Putin mandando a uno de sus pilotos a una muerte segura, para "medirle el agua a los tamales". Sigue siendo lo que siempre ha sido: en ex-agente de élite de la KGB (su especialidad era justamente el reclutamiento de agentes "fieles a las causa"). Entre gringos, franceses, británicos y rusos, buscando cada uno su coto de poder, los que terminamos "pagando los platos rotos" somos el resto del planeta.