el cirujano plastico

esprfoot

Bovino maduro
#1
Un joven cirujano estético estaba en su consultorio con un amigo. Entró una mujer de bello rostro y exuberantes curvas.Abrazando con cariño al médico le dijo:“¡No tengo palabras para agradecerte lo que hiciste por mí!¡Me has devuelto mi juventud y mi belleza!”. Tras decir eso la mujer salió. El cirujano, muy orgulloso le comenta a su amigo: “Es mi mamá”. En eso llega otra hermosísima mujer, más guapa aún que la anterior. Le dijo al médico echándole los brazos al cuello: “¡Gracias! Yo era fea, desmedrada, sin atractivo alguno. Tú me convertiste en una Venus irresistible. Por ti soy una mujer nueva. ¡Mi gratitud te acompañará toda la vida!”. Sale la mujer, y le dice con gran orgullo el médico a su amigo: “Es mi hermana”. Apenas acababa de decir tal cosa cuando irrumpió en el consultorio otra mujer, más bella aún que las dos que la habían antecedido. Su rostro era perfecto, como de actriz de cine. Su cuerpo mostraba incitativas redondeces: tenía bubis grandes y turgentes; lucía en la parte posterior dos armoniosas prominencias que se movían cadenciosamente a cada paso que daba ella; sus piernas tenían proporciones clásicas cuya sola vista provocaba el erótico pensamiento de hacerlas a un lado.Se planta le bellísima fémina frente al cirujano y le dice, furiosa: “¡Eres un imbécil! ¡Mira cómo me dejaste! ¡Jamás te perdonaré lo que me hiciste! ¡Me echaste a perder la vida! ¡Eres el colmo de la ineptitud y de la estupidez!”. Así diciendo la mujer salió dando un portazo. “¿Quién es?” –preguntó con asombro el amigo. Contesta, desolado, el cirujano plástico: “Es mi papá”…
 
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