Hola, que tal bakunos?, de nueva cuenta aquí estoy con una nueva historia, que espero que les guste un poco más que la anterior.
Esta historia le sucedió a un familar, hace muchísimos años, allá en ese pueblo donde tantas cosas han pasado y que tantos misterios guarda.
Cuenta mi abuelo que un familiar suyo salió a los pueblos vecinos para comprarse un caballo. Estubo viendo y recorriendo lugares buscando un equino que estuviera acorde a sus necesidades. Hasta que en un pueblo del llano, lo encontró.
Era un caballo grande y fuerte, joven y saludable, perfecto para las actividades del campesino. El hombre al ver el lugar de procedencia de este, lo llamó Llanero.
Este animal era dócil, confiable, muy bueno para trabajar; pero había un problema. Mi familiar, al que llamaré "Juan", se había quedado casi sin dinero por comprar al Llanero y a pesar de que trabajaba mucho, apenas le alcanzaba para subsistir.
Un día en un pueblo un poco alejado, organizaron carreras de caballos, venían gentes de municipios más grandes y de buen capital, así que Juan, decidió aprovechar la oportunidad, así que tomo el poco dinero que tenía y se dirigió a las carreras.
Allí inscribió al Llanero y le apostó todo lo que tenía, con la esperanza de recuperarse un poco. Y cual va siendo la sorpresa, de que el Llanero no sólo era bueno para el trabajo,sino que también era como una bala corriendo. Así que en 3 carreras en las que participó, ganó todas y Juan pudo reponerse, incluso, ganar más de lo que pensaba.
Todo iba bien hasta que el dueño del caballo favorito, que ya había ganado varías carreras ese día, retó a Juan a una carrera, este último desistió debido a que el lugar estaba algo retirado y ya anochecía, además ya tenía dinero más que suficiente para sus necesidades.
El dueño del caballo, muy molesto le dijo: "Está bien, cabrón, pero te aviso que de mi, te vas a acordar!!!" Juan no le hizo caso y se marchó hacia su pueblo.
Todo el trayecto hasta el pueblo transcurrió normal, hasta que llegó a una barranca por donde pasaba un río. Juan ya había pasado por ahí, así que pasó normal, a pesar de que ya era de noche y no se divisaba muy bien el camino. Esta barranca tenía aproximadamente 300 m desde la bajada de esta, hasta la cima (en forma de U y el río en medio). Cuando tocó el río, sintió que su caballo se comportaba de manera extraña, lo sintió más pequeño y al tocarlo se dió cuenta que su caballo ya no era tal, sino que se había vuelto una mula, Juan no se detuvo y siguió avanzando.
Al llegar más adentro del río, el caballo, que para este entonces ya era una mula, sufrió otro cambio y se transformó en un burro, Juan se percató de esto porque se mojó los pies, cosa que no había sucedido durante la ida, además que sintió las grandes orejas del animal y su silla se movía de un lado a otro.
Juan se asustó mucho y se dirigió a la casa más cercana, que para suerte era la de su compadre. Al llegar, le dijo: "Compadre, ayúdeme, mire lo que le pasó al Llanero!!!" Su compadre respondió: "Pero si estás montando un burro!!!" Juan, insistió: "No compadre, se lo juro, es el Llanero"
El compadre, al ver la cara de angustía de Juan, le creyó y le dijo: "Compadre, vamos al rezo que están haciendo en la Iglesia, allá está el padre y tienen agua bendita!!!" Y sin perder tiempo, se fueron a toda prisa a la Iglesia, le contaron al padre y este accedió a rezar junto con todos los feligreces para ayudar al animal y al echar sobre él agua bendita y frente a todas las personas que allí estaban, el burro se transformó y el Llanero volvió a ser el mismo. Cabe mencionar que en esos tiempos no había alumbrado en las calles, pero la poca luz de las velas y las personas que estaban más cerca vieron el asombroso cambio del Llanero, muchas personas quedaron en shock después de ver esto...
Esta historia no es inventada, en efecto, sucedió y la personas mayores del pueblo que lo presenciaron dan fé de ello (yo investigué personalmente con varias personas), así que en este caso, no puedo dar una conclusión de lo que pasó, ya que siempre me gusta dar cosas lógicas en mis historias, pero como escuché, tendré que hacer una excepción, ya que sólo los que allí estuvieron saben lo que realmente pasó.
Esta historia le sucedió a un familar, hace muchísimos años, allá en ese pueblo donde tantas cosas han pasado y que tantos misterios guarda.
Cuenta mi abuelo que un familiar suyo salió a los pueblos vecinos para comprarse un caballo. Estubo viendo y recorriendo lugares buscando un equino que estuviera acorde a sus necesidades. Hasta que en un pueblo del llano, lo encontró.
Era un caballo grande y fuerte, joven y saludable, perfecto para las actividades del campesino. El hombre al ver el lugar de procedencia de este, lo llamó Llanero.
Este animal era dócil, confiable, muy bueno para trabajar; pero había un problema. Mi familiar, al que llamaré "Juan", se había quedado casi sin dinero por comprar al Llanero y a pesar de que trabajaba mucho, apenas le alcanzaba para subsistir.
Un día en un pueblo un poco alejado, organizaron carreras de caballos, venían gentes de municipios más grandes y de buen capital, así que Juan, decidió aprovechar la oportunidad, así que tomo el poco dinero que tenía y se dirigió a las carreras.
Allí inscribió al Llanero y le apostó todo lo que tenía, con la esperanza de recuperarse un poco. Y cual va siendo la sorpresa, de que el Llanero no sólo era bueno para el trabajo,sino que también era como una bala corriendo. Así que en 3 carreras en las que participó, ganó todas y Juan pudo reponerse, incluso, ganar más de lo que pensaba.
Todo iba bien hasta que el dueño del caballo favorito, que ya había ganado varías carreras ese día, retó a Juan a una carrera, este último desistió debido a que el lugar estaba algo retirado y ya anochecía, además ya tenía dinero más que suficiente para sus necesidades.
El dueño del caballo, muy molesto le dijo: "Está bien, cabrón, pero te aviso que de mi, te vas a acordar!!!" Juan no le hizo caso y se marchó hacia su pueblo.
Todo el trayecto hasta el pueblo transcurrió normal, hasta que llegó a una barranca por donde pasaba un río. Juan ya había pasado por ahí, así que pasó normal, a pesar de que ya era de noche y no se divisaba muy bien el camino. Esta barranca tenía aproximadamente 300 m desde la bajada de esta, hasta la cima (en forma de U y el río en medio). Cuando tocó el río, sintió que su caballo se comportaba de manera extraña, lo sintió más pequeño y al tocarlo se dió cuenta que su caballo ya no era tal, sino que se había vuelto una mula, Juan no se detuvo y siguió avanzando.
Al llegar más adentro del río, el caballo, que para este entonces ya era una mula, sufrió otro cambio y se transformó en un burro, Juan se percató de esto porque se mojó los pies, cosa que no había sucedido durante la ida, además que sintió las grandes orejas del animal y su silla se movía de un lado a otro.
Juan se asustó mucho y se dirigió a la casa más cercana, que para suerte era la de su compadre. Al llegar, le dijo: "Compadre, ayúdeme, mire lo que le pasó al Llanero!!!" Su compadre respondió: "Pero si estás montando un burro!!!" Juan, insistió: "No compadre, se lo juro, es el Llanero"
El compadre, al ver la cara de angustía de Juan, le creyó y le dijo: "Compadre, vamos al rezo que están haciendo en la Iglesia, allá está el padre y tienen agua bendita!!!" Y sin perder tiempo, se fueron a toda prisa a la Iglesia, le contaron al padre y este accedió a rezar junto con todos los feligreces para ayudar al animal y al echar sobre él agua bendita y frente a todas las personas que allí estaban, el burro se transformó y el Llanero volvió a ser el mismo. Cabe mencionar que en esos tiempos no había alumbrado en las calles, pero la poca luz de las velas y las personas que estaban más cerca vieron el asombroso cambio del Llanero, muchas personas quedaron en shock después de ver esto...
Esta historia no es inventada, en efecto, sucedió y la personas mayores del pueblo que lo presenciaron dan fé de ello (yo investigué personalmente con varias personas), así que en este caso, no puedo dar una conclusión de lo que pasó, ya que siempre me gusta dar cosas lógicas en mis historias, pero como escuché, tendré que hacer una excepción, ya que sólo los que allí estuvieron saben lo que realmente pasó.
