el pueblo, capitulo 3

#1
Una vez más ando por acá, ahora para dejaros la tercera y penúltima parte (80 por ciento de seguridad en eso) de "El Pueblo".

Antes de poner la historia deberé agradecer (lo cual no me cansaré de hacer) a todos vosotros que me han dado sus comentarios, observaciones y sugerencias.

Gracias a todos también por su tiempo y paciencia. Así como a "luznegra8Gmail" por su observación muy acertada.



Si no han leído las partes anteriores aquí dejo los enlaces:

Parte 1

Parte 2



Capítulo 3

El gusano de veinte centímetros de largo y ocho de ancho ingresó al cuerpo del trailero a través de un hoyo en su cuello, descendió por el esófago y finalmente se alojó en el estómago, se sujetó a una de sus paredes con una serie de dientes retráctiles ubicados alrededor de una boca que además poseía las mismas características que una ventosa.

Una vez anclada al órgano del portador la criatura comenzó a emitir ondas electromagnéticas para detectar si el cerebro del conductor aún se encontraba con vida. Después de segundos descubrió que el portador había muerto. Ahora a la criatura no le quedaba otra opción más que sacrificarse y dejar crecer al embrión que llevaba dentro.




Ya eran más de las dos treinta de la madrugada y no había señal de vida en aquel pueblo. Juan y Andrés habían intentado usar sus teléfonos celulares sin tener éxito. Donde quiera que hayan ido sus amigos Victor y Bernardo, habían olvidado sus celulares en el auto. Con el gélido aire golpeando ferozmente sus rostros y la pesada oscuridad de la noche cayendo sobre ellos ambos compañeros decidieron adentrarse más al abandonado pueblo.

Las casas eran de las típicas construidas de material, la mayoría tenían puertas de madera y ventanas protegidas con rejas de metal. Todas ellas eran solo de una planta pero contaban con un espacio razonable de terreno. La tierra y las grietas formaban también parte de la fachada. El pueblo contaba con aproximadamente cincuenta o sesenta casas separadas por un espacio considerable de tal manera que entre casa y casa había unos cuantos metros de distancia. No había calles de concreto pero en el costado opuesto del pueblo se alcanzaba a ver una capilla de estilo colonial a medio construir.

Los jóvenes llegaron a una esquina y se pararon junto a una tienda decorada con los colores típicos de una marca de cerveza. En una de las paredes de la tienda también se podía apreciar una mancha muy grande. Parecía como si alguien hubiese mojado su mano y dejado la marca ahí. Pero había algo malo en esa marca. Si fuera agua ya habría desaparecido y si fuese pintura seguramente el dueño debió haberla tapado ya. Mientras aún estaban analizando la mancha pareció como si en la casa frente a la tienda, a contra esquina, hubieran encendido una luz muy débil. Por una de las ventanas se alcanzó a colar un hilillo de lo que pareciera ser la luz de una vela.

Cuando Andrés vio eso comenzó a gritar para ver si alguien se encontraba despierto a esa hora pero no consiguió respuesta. De pronto a lo lejos se comenzó a escuchar un gruñido como si un perro estuviera defendiendo su alimento de algún invasor. Luego de un rato de incertidumbre a veinte metros de distancia, en línea recta, de donde se encontraban los jóvenes, salieron dos perros de las sombras, ambos de un color gris oscuro. Los animales carecían de pelo y a uno de ellos se le veía un hoyo como de diez centímetros de grosor en su costado derecho, sin embargo parecía que no sangraba. Los dos animales parecían un poco más grandes de lo normal y al abrir el hocico Andrés advirtió entre susurros que los canes tenían más de un par de colmillos, al parecer toda la dentadura estaba formada por ellos.

Sin pensarlo dos veces los animales comenzaron a correr por el centro de la calle en dirección a los jóvenes quienes por el asombro no reaccionaron a tiempo. Juan y Andrés comenzaron a correr en la dirección opuesta a los animales cuando de la casa frente a la tienda salieron dos hombres más, ambos con una escopeta cada uno y de un aspecto lugareño. Cada uno de ellos apuntó su arma a un perro y dispararon haciendo caer a ambos al suelo en medio de una nube de sangre. Los perdigones de las escopetas habían alcanzado al primer can en la parte izquierda de su cabeza destruyéndola por completo, mientras que el segundo fue herido de muerte en su costado.

Cuando los jóvenes escucharon los disparos detuvieron su marcha y aún con sus corazones latiendo a mil por segundo voltearon a ver con gratitud a aquellos que los habían salvado de una muerte segura. Ahora en medio de un charco de sangre oscura se encontraban los dos cuerpos inmóviles de aquellos enormes animales.

Juan comenzó a caminar hacia la casa en la que previamente habían visto el indicio de luz, y donde ahora se encontraban los dos hombres aún con sus armas en mano y mirándolos fijamente. Uno de ellos les gritó si se sentían bien y si no estaban mordidos, a lo que Juan les respondió que no, que solo estaban buscando ayuda ya que su auto se había quedado varado en el camino y que un trailero les trajo hasta ahí para pedir ayuda.

Aún se encontraba hablando Juan cuando de la casa a la derecha de Andrés, quien se había quedado notoriamente atrás, se escuchó como la puerta fue destruida de un fuerte impacto. Los restos de la puerta salieron volando a un costado mientras de la oscuridad de la casa salía una criatura humanoide de dos metros de alto, carente de piel, ojos totalmente amarillos y una musculatura extremadamente marcada. El ataque fue tan rápido que Andrés no se dio cuenta hasta que ya era demasiado tarde. Cuando Andrés volteo para ver de dónde provino el sonido lo único que se encontró fue una serie de dientes como cuchillas altamente afiladas que se cerraron a la mitad de su cráneo.

Juan alterado a lo sumo vio como aquella criatura tomaba a su amigo por los hombros mientras le arrancaba un enorme trozo de la cara. Afortunadamente Andrés ya había muerto cuando de los techos de las otras casas cercanas cayeron a tierra otras cuatro criaturas más, éstas andaban sobre sus cuatro extremidades pero las características eran similares a la primera. Lo único que las diferenciaba era que estas nuevas criaturas no tenían marcas en el cuerpo, ya que la primera tenía una herida redonda en el hombro. De pronto Juan sintió un terrible jalón de su camisa, su mente imaginó que estaba siendo llevado por esas cosas pero pudo observar que eran las dos personas que habían asesinado a los perros enormes. Mientras Juan era arrastrado en un mar de confusión y llanto hacia el interior de la casa, vio como salieron tres personas más de las sombras, también con armas en sus manos.

Los tres hombres armados dispararon varias veces en contra de las criaturas, las cuales al verse amenazadas no lucharon sino que tomaron cada una una de las extremidades de su víctima y las jalaron con toda su fuerza. Así, en medio de una explosión de sangre y el sonido de huesos al romperse fue desmembrado el joven Andrés en una aterradora y violenta escena. Las entidades volvieron a la oscuridad en medio de los disparos con su botín en mano.

Dentro de la casa, en un sótano se encontraban por lo menos diez personas armadas y entre ellos estaba Juan sentado en el piso con las piernas cruzadas, aún estupefacto por lo sucedido a su amigo. Los integrantes de aquella extraña milicia estaban hablando algo acerca de salir con la primera luz de la mañana, mientras que algunos más debatían el hecho de siquiera alejarse de las estructuras de las casas, decían que era suicidio ya que serían presas fáciles en campo abierto.

Pasaban los minutos y Juan continuaba mudo sin entender qué era lo que estaba sucediendo. Al ver la expresión de su rostro, un hombre de por lo menos treinta y tantos años se le acercó, el hombre tenía ropa de minero y estaba todo lleno de tierra, en su mano derecha cargaba un revólver y en su izquierda una pequeña veladora. Se sentó junto al joven y puso la veladora entre ambos. Aquel hombre se presentó como Héctor González y le dijo que era minero en un sector cerca de allí, generalmente las minas se dan en el municipio de Múzquiz pero la empresa había decidido explorar otros terrenos y los había mandado a él junto a un grupo de cincuenta mineros a hacer la exploración de una caverna encontrada en una pequeña montaña.

El minero continuaba relatando su llegada y de cómo en dos años habían generado algunos sectores bajo tierra con ayuda de maquinaria y equipo que había sido enviado. También le contó al joven acerca de sus éxitos ya que no encontraron carbón sino que en su lugar encontraron oro. Oro recubría las paredes, suelo y techo de la mina. Era demasiado difícil (mucho más de lo normal) extraerlo pero valía la pena el esfuerzo.

Aquel hombre finalizaba su relato contando acerca de aquel fatídico día hace no más de una semana cuando al extender uno de los túneles subterráneos de la mina, se toparon con una cámara de aire y dentro estaba una enorme grieta en el suelo. Alguno de sus compañeros (quienes ya se habían triplicado en número por lo menos dos o tres veces) les dijo que de la grieta salían sonidos extraños por las noches. Como si hubiese alguien en el otro lado gimiendo de dolor. No le tomaron importancia por la avaricia y el éxito obtenido. Fue entonces que sucedió. Una noche cuando todos estaban afuera de la mina durmiendo en sus casas rodantes o en campamentos, salieron de la grieta por lo menos sesenta criaturas de lo más aterradoras. Demonios con sed de sangre. Todo el complejo montado fue un caos. Ese día se derramó mucha sangre y muchos de los mineros desaparecieron mientras que otros eran comidos por los horrendos seres. Aquel minero junto con otros diez salieron en una camioneta del lugar, sin embargo, solo él logró mantenerse con vida hasta el día cuando llego al pueblo y encontró a la gente que lo acogió creyendo que estaba mentalmente enfermo, pero después de dos días, las criaturas llegaron.

Héctor el minero comenzaba a levantarse cuando se dirigió nuevamente al joven para decirle que esas entidades provenían del mismo infierno y que al despuntar el alba todos saldrían para buscar un lugar más seguro. Una vez dicho eso, tomó la veladora y se alejó a una de las esquinas del sótano.




Muchas gracias y la última parte la podrán ver en el siguiente enlace:

Final

Saludos.
 
#2
pues voy a leerlo a ver que onda, aunque deberias de poner los link de las partes pero en la parte de arriba ya que uno primero lee el contenido y ya ves pues se da cuenta que abajo estan las partes
...saludos,,,XD
 

funky2009

Bovino adicto
#10
No manches men... No la dejes en 4 partes... Mejor que sean en 8... Porfa... Es una historia verdaderamente chingona... Hasta parece que la estaba viendo en blue-ray en mi mente... No manches echaste a volar mi imaginación al 100%... Te felicito... Saludos y esperemos la 4 parte con ansias... Saludos
 
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