Ejecutan al general en retiro Acosta Chaparro

#1



Tuve la desgracia/fortuna de trabajar sólo 3 meses con este señor; de pensar en todo lo que sabía sobre el sistema y los personajes del México contemporaneo, me hace sentir calosfrios.

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Ejecutan al general en retiro Acosta Chaparro


El general en retiro, Arturo Acosta Chaparro, fue asesinado ayer con disparos de arma de fuego afuera de un taller mecánico ubicado en la colonia Anáhuac del Distrito Federal.

El militar recibió tres balazos en la cabeza y aunque fue encontrado con vida, murió en el hospital de la Cruz Roja de Polanco, a donde fue trasladado.

El ataque ocurrió afuera del taller mecánico con razón social Servicio Europeo, ubicado en la esquina de Lago Trasimeno y Lago Como. El general descendió de su camioneta Ford de color azul, con placas 275UBN, y de inmediato fue abordado por dos sujetos que viajaban a bordo de una motocicleta, uno de los cuales le disparó

Acosta Chaparro ya había sufrido otro atentado, en mayo del 2010, cuando fue atacado a balazos en calles de la colonia Roma.

En esa ocasión, el militar recibió un disparo en el abdomen. Y aunque estuvo en terapia intensiva en el Hospital Central Militar, logró recuperarse.

El general Arturo Acosta Chaparro era un personaje controvertido. Era experto en contrainsurgencia y fue uno de los principales protagonistas de la guerra sucia de los años setenta y ochenta.

Era señalado por organizaciones defensoras de los derechos humanos como responsable de decenas de asesinatos y desapariciones forzadas de opositores durante los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría y José López Portillo.

En 1968, Acosta Chaparro, entonces apodado Don Warma, fue integrante del Batallón Olimpia, creado para reprimir al movimiento estudiantil formado ese año.

En los años setenta y con grado de teniente coronel, encabezó un grupo especial del Ejército que tenía como función combatir a los grupos guerrilleros.

La leyenda dice que en 1974, Acosta Chaparro coordinó el operativo del Ejército para rescatar al senador Rubén Figueroa Figueroa, quien había sido secuestrado por la guerrilla de Lucio Cabañas que operaba en Guerrero.

De acuerdo con diversos testimonios de víctimas de la guerra sucia, Acosta Chaparro dirigía en el puerto de Acapulco una cárcel especial conocida como El Ferrocarril.

En ella, según esos testimonios, el militar torturaba a quienes eran llevados ahí por su presunta vinculación con grupos guerrilleros.

Los últimos presos de esa cárcel semiclandestina obtuvieron su libertad gracias a la Ley de Amnistía promulgada por el presidente José López Portillo.

En 1998, Acosta Chaparro fue vinculado por la PGR y por la Procuraduría General de Justicia Militar con el Cártel de Juárez, que entonces era encabezado por Amado Carrillo.

Fue investigado, sometido a consejo de guerra y sentenciado a 16 años de prisión. Pasó seis años y 10 meses en la prisión militar, pero en el 2007 un tribunal federal del fuero civil le concedió un amparo y fue dejado en libertad.

Desde entonces, el militar ha sido utilizado por el gobierno federal para realizar trabajo subterráneo.

Según la revista Proceso, el presidente Felipe Calderón le pidió al general Acosta su intervención para dar con los autores del estallamiento de varias granadas en la plaza principal de Morelia el 15 de septiembre de 2008.

En abril de ese año, Acosta Chaparro había recibido en la Sedena la condecoración de retiro por 45 años de servicio.

En mayo del 2010, la familia del panista Diego Fernández de Cevallos le pidió que negociara con quienes lo tenían secuestrado. En esos días sufrió el primer atentado contra su vida.

En el 2004, el general Arturo Acosta Chaparro intentó comprar el periódico El Día, pero la transacción no se concretó.



http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=655004
 

eoz

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#3
PRI y PAN dieron impunidad a Acosta Chaparro: Comisión de la Verdad de Guerrero.

PAra que vean lo "diferente" que puede resultar el pan. Éste es el asunto, los del pri y los del pan se podrán tirar y echar con todo lo que tengan en las bacinicas respecto de quién pintó más o menos ecuelas como si ser gobierno se redujera a hacer obra, pero en los asuntos torales como lo son las políticas de estado son idénticos. La represión hacia los grupos sociales viene lo mismo pintada de tricolor que de azul cielo de dios.


Aquí si cabe la expresio :"son lo mismo"

La nota:
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Coautor de la guerra sucia
PRI y PAN dieron impunidad a Acosta Chaparro: Comisión de la Verdad de Guerrero
Fue soldado del tricolor y con el blanquiazul hizo buenas migas, sostiene


Blanche Petrich.

Periódico La Jornada
Domingo 22 de abril de 2012, p. 2
El general retirado Mario Arturo Acosta Chaparro, asesinado el viernes, fue icono de una generación de militares, policías y funcionarios que cometieron desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y tortura en aras de una política contrainsurgente de la cual ningún gobierno se ha deslindado aún, desde la década de los sesenta hasta la fecha, con priístas o panistas por igual, señala el presidente de la recién creada Comisión de la Verdad en Guerrero, Nicomedes Fuentes García.

“De las cabezas más visibles de ese autoritarismo manchado de sangre, quizá era el último que quedaba vivo”, anota.

Muchos otros brazos ejecutores han muerto de viejos o por enfermedad: Francisco Quirós Hermosillo, Francisco Sahagún Baca, Salomón Tanús, Miguel Nazar Haro y, en Guerrero específicamente, Isidro Chiro Galeana, Wilfredo Castro Contreras, así como Rubén Figueroa.

Fuentes García, que en los años 60 pasó a la clandestinidad después de caer preso y se sumó a la lucha en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, agrupación que en su momento intentó integrarse al Partido de los Pobres, asegura que estas figuras del Estado represivo “le deben mucho al país y tienen que ser investigadas post mortem”.

La penalista Pilar Noriega, también comisionada de este órgano constituido por el Congreso de Guerrero, aclara que si bien una persona muerta no puede ser juzgada, queda aún el recurso de la recuperación de la memoria histórica, que “en casos como éste, en el que están involucrados incluso delitos de lesa humanidad, es de vital importancia”.

De ahí, agrega, que documentar los hechos delictivos en que intervinieron represores como Acosta Chaparro y otros, y difundirlos, “es aún un proceso pendiente que tiene que culminar, justamente para evitar que se repitan”.

Otro integrante de la Comisión de la Verdad, el ex rector de la Universidad de Guerrero Enrique González Ruiz, recordó que Acosta, lo mismo que su jefe, el general Quirós Hermosillo, fueron detenidos y juzgados –y a la postre exonerados– en el fuero castrense por vínculos con el narcotráfico.
“Pero también debieron haber sido juzgados por sus crímenes contra opositores y ciudadanos inocentes, y eso nunca ocurrió”, expuso.

Para González Ruiz, el ex militar asesinado, quien se jactaba de haber servido al país con sus prácticas genocidas, pudo vivir el resto de sus días impune frente al sistema judicial “porque fue un soldado del PRI, pero también hizo buenas migas con el PAN. Bajo gobiernos panistas su nombre fue reivindicado después de salir de la prisión militar”.

Señala Fuentes García: “el Estado mexicano se pinta solo para garantizar la impunidad de los delitos contra la humanidad de aquella época. Nunca hubo voluntad política para hacer justicia, esclarecer los hechos o reparar el daño a los familiares de las víctimas”.Sobre la continuidad de la responsabilidad del Estado, Fuentes insiste que no es atribuible sólo a los gobiernos que emanaron del PRI.

“Cuando la alternancia, Vicente Fox generó esperanzas de que se podría transitar hacia la justicia, pero no fue así. La Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) no produjo ningún resultado, ni siquiera para arrojar luz sobre el paradero de los desaparecidos, mucho menos para resarcir el daño a las familias de las víctimas.”A su vez, González Ruiz puntualiza que las instituciones actuales “profesan la misma doctrina, las mismas ideas de antes. Las nuevas generaciones de mandos militares y policiacos son más elegantes, usan corbata y hasta fueron a las universidades. Pero el fondo, un Estado estructuralmente represor en el que la impunidad es la regla, no ha cambiado”.
Sobre los casos de desaparición forzada o ejecución extrajudicial en que Acosta Chaparro pudiera haber tenido responsabilidad directa, no hay datos precisos. Los números de víctimas en Guerrero varían según la fuente. Se habla de 600 desaparecidos; Eureka y Afadem tienen documentados 532; a la Femospp llegaron 730 casos.

Nicomedes Fuentes sostiene: “el hecho mismo de que no se tenga una relación exacta de las víctimas es parte de la tragedia y de la justicia pendiente”.

La Jornada.
 
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