shinagami3.0
Bovino maduro
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Hola bakunos, ahora les comparto una historia que llego a mis oídos por medio de mi tío, quien dice haber platicado con esta persona, pues trabajaba donde el trabaja (el dice, yo no se); no es de fantasmas pero esta excelente;aclaro no puedo comprobar que fue real (hasta yo lo dudo), pero la comparto; porque extrañamente buscando a fondo sobre la historia, me contaron la historia con una similitud sorprendente. Esta es la historia numero uno en mi top ten de historia, espero que la disfruten.
Era de noche ya muy de noche, y mañana había que ir a trabajar; ser maestro es una responsabilidad muy grande, aparte de que si falto me descuentan el día. La fiesta había terminado y habría que llegar temprano para no faltar al trabajo, así que aproximadamente a la una y media de la madrugada subí al auto y pedí a mi esposo se diera prisa para no retrasarnos más de lo que ya estábamos. Yo no sabía manejar, el miedo o tal vez no era apta para hacerlo, así que estaba sometida a esperar a que el subiera y nos llevara a la casa.
Ya íbamos en la carretera y a lo lejos se veía la caseta de la autopista de Apizaco, no queríamos pagarla así que decidimos desviarla; el ya sabía cómo evitar la caseta, así que tomo la primera desviación a la izquierda. Todo el camino estaba solitario, ni un alma era tan solida que podía avanzar a gran velocidad sin problemas y así lo hizo. Como íbamos avanzando las comunidades se hacían más escasas y en tramos muy largos no se hallaba ni una sola casa o gasera, lo que hacia la carretera algo tenebrosa; pero con algunas copas encima no se sentía en lo mas mínimo. El camino tenía una pendiente la cual anunciaba un pequeño monte o elevación, la subimos y ya en la cima mi esposo no aguanto mas y busco un paraje para poder ir al baño, doblo a la derecha cruzo un camino de terracería y en un lugar donde parecía una quebradora abandonada se detuvo.
-Ahorita vengo voy al baño- y salió a toda prisa.
Se alejo del auto, solo vi su silueta en la obscuridad alejándose lentamente hasta que desapareció en una de esas elevaciones. Yo espere pacientemente quince minutos pero al marcar los dieciséis empecé a preocuparme, ya era demasiado tiempo. ¿Por qué se tardaba tanto?...
Tome valor y me dispuse a salir a buscarlo, tal vez le había sucedido algo, cuando de repente se escucho algo que se estrello en el toldo del carro, salte del susto; pero después me di cuenta de que era mi esposo queriéndome asustar. Me incorpore del asiento y puse seguro a las puertas.
! Ahora si cabrón cuando llegues a ver si puedes entrar ¡… pensé y me recosté en el asiento esperando resultara mi broma.
Escuche otra vez un “pum” muy sordo y supuse que era mi esposo que había lanzado otra piedra, lo ignore, un minuto después se escucho otro golpe igual de hueco y ahogado, no era molesto pero si muy insistente, quería que saliera para asustarme; pero no iba a caer en sus juegos infantiles, así era el siempre tan infantil. Después de unos cinco minutos lo ignore y cerré mis ojos, lo seguía escuchando pero poco a poco me fui quedando dormida hasta ser ajena de lo que pasaba afuera.
Lentamente los rayos del sol me levantaron para mostrarme el peor escenario de mi vida, delante de mí el parabrisas esta cubierto de algo de un tono morado, negro y en pequeñas partes rojo y en el centro un mensaje “¿Por qué no saliste?” con una letra tan descompuesta que apenas se podía leer. Sentí miedo mucho miedo, pero aun así mi mente me dijo que me estaban jugando una broma y me controle un poco. Vi a mi derecha y la ventana de la puerta estaba manchada de lo mismo del para brisas, bote el seguro y abrí la puerta, no había nadie afuera, el sol mañanero no me quitaba el frio que de repente había adquirido. Salí y mire a mi alrededor no paso nada, de repente voltee al carro, mi sangre se helo, poco a poco un frio subió de mis pies hasta la cabeza y me acerque, “era una broma de muy mal gusto” pensé. Arriba del coche había pequeños trozos de carne, los cortes fueron hechos con tal brutalidad que parecían que los arrancaron del cuerpo, me aleje un poco, con un poco de asco. Di un paso hacia atrás y luego otro, me detuve de repente, había pisado algo, algo muy blando; baje la vista a mi pie izquierdo y en el suelo vi sangre, poco a poco levante el talón de mi pie y apoyada en las punta del mismo lo gire rápidamente. Cada uno de mis bellos se erizaron, recorrieron mi cuerpo hasta llegar a mi nuca y solté un grito que desgarro el silencio. Era un dedo, un dedo humano; alguien había matado a mi esposo y lo lanzo en pequeños pedazos hacia el carro esperando que yo saliera, Salí corriendo del lugar hacia la carretera donde unas personas me auxiliaron, les pedí me llevaran a la policía y así lo hicieron.
Dicen que la policía si llego a la escena del crimen y que abrió una averiguación, la señora poco a poco fue perdiendo la cordura y fue llevada a un hospital psiquiátrico; como lo mencione parece que la investigación jamás fue revelada, excepto por un periódico el cual he buscado y no he visto, y la señora que también he buscado y no he hallado ni un indicio de ella, así que declaro que esto puede ser una leyenda o mito.
Era de noche ya muy de noche, y mañana había que ir a trabajar; ser maestro es una responsabilidad muy grande, aparte de que si falto me descuentan el día. La fiesta había terminado y habría que llegar temprano para no faltar al trabajo, así que aproximadamente a la una y media de la madrugada subí al auto y pedí a mi esposo se diera prisa para no retrasarnos más de lo que ya estábamos. Yo no sabía manejar, el miedo o tal vez no era apta para hacerlo, así que estaba sometida a esperar a que el subiera y nos llevara a la casa.
Ya íbamos en la carretera y a lo lejos se veía la caseta de la autopista de Apizaco, no queríamos pagarla así que decidimos desviarla; el ya sabía cómo evitar la caseta, así que tomo la primera desviación a la izquierda. Todo el camino estaba solitario, ni un alma era tan solida que podía avanzar a gran velocidad sin problemas y así lo hizo. Como íbamos avanzando las comunidades se hacían más escasas y en tramos muy largos no se hallaba ni una sola casa o gasera, lo que hacia la carretera algo tenebrosa; pero con algunas copas encima no se sentía en lo mas mínimo. El camino tenía una pendiente la cual anunciaba un pequeño monte o elevación, la subimos y ya en la cima mi esposo no aguanto mas y busco un paraje para poder ir al baño, doblo a la derecha cruzo un camino de terracería y en un lugar donde parecía una quebradora abandonada se detuvo.
-Ahorita vengo voy al baño- y salió a toda prisa.
Se alejo del auto, solo vi su silueta en la obscuridad alejándose lentamente hasta que desapareció en una de esas elevaciones. Yo espere pacientemente quince minutos pero al marcar los dieciséis empecé a preocuparme, ya era demasiado tiempo. ¿Por qué se tardaba tanto?...
Tome valor y me dispuse a salir a buscarlo, tal vez le había sucedido algo, cuando de repente se escucho algo que se estrello en el toldo del carro, salte del susto; pero después me di cuenta de que era mi esposo queriéndome asustar. Me incorpore del asiento y puse seguro a las puertas.
! Ahora si cabrón cuando llegues a ver si puedes entrar ¡… pensé y me recosté en el asiento esperando resultara mi broma.
Escuche otra vez un “pum” muy sordo y supuse que era mi esposo que había lanzado otra piedra, lo ignore, un minuto después se escucho otro golpe igual de hueco y ahogado, no era molesto pero si muy insistente, quería que saliera para asustarme; pero no iba a caer en sus juegos infantiles, así era el siempre tan infantil. Después de unos cinco minutos lo ignore y cerré mis ojos, lo seguía escuchando pero poco a poco me fui quedando dormida hasta ser ajena de lo que pasaba afuera.
Lentamente los rayos del sol me levantaron para mostrarme el peor escenario de mi vida, delante de mí el parabrisas esta cubierto de algo de un tono morado, negro y en pequeñas partes rojo y en el centro un mensaje “¿Por qué no saliste?” con una letra tan descompuesta que apenas se podía leer. Sentí miedo mucho miedo, pero aun así mi mente me dijo que me estaban jugando una broma y me controle un poco. Vi a mi derecha y la ventana de la puerta estaba manchada de lo mismo del para brisas, bote el seguro y abrí la puerta, no había nadie afuera, el sol mañanero no me quitaba el frio que de repente había adquirido. Salí y mire a mi alrededor no paso nada, de repente voltee al carro, mi sangre se helo, poco a poco un frio subió de mis pies hasta la cabeza y me acerque, “era una broma de muy mal gusto” pensé. Arriba del coche había pequeños trozos de carne, los cortes fueron hechos con tal brutalidad que parecían que los arrancaron del cuerpo, me aleje un poco, con un poco de asco. Di un paso hacia atrás y luego otro, me detuve de repente, había pisado algo, algo muy blando; baje la vista a mi pie izquierdo y en el suelo vi sangre, poco a poco levante el talón de mi pie y apoyada en las punta del mismo lo gire rápidamente. Cada uno de mis bellos se erizaron, recorrieron mi cuerpo hasta llegar a mi nuca y solté un grito que desgarro el silencio. Era un dedo, un dedo humano; alguien había matado a mi esposo y lo lanzo en pequeños pedazos hacia el carro esperando que yo saliera, Salí corriendo del lugar hacia la carretera donde unas personas me auxiliaron, les pedí me llevaran a la policía y así lo hicieron.
Dicen que la policía si llego a la escena del crimen y que abrió una averiguación, la señora poco a poco fue perdiendo la cordura y fue llevada a un hospital psiquiátrico; como lo mencione parece que la investigación jamás fue revelada, excepto por un periódico el cual he buscado y no he visto, y la señora que también he buscado y no he hallado ni un indicio de ella, así que declaro que esto puede ser una leyenda o mito.