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secretos de alcoba

secreto q me comentaron hace un tiempo una amiga del trabajo, estuvo un tiempo con un chico un poco mayor q en la intimidad parecía mas interesado en darle por la entrada posterior que por la entrada principal (asi me lo dijo, si me entienden no?) nunca lo llegaron a hacer ella me dice, luego en otro momento le comenta que en su época de universidad tuvo su "fase experimental" y estuvo con un chico unos meses q fue el activo de la relación pero q luego se dio cuenta q no era lo suyo.
ahi empezo a atar cabos: el fulano cuidaba su piel, su pelo y sus uñas mas q ella, usaba colonias q uno podría decir de mujer xq "le gustaban mas", tenía fascinación por la ropa / zapatos y pa completarla parecía mas interesado en la puerta trasera... me cuenta q ahi lo dejo

años después el la contacto por facebook y que creen, era o no era?
 
Hare Resumen:

Empece a fajar y después coger con una chica empleada de un proveedor, por cierto, su hermana me hacia ojitos, pero la que se aventó fue esta (la menor) y pues, andaba yo soltero.

Después de algunas revolcadas empezó con un "Le gustas a mi hermana, por que no te la coges" mi cara fue de "que pedo!!!"

Como a las dos semanas, me anime, la invite a tomar un café y acabamos en mi sepa en fajesotote, sin sexo, un par de dias despues le conte a la hermanita (mientras me la cogia)

Me pidió así, de "tengala": "Cogetela, pero no te laves después quiero mamartela con sabor a mi hermana"

Siguiente vuelta, la hermana coopero con todo y antes de llevarla le mande mensaje a la hermanita, me espero a que dejara a su hermana, la recogí a un par de calles y fuimos al nassau en el DF (Misterios) ahí me hizo un oral de antología...

Ultima vez que las vi, desaparecieron, a la fecha no se si fue un plan morboso de ambas, solo de la chiquita o que onda, me usaron vilmente, digo, que rico, pero falto!!!
 
Hola, es mi primera visita y publicación.

Aclaro primero que aunque no me disgustan los hombres, hasta el momento he disfrutado más con mujeres. Y precisamente, el secreto de alcoba que contaré tiene que ver con un descubrimiento que hice respecto a mis gustos... eh... privados.

Durante mi internado, compartía como todos una habitación con otra compañera. Lo ignoraba entonces, pero ella era lesbiana. Yo había tenido escarceos con un par de novios, pero nada serio. Con quien más lejos había llegado habíamos estado dándonos el lote en las escaleras de su edificio. Él llegó a meter las manos bajo mi falda y mis panties, acariciándome el trasero, y yo sólo le había agarrado la pija a través del pantalón. No más.

Como estudiante de medicina aprendí mucho sobre la anatomía de los órganos reproductores masculino y femenino, pero sólo teoría. Y en esa falta de práctica me tocó con mi compañera de habitación Lucy. Tenía ella una figura voluptuosa. Cintura breve, que hacía resaltar unos pechos de campeonato, y un pandero que flipas. Cuando salía de ducharse, siempre la espiaba y me excitaba sólo de imaginar qué se sentiría acariciar esos senos, o ese culete paradito.

Una noche tuve que atravesar los patios en medio de una tempestad, y cuando llegué mojada como rata a la habitación, ella se apresuró a pasarme una toalla, y luego me ayudó a irme despojando de la ropa empapada. Yo aprecié el gesto como señal de amistad, pero luego descubrí que por momentos algunos roces parecían más bien caricias. No me disgustaron, y no dije nada. Pronto me encontré envuelta en un albornoz mullido y seco, pero totalmente desnuda debajo.

Lucy me entregó una taza de café caliente para que entrara en calor, y me hizo sentarme en su silla, ofreciéndome un masaje de cuello mientras tomaba mi bebida. No necesito decirles (ya lo habrán adivinado), que el masaje de cuello terminó sobándome los pechos, y cuando me volví para reclamarle, me encontré con los suyos desnudos y pegados a mi cara. Mi sorpresa y ¿enojo? se extinguieron de inmediato, y sin pensarlo dos veces, me metí uno de sus pechos en la boca, y después el otro. Antes de darme cuenta, ya mis brazos rodeaban su cintura y acariciaban sus tersas nalgas.

En un santiamén terminamos desnudas en la cama, acariciándonos con suavidad, con calma. Quedando frente a frente, noté que me miraba y comprendí lo que deseaba. Así que posé mis labios sobre los suyos y pronto compartíamos fogosos besos de pasión. Sólo se interrumpieron cuando bajó sus labios hasta mis pechos, y los fue besando y mordisqueando con suavidad, hasta que un gemido me traicionó y le hizo ver que me había puesto a 100.

Así, no fue sorpresa que al bajar su mano a mi vulva, la retirara húmeda y fragante. Empezó a frotar su monte de venus contra el mío, luego me enseñó cómo amoldarnos, y me llevó por mi primer orgasmo. Inolvidable, debo añadir. Momentos después ella me alcanzó en la cúspide de ese placer compartido, en medio de gemidos y alaridos sin contener. Entonces me dijo que no me contuviera, que el sexo debe fluir, sin trabas. Porque se había percatado que yo ahogué exclamaciones de placer, pero para lograrlo había hasta fruncido el ceño y gruñido en tono grave y comedido.

Cuando se levantó de la cama, pensé que habíamos terminado y me dispuse a componer mi albornoz, pero ella me pidió que siguiera acostada. De su cajón sacó primero un preservativo y me pidió que lo abriera. Mientras lo hacía, noté que en su mano sostenía un consolador de vivo color rojo, maleable y de tamaño... Adecuado.

Se lo entregué así como lo saqué del empaque, y al ver cómo lo colocaba, aprendí que no se pone como un calcetín, sino que se va desenrrollando hacia abajo del... Pues del aparato. Gentilmente pero sin dar cuartel, me hizo ponerme de espaldas, y comenzó a darme masaje de nuevo. Cuello, espalda, y luego me amasó mis nalgas, que no son prominentes como las de ella pero, estoy segura, también arrancan suspiros.

Luego me hizo elevar la grupa, y desde atrás comenzó a lamerme el clítoris y a besarme la vulva, hasta que tuve otro orgasmo, que siguiendo sus consejos, no callé. Tenía razón, se disfrutó más. Luego sentí que pasaba una y otra vez el dildo por entre mis labios, pero sin introducirlo en la vagina. Noté que se estiraba y abría un cajón de su escritorio, pero estaba tan perdida en mi deleite personal, que ni me importó mirar qué hacía, mientras me acercaba a mi tercer orgasmo, frotando mis partes íntimas con el consolador.

De pronto sentí un líquido que escurría desde la parte baja de mi espalda hasta penetrar por la hendidura entre mis nalgas, y seguía así hasta confundirse con mis jugos vaginales. Las manos de Lucy comenzaron a esparcirlo en mi trasero, y sentí que me separaba las nalgas para que enfilara sin problemas hacia el dildo y las partes a las que estaba atendiendo tan bien.

Al cesar las contracciones de mi tercer orgasmo, y apenas recuperando el aliento, sentí que retiraba el dildo de entre mis labios vaginales y un momento después lo sentí en mi orificio posterior.

--Espera, por ahí también soy...

Pero ella me tranquilizó y me dijo que si no me sentía a gusto, se detendría. Comenzó a acariciarme en círculos el clítoris, volviendo a remontarme a otra ola de placer, mientras comenzaba a empujar con mucho cuidado el dildo en mi interior. Yo empecé a sentir una presión extraña en mi bajo vientre, molesta pero no dolorosa. Entonces escuché que me decía suavemente, mientras su mano izquierda continuaba dándome un placer indescriptible:

--Puja un poco, como si quisieras defecar.

Comprendí lo que quería decir y lo hice. Entonces mi ano se abrió y suavemente el dildo penetró poco a poco, y pasada la resistencia inicial, bañado como estaba en lubricante y jugos vaginales, se deslizó hasta más de la mitad de su largo de 22 centímetros.

Enloquecí. No puedo recordar cuántas veces más me vine en orgasmos encadenados, y lo que empezó con un gruñido contenido en mi primera venida, terminó en alaridos de placer. Por fin me derrumbé agotada sobre la cama, y sentí como poco a poco Lucy retiraba el dildo de entre mis nalgas. Sentí delicioso cómo las paredes de mi recto volvían a recuperar su estrechez normal conforme el artilugio me abandonaba.

Intenté levantarme para devolver el favor, pero Lucy me detuvo y me ayudó a acomodarme bien en la cama, diciendo que otro día sería su turno. Y así fue, aunque esa será otra confesión de alcoba.

Lo único que puedo decir para concluir, es que Lucy fue muy cuidadosa y detallista, y por ello mi iniciación anal fue muy excitante y maravillosa. Tanto, que ahora no siento que haya tenido una sesión completa de sexo, si no recibo mi ración de caña por el culo. Pero siempre que sea con el debido respeto y cuidado.

Dos días tuve alguna molestia cuando tenía que hacer del cuerpo, pero poco a poco mi culo se fue acostumbrando a esas atenciones, y ahora no hay molestia que dure.

Perdón, creo que me extendí demasiado. Gracias a los que leyeron hasta el final.
 
hace un par de meses justo conversando de estas cosas un primo me cuenta que su ex le contó q durante la cuarentena sobretodo en las primeras semanas que no se pudieron ver (vivían juntos pero tuvieron q dejar el depa q alquilaban y cada uno volvió a su casa con sus padres) ella se puso super horny y tenía sesiones masturbatorias diarias con lo q encontrara a la mano, se puso medio enferma y ya cuando iba de compras al super compraba solo viendo la forma y si podia usarlo en la noche pa satisfacerse, probó pepinillos, zanahorias, velas, cepillos de pelo, botellas, etc.
parece q se le trastorno un poco la libido a la morena, cuando ya pudieron verse y se iban a los hoteles casi 4 meses después la mujer estaba cambiada, casi ninfomana y era dificil seguirle el ritmo, una de las razones por los problemas es q ella se puso super demandante y cuando no se le daba armaba escenas de celos y hasta lo acuso de ser gay, finalmente terminaron ella parecía medio adicta al sexo xq en la misma semana q terminaron ella mismo le dijo q ya se habia metido con otros dos y que por favor q regresen juntos xq no sabia q iba a pasar con ella, mi primo se asusto y le dijo q pidiera ayuda, no volvieron a hablar
 
esta es una q me contó un amigo de la facultad q estuvo con una chica unos cuantos años y todo iba bien pero ella se fue a España a vivir con su hermano mayor para estudiar / trabajar, ella le contó en la intimidad q su primera vez de sexo anal habia sido cuando ella tenía 17 y fue con su hermano mayor q tenia 20, q un fin d semana q se quedaron solos xq sus jefes se fueron de viaje agarraron una película bien erótica casi porno en el cable y se calentaron, se empezaron a tocar y dice ella q le dio mucha curiosidad pero lo hicieron por atrás para q no pierda la virginidad, lo hicieron varias veces ese fin de semana y luego un par d veces mas medio a escondidas hasta q ella tuvo un pequeño desgarro, se asustaron horrible lo dejaron ahi y no lo mencionaron mas.. todo lo q hicieron fue besarse, meterse mano en la cama ambos desnudos y sexo anal

lo curioso es q ya años despues q estuvo con mi amigo y todo ok su hermano le dijo para q vaya a españa a vivir con el y sin pensarlo mucho se fue nomas, quien sabe q andarán haciendo por alla, ella se fue cuanto tenía casi 30 su hermano ya tenía viviendo por alla unos cuantos años
 
Todos tenemos algun secretillo de alcoba, no necesariamente del mismo acto sexual sino que fue compartido en la excitación del momento, como por ejemplo:

Una amiga que tuve me contó en la intimidad del momento amatorio que era muy confuso para ella el asunto porque creia que era lesbiana, estaba respondiendo y participando activamente del encuentro y de los q tuvimos después pero le gustaban también las mujeres, yo tendría 21 y ella 19. Estuvimos en esos jugueteos y encuentros casi 9 meses, hicimos todo lo q se puede hacer y mas pero ella siempre con esa idea.
Luego de eso por motivos que es ocioso describir acá nos distanciamos y dejamos de vernos por mucho tiempo, a los años me la encontré y estaba casada con dos hijas.
Yo me imagino que tu amiga si es bi, pero por la presión social no pudo sobrellevarlo y por eso se inclinó a lo hetero, mientras eso sucedía tu saliste ganando jaja
 
Si me gusta su ropa interior, si no se ve higiénica (limpia pues xD) o se ve toda arrugada o de plano son de esas trusas de 3x50 que venden en los tianguis.... ni madres... por muchas ganas que le traiga: no, no y nop.

Y ustedes dirán esta vieja que se cree?!! XD! No me comprare tacones o bolsas, pero en mis calzoncitos eso si no escatimo XD!

Lo peor que con el que me veia casada usaba de esa ropa que parece para niño, traia carritos o avioncitos.... chale todavia me acuerdo que cuando los vi me dije- esto no va acabar bien...- XD!!

Bueno... ya, quien sigue?!! jajajajjajaja!!
Jajaja, es gracioso leerlo pero al final tienes razón, y aplica tanto para hombres y para mujeres, hasta en la ropa interior te das cuenta que tanto le interesa su cuidado personal.
 
El único momento bochornoso, y que quiero mantener en secreto, es cuando mi cuñado me vio en la cama de mi novio, desnuda abierta de piernas y recién acabada de tener una tarde de sexo con mi galán... Le había pedido un vaso con agua y fue por el, la casa estaba sola , hasta ese momento en que el susodicho llego, entro a la alcoba con un paquete en las manos... Y pues... Supongo que se llevó un grato recuerdo para esa noche... Deje de ir a su casa por mes y medio...
Como bien dices, se llevó un grato recuerdo jajaja, bien por ti!
 
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