Historia de Terror 3 - El Sótano

maurix

Bovino adicto
#1
El negocio de la venta de drogas es el oficio más arriesgado de todos; la traición de mis semejantes y el temor a las autoridades públicas forma parte de nuestro vivir y la muerte nos acompaña siempre tomados de la mano.
Fue hace aproximadamente unos tres meses cuando un buen amigo mio me advirtió de las sospechas del ejército local acerca de mis estaciones de intercambio, por lo cual me vi en la necesidad de conseguir un nuevo espacio y no tardé en encontrar una oferta que me pareció tentadora; se trataba de un lote en los suburbios en muy mal estado y que podía conseguir de forma anónima mediante un par de contactos que tenía en la agencia de bienes raíces que promocionaba la venta del terreno. Necesitaba que de ser necesario, solo una persona supiera de la compra del terreno de mi parte y así sucedió.
Un frío sábado de diciembre salí a las cuatro de la mañana hacia los peligrosos suburbios del sur, una zona controlada por dos grandes grupos de narcotraficantes que colaboraban conmigo en la libre distribución en nuestras respectivas localidades. Fue algo difícil lograr convencerlos del traslado de mi mercado a su zona a causa de los riesgos que ello implicaba, pero gracias a un trato que hice con los líderes de ambos grupos no tuve más problema por parte de ellos ya que jamás les revelé la ubicación de mi estación. Al salir del auto sentí un frío que me escalofrió completamente y por un momento me quedé paralizado observando la entrada a la parcela, entonces tapé mi auto con una manta. Una enorme muralla compuesta por altas láminas de madera que no permitían ver hacia dentro del terreno cubrían por completo a la parcela. La entrada era un enorme portón rústico en muy mal estado, hizo un ruido muy fuerte cuando lo abrí, lo cual me disgustó bastante ya que no quería que algún curioso que pasara se diera cuenta que vivía ahí, aunque a esa hora de la mañana no creo que nadie se hubiese percatado de ello. Dentro encontré una vieja casa en ruinas que casi cubría por completo el terreno, solo un par de metros separaban el límite de la parcela con sus paredes agrietadas; la maleza estaba presente en gran cantidad y los escombros que producía el paso del tiempo me daba la impresión de que estaba frente a una pérdida de tiempo y esfuerzo. El silencio que de pronto se sintió me hizo sentir algo inseguro. El sonido del viento chocaba contra el tejaban y movía un costado caído de este produciendo un sonido muy molesto, no le tome más importancia y proseguí a ver la parte trasera, había un enorme limonero que vivía gracias a una pequeña fuga que tenía alguna tubería de agua, lo que producía un pequeño charco al lado del árbol. los escombros del tejaban de láminas onduladas de madera negra, juguetes rotos, una silla destrozada y demás deshechos domésticos cubrían por completo el suelo, haciendo difícil caminar; en un momento noté que tenía un enorme escorpión negro en mi pantalón avanzando alarmantemente hacia arriba de este y como loco salí corriendo evitando los objetos desechados prácticamente saltando sobre ellos moviéndome a pequeños momentos sobre mi cuerpo tratando de hacer caer al arácnido ya que no me atrevía a golpearlo directamente con mis manos; en un momento me quité mi suéter y con él lo empecé a azotar fuertemente hasta que logré hacerlo caer, estaba algo agotado y noté que había regresado a la entrada. Era algo inútil tratar de arreglar el terreno, la suciedad era demasiada y con los peligrosos animales que lo habitaban se volvía algo arriesgado; entonces empezó a vibrar mi celular, era el hombre que me había vendido el terreno, un buen cliente de mi cártel que de seguro no se atrevería a revelar la ubicación de mi nuevo terreno por los años que llevamos trabajando una interesada amistad. "Me han informado que un grupo de soldados han allanado tu hogar y no te encontraron" colgó entonces y me quedé en seco con el celular en mi mano, no tenía otro remedio, debía quedarme un tiempo en ese lugar hasta encontrar un terreno o buscar la manera de salir del país.
Los muebles de las dos habitaciones estaban todos empolvados, la cocina tenía platos y vasos sucios en la coladera, la taza del único baño tenía grandes manchas de óxido y dentro tenía orines, había ropa en el suelo, un cenicero con un cigarrillo a medio consumir; diablos, parecía que los antiguos dueños habían desaparecido en un momento dejando una extraña pero en cierto sentido común escena doméstica. No estaba tan mal como pensaba, solo unas horas y podía dejar el lugar un poco decente. Eran ya las cuatro de la tarde y por más que intentaba no terminaba los quehaceres domésticos; entonces, cuando me acercaba al fregadero escuché un ruido detrás mio, no me moví, y de nuevo escuché, pero esta vez eran pisadas, alguien se acercaba y entonces abrieron la entrada del hogar, un frío paralizante recorrió mis venas, no tenía ninguna cita programada para ese día y solo una persona conocía mi ubicación y no tenía citas programadas para ese día; de pronto todo quedó en silencio. Al voltear me encontré con la puerta abierta y nada más raro que eso; revisé todas las dos habitaciones, el baño y la sala de estar, no había nadie; salí y de frente me encontré con el portón cerrado, era obvio que no había entrado nadie ya que hace demasiado ruido cuando se abre. Entonces caminé un poco hacia la parte trasera, aunque solo me asomé, pero no vi nada. Era algo aventurado intentar ir hacia la parte trasera, pero el suspenso me hizo retirarme. Pensé en pasar la noche en un motel así que revisé mi dinero: solo tenía unos cuantos dólares, no me podía dar ese lujo ya que no estaba en condiciones de ir a retirar dinero. Sin saber que hacer me dirigí de nuevo a la casa y pensé en dejar el asunto en paz, a fin de cuentas tal vez solo fue el viento de diciembre. Eran ya las ocho de la noche y me di cuenta que la casa no poseía luz, esto era horrible. No tenía a donde ir ya que en ese momento ningún conocido se atrevería a darme hospedaje debido a mi condición de prófugo; entonces se me ocurrió pasar la noche en el auto, mañana domingo vendrían un par de proveedores con mercancía para iniciar un nuevo negocio, pero rayos, era demasiado frío y la calefacción de este no servía. No duré ni dos minutos en mi auto cuando ya me encontraba tapando mi auto de nuevo. No era muy recomendable salir y que se dieran cuenta de mi presencia, aparte de que fue en vano mi intento, igual ya me encontraba abriendo la puerta de la casa. Me sentí tentado un momento en llamar a uno de mis allegados para que me acompañara pero no quería involucrar a gente querida para mi en este asunto, así que me dispuse a pasar la noche que por cierto, esa noche en especial era demasiado oscura. Al entrar a la casa y cerrar la puerta se escuchó un fuerte ruido proveniente de una de las habitaciones, en ese momento salí como demonio al frente de la casa dejando la puerta semiabierta y entre la oscuridad pude notar una silueta de algo dentro de mi hogar que pasó del cuarto hacia la cocina, tomé un trozo de madera con mis brazos y con pánico grité: "Quién esta ahí!?" sin embargo nadie respondió y me quedé en silencio uno momento; armándome de valentía tomé el pesado trozo de madera con un brazo y con mi otra mano prendí un encendedor que tenía en el bolsillo de mi camisa y me dirigí hacia la entrada: "Te volaré la cabeza maldito bastardo!" tenía un revolver calibre 22 en uno de los armarios de una de las habitaciones, justo de la que había salido aquella cosa, sea lo que sea, así que no me sentía muy seguro en ese momento. Dentro por más que busqué no encontré nada, estaba perplejo, el gas del encendedor se terminaría en un momento y me quedaría a oscuras con un extraño ser dentro de mi casa; rápidamente me dirigí a la habitación donde estaba el revolver y al abrir el armario noté horrorizado que este no se encontraba en el lugar donde lo había dejado; el frío ascendente del miedo empezó a subir por todo mi cuerpo y en un instante salí velozmente hacia fuera de la casa y recordé que tenía una vieja pistola 9 milímetros escondida bajo un capacete en la cajuela de mi auto así que me dirigí hacia él, al llegar rápidamente tomé el arma y en ese momento el gas del encendedor se terminó; el frío era insoportable, el humo que exhalaba daba la impresión que me estaba incendiando por dentro. Sin más que hacer me dispuse a entrar en la parcela y enfrentar al intruso en la oscuridad, sin embargo por más que busqué y estrujé con mis manos dentro de la casa no pude encontré nada nuevo, así que sospeché se encontraba detrás de ésta. Salí con la pistola apuntando frente a mi y me dispuse a aventurarme al estrecho laberinto de objetos inútiles que fácilmente podían delatar mi presencia o la del intruso. Esquivando a valor puro los deshechos, sin importarme los riesgos de estar frente a tanto nido de insectos y arácnidos y guiándome por la tenue luz del Sol reflejada en la Luna logré llegar al único lugar que no había visitado, y para mi sorpresa no me encontré con nada más que la entrada a lo que parecía ser un sótano en muy mal estado. Al asomarme de cerca pude ver que estaba una luz amarillenta que oscilaba a causa del poco viento que lograba entrar al lugar. Sostuve el arma con fuerza y ordené que saliera de ahí, pero no obtuve respuesta, así que con una fuerte patada golpee la puerta y esta calló esa pedazos, apagando con la ráfaga del impacto una vela. Tomé distancia y esperé un momento, sin embargo nadie salió así que en un movimiento apunté directamente dentro del sótano con mi pistola, pero no pude ver nada, estaba completamente oscuro así que disparé, un error del cuál me arrepentiría más adelante. Con el resplandor del disparo pude ver que el sótano parecía estar vacío; era muy pequeño, apenas una persona podría caber en él, por lo cual decidí salir lo más pronto posible de ese lugar ya que no descartaba la posibilidad de que algún alacrán me picara, no estaba en condiciones de ponerme enfermo, así que rápidamente me dirigí hacia un costado de la casa pero torpemente tropecé con un objeto y caí, al tratar de levantarme sentí que mi pié derecho dolía bastante y comprendí que me lo había lastimado seriamente, posiblemente me lo había dislocado ya que el dolor era inmenso y en ese momento sentí como algo caminaba en mi pierna izquierda, así que solté el arma y con mis brazos empecé a moverme de prisa por todo el montón de escombro hasta que logré salir de ese sumidero de basura. Entonces intenté dar un ligero pazo, pero caí del dolor que sentía en mi pié, lo tenía que enferular de algún modo. Casi estaba por llegar a mi morada cuando a lo lejos escuché el sonido de un grupo de patrullas: el sonido que más odio; deduje entonces que tal ves el sonido del disparo fue captado por un honrado ciudadano que hizo lo que pensó correcto, no tenía remedio y debía esconderme, así que me dirigí hacia una de las habitaciones de la choza. El sonido de las patrullas se sentía cada vez más cerca y de pronto, frente a mi terreno se detuvo, entonces escuché como un grupo de policías a punta de órdenes de algún comandante se dirigía hacia aquí; yo me encontraba escondido debajo de la cama de una de las habitaciones, junto a una rata muerta y varios juguetes y ropas viejas y apestosas. Los oficiales irrumpieron violentamente dentro de la casa y con armas de fuego en una de sus manos y una linterna en la otra cubrieron todas las zonas del pequeño terreno. Estaba prácticamente temblando bajo la cama cuando un par de soldados abrieron la puerta de la habitación y justo antes de entrar se quedaron paralizados como si el tiempo se hubiese detenido, acto seguido uno de ellos soltó la linterna y el arma y calló inconsciente, iluminándome por completo con la luz de la linterna. El otro pegó un grito que lo hizo parecer una pequeña niñita y salió disparado hacia fuera de la habitación; no lograba captar lo que sucedía así que me quedé quieto hasta que sentí que algo se movía arriba de mi; alguien estaba acostado en la cama. Sin mover un solo músculo y con el corazón a punto salir por mi boca me quede un momento paralizado, sintiendo como esa cosa se movía hacia una orilla de la cama y entonces unas delgadas piernas desnudas tocaron el suelo; tenían un extraño color amarillento, no me parecieron del todo humanas.
Seis valientes hombres armados con unos enormes escudos que apenas cabían por entre los marcos de la puerta se dirigieron a la primera habitación frente a la entrada de la casa; más sin embargo ninguno se atrevió a si quiera entrar dentro de ésta, solo se quedaron esperando apuntando sus pistolas a la habitación. Pude ver a uno de ellos, cerca del fregadero de la cocina, la luz de su linterna se movía de un lado a otro debido al temblor que le causaba lo que estaba frente a él, entonces se escuchó un disparo tan fuerte que perdí el la habilidad de escuchar por un momento, entonces vi como el oficial caía muerto, pronto una ráfaga de disparos por parte de los oficiales restantes destrozaron hasta la pared de la habitación y si no fuese por el oficial inconsciente en el suelo estoy seguro que algún incondicionado disparo me hubiese volado la cabeza. Pronto los disparos cedieron y el humo de estos terminó por cubrir el área por completo. En ese momento Sentí como el extraño ser caía fuertemente hacia la cama; cuando la disipación del humo empezaba a permitir una visualización más detallada de los objetos, pude ver como un oficial con su enorme escudo entro en la habitación, y otro de ellos sin el escudo retiró arrastrando al oficial que había caído inconsciente; por una radio portátil uno de ellos ordenó que trajeran una ambulancia y un forense al área.
Después de casi tres horas de entrar y salir personas y de discusiones de asombro por parte de algunos que entraron hacia el extraño sujeto, me quedé sólo; los oficiales se habían retirado, así como habían retirado el cuerpo del extraño sujeto y yo había logrado esconderme por completo de ellos; por alguna razón no hicieron una revisión muy detallada del terreno, parecía que querían retirarse rápido del lugar. Por suerte no habían recogido una de las linternas de uno de los oficiales que habían caído. Me sorprendió la potencia de la mágnum que había logrado penetrar el escudo del oficial y por los comentarios que escuché, la bala logró penetrar hasta su cabeza. Arrastrándome hacia la cocina logré encontrar en uno de los cajones una cinta negra, y con la ayuda de un trozo de tejaban que había caído en la sala enferulé mi pié derecho. Me sentí aliviado por un momento porque ya no tendría que lidiar con ese ser, aunque no dejaba de preguntarme que era, y porqué causó tal impresión a los oficiales de policía.
Eran ya las 4 de la mañana y el frío era atroz. Me sentía sucio, como nunca, así que decidí calentar algo de agua en la estufa y darme un baño de agua tibia. Los sujetos que habían venido a recoger los cuerpos no limpiaron el lugar, y la sangre del extraño ser había logrado penetrar el colchón de la cama y cubrir mi cuerpo. Me dirigí a la tina aplanando apenas mi pié derecho cuyo dolor había disminuido considerablemente y noté que esta estaba llena de porquerías de todos los tipos; no dejaba de maldecir al desgraciado que me vendió el terreno. Abrí la regadera y aliviado observé como salía agua, la cual lavó toda la porquería presente en la tina. Me metí a bañar cerca de las cinco de la madrugada y por fin sentí algo agradable, pero la tranquilidad no me duró mucho ya que al abrir los ojos vi como un horrible rostro de una maldición humana me veía fijamente por encima de la bañera. Antes de poder reaccionar se marchó azotando la puerta del baño, no esperaba tanto; el corazón me empezó a latir fuerte. Salí a medio vestir del baño con la linterna en mi mano y un tubo de policloruro de vinilo en la otra, no había nada fuera de lo común. Decidí darme por vencido y largarme de ese lugar, así que busqué entre mis pertenencias una chamarra de cuero para el frío. Cuando me la estaba poniendo se escuchó tras de mi el ruido que un plato hace al romperse, fue algo escalofriante aunque ya no me sorprendía del todo, así que armándome de valor y desesperación salí cargando fuertemente el tubo de PVC y exclamé que diera la cara; al pasar la luz de la linterna debajo de la mesa pude ver el rostro de un anciano que me veía fijamente con unos ojos enfurecidos, esos mismos ojos malditos que me sorprendieron en la bañera. Me acerqué sigilosamente pero en un rápido movimiento salió disparado de la casa. Lo seguí hasta llegar a la parte trasera de la casa donde presencié como se metió al sótano; como ya no me dolía tanto el pié decidí ir de nuevo al lugar para terminar de una vez con el asunto. Esquivando con cuidado los objetos llegué hasta la entrada al sótano y abrí la puerta: de nuevo nada. Más sin embargo esta vez me aventuré a entrar y me di cuenta que a la derecha de la entrada había un orificio por el cual fácilmente cabría una persona, decidí entrar y al llegar y pasar la luz me sorprendí de encontrarme con tres hombres color amarillento y de cuerpo abominable cuyos rostros eran tan horribles que difícilmente podrían describirse. El impacto me hizo retroceder unos pasos, ellos sin embargo no hacían ni un solo movimiento. En un instante salí velozmente hacia la calle donde un par de policías hacían guardia en la zona, ellos rápidamente apuntaron sus armas contra mi en ese momento me sentí aliviado, tanto que me apresuré hacia ellos temiendo que esas bestias estuvieran tras de mi. Notaba que me decían unas palabras, pero no lograba entenderlas, estaba muy aturdido; entonces uno de ellos al ver como me acercaba me disparó. Sentí un frío doloroso que recorrió mi cuerpo y caí.
Parecía que habían pasado meses de lo sucedido, desperté escuchando a mi lado unas hilarantes voces, al abrir los ojos me encontré con oscuridad completa. Unas frías manos me tocaban hablando en un idioma que jamás había escuchado, pero podía comprenderlo. Pronto la oscuridad no era un factor que me impidiera ver; se trataba de esos extraños seres y yo era uno de ellos.
Si alguna vez has escuchado ruidos extraños en tu hogar; no temas en el momento en que veas a uno de estos seres, solo será la indicación de que pronto te tocará morir.
 

maurix

Bovino adicto
#5
No se de donde la sacaste pero hasta ahora va muy bien, espero la segunda parte.
De mi cabeza, de ninguna otra parte.
La continuaré ahora en la noche porque hacerla de día como que no tendría mucho efecto en la redacción ni en la lectura de la misma.

P.D. Algo más que quisiera agregar es que quisiera aplicar los principios de opensource a las historias que escribo. Esto es: cualquiera puede editar, reproducir, postear en otros foros, criticar, etc. las obras; siempre y cuando pongan el nombre del autor de la obra que en mi caso NO es maurix, sino Galaners.
Incluso si más adelante la calidad de estas mejora y alguien quisiera hacer un libro donde recopile alguna de ellas es libre de hacerlo, por supuesto y repitiendo la petición: respetando los derechos de autor y aplicando a la obra los mismos principios que especifiqué arriba.
 

maurix

Bovino adicto
#6
Terminada, aunque sinceramente no me parece del todo buena, a causa de que todo el fin de semana me la pasé fuera de casa no tuve mucho tiempo para planearla. La siguiente espero que sea mucho mejor.
 
T

takis_fuego

Visitante
#8
excelente maurix ! , solo que el final sí se chafeó un poquitín :p ...
Sigue asi compa ! :D
 

ewok_makai

Bovino de alcurnia
#11
Danke mann, nmuy buena historia, ojalá puedas hacer otras asi.

La mente de los humanos es tan poderosa que es capaz de crear un dios que les arregla todos sus problemas.
 
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