El programa Braceros y su trato inhumano hacia migrantes: 1942-2012.

Joker

Moderador risitas
#1
Como si fueran animales. En 1942, México y Estados Unidos hacen un convenio para llevarse a trabajar a mexicanos, con el pretexto de ayudar a la economía de guerra norteamericana. Las pruebas para formar parte de ello consistían en análisis de control "sanitario" que incluían análisis biopatológicos anales, desinfectados con DDT, y con trenes atiborrados, que harían la envidia de Hitler y los nazis. Al final, el gobierno mexicano, retuvo la mayor parte de sus salarios y "desaparecieron" el dinero. Muchos siguen esperando que el gobierno de Calderón resuelva el problema y, como ya vimos, eso no va a pasar, mucho menos a meses de su salida. No solo es indignante, es inhumano.

Gobierno mexicano entrega ahorros incompletos a ex trabajadores del Programa Bracero


CHIHUAHUA, México.- En 1964, concluía el Plan Bracero iniciado en 1942, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Fue un acuerdo internacional entre Estados Unidos y México para la contratación temporal de mexicanos, a muy bajo costo para los empleadores estadounidenses.

Se expidieron casi cinco millones de contratos a corto plazo. Y en el contrato se establecía que el 10 por ciento del ingreso del trabajador sería retenido por el gobierno mexicano que administraría sus cuentas de ahorro y de jubilación. Cuando los trabajadores terminaran su contrato, el gobierno mexicano se los pagaría al regresar a su país.

El Fondo de “ahorro”, un robo millonario a los trabajadores

El gobierno de México convino con el gobierno estadounidense la retención del 10 por ciento de los salarios mensuales de los trabajadores agrícolas, en bancos estadounidenses. Esta retención posteriormente se transfería al Banco de Crédito Agrícola de México, y nunca se llegó a devolver a los trabajadores.

El texto del convenio establecía que “el Gobierno de los Estados Unidos tendrá la responsabilidad de la guarda de las cantidades con que contribuyan los trabajadores mexicanos para la Formación de su Fondo de Ahorro Campesino”.

A los trabajadores en ese tiempo, se les pagó .30 centavos la hora. Una cantidad que representaba $57.60 dólares al mes, por una jornada laboral de ocho horas diarias por seis días. De esta cantidad les retuvieron en un banco estadounidense el 10 por ciento, esto era $5.76 dólares por mes, por trabajador.

El banco estadounidense transfería periódicamente al Banco de Crédito Agrícola de México, las retenciones de los trabajadores porque el convenio establecía que el banco mexicano asumía “las responsabilidades del depósito, guarda y aplicación, o en su defecto la devolución de dichas cantidades.”

Si multiplicamos los $5.76 dólares mensuales por los cinco millones de trabajadores, estamos hablando de 28 millones 800 mil dólares mensuales que retenía el gobierno mexicano.

En una segunda cláusula del convenio internacional del Programa Bracero dice que “el gobierno de México, por conducto del Banco Nacional de Crédito Agrícola, cuidará de la seguridad de los ahorros de los trabajadores para que se inviertan en la adquisición de implementos agrícolas”. Nunca se regresó ese dinero a los trabajadores y el programa se extendió diez años más.

Los ahorros del Programa Bracero debían entregarse al poder adquisitivo de ahora

A principios de los años 70, cuenta Rolando Cervantes, ciudadano estadounidense, que su padre abogado estadounidense radicado en Tijuana, cobraba 10 dólares (cuando el dólar estaba a 12.50 pesos) por llenar las solicitudes de empleo de los trabajadores agrícolas y las presentaba al gobierno de Estados Unidos para su contratación.

“Mi padre emigró a mucha gente”, dice, y “el primer paso era entrar en la extensión del programa Bracero”. La contratación en el “field” era masiva, dice. “Unas filas largas de trabajadores que pagaban porque los ayudara mi padre con los formularios. Pero también eran muchos los trabajadores que regresaban al país”. Recuerda que la frontera de Tijuana era un “hervidero de gente, entrando y saliendo para buscar trabajo”.

Para Cervantes es un robo lo que hizo el gobierno mexicano con el Programa Bracero. “¿Qué son esos 34 mil pesos? ¿De dónde salen?” se pregunta. Y responde al mismo tiempo que “la gente trabajó muchos años de sus vidas y con mucho sacrificio para que ahora les vuelvan a robar. ¿Cómo puede ser tan irresponsable el gobierno mexicano?”, dice al referirse a la situación los trabajadores de Chihuahua que van en busca de sus ahorros. “Saca la cuenta, dice, .30 centavos la hora en 1942, los 2.10 en 1975 y ahora está a 7.25 dólares la hora del salario mínimo. El gobierno mexicano debería regresar sus ahorros de acuerdo al poder adquisitivo de ahora y de acuerdo al número de horas trabajadas”.

Tablas de proyección sobre las cantidades retenidas por año, por trabajador, por total de trabajadores del Programa Bracero, de acuerdo a la información de salarios mínimos de la Red Internacional de Migración y Desarrollo.

 
Última edición por un moderador:
Arriba