Cada año, el 21 de junio patinadores de todo el mundo celebran la alegría pura, la creatividad y el espíritu de una de las actividades más infuential en el mundo y piden que no se les trate como delincuentes solo por su facha
skate is not a crime!!!
el skate me ha echo volar sin alas:metal:
Nuestra historia no es sencilla. Es una que encierra matices conocidos para todos aquellos que montamos una patineta, incluso perceptible para los que no, una que va más allá de cualquier estigma que el patinar pueda cosechar, puesto que esta habla de hermandad y de perseverancia.
Es una historia única, ya que sus protagonistas nunca patinaron bajo los conceptos que hoy en día tú conoces (muchos no necesariamente patinaron). ¿Patrocinio? más bien apoyo, y este se daba de patinador a patinador, de artista a patinador o bien, solo se trataba de amigos que participaban como generadores de una cultura y estilo de vida, más que una disciplina deportiva. Los mejores zapatos para patinar los conseguías de mano en mano y es bien sabido que no siempre los podías pagar en una sola exhibición. ¿Spots? que va, la ciudad es un spot único, un lienzo, nuestro hogar posee una geografía y arquitectura especiales.
Créeme, la filosofía de patinar y destruir -aunque no sea la única expresión posible- tiene una base sólida. En cada salida una aventura, en cada tallón un nuevo truco, cada tabla es un spot conquistado.
El estilo de vida conlleva preceptos tan amplios como simples, puesto que patinar ante todo es y seguirá siendo, un juego que involucra a más de un individuo. Los nombres ya han sido plasmados en la historia, impresos en arte de patinetas, fotografías, revistas, libros y videos (algunos patinaban hasta no tener más suela que raspar).
Cuentan que mandaban cocer pedazos de llantas a los zapatos, puesto que encontrarlos no era tarea fácil, por lo que he visto en algunas reuniones, no importaba el modelo del zapato o el color, aunque en más de una lija mis ojos han sido testigos de los tallones de caucho blanco y goma; aún patinan sobre formas únicas y multicolores, aún se respetan entre sí y celosos, cuidan los spots de sus vecindarios.
Es fácil el reconocerlos, son aquellos que cuando caen vuelven a intentarlo, y cuando alguien celebra sus rutinas repletas de trucos, sólo ríen y recuerdan aquel que aún no pueden bajar, o bien el hecho de que ya no patinan para elevar su nivel, sino para surfear el asfalto pateándolo con su suela de waffle que ha quedado inmersa en una cultura que se convirtió en toda una industria global que encierra disciplinas que elevan a la grandeza no solo a patinadores, sino de artistas, zoógrafos, arquitectos, diseñadores, filmers, etc.
bueno me retiro a patinar!!
skate is not a crime!!!
el skate me ha echo volar sin alas:metal:
Nuestra historia no es sencilla. Es una que encierra matices conocidos para todos aquellos que montamos una patineta, incluso perceptible para los que no, una que va más allá de cualquier estigma que el patinar pueda cosechar, puesto que esta habla de hermandad y de perseverancia.
Es una historia única, ya que sus protagonistas nunca patinaron bajo los conceptos que hoy en día tú conoces (muchos no necesariamente patinaron). ¿Patrocinio? más bien apoyo, y este se daba de patinador a patinador, de artista a patinador o bien, solo se trataba de amigos que participaban como generadores de una cultura y estilo de vida, más que una disciplina deportiva. Los mejores zapatos para patinar los conseguías de mano en mano y es bien sabido que no siempre los podías pagar en una sola exhibición. ¿Spots? que va, la ciudad es un spot único, un lienzo, nuestro hogar posee una geografía y arquitectura especiales.
Créeme, la filosofía de patinar y destruir -aunque no sea la única expresión posible- tiene una base sólida. En cada salida una aventura, en cada tallón un nuevo truco, cada tabla es un spot conquistado.
El estilo de vida conlleva preceptos tan amplios como simples, puesto que patinar ante todo es y seguirá siendo, un juego que involucra a más de un individuo. Los nombres ya han sido plasmados en la historia, impresos en arte de patinetas, fotografías, revistas, libros y videos (algunos patinaban hasta no tener más suela que raspar).
Cuentan que mandaban cocer pedazos de llantas a los zapatos, puesto que encontrarlos no era tarea fácil, por lo que he visto en algunas reuniones, no importaba el modelo del zapato o el color, aunque en más de una lija mis ojos han sido testigos de los tallones de caucho blanco y goma; aún patinan sobre formas únicas y multicolores, aún se respetan entre sí y celosos, cuidan los spots de sus vecindarios.
Es fácil el reconocerlos, son aquellos que cuando caen vuelven a intentarlo, y cuando alguien celebra sus rutinas repletas de trucos, sólo ríen y recuerdan aquel que aún no pueden bajar, o bien el hecho de que ya no patinan para elevar su nivel, sino para surfear el asfalto pateándolo con su suela de waffle que ha quedado inmersa en una cultura que se convirtió en toda una industria global que encierra disciplinas que elevan a la grandeza no solo a patinadores, sino de artistas, zoógrafos, arquitectos, diseñadores, filmers, etc.
bueno me retiro a patinar!!
