Haití

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El trabajo de los marines en Haití

El trabajo de los marines en Haití

El reportero español Fran Sevilla, enviado especial de Radio Nacional de España en Haití y con dilatada experiencia como reportero en diversos lugares del mundo, nos relata la realidad de Haití por parte de los marines estadounidenses y el trato que se le da al pueblo haitiano, además de constatar que no se ve por ningún lado la ayuda humanitaria que se manda.

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http://www.youtube.com/watch?v=I8uG7NxF1jM&feature=player_embedded




Por otro lado un miembro de rescate mexicano comenta a Telesur las trabas que las tropas estadounidenses ponen a los rescatadores porque priman la seguridad sobre el trabajo que hacen.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=q71ncLRpdxo&feature=player_embedded[/youtube]
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Fuente
 

Mora.

Baneado :(
Interesante, los gringos se sienten dueños del mundo, no me extraña que ellos lo hayan provocado y adivino por què les estàn mandando flotas de soldados
 

Astro Vox

Bovino de alcurnia
Invasion a OJOS ABIERTOS...fatal esta situacion...me gustaria que E.U. se caiga como estas tragedias y haber q hace el mundo por ellos.
 

alihanz

Bovino de la familia
Pues segun dicen en lugar de parecer ayuda, lo de EU parece invasión militar...
No parece, ES una invasión ¿o de verdad creen que nos tragamos el cuento de que mandaron marines al palacio de gobierno para "cuidarlo"? ¿Justo cuando falta manos para rescatar gente? Es obvio cuales son las prioridades del Tio Sam
 

pearlnew

Bovino Milenario
Pero para nada me extrañaría la verdad pero si es esto posible? ningún país lo ha dicho abiertamente solo Venezuela y sabemos que ese "señor" es un hijo de la chingada también así que mi duda es HASTA QUE GRADO ES VERDAD ?
 
El arma es del proyecto Haarp y ha sido denunciado por Venezuela públicamente, pero han sido los Rusos quienes han aportado las pruebas de su utilización. Es una invasión en toda regla.
 

Joker

Moderador risitas
APOYEMOS A LOS JOVENES HAITIANOS QUE VIVEN EN NAVOJOA…

Gregory Wilson de 22 años, Patric Fracois de 25, Edgard Junior de 24, Almond Pierre de 32, Herby Francois de 31 años, Keegan Laguerre de 27 años, son los jóvenes haitianos que actualmente residen en Navojoa.
Ellos están aquí con el objetivo de estudiar una carrera universitaria, que inicialmente pretendían estudiar en la UNAV, pero por motivos personales no a todos se les facilitó; dos de ellos se quedaron en UNAV, Patric estudia en CESUES, y los otros tres están por entrar en la misma universidad, sustentados por cada una de sus familias, familias que trabajaban en diversas actividades y hoy a mas de diez días del terremoto, se encuentran en una situación crítica.

La mayoría de ellos tienen familia que pese a la devastación sobrevivieron, solo en el caso de Patric; perdió a su hermana, de 28 años, enfermera de profesión, en sus palabras el nos dice, “El 12 de enero estaba haciendo una tarea cuando me avisaron del terremoto, no me pude comunicar hasta el tercer día logré hablar con mi hermano, que me dijo: Patric todo está bien, pero no era cierto fueron a mi casa el pastor y el preceptor de la UNAV, y me preguntaron que si todo estaba bien, yo le contesté que si todo estaba bien, que toda mi familia gracias a Dios estaba viva, y me dijeron que no que mi hermana ya no existía, mi hermana querida, una hermana que yo quería mucho y todavía la quiero mucho, mi hermana está bien por ella era cristiana, la última vez que hablé con ella escuché su voz cuando estaba hablando con mi mama y la oigo pedirle a mi mama hablar conmigo, solo quería escuchar mi voz y la llamada se cortó”.

Gregory también platicó sobre lo que él estaba haciendo mientras sucedió el sismo en su país, “Cuando me entere estuve aquí en el CESUES y alguien me dijo: pasó algo malo en tu país, no supe que era y luego fuimos a hablar y no supe nada a los tres día me puse comunicar platicamos y gracias a Dios todos están vivos…Eso fue algo que nunca hubiera imaginado, que algo tan grande, tan feo pasara, en ese lugar tan pequeño”, su casa no se derrumbó solo sufrió algunos destrozos, es por eso que su familia no puede habitar la casa, sin embargo siguen vivos y eso es lo que mas agradece.

Por su parte, Almond opina sobre la situación de su país, “Se murió mucha gente la situación es caótica es lo peor que nunca imaginamos que pasara”, expresó con un gesto de tristeza en su rostro.

Los jóvenes haitianos, platicaron que en su país, la capital Puerto Príncipe es una ciudad pequeña en comparación a las capitales de nuestro país, pero con una población muy densa ellos tienen familias de alrededor de diez personas o mas por casa, por lo tanto ellos viven en una situación económica limitada, sin embargo tienen ganas de superarse y seguir con sus estudios, Ecos del Mayo invita a cooperar con un poco de lo que tenemos ayudando a la gente de Haití, a través de los jóvenes que viven aquí, ya que sus familias se vieron afectadas por lo que no podrán recibir apoyo por un tiempo para sostenerse.


Solicitamos su apoyo en especie o económico para estos jóvenes que nos necesitan,

Número de Cuenta: 123390

Nombre: Patric Francois

Banco: Scotiabank

O bien, comuníquese con Eliza Campoy al número 427-0723 en CESUES.
Escucha mañana martes 26 de Enero a la 1:00 p.m. en el programa de radio Mesa de Debate a estos jóvenes que ocupan de nuestra ayuda, por la Unica 1100 am, y comuníquese al 421-2999, teléfono en cabina.
 
La población de Haití enjaulada por los ejércitos “humanitarios”


Fronteras abiertas para los haitianos


Los muros del nuevo orden mundial son igual de ominosos que los muros del extinto socialismo real. Antes se criticaba ferozmente a los países que no dejaban a sus ciudadanos salir de sus fronteras para conocer el mundo de la libertad (the free world). En contraste, hoy nadie se atreve a poner en cuestión que los haitianos estén enjaulados en su isla destruida y se vean forzados a pelearse entre sí por las migajas de comida que caen del cielo.
Los numerosos puentes aéreos que se han establecido para enviar la ayuda a Haití tienen un solo sentido. El apoyo fluye hacia a Haití, pero a los haitianos no se les permite viajar en sentido contrario.
No hay duda de que la estrategia más efectiva para resolver a corto plazo las necesidades básicas de los damnificados de Puerto Príncipe sería que los países amigos de Haiti (hoy reunidos, tanto en Montreal como en Caracas) recibieran cada uno una cantidad específica de haitianos en calidad de huéspedes distinguidos. Sería mucho más económico y efectivo llevar los enfermos a los hospitales, los niños a las escuelas y los hambrientos a los comedores ya existentes, que gastar exorbitantes cantidades de dinero en el establecimiento de rudimentarios e improvisados servicios que no alcanzan a funcionar en las ruinas que dejó el terremoto.
No se trataría de vaciar Haití de su población, sino de resolver sus urgentes necesidades de la manera más efectiva y eficiente posible, mientras se inicia la impostergable tarea de reconstrucción de esta noble nación. Así, en lugar de enfocar sus esfuerzos en la administración de enormes campamentos de refugiados y el envío de pesadas botellas de agua, la comunidad internacional podría canalizar todos sus recursos para la urgente conversión de Haití en una nación moderna y desarrollada con gran potencial en el futuro.
México se encuentra particularmente bien posicionado para encabezar un esfuerzo internacional de esta naturaleza. Históricamente nuestro país siempre ha destacado por ser particularmente generoso con los refugiados de otras naciones. En los años 30 México dio asilo a una vasta población de europeos, especialmente a los españoles durante la Guerra Civil. También se les abrieron las fronteras a los refugiados de las dictaduras del cono sur durante los años 70 y a las víctimas de las guerras de Centroamérica en la década de los 80.
En los años recientes, México no ha tenido la oportunidad de refrendar este compromiso histórico. Cada año apenas unas 500 personas solicitan asilo en el territorio nacional. Pero hoy, ante la gravedad de la crisis humanitaria en Haití, México podría revertir esta tendencia y recuperar su liderazgo internacional en la materia.
Desde luego que no sería factible que México actuara solo y recibiera de la noche a la mañana a todos los más de un millón de damnificados. Al contrario, habría que aprovechar nuestra presencia en la cumbre de Montreal para hablar claro sobre la responsabilidad de la comunidad internacional de apoyar con todos los recursos posibles a los haitianos. No es suficiente enviar dinero, militares y alimento a la isla. También habría que recibir directamente en casa a los más necesitados. Típicamente sólo se extiende el asilo a refugiados que puedan demostrar que están en peligro de ser víctimas de alguna agresión política en su país de origen. La Convención de Naciones Unidas sobre el Estatus de los Refugiados en su artículo primero define a un refugiado como: Una persona que, debido a un miedo fundado de ser perseguido por razones de raza, religión, nacionalidad, membresía de un grupo social o de opinión política en particular, se encuentra fuera de su país de nacimiento y es incapaz, o, debido a tal miedo, no está dispuesto a servirse de la protección de aquel país.
Sin embargo, en los años recientes la misma ONU ha empezado a flexibilizar sus criterios para incluir como refugiados a las víctimas de desastres naturales y de degradación ecológica. La organización internacional estima que pronto casi 50 millones de personas podrían encontrarse en esta situación. Por lo tanto, urge ampliar el tratado mencionado para incluir este otro tipo de situaciones. Con su respuesta a la crisis de Haití, México podría colocarse a la vanguardia de la urgente transformación mundial en la forma de conceptualizar el asilo en el mundo.
Si en lugar de Puerto Príncipe hubiera sido la ciudad de Estocolmo la que hubiera caído en esta desgracia, evidentemente los damnificados no tendrían los mismos problemas para salir de su país y no circularían los mismos comentarios racistas sobre la naturaleza violenta y poco civilizada de los suecos. Es hora de deshacernos de una vez por todas del racismo que todavía está presente en el mundo global, para abrir nuestros brazos sin regateos a los hermanos haitianos.

Fuente:
 

dannyatm

Bovino adicto
[FONT=&quot]Haití

Más de un mes después del terremoto que dejó devastado a Haití, seguimos constatando el horror cotidiano para gran parte de su población. Publicamos a continuación dos artículos. El de Bill Quikley da cumplida información sobre la supuestamente modélica respuesta de EEUU a la catástrofe haitiana. El segundo es de Naomi Klein y explica las fuentes de la cuádruple deuda que los países ricos tiene con Haití: la esclavitud, la ocupación estadounidense, la dictadura y el cambio climático.

Un millón de sin techo en Haití ¿Y los EEUU llaman a eso “modelo de respuesta”?
A pesar del hecho de que más de un millón de personas permanecen sin techo en Haití un mes después del terremoto, el embajador de los EEUU en Haití, Ken Merten, es citado en una nota de prensa del 12 de febrero del Departamento de Estado diciendo: “en términos de entrega de la ayuda humanitaria… francamente, está yendo muy bien, y creo que será algo que la gente podrá mirar atrás en el futuro como un modelo de cómo hemos sido capaces de afrontar esto nosotros mismos como donantes en el terreno y respondiendo a un terremoto”.

¿Qué? ¿Haití es un modelo de cómo la gobernanza internacional y la comunidad donante deben responder a un terremoto? El embajador debe estar agotado por el trabajo y necesita algo de reposo. Veamos los hechos.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informaba el 11 de febrero de que hay todavía 1,2 millones de personas viviendo en “asentamientos espontáneos” en y alrededor de Puerto Príncipe como resultado del terremoto del 12 de enero. Estos asentamientos espontáneos son campos en expansión descontrolada de personas, niños y familias haitianas sin techo viviendo en campo abierto bajo sábanas.

Más de 300.000 están en campos en Carrefour, casi 200.000 en puerto Príncipe, y más de 100.000 entre Delmas Petitionville y Leogane según Naciones Unidas.
Unas 25.000 personas están acampadas en un campo de golf en Petitionville. Cientos de miles viven en campos de fútbol, patios de iglesias, laderas de colinas, en barrancos, e incluso en franjas de tierra en medio de la calle. La ONU ha identificado unos 300 asentamientos espontáneos. Según la Cruz Roja hay más de 700.

La ONU informaba de que apenas una de cada cinco personas en los campos había recibido tiendas o lonas a 11 de febrero. El 80% de los cientos de miles de niños y familias todavía viven a campo abierto bajo sábanas.

Muchos de estos campos son enormes. Diecinueve de estos campos de sin techo en el área de Puerto Príncipe acogen en conjunto a 180.000 personas. Más de la mitad de estos campos son tan espontáneos que no hay una organización en el campo que al menos informe globalmente de sus necesidades.

Otro medio millón de personas ha dejado Puerto Príncipe, la mayoría se ha dirigido hacia el campo. Como resultado hay problemas importantes de alimentos en el campo. Unas 168.000 personas desplazadas por el interior del país están viviendo a lo largo de la frontera con la República Dominicana, muchos con sus familias. Otros están en asentamientos “espontáneos” de hasta mil personas.

A la gente viviendo en estos campos densamente poblados se le requerirá que se traslade a asentamientos más organizados fuera de la ciudad. La relocalización, dice la ONU, será bajo criterios voluntarios.

El embajador estadounidense sabe perfectamente que hay unas 900 agencias de ayuda sobre el terreno en Haití. La coordinación y comunicación entre esas agencias y entre ellas y el gobierno de Haití continúa siendo un serio desafío.

Aunque mucha gente está intentando afrontar las necesidades de supervivencia de Haití, nadie además del embajador se atreve a decir que este es un modelo de respuesta. El director de “Partners in Health”, el Dr. Louise Ivers, informaba el mismo día de que “hay más y más miseria” en Puerto Príncipe, así como también de los temores que amenazan los campos de la fiebre tifoidea y la disentería además de la temporada de lluvias.

Pero todavía prevalece el espíritu de Haití. Todo el que ha estado en Haití tras el terremoto habla de historias inspiradoras de haitianos ayudando a haitianos a pesar de la trágicamente inadecuada respuesta del gobierno de Haití y de la comunidad internacional. Ese espíritu es algo que la gente debe admirar. Permítanme acabar con una historia que lo ilustra:

A un orfanato a las afueras de Puerto Príncipe que alojaba a 57 niños se le prometió una gran tienda de manera que los pequeños no tuvieran que dormir más tiempo bajo las estrellas. La tienda llegó pero sin postes para sostenerla. Al mismo grupo se le prometió comida de UNICEF. Doce días después no había llegado la comida. Improvisaron y fabricaron andamios para crear un toldo sobre los colchones tirados en el suelo. Encuentran comida allá donde pueden. “Resistimos”, dice Etienne Bruny el director haitiano del orfanato, “estamos acostumbrados a tiempos difíciles”.

Los haitianos resisten pese a la inadecuada respuesta humanitaria. Ellos son el modelo.

Bill Quigley es abogado especialista en derechos humanos y profesor de derecho en la Universidad de Loyola de Nueva Orleans. Es un superviviente del Katrina y ha trabajado por los derechos humanos durante años para el Instituto por la Justicia y la Democracia en Haití.[/FONT]
 
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