría que esto es un exceso de lujo, de opulencia y vanidad, solo visto en mansiones y casonas. Pero el mármol no se come, ni cobija, y en La Lagunita vale tanto como cualquier piedra.

Triste destino de la región, tan rica en mármol que no sirve para sembrar, ubicada en un Estado industrial, en un municipio ganadero, y cerca de Vizarrón, que está a pie de carretera, en un valle, y con tanto mármol como ellos, han quedado relegados al olvido. El camino y la ubicación hace poco atractiva la inversión, a veces van camiones de marmoleros, pero la gente tiene que acarrear las piedras hasta donde llega el camino, y no es bien pagado. En todas estas comunidades abunda la piedra, pero es en La Lagunita que, apenas para ganar un poco de terreno para pastar borregos, se ha construido la comunidad entera en mármol, algo inimaginable en la ciudad.

Las chicas se dan cuenta de una triste verdad al oír las preguntas de la gente, “¿De qué partido son? ¿Quién los manda? ¿Nos van a pedir algo?”, solo durante las campañas políticas parecen figurar estas comunidades en el mapa. Se acaba la ropa y la visita, regresamos a la ciudad, al cemento y asfalto, a seguir con nuestras vidas.

Muchos dirán que la caridad no sirve, que no ayuda al desarrollo, mi mejor amigo me dice un día antes “¿para qué dar si eso no cambia su situación?”. Puede ser que sea así, una pérdida de tiempo, una solución temporal y sobre todo una receta para calmar conciencias de citadinos. Puede ser también que ahora una pequeña niña no muera de frio, y su padre tenga un par de zapatos y una camisa decentes que le permitirán ser aceptado en un trabajo que al menos les dé para comer, y que si alguna vez los conocen, podrán presumir que no importa cuánto dinero tengas tu, ellos viven en una casa de lujo y pasean por jardines de mármol.

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Es el segundo relato que les comparto, (el otro ya hace un buen rato http://ba-k.com/showthread.php?t=546213) Aunque queria hacer esto una vez cada mes el proyecto paso a bimestral y luego perdi inspiracion, me salieron algunos escritos mas del tinte còmico y esos se quedaron en mi blog.

Goacias por leer.
 

alihanz

Bovino de la familia
#2
Muchos dirán que la caridad no sirve, que no ayuda al desarrollo, mi mejor amigo me dice un día antes “¿para qué dar si eso no cambia su situación?”. Puede ser que sea así, una pérdida de tiempo, una solución temporal y sobre todo una receta para calmar conciencias de citadinos. Puede ser también que ahora una pequeña niña no muera de frio, y su padre tenga un par de zapatos y una camisa decentes que le permitirán ser aceptado en un trabajo que al menos les dé para comer, y que si alguna vez los conocen, podrán presumir que no importa cuánto dinero tengas tu, ellos viven en una casa de lujo y pasean por jardines de mármol.
La idea es esa, compañero. Y mientras más lo comprendan, mas gente va a salvar la "conciencia sucia" de los citadinos.

Gracias por el texto
 
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