Este invento podría ayudar a 'darle la vuelta' al gasolinazo

EL N3W

Bovino maduro
#1
Un zacatecano desarrolló un proceso para obtener gasolina de desechos plásticos como envases y bolsas, y ahora busca construir una pequeña refinería que ofrecería combustible a menor precio.



Zacatecas.- Luego de 10 años de investigación, Gerardo Nungaray Benítez, director de la empresa EcoInnova, se declaró listo para generar gasolina a partir de desechos de plástico, lo cual, advirtió, sería una alternativa ante el encarecimiento del hidrocarburo.

Por ello, advirtió que Zacatecas podría ser la primera entidad en el país en producir el combustible –de hasta 79 octanos (la Magna tiene 87, mientras que la Premium 92)- con desechos derivados del petróleo como el plástico, aceite usado y otros.

Nungaray Benítez ha trabajado por una década para generar gasolina a partir de desechos plásticos, la cual ya utiliza él mismo para su vehículo sin ninguna complicación.

Con esta perspectiva, el también becado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) busca apoyo por parte de los gobiernos federal y estatal con el fin de instalar una microrrefinería en el municipio de Guadalupe, que produciría hasta 270 mil litros de gasolina al mes.

La generación del combustible se da a través del proceso de pirólisis, que consiste en calentar los plásticos a cierta temperatura hasta convertirlos en gas; posteriormente se condensa para generar el líquido que ha probado en su propio vehículo.

Aseguró que al ser los plásticos hechos con petróleo la intención es revertir la forma y el color para poder simplificar el material hasta regresarlo a su estado natural.



El proceso genera grasa bitumen —chapopote—, aceite, diesel, gasolina y hasta thinner “Se trata de partir las moléculas de ese hidrocarburo hasta obtenerlo en su forma más sencilla”.

Entrevistado por EL FINANCIERO, dijo que para la construcción de una microrrefinería se requieren 18 millones de pesos y tendría que ser edificada en las inmediaciones del relleno sanitario, ubicado en el conurbado municipio de Guadalupe.

Precisó que para obtener combustible con su invento se pueden usar todo tipo de plásticos, a excepción de los denominados PETs, que se emplea en botellas de agua y refresco. Pero sí son apropiados para el proceso el resto de objetos como envases de jabón y bolsas de frituras, así como el nailon y el poliéster, incluso, pueden utilizarse desechos electrónicos, ropa, defensas de coches, tableros y alfombras, entre otros insumos.

Al cuestionarle sobre el precio final de la gasolina, aseguró que sería mucho más barato que el combustible convencional, “pero aún no se liberaliza el precio” por lo que se ajustaría a las reglas impuestas por la Federación. Sin embargo, a partir de 16 de octubre, fecha en que inicia la liberación del precio en la entidad, ya se podría hablar de un precio competitivo.

Nungaray Benítez, quien llevó a cabo este proyecto con el apoyo del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) y que en el año 2013 obtuvo la calificación más alta en cuanto a desarrollo de tecnología por parte del Conacyt, afirmó que, en caso de que las autoridades estatales o federales no tomen en cuenta su propuesta, está dispuesto a buscar financiamiento a través de crowdfunding o aliarse con inversionistas para poner en marcha su proyecto.

Nungaray Trejo inició una campaña de recolección de firmas para solicitar a las autoridades el apoyo necesario para la construcción de la micro refinería.

Finalmente el zacatecano comentó que su bodega utilizada para generar su combustible actualmente absorbe gran parte de sus esfuerzos; sin embargo, tiene como objetivo hacer crecer el proyecto y poder generar el combustible necesario para su estado.

Aparte de la ayuda recibida por parte de Conacyt para desarrollar este proyecto, menciona la buena orientación que recibió por parte del Consejo Zacatecano de Ciencia y Tecnología (Cozcyt), aunque reconoce que en otras dependencias estatales no tuvo la misma respuesta. “Todas las puertas están abiertas, el problema es que te atiendan”, lamenta.
 

jarochilandio

Bovino de la familia
#2
Primero que nada, por mucho que sea un buen investigador, permítanme dudar que tenga, en el estado actual de su desarrollo, siquiera una pequeña idea del precio final de la gasolina producida de esta manera. Para empezar, necesitaría pasar el estado pre-industrial (ése para el que dice requeriría de unos 18 millones de pesos). Ya estando esa microrrefinería en estado de producción corriente, tendría apenas una perspectiva más real de los costos de producción a escala industrial. Así que, eso de que “sería mucho más barato que el combustible convencional” está por verse. Menos aún puede hablar siquiera de “un precio competitivo” para cuando se liberalice el precio de los combustibles.

Eso por cuanto al aspecto ecnoómico-productivo.

Por lo que hace al aspecto técnico, el hecho de que su producto sea apenas de 79 octanos lo hace INVIABLE para los motores de combustión actuales. Ignoro en qué área de especialidad Gerardo Nungaray Benítez sea becario del CONACyT, pero lo referente al octanage de los combustibles en los vehículos automotores actuales lo sabe cualquier BUEN mecánico. Su declaración de que “ya utiliza él mismo (esa gasolina) para su vehículo sin ninguna complicación” me suena más bien a publicidad para intentar atraer la atención sobre su proyecto. Lo malo es que partir de publicidad ENGAÑOSA no ayuda en absoluto para atraer inversionistas. Cualquier inversionista con un mínimo de neuronas funcionándole, lo primero que hará es CERCIORARSE debidamente acerca de la información vertida por el inventor. Y las declaraciones anteriores de Nungaray Benítez le perjudicarán enormemente. El inversionista necesitaría ser más cándido que Moctezuma cuando llegó Cortés a nuestro territorio, para aceptar financiarle bajo tales premisas. Si se quiere “partir con el pié derecho”, lo mejor es ser franco, realista y directo, que tratar de vender “cuentitas de colores” a cambio de oro. No hay nada peor que vender ilusiones y luego no cumplir. Mejor ubicar lo que tiene actualmente (no inventarse realidades virtuales -¿existe eso?-) y proponer escenarios realistas, con prospectivas futuras bien fundamentadas. Que no se desespere por ya tener 10 años investigando al respecto. En los países avanzados, donde hay más apoyos para este género de trabajos, los grandes desarrollos toman usualmente 20 años en estar listos para pasar de la etapa de desarrollo de prototipos a la pre-industrial (en casos excepcionales, cuando los desarrollos los emprenden grandes consorcios -en cuyo caso se tienen grandes equipos de investigadores trabajando en el proyecto, con grandes sumas de dinero fluyendo hacia el mismo- este tiempo se ha logrado abreviar a algo cercano a los 10 años que ya le ha tomado a Nungaray Benítez trabajar en su proyecto). De nada servirá su “campaña de recolección de firmas para solicitar a las autoridades el apoyo necesario para la construcción de la micro refinería”, ya que eso ni siquiera forma parte de los criterios para aprobar un proyecto por parte del CONACyT (es aquí donde Nungaray Benítez me genera más dudas, ya que con una gestión así se asemeja más a un político, líder charro ó acarreador en busca de “hueso”).

Ojalá se centrara exclusívamente en continuar con el proyecto y, claro está, que nuestras “eminentes” luminarias políticas le “echaran una mano”, si no para “darle la vuelta al gasolinazo”, sí al menos para encontrar alternativas a la producción de combustibles, en lugar de estar apoyando a la inmensamente contaminante extracción de petróleo mediante “fracking”. Digo ésto ignorando en este momento que tan contaminante pueda ser el proceso de Nungaray Benítez, algo que no nos aclara.
 
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