lotoxs
Bovino maduro
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Ellas piensan que la mayoría de los hombres aún no logran encontrarlo; ellos están dispuestos a ir en su búsqueda
La mayoría de las mujeres coincide en que muchos hombres todavía no saben dónde está el clítoris, pero por suerte, no todos (para los despistados: es la terminación nerviosa que se encuentra en la parte superior de la vulva, escondida entre los pliegues al inicio de la vagina y se siente como un pequeño botoncito).
Aquí algunas recomendaciones para aquellos que quieran hacer vibrar a su mujer de placer si saben sacar ventaja de esta pequeña protuberancia femenina. Algunos hombres, un poco más experimentados, ya saben cuál es su situación geográfica. A ellos las mujeres no tienen que darles un mapa con las instrucciones antes de meterse a la cama.
El clítoris está lleno de millones de terminaciones nerviosas que a las mujeres les proporciona un placer extremo 10 veces más que el que los hombres experimentan con su gran pene.
Si esto está más que comprobado, entonces ¿por qué no usar al clítoris para darle placer a ella y, al mismo tiempo, porque te conviene?
Las películas porno son un bien necesario, pero no se fíen de todo lo que ven en ellas. No piensen que el hecho de que las mujeres introduzcan su pene las hará desgañitar de placer. Lo importante es qué se hace con él, ahí dentro; y lo que hacen ustedes allá fuera, con otras herramientas, con la imaginación, la fantasía y la creatividad.
Por eso ahí está la importancia del clítoris: ubícalo primero y dale pequeños golpecitos con el dedo, casi uno por segundo, apenas un roce.
Luego aparta con suavidad los pliegues que lo cubren, con tus dos dedos pulgares. Usa tu lengua en esta parte y con calma, sin prisa, dale pequeños lengüetazos, muy breves y lentos. Tómate el tiempo para descubrirlo y ver cómo se erecta poco a poco. Observa cómo adquiere un color rosa, rojizo y luego totalmente encendido.
Para este entonces, ella estará que no puede más, sudando y gimiendo, moviendo sus caderas de arriba hacia abajo. En ese momento introduce dos dedos y no dejes de tocar con la otra mano como al enter del teclado. Explora lentamente con tus dedos y toca sobre todo la parte posterior de la vagina, con un movimiento como de ven aquí.
Cuando ella no pueda más, entonces introduce tu pene, ahora sí, y ¡no te quedes ahí en el mete y saca!, sigue explorando, jugando. Quédate dentro un rato, quédate fuera otro más. Si estás de frente roza sus pezones y lame sus hombros, el pecho, la parte posterior de sus codos y el ombligo; jala un poco su cabello, con suavidad.
Si ella está de espaldas, acostada, lame la espalda o apenas rózala con los dedos, baja a lamer la parte posterior de las rodillas y la planta de los pies (¡la matarás!)... penétrala nuevamente, con suavidad. Ella se convertirá en una diosa y seguramente después de eso te hará suyo de una forma un poco más salvaje, que es como a ti te gusta. Así los dos quedarán complacidos y ninguno olvidará ese momento.
La mayoría de las mujeres coincide en que muchos hombres todavía no saben dónde está el clítoris, pero por suerte, no todos (para los despistados: es la terminación nerviosa que se encuentra en la parte superior de la vulva, escondida entre los pliegues al inicio de la vagina y se siente como un pequeño botoncito).
Aquí algunas recomendaciones para aquellos que quieran hacer vibrar a su mujer de placer si saben sacar ventaja de esta pequeña protuberancia femenina. Algunos hombres, un poco más experimentados, ya saben cuál es su situación geográfica. A ellos las mujeres no tienen que darles un mapa con las instrucciones antes de meterse a la cama.
El clítoris está lleno de millones de terminaciones nerviosas que a las mujeres les proporciona un placer extremo 10 veces más que el que los hombres experimentan con su gran pene.
Si esto está más que comprobado, entonces ¿por qué no usar al clítoris para darle placer a ella y, al mismo tiempo, porque te conviene?
Las películas porno son un bien necesario, pero no se fíen de todo lo que ven en ellas. No piensen que el hecho de que las mujeres introduzcan su pene las hará desgañitar de placer. Lo importante es qué se hace con él, ahí dentro; y lo que hacen ustedes allá fuera, con otras herramientas, con la imaginación, la fantasía y la creatividad.
Por eso ahí está la importancia del clítoris: ubícalo primero y dale pequeños golpecitos con el dedo, casi uno por segundo, apenas un roce.
Luego aparta con suavidad los pliegues que lo cubren, con tus dos dedos pulgares. Usa tu lengua en esta parte y con calma, sin prisa, dale pequeños lengüetazos, muy breves y lentos. Tómate el tiempo para descubrirlo y ver cómo se erecta poco a poco. Observa cómo adquiere un color rosa, rojizo y luego totalmente encendido.
Para este entonces, ella estará que no puede más, sudando y gimiendo, moviendo sus caderas de arriba hacia abajo. En ese momento introduce dos dedos y no dejes de tocar con la otra mano como al enter del teclado. Explora lentamente con tus dedos y toca sobre todo la parte posterior de la vagina, con un movimiento como de ven aquí.
Cuando ella no pueda más, entonces introduce tu pene, ahora sí, y ¡no te quedes ahí en el mete y saca!, sigue explorando, jugando. Quédate dentro un rato, quédate fuera otro más. Si estás de frente roza sus pezones y lame sus hombros, el pecho, la parte posterior de sus codos y el ombligo; jala un poco su cabello, con suavidad.
Si ella está de espaldas, acostada, lame la espalda o apenas rózala con los dedos, baja a lamer la parte posterior de las rodillas y la planta de los pies (¡la matarás!)... penétrala nuevamente, con suavidad. Ella se convertirá en una diosa y seguramente después de eso te hará suyo de una forma un poco más salvaje, que es como a ti te gusta. Así los dos quedarán complacidos y ninguno olvidará ese momento.