El artista Cedric Laquieze realizó esta grotesca colección de esqueletos de gatos y perros decorados con flores artificiales simulando su piel y apéndices cuando estaban en vida. Una obra que combina lo funesto de los huesos limpios y sin carne con la vida y alegría de las flores, aunque en este caso sean sintéticas para que sus obras perduren.
A mí se me hicieron muy ingeniosos, aunque escalofriantes