Diez célebres apocalipsis que (obviamente) no sucedieron

#1
Saludos, este tema se parece mucho a "Las 10 profecías sobre el fin del mundo que jamás llegaron a cumplirse" del compañero rdmh66, pero no es igual.
Subo este tema porque al comenzar a traducir no había visto que existía un tema parecido, y porque, de todos modos, me pareció interesante.
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Diez célebres apocalipsis que (obviamente) no sucedieron

Predicciones apocalípticas, como aquellas que advierten la destrucción global en el 2012, no son nada nuevo – han estado aquí desde hace milenios.

1. Las primeras advertencias desde Asiria

Una tablilla de arcilla asiria que data de alrededor del 2800 a.C. porta la inscripción: "Nuestra Tierra está degenerando en estos últimos días; hay señales de que el mundo está llegando rápidamente a su fin; el soborno y la corrupción son comunes, los niños ya no obedecen a sus padres, cada hombre quiere escribir un libro y el fin del mundo evidentemente se está acercando."
El mundo no se terminó (sólo mira alrededor), y a pesar de la plaga de corrupción y de adolescentes petulantes, cuatro siglos más tarde los asirios establecerían un imperio que eventualmente abarcó mayor parte del Cercano Oriente. El imperio asirio llegó a un abrupto final en el año 612 a.C, cuando su capital fue atacada por el ejército de Babilonia. Sin embargo, para las normas de los antiguos imperios, 18 siglos no fueron poco.

2. Las preocupaciones de los Cruzados


El Papa Inocencio III se basó en la teología apocalíptica en sus esfuerzos para reunir a Europa con el objetivo de lanzar una quinta cruzada para capturar Jerusalén, y el resto de la Tierra Santa, en ese tiempo parte del Imperio Ayyubí. Él identificó el surgimiento del Islam como el reinado del Anticristo -cuya derrota conduciría a la Segunda Venida.
En 1213, Inocencio III escribió: "Un hijo de la perdición ha surgido, el falso profeta Muhammed, que ha apartado a muchos hombres de la verdad seduciéndolos con tentaciones mundanas y con los placeres de la carne... nosotros sin embargo, ponemos nuestra confianza en el Señor, que ya nos ha dado una buena señal de que vendrá, que el fin de esta bestia se aproxima, cuyo número, de acuerdo con el Apocalipsis de San Juan, terminará en 666 años, de los cuales ya han pasado casi 600 ".
La fecha prevista era 1284. Siete años después, el último reino cruzado cayó, cuando el sultán Khalil conquistó la ciudad de Acre, en el actual Israel. El resto del mundo, sin embargo, se mantuvo intacto.

3. Botticelli pinta sus temores


El Renacimiento es recordado como una época dorada del arte y el aprendizaje, pero esta época también marcó un resurgimiento en las profecías apocalípticas. ¿La razón? "Los avances en la medición del tiempo y en la astronomía alentaron la estandarización del calendario", escribe David Nirenberg, un profesor de historia medieval en la Universidad de Chicago, "mientras que una secuencia de calamidades (desde el punto de vista europeo), como la conquista turca de Constantinopla... fomentaron un nuevo interés apocalíptico-numerológico.”
Las expectativas del apocalipsis encontraron su expresión en el arte de la época -la más famosa es La Natividad Mística, pintada por pintor renacentista italiano Sandro Botticelli. La parte inferior de la pintura representa a varios demonios pequeños agazapándose bajo rocas o clavados en el suelo, mientras que una inscripción en griego ofrece esta predicción sombría: "Yo, Sandro, pinté este cuadro al final del año 1500 durante las tribulaciones de Italia en el medio tiempo después del tiempo, de acuerdo con el onceavo capítulo de San Juan, en la segunda calamidad del Apocalipsis, la liberación del diablo por tres años y medio. Luego será encadenado en el doceavo capítulo y le veremos aplastado como en este cuadro. "(Esto colocaría el apocalipsis en torno al año 1504.)
Los historiadores del arte creen que Botticelli fue influenciado por los sermones de Girolamo Savonarola -un monje dominico que urgió a ricos y pobres por igual a arrepentirse de sus pecados y a renunciar de los placeres mundanos. Seguro de que el apocalipsis estaba cerca, Savonarola predijo: "la espada del Señor vendrá sobre la tierra pronto y rapidamente" en forma de guerras, pestes y hambruna.

4. El diluvio germánico que nunca llegó

En 1499, el matemático y astrónomo alemán Johannes Stoeffler predijo que una vasta inundación sumergiría al mundo el 20 de febrero de 1524. (Sus cálculos predijeron 20 conjunciones planetarias durante este año -16 de las cuales tendrían lugar en un signo "de agua", también conocido como Piscis.)
En Europa, más de 100 diferentes panfletos fueron publicados en apoyo de la profecía del día del juicio de Stöffler. El negocio floreció para los constructores de embarcaciones, no así para el noble alemán Conde von Iggleheim, quien construyó un arca de tres pisos en el Rhin.
Aunque 1524 fue un año de sequía en Europa, una ligera lluvia cayó en el día designado. Multitudes de personas -esperando ganar un asiento en el arca de Iggleheim- iniciaron un disturbio. Cientos de personas murieron y el Conde fue lapidado hasta la muerte.
Después Stöffler recalculó la fecha real para 1528, pero para entonces su reputación como adivino se había arruinado. En cierta forma eso fue una lástima, porque, de acuerdo con una historia contada en 1558 por el historiador alemán Hieronymus Wolf, Stöffler una vez predijo que su vida sería amenazada por un “cuerpo en caída". Eligió pasar el día bajo techo, donde, durante una discusión con sus amigos, Stöffler alcanzó a agarrar un libro de un estante, que se soltó y le golpeó la cabeza, lesionándole seriamente.

5. Cielos negros sobre Nueva Inglaterra

A las 9 am el 19 de mayo de 1780, los cielos de Nueva Inglaterra estaban envueltos en la oscuridad. Un artículo de 1881 de la Harper’s Magazine afirmó que, "los pájaros se posaron, los gallos cantaron al mediodía como a la medianoche, y los animales estaban claramente aterrorizados."
Se cree que esta oscuridad anormal fue causada por el humo de los incendios forestales, posiblemente unido a una densa niebla. Pero en ese entonces, algunos temieron lo peor. "La gente salió manoteando y gritando ‘el día del juicio ha llegado’", recordó un flautista de la Guerra Revolucionaria.
El "Día oscuro", finalizó a la medianoche, cuando las estrellas una vez más se hicieron visibles en el cielo nocturno. Pero las preocupaciones persistentes sobre un apocalipsis inminente provocaron que algunas personas buscaran a una oscura secta cristiana –los Shakers- que recientemente se habían instalado cerca de Albany, Nueva York. Los Shakers, una escisión del movimiento cuáquero, predicaban el celibato completo como el verdadero camino a la redención. Los Shakers reconocían una oportunidad en cuanto la veían y se embarcaron en una misión de 26 meses por toda Nueva Inglaterra, lo que les trajo cientos de conversos.
El individuo más famoso surgido del "Día Oscuro" fue Abraham Davenport, un miembro de la legislatura de Connecticut, que estaba en sesión cuando el cielo se ennegreció. Los miembros de la legislatura, temiendo que el apocalipsis había llegado, propusieron aplazar la sesión. Se dice que Davenport respondió: "El día del juicio o se acerca, o no. Si no es así, no hay motivo para un aplazamiento, si lo es, yo elijo ser encontrado cumpliendo con mi deber. Por lo tanto, desearía que trajeran velas." El poeta de Nueva Inglaterra John Greenleaf Whittier conmemoró a Davenport en un poema publicado por primera vez en el Atlantic Monthly en 1866.

6. Encontrando presagios en la Gran Pirámide de Giza


1881 Fue un año excepcional para las expectativas apocalípticas. Para empezar, la predicción de la "Madre Shipton", una adivina británica del siglo 16 cuyas profecías fueron publicadas por primera vez en 1641. Una edición posterior, publicada en 1862, incluía la predicción: "El mundo llegará a su fin; en mil ochocientos ochenta y uno." Sin embargo, el autor del libro, Charles Hindley, admitió que esta y otras profecías (incluyendo la invención del telégrafo y de la máquina de vapor) fueron agregadas como una broma en un aparente intento de impulsar las ventas de libros.
En una edición de 1881 de la Harper's Magazine, un autor anónimo se lamentaba: "Me temo que será imposible... liberar a las masas inglesas de esta infeliz pieza de pseudoeducación." Sin embargo, en una nota más optimista, el artículo añade: "Estoy seguro por amigos míos empleados en el Museo Británico, que dicha institución durante meses ha sido bastante asediada por gente ansiosa de saber si existe algún manuscrito como al que se hacía referencia, o si las predicciones son genuinas." Sin embargo, la edición de 1911 de la Encyclopaedia Britannica señaló que la profecía del fin del mundo en 1881 fue "la causa de la alarma más conmovedora de toda la Inglaterra rural en ese año, la gente abandonaba sus casas y pasaba la noche en oración en los campos, iglesias y capillas".
"Evidencia" de apoyo para un apocalipsis en 1881 provino de una fuente improbable: la Gran Pirámide de Giza. Charles Piazzi Smyth, el astrónomo real de Escocia, se convenció de que la pirámide había sido construida no por los egipcios, sino por un patriarca del Antiguo Testamento (quizás Noé) bajo la dirección divina. Como tal, Smyth vio implicaciones teológicas en casi todas las medidas de la Gran Pirámide, incluyendo un cálculo para el Fin de los Días.
La investigación de Smyth fue satirizada en una columna del 5 de enero 1881, del New York Times: "En la gran galería de la pirámide ... hay precisamente mil ochocientos ochenta y una muescas... por lo tanto, si la pirámide es confiable y realmente conoce su negocio, hemos llegado al último año de la Tierra. Hay un gran número de personas que creen en esta notable teoría de la pirámide, y todos y cada uno de ellos están completamente seguros de que la pirámide no puede decir una mentira... en caso de que llegaran a ser decepcionados y a estar bajo la desagradable necesidad de hacer llamadas de Año Nuevo en la nieve el primero de enero 1882, probablemente blasfemarán contra la pirámide y perderán toda su fe en el hombre y en las piedras."

7. Cuidado con el cometa Halley


Los cometas, por mucho tiempo, han sido vistos como signos de la fatalidad -y la reaparición del cometa Halley en 1910 no fue la excepción. A comienzos de ese año, escritores británicos e irlandeses opinaban que el cometa era un presagio de una inminente invasión alemana. Algunos parisinos culparon al cometa por una inundación masiva del río Sena, que devastó su ciudad.
Pero el pánico en toda regla entraría en erupción cuando el Observatorio Yerkes de Chicago anunció en febrero de 1910 que había detectado un gas venenoso llamado cianógeno en la cola del Halley. El New York Times informó que el astrónomo francés, Camille Flammarion creía que el gas "impregnaría la atmósfera y, posiblemente, extinguiría a toda la vida en el planeta".
La mayoría de científicos trataron de tranquilizar a la población. El famoso astrónomo Percival Lowell, explicó que los gases que constituyen la cola del Halley estaban "tan enrarecidos como para ser más tenues que cualquier vacío."
Pero el daño ya estaba hecho. La gente corrió a comprar máscaras antigás y "píldoras del cometa." el New York Times reportó que "el terror ocasionado por la proximidad del cometa Halley se ha apoderado de gran parte de la población de Chicago." Del mismo modo, el Atlanta Constitution reportó que la gente en Georgia estaba preparando habitaciones seguras cubriendo incluso hasta los agujeros de cerradura con papel. (Un hombre, dijo el periódico, se había "armado con un galón de whisky" y pidió a sus amigos que le bajaran hasta el fondo de un pozo seco, de 40 pies de profundidad.)
Después de que el Halley pasó por la Tierra en mayo, el Chicago Tribune anunció (innecesariamente) "Aún estamos aquí." No todo el mundo, sin embargo, se vio envuelto en el frenesí apocalíptico. Las "fiestas del cometa" en las azoteas estuvieron de moda en las ciudades de todo Estados Unidos.

8. Los planetas se alinean, no pasa nada

En 1974, John Gribbin y Stephen Plagemann escribieron el best-seller, The Jupiter Effect, advirtiendo que en marzo de 1982, una alineación de los planetas mayores en el mismo lado del Sol dispararía una serie de eventos cósmicos -culminando con un terremoto a lo largo de la falla de San Andrés que acabaría con Los Ángeles.
El libro tenía un aura de credibilidad, ya que ambos autores eran astrofísicos educados en Cambridge y Gribbin fue editor de la prestigiosa revista científica Nature. Los científicos afirmaron que la fuerza gravitatoria combinada de los planetas (especialmente de los densos, como Júpiter y Saturno) ejercerían fuerzas de marea sobre el Sol, causando un incremento en la actividad de manchas solares que bañarían a la Tierra con partículas de alta velocidad, que, a su vez, causarían abruptos cambios en la rotación de nuestro planeta, dando lugar a terremotos.
Varios científicos criticaron a The Jupiter Effect, diciendo que su argumento se basaba en una delgada cadena de suposiciones. (El sismólogo Charles Richter del Caltech llamó a la tesis “pura astrología disfrazada.") Sin embargo, el libro asustó a gente de todo el mundo, gracias, en parte, al apoyo de otros agoreros, como Hal Lindsey (autor del best-seller de los 1970’s, The Late Great Planet Earth) quien, en 1980, escribió que los terremotos en todo el planeta darían lugar a fugas radiactivas en los reactores de las centrales nucleares y destruirían las presas, provocando inundaciones masivas.
Conforme se acercaba la fecha temida, las residentes de la ciudad, presas del pánico, bombardeaban con llamadas telefónicas al observatorio Griffith de Los Ángeles. Por otra parte, el San Diego Vista Press reportó el 10 de marzo de 1982: "Hemos tenido gente literalmente preguntando, '¿Debo vender mi casa y alejarme?’", decía Kevin Atkins del Gates Planetarium [en Denver, Colorado]... Una pequeña secta cristiana en las Filipinas está construyendo un laberinto de cubículos acolchados y probando trajes acolchados en la preparación para desastres. Incluso el periódico de Beijing, The People’s Daily, trató de asegurar a sus lectores de que "no existe relación regular de causa-efecto alguna entre este fenómeno astronómico y desastres naturales como los terremotos ".
Un año después del evento de no del fin del mundo, Gribbin y Plagemann publicaron The Jupiter Effect Reconsidered. También fue un best-seller.

9. El pánico del Y2K

Al menos durante este temor apocalíptico, hubo alguien a quien culpar: A lo largo de décadas, los programadores de computadoras han utilizado dos, en lugar de cuatro dígitos, para representar años. Por ello, las computadoras supuestamente se descompondrían el 1 de enero del 2000, ya que las tontas máquinas no serían capaces de encontrarle sentido al año "00"-y así nació el temido "Bug del Y2K". Algunos expertos defendieron a los programadores, señalando que sus acciones habían sido una manera lógica para conservar preciosa memoria de computadora y ahorrar dinero. Otros fueron menos halagadores. "Qué condujo al Bug del Y2K, si no, la arrogante indiferencia hacia el futuro", escribió Brian Haynes en The Sciences Magazine. "Por el contrario, esto fue un exceso de modestia. ('De ninguna manera mi código seguirá funcionando dentro de 30 años.') Los programadores no pudieron prever que sus apresurados arreglos y chapuzas se convertirían en los ‘sistemas heredados’ por la próxima generación". En septiembre de 1999, una encuesta realizada por el Wall Street Journal encontró que el 9 por ciento de los estadounidenses creía que Microsoft estaba escondiendo la solución al problema.
El periódico Independent, advirtió de una posible "guerra nuclear", causada por fallas en los sistemas de alerta temprana; el Fondo Monetario Internacional predijo el caos económico en países en desarrollo; al gobernador de la Reserva Federal, Alan Greenspan, le preocupaba que el pánico sobre el Bug condujera a los negocios de los Estados Unidos a almacenar bienes, conduciendo a una escasez generalizada, y la CNN reportó de que el suministro de leche en los Estados Unidos se cortaría porque el equipo de las granjas productoras de lácteos podría llegar a fallar.
Sin embargo, el pánico por el Bug del Y2K nunca alcanzó el grado febril que muchos anticiparon. Una encuesta Gallup informó que a mediados de diciembre de 1999, sólo el 3 por ciento de los estadounidenses anticipaban "problemas mayores", en comparación con el 34 por ciento del año anterior.
Se gastaron miles de millones de dólares en todo el mundo para solucionar el Bug del Y2K, y aún se debate sobre cuánto de ese gasto era necesario.

10. ¿Un agujero negro hecho por el hombre?


Desde principios de la década de 1990, los medios de comunicación han informado que el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), potencialmente, podría crear un agujero negro que se tragaría a la Tierra.
El LHC, fue puesto en funcionamiento en septiembre de 2008 –tiene 17 millas de circunferencia y está enterrado a 570 pies bajo los Alpes en la frontera franco-suiza. El colisionador tiene la capacidad de hacer chocar haces de protones a velocidades de hasta 99,99 por ciento de la velocidad de la luz. De este modo, se puede simular las condiciones y las energías que existían poco después del inicio del Big Bang –proveyendo entonces comprensión a preguntas críticas sobre cómo se formó nuestro universo.
Sin embargo, a algunos escépticos les preocupa que la colisión de protones de alta energía pusiera crear micro agujeros negros. Una razón para la persistencia de este rumor del día del juicio es que los físicos cuánticos tienen una tendencia a nunca decir nunca. Mientras algunas leyes físicas se cumplan, los posibles eventos se colocan en la categoría más amplia de probabilidad "no-cero". O, como el físico de Amherst Kannan Jagannathan explica: "Si algo no está prohibido, es obligatorio... En un universo infinito, hasta las cosas de menor probabilidad deben ocurrir (en realidad infinitamente)." Sin embargo, por esa misma norma, agrega Jagannathan, la física cuántica dicta que es teóricamente posible abrir el grifo de su cocina y que un dragón salga de pronto.
Y eso explica por qué los físicos (con la posible excepción de aquellos que le tienen fobia a los dragones) no están muy preocupados. "El mundo es constantemente bombardeado por rayos cósmicos energéticos provenientes de las profundidades del espacio, algunos de ellos inducen colisiones de partículas miles de veces más poderosas que aquellas que se producirán en el LHC", dice Stéphane Coutu, profesor de física en la Universidad Estatal de Pensilvania "Si estas colisiones pudieran crear agujeros negros, ya habrían ocurrido.


Fuente: Ten Notable Apocalypses That (Obviously) Didn’t Happen (Smithsonian Magazine)
 

juliz 2.0

Bovino Milenario
#9
lo del colosionador de hadrones es una mentira, he leido mucho del tema y dicen que es lo menos probable que podria pasar pero en fin grax por el apo
 

Terszebet

Bovino Milenario
#10
lo del colosionador de hadrones es una mentira, he leido mucho del tema y dicen que es lo menos probable que podria pasar pero en fin grax por el apo
Por eso mismo el tema se llama
Diez célebres apocalipsis que (obviamente) no sucedieron

y si. tienes razon es parecido a un tema anterior.. pero al final no deja de ser interesante..
Gracias por tomarte el tiempo de transquibir y compartirlo...
Saludos :vientos:
 
#11
Saludos, muchas gracias por seguir el tema.

interesante info pero el hoyo negro todavia es peligroso no?
Como señalaban otros compañeros, parece que la probabilidad de que se genere un agujero negro en el LHC capaz de acabar con la Tierra es bajísima.

"The world will not come to an end when the LHC turns on. The LHC is absolutely safe. ... Collisions releasing greater energy occur millions of times a day in the earth's atmosphere and nothing terrible happens."
Prof. Stephen Hawking, Lucasian Professor of Mathematics, Cambridge University

Juzguen ustedes mismos:
The Safety of the LHC
Review of the Safety of the LHC Collisions
 

gatoloco11

Bovino adicto
#17
muy buenas, aunque recuerdo mas como que en el 2000 se acababa el mundo (aparte de lo de las computadoras) por un razonamiento similar al de que se acabara el mundo en el 2012
 
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