Andando navegando por ahi me topè con esto...ahi usteders juzguen....
no pregunten por linx porque no los hallè
:chamucow::chamucow:
EL MARIACHI SATÁNICO MAMMON DE ATOTONILCO
no pregunten por linx porque no los hallè
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EL MARIACHI SATÁNICO MAMMON DE ATOTONILCO
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CANCIONES NEGRAS RANCHERAS Y CORRIDOS A LA MALA
(Parte 1)
INICIOS (¿Aparición?): Indeterminado.
Integrantes:
Kasdaya Limantur Azcárraga (Tololoche de 14 cuerdas)
Pazuzu Vargas Ochoa (Violín Primero)
Furcas Reyes Samperio (Violín Segundo)
Sargatanás Echeverría Guzmán (Guitarra líder)
Og García Maldonado (Gritos estratégicos)
Belfegor Rivapalacio Peluffo (Trompeta chueca)
Agramón López Escutia (Trompeta invertida)
Perrier Sánchez Castro (Coros)
Asmodeo Ordaz Quiñones (Voz principal)
Flauros Bermúdez Dóriga (Trompetón soprano)
Lilith Habibi Bizcocho (¿Bailarina?)
Ukobac Salinas Baldor (Efectos especiales)
Repertorio y Top Tens:
Antesala del Infierno
Serenata bajo la luna llena
¿Qué onda, chaparrita?
Chilpayate del demonio
Allá en el Averno Profundo
El Bikini
Cubetas de Mezcal
Murcielaguito pecho rojo
¡Ay Lucifer, no te rajes!
Juan Chamuscado
Me he de chutar a esa tonta
¿Cuál rey?
El son de la Roja
Las Nochesitas
LA HISTORIA
Hará cosa como de dos-tres meses me llegaron rumores de que la mayoría de los pobladores de Atotonilco el Bajo (de unos 2255, digamos que 2250) andaban últimamente muy mosqueados, irritables, avergonzados y preocupadísimos porque el agua del cercano Balneario Las Delicias estaba adquiriendo un inquietante color rojo desde que un mariachi local reapareció para llevarle serenata a una damita de nombre Salomé Jezabel Ishtar Jiménez (de los Ishtar de Babilonia y los Jiménez de Tizapanito, Jalisco.)
Armado (es un decir) con mi cámara fotográfica Lumix (Panasonic) y una grabadora de bolsillo TEAC modificada para poder captar sonidos de esos que sólo los perros oyen, partí rumbo a Atotonilco el Bajo, mero bajío nacional, parajes cristeros.
Curisoamente queda cerca de Cocula, por aquello de que “el mariachi es de Cocula, de Tecatitlán los sones”, es decir, auténtica tierra mariachera…, y de brujas y donde vive un dragón de siete cabezas.
Lo primero que hice al llegar fue intentar darme un merecido baño en las aguas salitrosas que le han dado fama mundial, pero resultó que hace añales que prácticamente ya no existen (dicen que las actuales son importadas de China y no resanan ni una almorrana incipiente). Aún así, me di una vuelta por el Balneario Playa del Sol para empezar a hacer preguntas casuales sobre los mariachis de la zona y revisar si en un lugar tan tradicionalmente persignado había tipas en bikini.
Apenas me acerqué a una ñora “luciendo” un traje de baño estilo matapasiones, en un delicioso color fiucha sarandeao, llegaron dos tipos anatómicamente mal proporcionados (tirando a gorilas) y con un carácter hosco para pedirme que me largara, que no anduviera molestando a la gente. Tal vez lo chilango se me nota demasiado, o la gente del lugar tiene secretos que cuidan celosamente. Ni siquiera pude tomarle una foto a dichos ejemplares porque además cargaban tremendos pistolones y la ñora ya estaba armándomela de tos y gritándole a un tal “Jorge Gustavo” que podría ser su marido, su hijo mayor, su amante, su guarura o algún otro engendro capaz de reventarme los meniscos con sólo mirarlos. Si tuviera rabo me habría retirado con el mismo muy escondidito.
Curiosamente, uno de los dos neandertales que me escoltaron a la salida, me dio a escondiditas un papel. En cuanto me alejé un poco para ver qué decía, leí: “BAYA SIN VOLETAR DERECHO A VILLA CORONA Y AY PREGUNTE POR DON ROQUE”
No consideré seriamente la posibilidad de tener que entrevistarme con un viejo muñeco de ventrílocuo sino con alguien que fuera algo así como el cronista de la zona. Al llegar al lugar me detuve en una tiendita pra tomarme una cocacola y pregunté al tendero por Don Roque. Me miró como burlonamente, sonrió tantito y me dijo “búsquelo en el atrio de la iglesia…, y recuerde, esta tierra es de aguas termales y cuna de bandas…” No le quise preguntar a qué tipo de bandas se refería.
Ya en el sitio al que me habían mandado me acerqué, por mero prejuicio, a un anciano que vendía paletas heladas… le atiné, era Don Roque, pero de cronista del pueblo no tenía ni una uña. Le compré una de limón y ya de plano a quemarropa le pregunté “oiga usted, ¿qué me cuenta de un mariachi medio raro de por aquí?”…
El hombre abrió mucho los ojos, gimió como actriz porno muy ronca y cayó privado. Sin averiguar si era numerito, desmayo o infarto, me alejé con mi paleta, sin rumbo. Pagué por un cuarto en el Hotel Posada del Rey (1 estrella). Me di un regaderazo como esperando que eso me trajera buena suerte.
Salí de mi cuarto y le pregunté a la encargada de atender en la recepción quién me podía dar información sobre un mariachi medio especial de por ahí. Se puso rete pálida, hizo una llamada por teléfono, colgó y me dijo que esperara un momentito, que ya iba a venir alguien a platicar conmigo “de eso.”
En cosa de cinco minutos llegó una niña muy preocupada, se me acercó dándome un cuaderno y diciendo “esto se lo manda mi abuelito y dice que sea usted tan amable de largarse inmediatamente de este lugar y no volver nunca más.” Y salió corriendo.
Regresé a mi habitación, me recosté y me dispuse a leer el cuaderno entregado de forma tan peculiar y amenazante.
Estaba muy gastado (el cuaderno, yo estoy justo al borde) y me llamó la atención desde la cubierta: de cartón grueso, color que originalmente pudo ser de un rojo intenso pero ahora casi recordaba más bien a un flamingo ruborizado. Tenía una especie de grabado obscuro con un círculo y en su interior una cruz con algo parecido a una criatura de siete cabezas crucificada, algo entre chivo y chango y un yo-no-sé-qué que recordaba a Elba Esther Gordillo.
Pasé a la primera página y al hacerlo percibí un olor como de huevos a la albañil con mucho epasote que provenía no de la cocina del hotel, sino de las mismas hojas del cuaderno. Sentí hambre.
Con letras muy garigoleadas podía leerse MARIACHI MAMMON y debajo algo que podría ser un tololoche o guitarrón con cuernos ahí donde van las llavecitas para afinar. Sobre el instrumento se adivinaba la silueta de algo que una persona en hongos podría creerse que era un dragón de siete cabezas. Di vuelta a la página y encontré una foto ya muy maltratada de lo que podría ser el mentado mariachi. Y hasta abajo, en letras de tipografía onda llameante la palabra ATOTONILCO.
Di vuelta a la hoja y leí:
MUSICATIS MUTANDUS DIABOLO SPIRITOSO ET CULO FREGONANTE VADE CORNO A TROMPETAZO INVOCAZZIONE NECRO MALEDICI
Curiosamente la página derecha estaba en blanco, o escrita con tinta invisible. Así se la llevaba el cuaderno, con texto escrito solamente en la página del lado izquiedo, el siniestro.
y le entiende uno mejor...
) me intereso buscar esta ultima frase, la k dice estar en latin y encontre esta direccion:
