A cien años... Mitos y leyendas del Titanic

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Bovino Milenario
#1
Ya que esta de moda este tema por los 100 años, he aqui unos mitos del tan celebre barco.

Insumergible
En la cinta Titanic de Cameron, la madre de la protagonista mira hacia el barco desde el muelle de Southampton y señala: “Así que este es el barco que dicen que es imposible de hundir”.
Pero este es quizás el más grande mito que rodea al Titanic, dice Richard Howells, del Kings College de Londres. “No es cierto que todo el mundo pensaba eso. Es un mito retrospectivo y genera una mejor historia”.
Contrario a la interpretación popular, la empresa White Star Line nunca hizo una declaración contundente de que el Titanic fuera insumergible y en realidad nadie habló de la insumergibilidad del barco hasta después del evento, sostiene Howells.
Aunque el hundimiento apareció mucho en los noticiarios del cine mudo de la época, había muy poco material de archivo de la propia nave. Esto porque el Titanic no fue una gran noticia antes de hundirse. Su buque gemelo, el Olympic, le robó protagonismo en su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York en 1911.
Tenía el mismo capitán que el Titanic, recorrió el mismo camino, tenían las mismas instalaciones de seguridad y el mismo número de botes salvavidas, o los mismos faltantes. “La historia se convirtió en mito en cuestión de horas y, obviamente, a días del hundimiento”, asegura Howells.

Última canción de la banda
Una de las más bellas imágenes que se ofrecen en muchas de las películas sobre el Titanic es la de la banda tocando mientras el barco se hunde. La leyenda dice que los músicos permanecieron en cubierta, en un intento de mantener en alto la moral de los pasajeros y la última melodía fue el himno Más cerca, mi Dios, a ti. Todos murieron y ellos se convirtieron en héroes.
Simon McCallum dice que los testimonios relatan que la banda tocó en la cubierta, pero hay un debate acerca de cuál fue la canción final. “El pasajero que recordó que era ese himno en particular fue lo suficientemente afortunado para salir mucho tiempo antes de que el barco se hundiera. En realidad nunca sabremos si los siete músicos murieron”, dice McCallum.

La muerte del capitán Smith
Poco se sabe sobre las últimas horas del capitán Smith, pero se le recuerda como el héroe, a pesar de aparentemente no haber atendido las advertencias de hielo y no frenar la nave cuando se le informó que había hielo directamente en su camino.
“Él sabía cuántos pasajeros había en el barco y el número de espacios en los botes salvavidas, y permitió que salieran parcialmente llenos”, dice Louden-Brown, a quien no le gustan las representaciones excesivamente benévolas del capitán en el celuloide.
Se dice que el primer bote salvavidas que se alejó del Titanic, con una capacidad de 65 personas, contenía tan solo a 27. Muchos de los botes salvavidas se fueron medio vacíos y no regresaron a recoger a los supervivientes. “Smith es el responsable último de todas las fallas de la estructura de mando a bordo, nadie más puede tener la culpa”, añade Louden-Brown.
El capitán Smith no emitió una orden general de abandonar el barco, lo que significa que muchos pasajeros no se dieron cuenta de que el Titanic estaba en peligro inminente. No había ningún plan para una evacuación ordenada ni se hicieron simulacros de emergencia con antelación.

El empresario malvado
Las historias que rodean a J. Bruce Ismay, el presidente de la compañía que construyó el Titanic, son muchas, pero casi todas se centran en las denuncias acerca de su supuesta cobardía al escapar del barco que se hunde, mientras que los demás pasajeros, especialmente mujeres y niños, fueron abandonados a su suerte.
Algunos sobrevivientes dijeron que subió al primer bote salvavidas; otros, que pidió a su propia tripulación que se lo llevaran y el barbero del barco dijo que Ismay fue puesto en un bote por el oficial jefe.
Sin embargo, Lord Mersey, quien dirigió el Informe de Investigación Británica de 1912 sobre el hundimiento, llegó a la conclusión de que Ismay había ayudado a muchos otros pasajeros antes de encontrar un lugar para sí mismo en el último bote salvavidas que salió del lado de estribor.
“Si no hubiera saltado en él, simplemente se hubiera añadido una vida más al número de las que se perdieron”, anotó. Louden-Brown cree que retratar a Ismay como el villano es injusto y planteó la cuestión cuando trabajaba como asesor de Cameron.

Los pasajeros de tercera
Una de las escenas más emotivas de la película Titanic de Cameron retrata a los pasajeros de tercera clase retenidos bajo cubierta contra su voluntad, sin que se les permitiese llegar a los botes salvavidas. Richard Howells argumenta que no existe ninguna evidencia histórica para apoyar esto.
Existían rejas que separaban a los pasajeros de tercera clase de los demás. Pero esto no era en previsión de un naufragio, sino en el cumplimiento con las leyes de inmigración de Estados Unidos y la temida propagación de enfermedades infecciosas.
Cada clase tenía acceso a su propia cubierta y a botes salvavidas asignados, aunque un factor crucial es que en la sección misma de tercera clase del barco no fueron almacenados botes salvavidas.
Los pasajeros de la tercera clase tenía que encontrar su camino a través de un laberinto de pasillos y escaleras para llegar a la cubierta del barco. Los pasajeros de primera y segunda clase tenían más probabilidades de llegar a los botes salvavidas en la cubierta del barco.

La momia del Titanic
En 1985 se descubrieron los restos del Titanic, a 600 Km. al sur de la costa de Terranova. Cuenta la leyenda que entre los pasajeros que iban en el barco y los miles de toneladas que transportaba este buque, había un inquietante polizón: la momia de un rey egipcio, cuya maldición persiste en el fondo del mar.
Dos meses después del hundimiento del Titanic en abril de 1912, en Nueva York comenzaron a correr los primeros rumores. Al parecer, un tratante de antigüedades egipcias se había hecho en el mercado negro cairota con el sárcofago de un rey egipcio -de nombre desconocido-, cuya momia aún iba en el interior. Ubicada en los sótanos del futuro buque fantasma, la momia egipcia fue, según las supercherías de la época, la causa última del hundimiento. Los dioses egipcios, irritados por la afrenta realizada contra uno de sus iguales, decidieron que el mundo, después de miles de años de silencio, debía recordar el poder de Anubis, el dios de los muertos.
A pesar de todo, el contrabandista tuvo suerte y consiguió recuperar el sárcofago antes de que el Titanic se hundiera. Depositándolo en uno de los botes salvavidas, logró llegar hasta Nueva York con vida.
Tras su llegada a la ciudad norteamericana, y horrorizado por lo sucedido, el arrepentido contrabandista -continúa la leyenda- decidió deshacerse de su macabra mercancía y devolver la momia al lugar de donde nunca debía haber salido de forma tan fraudulenta. Así, lo introdujo camino a Egipto en otro buque, el Empress of Ireland. Curiosamente, al poco de partir, el barco también se hundió. El contrabandista, desesperado, pudo volver a recuperar el sárcofago y probar suerte en un nuevo buque, el Lusitania. Pero para su desgracia fue bombardeado por la flota alemana en 1915, provocando que el barco se hundiera y que Estados Unidos entrara en la primera guerra mundial.
 

astarth

Bovino adicto
#17
La momia del Titanic
En 1985 se descubrieron los restos del Titanic, a 600 Km. al sur de la costa de Terranova. Cuenta la leyenda que entre los pasajeros que iban en el barco y los miles de toneladas que transportaba este buque, había un inquietante polizón: la momia de un rey egipcio, cuya maldición persiste en el fondo del mar.
Dos meses después del hundimiento del Titanic en abril de 1912, en Nueva York comenzaron a correr los primeros rumores. Al parecer, un tratante de antigüedades egipcias se había hecho en el mercado negro cairota con el sárcofago de un rey egipcio -de nombre desconocido-, cuya momia aún iba en el interior. Ubicada en los sótanos del futuro buque fantasma, la momia egipcia fue, según las supercherías de la época, la causa última del hundimiento. Los dioses egipcios, irritados por la afrenta realizada contra uno de sus iguales, decidieron que el mundo, después de miles de años de silencio, debía recordar el poder de Anubis, el dios de los muertos.
A pesar de todo, el contrabandista tuvo suerte y consiguió recuperar el sárcofago antes de que el Titanic se hundiera. Depositándolo en uno de los botes salvavidas, logró llegar hasta Nueva York con vida.
Tras su llegada a la ciudad norteamericana, y horrorizado por lo sucedido, el arrepentido contrabandista -continúa la leyenda- decidió deshacerse de su macabra mercancía y devolver la momia al lugar de donde nunca debía haber salido de forma tan fraudulenta. Así, lo introdujo camino a Egipto en otro buque, el Empress of Ireland. Curiosamente, al poco de partir, el barco también se hundió. El contrabandista, desesperado, pudo volver a recuperar el sárcofago y probar suerte en un nuevo buque, el Lusitania. Pero para su desgracia fue bombardeado por la flota alemana en 1915, provocando que el barco se hundiera y que Estados Unidos entrara en la primera guerra mundial.
momia maldita undio 3 barcos
 
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