Alcanzan el sueño americano... en Oaxaca

braulio899

Bovino maduro
#1
Enclavados en la sierra norte de Oaxaca, los migrantes que hace 25 años probaron suerte en los campos agrícolas de Estados Unidos, cosechan hoy, en un ciclo de siete meses, más de 8 mil toneladas de jitomate que crece en más de 50 invernaderos cuya tecnología, tanto en fertilizantes como en agua pura de manantial, los lleva a recibir el sello de Calidad Suprema de México.

Sentado bajo las anaranjadas curvas del Palacio de Nuevo Zoquiapan, el síndico José Benito López, de 58 años, recuerda que después de una temporada viendo lo que allá se hacía en el campo, algunos optaron por regresar “y una familia construyó su invernadero rústico, con morillo de pino, bajo el cielo abierto. Fue un trabajo arduo que sin conocimiento no les dio mucho resultado, pero viendo que con técnica y recursos sí iba a ser redituable, por 1995 el gobierno les dio recursos y cuando la gente regresó del norte encontraron que las familias tenía sus invernaderos, y ahí van los otros a hacer lo mismo. ¡Y si viera cuánta gente ha regresado y cuánta ha dejado de migrar!”, exclama el síndico.

En uno de los tantos invernaderos, el precusor de ellos, Rafael Vázquez, recuerda mientras camina entre los surcos de fresas, enormes, sanas y sin bichos, el día exacto en el que partió con su padre y hermanos. “Fue la madrugada del 17 de febrero de 1985, salimos en un flete y llegamos hasta la Central de Oaxaca, de ahí en pasajes a México y en autobús hasta Tijuana. En un cambio de turno de la Border nos lanzamos y corrimos hasta llegar a un Mac Donalds de San Isidro, tomamos un taxi, el chofer era mexicano y nos dejó en un rancho de fresas, Los Tabatas, donde nos contrataron por 4.75 centavos de dólar la hora.”

Como sus hermanos, logró aplicar con éxito para la residencia permanente en la amnistía del 88, pero diez años más tarde, en 1998, toma la decisión de volver a México después de ser humillado en su trabajo. “Eso me hizo jurar que jamás trabajaría de nuevo en los campos de Estados Unidos, en ese momento entendí que en México, en Oaxaca, existen mejores oportunidades, siempre y cuando haya participación, fe y organización, la más fundamental de todas las cosas”.

A once años de haber vuelto, Rafael Vázquez, quien encabeza el Consejo Regional de Productores de Tomate de la Sierra Norte AC, con 2 mil 350 socios familiares, señala que el éxito del Consejo reside en “la organización, precisión, unión y, claro, saber lo que quieres”,

Narra con cifras exactas en la memoria, cada uno de los escalones de una empresa de jitomates que vende sus productos por miles de toneladas en la Central de Abasto de la Ciudad de México y compra sus semillas en Canadá, así como hasta 70 toneladas de fertilizantes en Israel.

A nivel región, los 2 mil 350 socios de siete comunidades del Consejo han levantado 190 mil metros cuadrados de invernaderos, los cuales pagan impuestos comunales que se destinan a través de los Bienes Comunales en los Centros de Salud, en las escuelas, en donde los mismos productores decidan hacerlo.

Cada jefe de invernadero contrata a 150 pesos el día, a por lo menos siete miembros más de su familia, o bien de otras, como regadores, cortadores, seleccionadores, empacadores y demás actividades con un Seguro Social y prestaciones.

La Secretaría de Desarrollo Social del estado destinó 18 millones 836 mil pesos en los últimos tres años para la creación de 96 invernaderos, y tiene para invertir, en 2010, 13 millones 144 mil pesos para 65 invernaderos, mismos que “no tienen nada que pedirle a los de Israel o Canadá”, manifiesta el delegado de la Sedesol Oaxaca.

Un pueblo de 3 mil habitantes con alrededor de 500 familias tienen en promedio 200 familiares estables en Estados Unidos, y 150 que iban y venían, mismos que cuando han dejado de mandar remesas, reciben de parte de los propios productores apoyos para que no se regresen.

Pero si de regresar por trabajo se trata, en Nuevo Zoquiapan, así como en otras tantas comunidades de Oaxaca, el segundo estado con mayor índice de pobreza en el país, hay ya trabajo y ya sólo en la memoria recuerdan que hasta los años setentas vivieron de los pinos que sacaban arrastrando en burros y caballos para venderlos en la capital oaxaqueña que quedaba a tres noches y cuatro días de distancia.

Entonces volvían con insumos y víveres que acompañaban a las habas, los frijoles y el maíz de su propia cosecha de autoconsumo. Hoy van y vienen en camionetas del año, y sus productos salen en un enorme tráiler que han comprado en conjunto.

Fuente
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Da gusto ver este tipo de notas. Muestra clara de que en Mexico si es posible adelante. Como este, hay muchos ejemplos de desarrollo en Mexico, los cuales deberian ser apoyados y aplicados en todo el pais.
 

SALAZAR3009

Bovino Milenario
#2
que bueno que se den proyectos de esta magnitud en tierras mexicanas, sin duda es lo que se necesita para sacar un pais adelante con tierras aptas para el cultivo
 

Mcleod00

Bovino Milenario
#4
Estaria chingon que se aplicara esto en todo el pais, entonces el gobierno veria que es bueno apoyar mas al campo.
 
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