Hola hermanos del corral. Hace ratito leí un post de otro bakuno acerca de la tabla ouija y de cómo una chica era casi poseída por un ente y me gustaría contarles una historia de mi familia.
Mi papá es una persona que poco cree en las ouijas y esas cosas, nunca le ha gustado la predicción del futuro ni nada de eso, sin embargo, nos contó una noche de esas donde la familia está reunida, que cuando él era joven, por ahí del año 68, él estaba junto con una tía mía y unos amigos reunidos en una casa platicando, tomando, ya saben, las cosas que hacen los jóvenes. Al paso del rato uno de ellos sacó una tabla ouija y se pusieron a jugar. Mi papá como no cree pues, no le interesó y él decía que no quería jugar, sin embago ya entrada la noche se animó y estaba moviendo el tablero cuando de pronto sonó la puerta de la casa donde estaban; mi papá se levantó y abrió la puerta y se le apareció una persona muy rara, toda mojada y con un gesto de mucha frialdad le dijo: "Hola, ayúdame, acabamos de tener un accidente en la carretera federal a Acapulco, íbamos 4 personas, yo me acabo de morir, llama a éste número de teléfono y dile a mi familia que me vayan a recoger y nos ayuden". Cuenta mi papá que anotó el número de teléfono y lo guardó y se metió a la casa pensando que era una broma. Al poco rato y mientras seguían jugando les tocaron de nuevo la puerta, se levantaron, abrieron y no había nadie en la puerta. Mi papá dice que cuando cerraron se sintió muchísimo frío, como si estuviera helando y se acordó del número de teléfono y decidió marcar. Cuenta que cuando respondieron la llamada, estaba una mujer del otro lado de la bocina con una voz como de angustia y cuando mi papá le dijo de la noticia la mujer se quedó callada y después colgó el teléfono. Al día siguiente dice mi papá que varios de ellos sintieron curiosidad de saber qué había sido aquello que les pasó la noche anterior, por lo que se animaron a llamar por teléfono de nuevo a la misma casa y triste sorpresa, al saber que quien tocó la puerta de la casa donde mi papá, tía y amigos estaban, era el hijo recién muerto de la señora a quien mi papá le marcó por teléfono, confirmando el accidente del auto en la carretera México-Acapulco y obviamente la muerte del muchacho.
Mi papá sigue sin creer mucho en las cosas de la ouija y las tiradas de cartas, tarot y eso del destino y la suerte, pero no niega que esa noche y lo que pudo confirmar al día siguiente con una llamada es algo que no podrá explicar jamás de manera racional. Al final nos dijo: A veces jugando, abrimos puertas hacia lugares que no conocemos y no entendemos, de los cuales puede salir algo bueno, malo o alguien pidiendo ayuda.
ojalá les guste mi relato, no se trata de darles miedo, solo les comparto una experiencia de alguien de mi familia y les doy un consejito. No usen la ouija, de verdad !! Saludos
Mi papá es una persona que poco cree en las ouijas y esas cosas, nunca le ha gustado la predicción del futuro ni nada de eso, sin embargo, nos contó una noche de esas donde la familia está reunida, que cuando él era joven, por ahí del año 68, él estaba junto con una tía mía y unos amigos reunidos en una casa platicando, tomando, ya saben, las cosas que hacen los jóvenes. Al paso del rato uno de ellos sacó una tabla ouija y se pusieron a jugar. Mi papá como no cree pues, no le interesó y él decía que no quería jugar, sin embago ya entrada la noche se animó y estaba moviendo el tablero cuando de pronto sonó la puerta de la casa donde estaban; mi papá se levantó y abrió la puerta y se le apareció una persona muy rara, toda mojada y con un gesto de mucha frialdad le dijo: "Hola, ayúdame, acabamos de tener un accidente en la carretera federal a Acapulco, íbamos 4 personas, yo me acabo de morir, llama a éste número de teléfono y dile a mi familia que me vayan a recoger y nos ayuden". Cuenta mi papá que anotó el número de teléfono y lo guardó y se metió a la casa pensando que era una broma. Al poco rato y mientras seguían jugando les tocaron de nuevo la puerta, se levantaron, abrieron y no había nadie en la puerta. Mi papá dice que cuando cerraron se sintió muchísimo frío, como si estuviera helando y se acordó del número de teléfono y decidió marcar. Cuenta que cuando respondieron la llamada, estaba una mujer del otro lado de la bocina con una voz como de angustia y cuando mi papá le dijo de la noticia la mujer se quedó callada y después colgó el teléfono. Al día siguiente dice mi papá que varios de ellos sintieron curiosidad de saber qué había sido aquello que les pasó la noche anterior, por lo que se animaron a llamar por teléfono de nuevo a la misma casa y triste sorpresa, al saber que quien tocó la puerta de la casa donde mi papá, tía y amigos estaban, era el hijo recién muerto de la señora a quien mi papá le marcó por teléfono, confirmando el accidente del auto en la carretera México-Acapulco y obviamente la muerte del muchacho.
Mi papá sigue sin creer mucho en las cosas de la ouija y las tiradas de cartas, tarot y eso del destino y la suerte, pero no niega que esa noche y lo que pudo confirmar al día siguiente con una llamada es algo que no podrá explicar jamás de manera racional. Al final nos dijo: A veces jugando, abrimos puertas hacia lugares que no conocemos y no entendemos, de los cuales puede salir algo bueno, malo o alguien pidiendo ayuda.
ojalá les guste mi relato, no se trata de darles miedo, solo les comparto una experiencia de alguien de mi familia y les doy un consejito. No usen la ouija, de verdad !! Saludos
