la especulación de alimentos, pisa el cuello de la mitad del planeta con la bota de la deuda externa, explota los recursos y las personas de manera criminal, permite la creación de dinero virtual y ganancias ficticias que serán utilizadas para hundir un poco más la bota en el cuello de algunos países, contamina sistemáticamente y destruye ecosistemas con impunidad y palmaditas en la espalda...
Ante eso, ¿por qué detenerse con los pocos muertos (en comparación) del 11-S? Cada día muere tanta gente o más a causa de enfermedades fácilmente curables y desnutrición en zonas perfectamente cultivables. ¿Cada cuánto muere la misma gente en Iraq?
Os diré cuál es la diferencia: en ese caso, las víctimas fueron hombres de negocios blancos, de buena familia. Sí, amigos, la obsesión con el 11-S es profundamente racista y clasista, puesto que considera que la muerte de unos cuantos blancos adinerados hay que investigarla hasta las últimas consecuencias, durante años, mientras que si mañana hubiera una incursión de EEUU en una aldea de Afganistán que matase a 100 personas inocentes, a nadie le importaría lo más mínimo, ni siquiera a la izquierda. Quedaría como una noticia más, dispersada entre el montón.