¿Quién fue él?
Nacido en una familia de granjeros de Tennessee, Alvin York pasó gran parte de su juventud emborrachándose y enredándose en peleas de cantina. Cuando uno de sus amigos resulto muerto en una de las peleas mencionadas, dejó el alcohol y se convirtió en un pacifista. Cuando recibió el llamado para el servicio militar en 1917, York se declaró un “opositor en conciencia”, su solicitud fue rechazada. Lo embarcaron para cumplir con el entrenamiento básico.
Un año después, fue uno de los 17 hombres designados a destruir un campamento fortificado alemán que custodiaba una vía de ferrocarril. Mientras se aproximaban, los soldados enemigos notaron su presencia y abrieron fuego con todas sus ametralladoras, destrozando a 9 de sus hombres.
Lo que quedó de la tropa de York
Los pocos soldados sobrevivientes huyeron asustados como niñas, dejando a York solo y recibiendo el fuego de 32 ametralladoras. Justo como lo dijo en su diario:
“No tenía tiempo para esconderme tras un árbol, ni siquiera tenía tiempo para arrodillarme o acostarme. No tenía tiempo para hacer otra cosa que no fuera enfrentarme a esas ametralladoras alemanas y darles lo mejor que tenía. Cada vez que veía a un alemán simplemente lo eliminaba. Al principio disparé desde una posición de sigilo o acostado, justo como lo hacíamos en los concursos de disparo en las montañas de Tennessee; y estaban casi a la misma distancia. Pero los objetivos eran de mayor tamaño. Simplemente no podía fallar los disparon hacia las cabezas o cuerpos de los alemanes. Y no lo hice.”
Después de matar a más de 20 alemanes, un teniente alemán reunió a 5 de sus hombres para tratar de disparar y neutralizar a York desde los lados. York sacó su Colt .45 (que sólo tenía 8 balas) y los mató a todos con ella, una práctica que el definió como “Matar pavos salvajes, como solía hacerlo en casa.”
Pavos? No, alemanes.
En este punto el teniente alemán Paul Jurgen Vollmer gritó en medio del ruido preguntando a York si era inglés. Verán, en la Primera Guerra Mundial, nadie tomaba en serio a los americanos, y todo el mundo pensaba en ellos como principiantes. Vollmer se dió cuenta que este loco y asombroso soldado tenía que ser alguna clase de Superman inglés que estaba enseñándoles a todos los soldados maricas americanos como debían hacerse las cosas. Cuando York le respondió que era americano, Vollmer respondió “Dios Mio! Si dejas de disparar haré que mis hombres se rindan.”
Diez minutos después, 133 hombres caminaron en dirección a lo que quedaba del batallón de York. El teniente Woods, el superior de York, al inicio pensó que los alemanes reunidos iban a contraatacarlos, hasta que vio a York reunido con ellos, saludó a Woods diciendo: “Soldado York reportándose con prisioneros, Señor!”. Cuando el asombrado oficial le preguntó cuántos eran, York respondió “Honestamente, Teniente, no tengo idea.”
El Mejor Intento de Hollywood:
John Rambo de la película Rambo.
Porque No se Compara:
Claro, Rambo eliminó a un enorme grupo de soldados vietnamitas que resguardaban un polvorín. Pero eso fue 10 años después de que la guerra había terminado. No es que realmente estuvieran esperando a que un extraño llegara a matarlos a todos.
York expuso su grandeza en medio de la guerra, superando por mucho a Rambo. Además York era un pacifista.
........ Me gusto más el artículo de "la muerte blanca"... Gracias.
