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Bovino de la familia
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- 18 Dic 2008
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Después de ser declarada clínicamente muerta una mujer volvió a la vida sorpresivamente ante sus familiares que estaban preparándola para velarla en una población al norte de Perú.
Ante el asombro de sus familiares, Felicita Guizabalo, de 33 años, quien murió inicialmente por cáncer generalizado, recobró sus signos vitales el sábado pasado (29 de marzo del 2008), cuando era velada y sus familiares estaban preparándola y a punto de meterla en un ataúd después de ponerle una mortaja, todo esto en un poblado al norte de Perú.
-Felicita abrió los ojos y empezó a moverse ante la sorpresa de todos. "Ella ya no respiraba, se enfrió totalmente", dijo con asombro una de sus parientes.
Guizabalo había ingresado horas antes a un centro de salud de su pueblo, el caserío Tayabamba, en el departamento de La Libertad, donde los médicos certificaron su muerte clínica después de examinarla.
Luego la mujer contó a sus parientes que tuvo un largo sueño, pasó por un camino estrecho y llenó de espinas -según dijo- acompañada de dos ancianos, vestidos de blanco, cruzó desiertos y abismos hasta llegar a un campo maravilloso.
Además, refirió que en todo momento suplicó y pidió a Dios que le permita volver a casa para cuidar a sus hijos y apoyar a su familia.
'La muerta', como ahora la llaman, dijo a la radio RPP que ahora se encuentra bien y que volvió a la vida por la bendición de Dios. "Estoy bien, tenía dolor de estómago, pero él (Dios) me sanó y me devolvió la vida", señaló la mujer.
Ante el asombro de sus familiares, Felicita Guizabalo, de 33 años, quien murió inicialmente por cáncer generalizado, recobró sus signos vitales el sábado pasado (29 de marzo del 2008), cuando era velada y sus familiares estaban preparándola y a punto de meterla en un ataúd después de ponerle una mortaja, todo esto en un poblado al norte de Perú.

-Felicita abrió los ojos y empezó a moverse ante la sorpresa de todos. "Ella ya no respiraba, se enfrió totalmente", dijo con asombro una de sus parientes.
Guizabalo había ingresado horas antes a un centro de salud de su pueblo, el caserío Tayabamba, en el departamento de La Libertad, donde los médicos certificaron su muerte clínica después de examinarla.
Luego la mujer contó a sus parientes que tuvo un largo sueño, pasó por un camino estrecho y llenó de espinas -según dijo- acompañada de dos ancianos, vestidos de blanco, cruzó desiertos y abismos hasta llegar a un campo maravilloso.
Además, refirió que en todo momento suplicó y pidió a Dios que le permita volver a casa para cuidar a sus hijos y apoyar a su familia.
'La muerta', como ahora la llaman, dijo a la radio RPP que ahora se encuentra bien y que volvió a la vida por la bendición de Dios. "Estoy bien, tenía dolor de estómago, pero él (Dios) me sanó y me devolvió la vida", señaló la mujer.