Perdonen los insultos.
Llega un señor a un restauran, se sienta y empieza a gritarle al mesero:
-¡Mesero!... ¡mesero!... jueputa (era yucateco), te estoy ablando!!!.
Entonces se le acerca un mesero.
-Si señor le tomo su orden...
-¡¡¡Pelana!!!, hace rato que te estoy ablando; quiero tres cafés... una para mi, uno para ti y ¡¡¡uno para tu chingada madre!!!.
Molesto el mesero se va y un rato después regresa con los cafés. Al poco tiempo otra vez el señor vuelve llamar al mesero.
-¡Mesero!, ¡mesero!, ¡pelana!, te estoy ablando.
Y el mesero se le acerca con cara de que le quiere partir la cara al tipo.
-(Enojado) Si señor, que le sirvo.
-Aaaa ¡pelana!, ¿estas encabronado?. Traime tres cafés... uno para mi, uno para ti y ¡¡¡uno para tu chingada madre!!!
El mesero ya no aguantaba al tipo y se lo dice a un compañero:
-Ya no aguanto a ese pendejo.
-Cálmate carnal, no le hagas caso, si no fuera por los comensales no tendríamos que tragar.
-La próxima vez que me vuelva a decir lo mismo le doy un golpe en el osico.
En lo que estaba el mesero con su compañero el señor vuelve a hablar al mesero.
-¡Hey!, ¡mesero!, ¡ben haca pelana!, ¡¡¡pelana!!!
-(Furioso) ¡Si!
-Tráigame tres cafés, uno para mi, uno para ti y un...
Zazz, le prende un golpe el mesero al señor en la nariz tan fuerte que lo tira de la mesa. Entonces se levanta el señor con la nariz ensangrentada.
-¡Ya cabrón!, ¡ya!, no sabes aguantar una broma. Esta bien, traime dos cafés, uno para mi y uno para ¡tu chingada madre!. Para ti no, porque el café te altera.
Llega un señor a un restauran, se sienta y empieza a gritarle al mesero:
-¡Mesero!... ¡mesero!... jueputa (era yucateco), te estoy ablando!!!.
Entonces se le acerca un mesero.
-Si señor le tomo su orden...
-¡¡¡Pelana!!!, hace rato que te estoy ablando; quiero tres cafés... una para mi, uno para ti y ¡¡¡uno para tu chingada madre!!!.
Molesto el mesero se va y un rato después regresa con los cafés. Al poco tiempo otra vez el señor vuelve llamar al mesero.
-¡Mesero!, ¡mesero!, ¡pelana!, te estoy ablando.
Y el mesero se le acerca con cara de que le quiere partir la cara al tipo.
-(Enojado) Si señor, que le sirvo.
-Aaaa ¡pelana!, ¿estas encabronado?. Traime tres cafés... uno para mi, uno para ti y ¡¡¡uno para tu chingada madre!!!
El mesero ya no aguantaba al tipo y se lo dice a un compañero:
-Ya no aguanto a ese pendejo.
-Cálmate carnal, no le hagas caso, si no fuera por los comensales no tendríamos que tragar.
-La próxima vez que me vuelva a decir lo mismo le doy un golpe en el osico.
En lo que estaba el mesero con su compañero el señor vuelve a hablar al mesero.
-¡Hey!, ¡mesero!, ¡ben haca pelana!, ¡¡¡pelana!!!
-(Furioso) ¡Si!
-Tráigame tres cafés, uno para mi, uno para ti y un...
Zazz, le prende un golpe el mesero al señor en la nariz tan fuerte que lo tira de la mesa. Entonces se levanta el señor con la nariz ensangrentada.
-¡Ya cabrón!, ¡ya!, no sabes aguantar una broma. Esta bien, traime dos cafés, uno para mi y uno para ¡tu chingada madre!. Para ti no, porque el café te altera.
