El triangulo de Bennington

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Cerca del monte Glastonbury, en Vermont, se halla el Triángulo de Bennington, una enigmática zona boscosa donde se pierde el rastro de las personas que un día desaparecieron y de las que nunca mas se supo. La mayoria de estas desapariciones se produjeron sin que los cuerpos de seguridad pudieran encontrar..





Cerca del monte Glastonbury, en Vermont, se halla el Triángulo de Bennington, una enigmática zona boscosa donde se pierde el rastro de las personas que un día desaparecieron y de las que nunca mas se supo. La mayoria de estas desapariciones se produjeron sin que los cuerpos de seguridad pudieran hallar una sola pista para averiguar que les había ocurrido. Las víctimas eran personas de diferntes edades y de ambos sexos y todas ellas se esfumaron en un plazo de 5 años que posee del 1.945 a 1.950. Todas las desapariciones ocurrieron en el último trimestre del año, entre los meses de octubre, noviembre(mes11) y diciembre, pero aparte de esto poco mas se logró conocer para conocer la naturaleza de estos hechos.
La 1ª desaparación ocurrida en el Triángulo de Bennington se remonta a 1.945, un hombre llamado Henry MacDovell, evadido de un manicomio en el que estaba recluido por ser el autor de la muerte de otro hombre desapareció sin dejar rastro en ese lugar. Aunque no resulta extraño que un prófugo de la justicia “desaparezca” sin dejar rastro, este suceso es ha menudo mencionado como las 1ª de las raras desapariciones del Triángulo de Bennin
El 12 de Noviembre(mes11) de ese año un hombre llamado Middie Rivers que trabajaba como guía de montaña desapareció misteriosamente ante los ojos del conjunto de turistas a los que acompañaba de regreso al campamento. Él caminaba delante del conjunto de personas por una zona que conocía sobradamente cerca de la carretera de Long Trail y simplemente desapareció, nunca mas fue visto ni se encontraron restos o pistas que dieran respuesta a este inquietante suceso a pesar de las batidas que la policía y voluntarios realizaron a lo largo de días.
Un año màs tarde, en concreto el día 01 de diciembre(mes12) de 1.946 una estudiante de dieciocho años de edad de nombre Paula Welden se adentró en los bosques de la zona con la pretensión de realizar senderismo de montaña. Esto es lo último que se supe de ella. Jamás salió de aquellos bosques y las pesquisas iniciadas por la policía no dieron tampoco esta vez ningún resultado.
Tambien se reportan comentarios de que en el año 1.949 3 cazadores desaparecieron en el Triángulo de Bennington a lo largo de una jornada de caza, pese a que no se ha podido investigar si esto es veraz o simplemente una habladuría.
Sin embargo si se conoce que el día 1 de diciembre(mes12) de ese año un hombre llamado James E. Tetford protagonizó lo que parece ser la desaparición mas enigmática ocurrida en el Triángulo de Bennington. El señor Tetdford desapareció mientras se encontraba en el interior de un autobús en movimiento. Los demás pasajeros testificaron que lo vieron en el autobús, pero para cuando éste llegó a su última parada en Bennington James Tetford había desaparecido.
El doce de octubre(mes10) del año siguiente Paul Jepson, un niño de 8 años, desapareció de la vista de su madre mientras ésta se encontraba realizando algunas tareas domésticas. La ulterior búsqueda de los cuerpos de seguridad fue muy exhaustiva, empleándose incluso perros para tratar de seguir el rastro del niño. Los perros avanzaron a través del bosque hasta una autopista cercana donde perdieron el rastro. Esto hizo deducir a la policía que la desaparición de Paul Jepson fue un secuestro y que el pequeño fue introducido en algún vehículo que circulaba por ese autopista.
La última extraña desaparición de la que se posee constancia en el Triángulo de Bennington es la de una mujer llamada Frieda Langer. El 28 de Octubre(mes10) de 1.950 Frieda fue de excursión con su primo. En un instante de la caminata, Frieda tropezó y cayó en un lugar que estaba anegado de agúa. Frieda decidió volver al campamento para cambiarse de ropa y su primo se quedó en aquel lugar esperando que regresara. Frieda nunca llegó de vuelta al campamento. Se inició entonces un masivo operativo de búsqueda por tierra y aire. Policía, bomberos, militares y voluntarios participaron a lo largo de días rastreando toda la zona sin lograr tampoco resultados aparentes. Pero 7 meses mas tarde el cuerpo de Frieda fue encontrado en un descampado que, curiosamente, ya había resultado rastreado en los meses previos por la policía. Debido a las condiciones en que se encontraba el cuerpo y al tiempo transcurrido los forenses no pudieron determinar la causa de la muerte.
Existen unas cuantas teorías sobre la naturaleza de las desapariciones del Triángulo de Bennington pero todas ellas siguen siendo bastante endebles y no logran explicar por sí mismas todas las desapariciones. La 1ª teoría cita la opción que a lo largo de aquel periodo hubiera un asesino en serie por ese zona. Si bien esto es completamente posible, la diferencia de sexo y edad entre las víctimas y la falta total de pistas o evidencias en todos los casos, parecen echar por tierra esta tesis. No es muy usual hallar un asesino que actua tan indiscriminadamente al elegir a sus víctimas.
Otra teoría sostiene que las desapariciones se debían a desgraciados accidentes de montaña. Las fechas en que ocurrieron todas las desapariciones entre las estaciones de otoño e invierno son las propicias para que el suelo del bosque aparezca cubierto de una gruesa capa de hojarasca que oculte pozos o agujeros donde habrían caído inadvertidamente las víctimas. Sin embargo esto no explica los casos de Frieda Langer y James Tetdford. Además, en las búsquedas que se organizaron tampoco se encontraron pozos o simas que pudieran explicar esta teoría.
Lo indiscutible es que pasado ese periodo las desapariciones dejaron de poseer lugar y hoy en dia no se conoce ningún otro caso que haiga tenido lugar en esa zona. Probablemente no existe un único motivo para explicar las raras desapariciones del Triángulo de Bennington y sea mas razonable deducir que obedezcan a unas cuantas razones: accidentes, extravíos o secuestros…, pero de lo que no cabe duda, es que el misterio que las rodea continúa estando vigente y que la población local continúa considerando la zona que rodea el monte Glastonbury como maldita.
 
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