Inventores y críticas

vago68

Bovino adicto
#1
Un chiste de Catón:

Murió Henry Ford, y llegó al Cielo. Le preguntó San Pedro, el portero celestial. “¿No eres tú el creador del automóvil que lleva tu nombre?”. “En efecto —responde Ford con orgullo—. Yo soy ese creador”. “Pasa —dice el portero celestial—. Puedes entrar al Cielo. Te llevaré al lugar reservado a los inventores”. Así diciendo, el apóstol de las llaves guió a Ford por las diversas salas del paraíso hasta llegar al sitio donde estaban los creadores de los grandes inventos. “Aquél —le dijo San Pedro al recién llegado—, es Franklin, que inventó el pararrayos. Aquel otro es Marconi, el del telégrafo. Allá está Edison, que inventó el fonógrafo. El que está a su lado es Graham Bell, el del teléfono”. “¿Y aquél que se ve allá?”. “¡Shhh! —le impuso silencio San Pedro—. Baja la voz. Es el Señor”. “¿El Señor? —se asombró el norteamericano—. ¿Y por qué está en la sala de los inventores?”. “Está aquí por su invento mejor: la mujer”. “¿La mujer? —repitió con asombro Henry Ford—. Llévame a la presencia del Creador. Me gustaría hablar con él acerca de su invento”. San Pedro llevó a Ford ante el Señor. Después de las presentaciones de rigor le dijo el norteamericano al Hacedor: “Yo di forma al automóvil moderno, y me dicen que tú inventaste a la mujer. Me gustaría hacerle algunas críticas a tu invento, porque creo que no es tan bueno como el mío”. “¿Cuáles son esas críticas?” —se amoscó el Señor. “En primer lugar —opinó Ford— mi invento viene en varios modelos que cambian cada año. El tuyo siempre viene igual. Luego, mi invento se fabrica ahora en todos los colores; el tuyo sigue saliendo en unos cuantos. Para mi invento hay todo tipo de refacciones; para el tuyo no”. “Mira, Henry —le dijo con enojo el Señor a Henry Ford—. Puedes hacerme todas las críticas que quieras. Pero una cosa sí te digo: más gente se ha subido a mi invento que al tuyo”... FIN.
 
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