El arrepentido

grekomaster

Bovino adicto
#1
Eran dos monjas que al ir a misa muy temprano por la mañana, en algunas ocasiones coincidían
con un hombre que salía de un conocido prostíbulo, y que al salir se santiguaba.

Al verlo, una le dice a la otra:

- ¡Mira, como este hombre después de salir de una casa de pecado puede santiguarse!, la próxima
vez que lo vea lo voy a encarar y le preguntaré como puede hacer eso.

Llega ese día y la monja horrorizada, va y le pregunta al tipo:

- ¡Mire nada más! ¿como puede usted santiguarse después de salir de una casa como esa?

Y el hombre a su vez sorprendido, le dice:

- ¿Yo santiguarme?... ¡Ah, ya caigo!
Lo que sucede es que me digo:

"A ver Juanito (tocándose la cabeza), la bragueta subida (tocándose el pantalón), la cartera
(tocándose la parte izquierda del saco), el celular (tocándose la parte derecha), ¿no huelo a
panocha? (poniendo la mano en la nariz) ¿no? entonces, ¡a casa!"

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¡Saludos Bakunos!
 
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