¿DONDE LO CONOZCO?

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Bovino maduro
#1
Uno de Guasave iba por la calle y encuentra un espejito de cartera, lo levantó, se miró y dijo:
“¡¡Ah shingá... yo a este bato lo conozco!!”
Y se lo guardó en el bolsillo del pantalón.
De regreso a su casa, volvió a mirarse en el espejito y repitió:
“¡¡'Eeeeerga... de dónde conozco a ese hijuetoda su reshingadísima madre??”
Al entrar a su casa, guardó el espejito en el bolsillo del pantalón. Se sentó a la mesa del comedor y mientras la Shayo le servía la mashaca con frijol mayocoba y le hacía sus tortillas de harina, el Guasavense volvió a mirarse en el espejito.
“¡¡Noooo, acábalo!! ¿¿De dónde conozco a este recabronsísimo??... Creo que es el que se corta el pelo en frente de mí.”
Curiosa, la Shayo le pregunta: “Oye, viejo... ¿qué tienes en la mano?”
Él le contesta con voz nerviosa: “¿Qué te importa? ¡¡Tú síguele con la comida!!”
Y guardó nuevamente el espejito en el bolsillo del pantalón.
Terminada la cena, el bato se fue a dormir, dejando el pantalón sobre la silla…
La Shayo, intrigada y malpensada (como todas), una vez dormido su viejo, se acercó a la silla y retiró el espejito del bolsillo... se miró en el mismo y dijo:
“¡¡¡Lo sabía, una foto de mujer!!!... ¡¡¡¡¡Y tiene cara de puta la hijaetoda su rechingadisísima madre!!!!!”
 
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