Ir de compras. Especialmente los hombres odian salir a comprar ropa. Ellos son más prácticos y no les importa de qué color, textura o marca sean sus prendas. Acompañar a sus parejas de shopping puede llegar a ser un verdadero castigo, pues no pueden entender cómo es que una persona pueda tardarse tanto tiempo eligiendo un artículo.