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Se extiende la llama de la rebelión a EE.UU.

la misma que puso al inutil de FECAL en el poder. la democracia existe, los medios para llevarla acabo son limitados en un pais como este, llenos de Diputados que llegan al poder escudandose en movimientos sociales, y ya cuando tienen el puesto solo piensan en aumentarse el salario y extender sus dias de vacaciones.



Es cierto, pero tambien cada quien tiene su punto de vista sobre los temas y eso es genial. por lo menos aqui si hay pluralidad y todos somo leidos, aunque no tengamos las mismas ideas, seguimos leyendonos las caras con el mismo gusto de siempre.




creo que eso no pasa ni en la mejor democracia. y tienes TODA la RAZON asi es como deberian de ser las cosas, pero en la practica entonces muy pocos paises tienen democracia real, los mandatarios creen que su puesto es para mandar, pero todo lo contrario mandatario significa el que ejecuta lo que le mandan.


La democracia es mucho más que ir a votar o tener tu "credencial para votar".

La verdadera democracia no puede ser reducida ni medida con parámetros tan simplistas.

No hay tal cosa como la democracia en México, lo que tenemos es un sistema de partidos y electoral cuyas funciones son precisamente dar sentencia sobre esto que te digo.


Sobre el tema...

Las grandes centrales sindicales gringas no se diferencían mucho de las mexicanas con su corporativismo y el uso faccioso del poder que adquieren, si lo sabré yo que me ha tocado lidiar con representantes dichas centrales y no siempre en los mejores términos. Cosa contraria pasa con los compas de los "locales", secciones les llamamos en México, de donde siempre se ha recibido solidaridad por parte de los compañeros obreros norteamericanos. Espero que en esta ocasión no estén siendo usados los locales (otra vez) por los líderes y sabelotodo dirigentes de la uaw o los teamsters o el afl-cio que por lo regular no se preocupan de otra cosa que no sea su agenda y además tienen negras historias de traición y uso de sus agremaiados y de falta solidaridad con otros trabajadores de otras partes del mundo.

Que sean para bien las manifestaciones. :vientos:
 
sumiso? ya quisieramos en mexico que nuestra sociedad fuera siquiera la cuarta parte de actjva que la americana.

Si por activa te refieres a hacer la guerra a países menos desarrollados tecnológicamente que ellos, entonces sí, si son más activos.
 
Es q la situacion en USA, la real, la q no pasan por los filtros de Hollywoon, o de los grandes intereses, es casi, como la de aca en Mexico, la gente esta sin trabajo, o solo te contratan por dias, ya no alcanza para comer etc.
Ademas de q el tea party, pareciera estar trabajando para dividir a USA a la mitad, unos costa este, otros costa oeste.
Sera el principio del fin de la super potencia con pies de barro??
 
Que ignorancia, de verdad creen que existe la democracia en EU? Si es ahi donde se vive más eso de: "la ilusión de la democracia" que realmente esta cubriendo una dictadura en toda regla.
Para empezar solo tienen dos partidos y ambos son controlados por las mismas corporaciones depredadoras, no importa por cual votes nada cambia. Los monopolios en EU son gigantescos y cada vez son menos ya que controlan cada vez más. La educación va en caída libre, pero el ocio y el consumismo inecesario suben exponencialmente y que decir de las restricciones a que se ve sujeto el pueblo en nombre de la Seguridad y la lucha contra el terrorismo, el cual solo existe por parte del gobierno.
De verdad yo dudo que exista un solo país verdaderamente democratico en el mundo, desgraciadamente la democracia es una utopia hasta el momento.
 
Rebelión en Wisconsin

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[FONT=&quot]Presentamos al gobernador Scott Walker. Al mes de haber asumido el cargo ya estaba dispuesto a establecerse como el nuevo sheriff en la ciudad, repitiendo en el Estado de Wisconsin, las fórmulas de la presidencia de Ronald Reagan. Siguiendo el guión a la letra, Scott Walker emuló a Reagan en su primer ataque, enfrentándose a los trabajadores. Pero el momento cumbre de Walker (al quebrar la resistencia del sindicato de controladores de tránsito aéreo) ha demostrado haber sido un exceso. Walker, quien se presenta como un personaje sacado de un reparto de Frank Capra, se encontró con que las recetas de Reagan producen resultados diferentes en la actualidad. Después de 30 años de declive económico, los trabajadores de los Estados Unidos reconocen la quiebra de estas políticas, y se están defendiendo. [/FONT][FONT=&quot]
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[FONT=&quot]Todos hemos visto las cifras. Mientras que la economía estadounidense ha crecido en los últimos tres decenios, la mano de obra ha sido golpeada en la barbilla. Al mismo tiempo, los gerentes de corporaciones y los de los sectores FIRE han visto crecer sus ingresos por múltiplos, a menudo subsidiados por los contribuyentes, aun cuando sus acciones irresponsables dejaron un caos económico a su paso. Todo el tiempo, los trabajadores han sido sermoneado sobre cómo son los responsables de la crisis económica del país y cómo los ricos deben seguir capturando más y más rentas para que la economía prospere. Incluso si no les gusta, les dicen a los trabajadores, invocando a Margaret Thatcher, "no hay alternativa." [/FONT][FONT=&quot]
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[FONT=&quot]La semana pasada, sin embargo, los trabajadores públicos sorprendieron a todos, incluso a sí mismos y a sus dirigentes sindicales al tomar la iniciativa en estas manifestaciones y obligar al liderazgo del sindicato de maestros a seguirles. El pasado martes, los maestros de la capital anunciaron su intención de salir a la calle y llevar a sus estudiantes consigo. En Milwaukee, la ciudad más grande de Wisconsin, los profesores desafiaron las invocaciones de los administradores de escuelas y sus propios sindicatos de permanecer en el trabajo. El miércoles pasado marcharon en Madison, en tal número que su dirigencia sindical se vio obligada a unírseles. Así, 35 distritos escolares tuvieron que cerrar, a medida que miles de maestros y otros trabajadores del sector público caminaban hacia el centro de la ciudad.[/FONT]

[FONT=&quot]Francamente, la mayoría de las protestas de las últimas décadas, si bien organizadas por personas bien intencionadas, han sido muy aburridas. Salimos a la calle por causas buenas, sí, pero prefiriendo estar en otro lugar; y hemos puesto en duda la eficacia de todo el ejercicio, por lo general secretamente, pero a veces abiertamente. Esta vez es diferente. Para los veteranos de las protestas en las últimas décadas, esta vez había un ambiente totalmente diferente. La escena ha sido, al mismo tiempo, creativa, de buen humor, alegre y pacífica, pero también, enojada. Este movimiento no tuvo portavoces: la gente se organizó, tomó decisiones sobre el terreno, y actuó consecuentemente, y sus acciones e instintos dieron resultado, si vemos los acontecimientos posteriores.[/FONT]

[FONT=&quot]El alcance del movimiento es amplio. A los estudiantes y profesores y otros empleados públicos se les se unieron bomberos y policías, cuyos derechos de negociación colectiva no están bajo amenaza inmediata y que, por lo tanto, se hicieron presentes en demostración de una notable solidaridad. Juntos, han adoptado una nueva alianza y han puesto de lado una historia de antagonismo que data de los años 1960. En este nuevo mundo, los policías ofrecen comida y café a manifestantes estudiantiles sentados en el suelo de la rotonda del Capitolio. Los bomberos, que llegan vestidos con sus trajes oscurecidos por el hollín o en faldas escocesas, tocan sus gaitas en apoyo a sus hermanos empleados públicos y estudiantes. Envolverse en la bandera -¿quien más puede hacerlo sin verse cínico o tonto?- los bomberos han devuelto este poderoso símbolo a la clase obrera organizada. [/FONT][FONT=&quot]
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[FONT=&quot]Ya el sábado, el número de manifestantes se había incrementado a más de 60.000, mientras que los adherentes del Tea Party del gobernador pudieron reunir apenas unos cuantos miles. Esto a pesar de contar con el apoyo de financeros multimillonarios como los hermanos Koch que crearon gigantescas páginas web, como "Stand for Walker", implorando a los wisconsineses a salir a las calles para apoyar al gobernador. [/FONT]
[FONT=&quot]Pero, a pesar de toda esta buena energía y del éxito obtenido, no todo está bien. Los trabajadores están seriamente divididos. La derecha política ha hecho grandes inversiones para poner a los empleados del sector privado en contra de sus contrapartes del sector público. Y lo han logrado. Después de tres décadas de guerra contra los sindicatos del sector privado, sólo el 7% de los trabajadores no públicos están protegidos. Como era de esperar, esto se ha traducido en una erosión casi completa de los programas de salud, anteriormente en manos y planes de pensiones de los que alguna vez disfrutaron.
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[FONT=&quot]Y como resultado, los trabajadores del sector privado estadounidense se han visto forzados a aceptar horarios de trabajo al estilo japonés. Sus planes de salud les brindan atención de calidad inferior, a menudo teniendo que navegar por soporíferas burocracias, sólo para que les digan "cobertura denegada". Sus empleadores ya no pagan las pensiones. La mayoría está por su propia cuenta a la hora de la jubilación. O si tienen suerte, pueden tener un empleador generoso que aporta la mitad hacia un plan 401k [sistema de ahorro para la jubilación. N. de la R.] que sólo alimenta a los operadores de Wall Street, mientras que nunca obtiene rendimiento suficiente para financiar su jubilación.[/FONT]

[FONT=&quot]En resumen, es otra vez la temporada de caza. Brevemente, en 2008, esta frustración se dirigió contra los republicanos. Sin embargo, los demócratas no sacaron ningún beneficio tangible para los trabajadores desde que asumieron el poder y, ahora, la derecha ha sabido desviar la ira de la clase trabajadora, de Wall Street hacia los profesores y los empleados públicos. Hábilmente ejecutada, la táctica ha llevado a los trabajadores del sector privado sin beneficios a culpar a todo aquel que sí tiene beneficios como la causa de su privación. En lugar de ver las ganancias que ofrecen los sindicatos, los trabajadores del sector privado se han tragado la noción de que estos beneficios, de alguna manera, fueron obtenidos a costa suya – al mismo tiempo que hacen caso omiso del engorde que continúa sin disminuir en Wall Street.
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[FONT=&quot]La nueva guerra de clases, como de hecho es percibido este conflicto, no es entre los trabajadores y el capital, sino entre los trabajadores del sector público y los del sector privado, éstos últimos azuzados por multimillonarios derechistas como los hermanos Koch. Uno puede incluso imaginarse al señor Burns, de Los Simpsons, tramando algo así, en su caricaturesca representación del capital; pero esto es la vida real, y pocos parecen reconocer la ironía.[/FONT]

[FONT=&quot]El feriado del lunes fue quizás la última de las grandes protestas de esta semana, ya que, cuando convocan a decenas de miles de personas, no son sostenibles. Los trabajadores públicos están bajo la presión de sus empleadores y los sindicatos de maestros, para regresar a trabajar. Si el Gobernador Walker se niega a transigir, la única arma que queda en el arsenal de los trabajadores es una huelga general y no se sabe si existe suficiente decisión para poner en marcha una. Este movimiento se inició por las acciones de Scott Walker y probablemente terminará por ellas. El siguiente paso hacia una huelga general dependerá de sus decisiones en los próximos días y si va en busca de un compromiso o de inflamar aún más a los trabajadores, al atacar su derecho democrático a organizarse [/FONT]

[FONT=&quot]Walker, hijo de un predicador, siempre ha sido ciego a las sombras de gris. Sus acciones pasadas sugieren un camino fundamentalista por delante. [/FONT]

[FONT=&quot]FUENTE[/FONT]


Manifestantes se niegan a salir de Capitolio de Wisconsin


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Las protestas que rechazan proyecto para eliminar derechos laborales congregaron a más de 70 mil personas el sábado.

Manifestantes que se oponen a la propuesta de eliminar los derechos laborales de negociación colectiva pasaron la noche en el Capitolio estatal de Wisconsin y prometieron hoy permanecer ahí el tiempo que sea necesario para presionar por sus demandas.

El gobernador Scott Walker planeaba presentar el martes por la tarde a la asamblea legislativa estatal su plan presupuestario de dos años. El gobernador republicano dijo que el plan ayudará a dejar claro por qué las concesiones que demanda de los empleados públicos son necesarias para combatir el déficit de 3.600 millones de dólares.

Walker dijo que su presupuesto incluirá un recorte de aproximadamente 1.000 millones a la ayuda estatal a escuelas y gobiernos locales. Se prevé además que proponga cambios radicales a la forma como está organizada la Universidad de Wisconsin, realizar recortes a plan Medicaid de atención de salud para los pobres y posiblemente incrementar impuestos para recaudar dinero.

Los manifestantes han realizado una huelga que comenzó el 15 de febrero y alcanzó su cumbre el sábado, cuando más de 70.000 personas se congregaron en los terrenos del Capitolio para una protesta.

Líderes sindicales y legisladores demócratas dicen que la ley busca minar los gremios y debilitar una base clave de electores del Partido Demócrata. La propuesta fue aprobada en la cámara baja, pero está estancada en el senado, pues los senadores demócratas han salido del estado para impedir que se vote la iniciativa.

La policía dijo el lunes que la limpieza del Capitolio continúa a pesar de la presencia de los manifestantes, al igual que los preparativos de seguridad para el discurso de Walker. Los oficiales de seguridad decidieron no sacar a los manifestantes a la fuerza luego de que miles ignoraran un plazo impuesto para las 4 de la tarde del domingo para dejar el edificio. El jefe de la policía del Capitolio, Charles Tubbs, dijo que no se arrestaría a ningún manifestante siempre que siguiesen obedeciendo la ley.

En la vecina Indiana, legisladores demócratas han boicoteado la asamblea estatal durante más de dos semanas para impedir la votación de propuestas republicanas para presentar una iniciativa de ley similar.

FUENTE


Wisconsin no se rinde


Los trabajadores de Wisconsin consiguieron mantener su protesta nocturna en el Capitolio mientras el gobernador se mantiene firme.

La policía se opuso a retirar por la fuerza a los manifestantes de Wisconsin que permanecían en el Capitolio para protestar contra la medida de recortes de los derechos laborales.

La agencia estatal que se encarga del Capitolio había pedido a la multitud de manifestantes que acamparon dentro del edificio desde el 15 de febrero que se marcharan para las 4 de la tarde, indicándoles que era urgente limpiar el lugar.
Sin embargo, la mayoría de los manifestantes se opuso a desalojar el lugar y la policía decidió no obligarlos a marcharse.

El jefe de la policía del Capitolio de Wisconsin, Charles Tubbs, indico que ningún manifestante sería arrestado siempre y cuando continúen obedeciendo la ley.

"La gente aquí ha actuado legal y responsablemente. No hay razón para considerar su arresto", dijo Tubbs.

La única orden que recibieron los manifestantes es la de reubicarse en la planta baja del edificio, y además la policía permitirá que funcionarios de los sindicatos traigan alimentos al edificio para los manifestantes durante la noche.
Los manifestantes duermen en el interior de la sede del poder legislativo desde el pasado 15 de febrero y buscan eliminar una iniciativa de ley impulsada por el gobernador republicano Scott Walker.

La iniciativa restringe los derechos de los trabajadores sindicalizados del gobierno estatal, negándoles su derecho a negociar colectivamente y limita condiciones laborales e incrementos salariales. Los dirigentes sindicales y legisladores demócratas afirman que la propuesta busca socavar a los sindicatos y debilitar la base de votantes del Partido Demócrata.

Por su parte, Walker insiste en que esta iniciativa es necesaria para que el estado pueda equilibrar su presupuesto.
Defiende la medida argumentando que ayudaría a disminuir un déficit calculado en $ 3.600 millones de dólares en el presupuesto del 2011 al 2013, y que el librar a los gobiernos locales de tener que negociar colectivamente con sindicatos de empleados públicos les ofrecería la flexibilidad necesaria para afrontar próximos recortes presupuestales.

"Llegó la hora de que alguien se levante y diga la verdad en nuestro estado, que diga este es el problema que tenemos, este es la solución y hagamos esto", apuntó el gobernador.
Miles de personas se congregaron en Columbus, Ohio, donde los legisladores consideran una iniciativa similar. También hubo movilizaciones en las ciudades de Topeka, Kansas; Harrisburg, Pensilvania; y Olympia, en el estado de Washington.

La protesta en Madison (Wisconsin) atrajo la mayor multitud a la fecha: unas 70.000 personas.

FUENTE

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=C_I9OgCa5wk[/youtube]

 
Combinamos el de Winsconsin con el de EU.

AlexAv.
 
Chomsky: La conexión El Cairo-Wisconsin

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El 20 de febrero, Kamal Abbas, líder sindical egipcio y figura prominente del Movimiento 25 de Enero, envió un mensaje a los “trabajadores de Wisconsin”: “Estamos con ustedes, así como ustedes estuvieron con nosotros”.

Los trabajadores egipcios han luchado mucho tiempo por los derechos fundamentales que les denegaba el régimen de Hosni Mubarak respaldado por EEUU. Kamal tiene razón en invocar la solidaridad, que ha sido durante mucho tiempo la fuerza orientadora del movimiento de los trabajadores en el mundo, y en equiparar sus luchas por los derechos laborales y por la democracia.

Las dos están estrechamente interrelacionadas. Los movimientos de trabajadores han estado en la vanguardia de la protección de la democracia y los derechos humanos y en la expansión de sus dominios, razón elemental que explica por qué son venenosos para los sistemas de poder, sean públicos o privados.

Las trayectorias de los movimientos en Egipto y EEUU están tomando direcciones opuestas: hacia la conquista de derechos, en Egipto, y hacia la defensa de derechos existentes, pero sometidos a duros ataques, en EEUU.
Los dos casos merecen una mirada más cercana.

La sublevación del 25 de enero fue encendida por los jóvenes usuarios de Facebook del Movimiento 6 de Abril, que se levantaron en Egipto en la primavera de 2008 en “solidaridad con los trabajadores textiles en huelga en Mahalla”, según señala el analista laboral Nada Matta. El Estado reventó la huelga y las acciones de solidaridad, pero Mahalla quedó como “un símbolo de revuelta y desafío al régimen”, añade Matta. La huelga se volvió particularmente amenazante para la dictadura cuando las demandas de los trabajadores se extendieron más allá de sus preocupaciones locales y reclamaron un salario mínimo para todos los egipcios.

Las observaciones de Matta son confirmadas por Joel Beinin, una autoridad estadounidense en materia laboral egipcia. Durante muchos años de lucha, informa Beinin, los trabajadores han establecido nexos y se pueden movilizar con presteza.

Cuando los trabajadores se sumaron al Movimiento 25 de Enero, el impacto fue decisivo y el comando militar se deshizo de Mubarak. Fue una gran victoria para el movimiento por la democracia egipcia, aunque permanecen muchas barreras, internas y externas.
Las barreras internas son claras. EEUU y sus aliados no pueden tolerar fácilmente democracias que funcionen en el mundo árabe.
Las encuestas de opinión pública en Egipto y a lo largo y ancho de Oriente Próximo son elocuentes: por aplastantes mayorías, la gente considera a EEUU e Israel, y no a Irán, las mayores amenazas. Más aún, la mayoría piensa que la región estaría mejor si Irán tuviese armas nucleares.

Podemos anticipar que Washington mantendrá su política tradicional, bien confirmada por los expertos: la democracia es tolerable sólo si se ajusta a objetivos estratégico-económicos. La fábula del “anhelo por la democracia” de EEUU está reservada para ideólogos y propaganda.

La democracia en EEUU ha tomado una dirección diferente. Después de la II Guerra Mundial, el país disfrutó de un crecimiento sin precedentes, ampliamente igualitario y acompañado de una legislación que beneficiaba a la mayoría de la gente. La tendencia continuó durante los años de Richard Nixon, hasta que llegó la era liberal.

La reacción contra el impacto democratizador del activismo de los sesenta y la traición de clase de Nixon no tardó en llegar mediante un gran incremento en las prácticas lobistas para diseñar las leyes, el establecimiento de think-tanks de derechas para capturar el espectro ideológico, y otros muchos medios.

La economía también cambió de curso hacia la financiarización y la exportación de la producción. La de-
sigualdad se disparó, primordialmente por la creciente riqueza del 1% de la población, o incluso una fracción menor, limitada fundamentalmente a presidentes de corporaciones, gestores de fondos de alto riesgo, etc.

Para la mayoría, los ingresos reales se estancaron. Volvieron los horarios laborales más amplios, la deuda, la inflación. Vino entonces la burbuja inmobiliaria de ocho billones de dólares, que la Reserva Federal y casi todos los economistas, embebidos en los dogmas de los mercados eficientes, no lograron prever. Cuando la burbuja estalló, la economía se colapsó a niveles cercanos a los de la Depresión para los trabajadores de la industria y muchos otros.

La concentración del ingreso confiere poder político, que a su vez deriva en leyes que refuerzan más aún el privilegio de los superricos: políticas tributarias, normas de gobernanza corporativa y mucho más. Junto a este círculo vicioso, los costes de campañas electorales han aumentado drásticamente, llevando a los dos partidos mayoritarios a nutrirse en el sector de las corporaciones: los republicanos de manera natural y los demócratas (ahora muy equivalentes a los republicanos moderados de años anteriores) siguiéndoles no muy atrás.

En 1978, mientras este proceso se desarrollaba, el entonces presidente de los Trabajadores Autónomos Unidos, Doug Fraser, condenó a los líderes empresariales por haber “elegido sumarse a una guerra unilateral de clases en este país: una guerra contra el pueblo trabajador, los pobres, las minorías, los muy jóvenes y muy viejos, e incluso muchos de la clase media de nuestra sociedad”, y haber “roto y deshecho el frágil pacto no escrito que existió previamente durante un periodo de crecimiento y progreso”.

Cuando los trabajadores ganaron derechos básicos en los años treinta, dirigentes empresariales advirtieron sobre “el peligro que afrontaban los industriales por el creciente poder político de las masas”, y reclamaron medidas urgentes para conjurar la amenaza, de acuerdo con el académico Alex Carey en Taking the risk out of democracy. Esos hombres de negocios entendían, al igual que lo hizo Mubarak, que los sindicatos constituyen una fuerza directriz en el avance de los derechos y la democracia. En EEUU, los sindicatos son el contrapoder primario a la tiranía corporativa.

De momento, los sindicatos del sector privado de EEUU han sido severamente debilitados. Los sindicatos del sector público se encuentran últimamente sometidos a un ataque implacable desde la oposición de derechas, que explota cínicamente la crisis económica causada básicamente por la industria financiera y sus aliados en el Gobierno.

La ira popular debe ser desviada de los agentes de la crisis financiera, que se están beneficiando de ella; por ejemplo, Goldman Sachs, que está “en vías de pagar 17.500 millones de dólares en compensación por el ejercicio pasado”, según informa la prensa económica. El presidente de la compañía, Lloyd Blankfein, recibirá un bonus de 12,6 millones de dólares mientras su sueldo se triplica hasta los dos millones.

En su lugar, la propaganda debe demonizar a los profesores y otros empleados públicos por sus grandes salarios y exorbitantes pensiones, todo ello un montaje que sigue un modelo que ya resulta demasiado familiar. Para el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, para la mayoría de los republicanos y muchos demócratas, el eslogan es que la austeridad debe ser compartida (con algunas excepciones notables).

La propaganda ha sido bastante eficaz. Walker puede contar con al menos una amplia minoría para apoyar su enorme esfuerzo para destruir los sindicatos. La invocación del déficit como excusa es pura farsa.

En sentidos diferentes, el destino de la democracia está en juego en Madison, Wisconsin, no menos de lo que está en la plaza Tahrir.

FUENTE




Michael Moore se une a protestas de Wisconsin



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El cineasta habló ante miles de personas durante una marcha realizada fuera del capitolio de la ciudad, donde los manifestantes llevan casi tres semanas de protestas.

Moore habló ante miles de personas durante una marcha realizada el sábado fuera del capitolio de Wisconsin, donde los manifestantes han llegado a casi tres semanas de protestas. "Madison es sólo el comienzo", dijo Moore.

La multitud ovacionó a Moore, cuando imploró a los manifestantes que continúen su lucha contra la iniciativa del gobernador republicano Scott Walker y comparó su resistencia con la revuelta en Egipto. También agradeció a los 14 senadores demócratas que escaparon del estado, para impedir una votación sobre la propuesta de ley y dijo que sus actos quedarán registrados en la historia. "Lograremos esto juntos. No se rindan, por favor, no se rindan", dijo Moore a los manifestantes.

La policía informó que unas 70.000 personas se congregaron para la protesta del 19 de febrero y que una multitud mucho mayor marchó el 26 de febrero.

Moore dijo que los ricos se habían soprepasado, primero al tomar el dinero de la clase trabajadora y después al quitarles su alma al aplastarlos en la mesa de negociación.

La multitud gritaba "gracias", antes de que Moore comenzara a hablar y él les respondió: "Todos los estadounidenses te agradecen a ti Wisconsin".

Walker dijo que la iniciativa es necesaria para ayudar a reducir el déficit estatal, que se cree podría llegar a 3.600 millones de dólares para mediados del 2013, pero los oponentes consideran que esto es un esfuerzo para debilitar a los sindicatos.

Las negociaciones entre los demócratas y los republicanos se vinieron abajo el jueves, aunque se mantienen en comunicación, dijo el senador Tim Cullen, uno de los demócratas que escaparon del estado. Cullen dijo que es difícil para cualquier parte llegar a un acuerdo, pues los demócratas no quieren perder el apoyo de su base de simpatizantes y Walker no quiere parecer débil si se echa para atrás.

FUENTE
 
Que fuerte... con este contexto se entiende porque quieren apagar el internet.
 
Multitudes del primer mundo empiezan a salir del letargo




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La experiencia de Islandia, cuyos ciudadanos no aceptaron pagar las deudas de la banca hace unos años, lo que los tiene hoy con una economía próspera es la receta que muchos ciudadanos del primer mundo ven para enfrentar las embestidas neoliberales. El veterano progresista Ralph Nader cree que la próxima rebelión ciudadana podría ser en Estados Unidos.

Al mismo tiempo que las revueltas árabes, en el estado de Wisconsin, Estados Unidos, crece un movimiento sindical y ciudadano de protesta. El gobernador republicano, Scott Walker, pretendía eliminar el derecho de negociación colectiva de los trabajadores públicos: sólo mejoras salariales y encima con el límite de la inflación estatal.

La respuesta de los trabajadores públicos fue ocupar el Congreso de Wisconsin para evitar la aprobación de la ley y los sindicatos convocaron a manifestaciones solidarias en varias ciudades, encuentros que congregaron a decenas de miles de ciudadanos. Un sondeo de The New York Times indica que el 60% de la población del país apoya a los trabajadores públicos. Algo se mueve.

El veterano progresista Ralph Nader cree que la próxima rebelión ciudadana podría ser en Estados Unidos. La protesta de Wisconsin es mucho más que una reclamación sindical. Es defender la libertad y justicia logradas por los trabajadores contra la reaccionaria pretensión de desmontar el estado de derecho y bienestar. Da igual que aduzcan combatir el déficit. Es un pretexto soez. Lo de Wisconsin es un ataque en toda regla contra los derechos de los trabajadores y los ciudadanos por parte del conglomerado financiero y corporativo empresarial, que tiene en los republicanos a sus mejores defensores. Ataque que intentarán propagar por todos los Estados Unidos, mutilando gravemente el sistema democrático.

Jeffrey Sommers, profesor de Stockholm School of Economics, cree que “este movimiento es diferente, no tiene portavoces; la gente se organizó, tomó decisiones, actuó y sus acciones dieron resultado. A estudiantes, profesores y otros empleados públicos se unieron policías y bomberos. Los policías ofrecieron café a los manifestantes encerrados en el Capitolio”. Acaso esta vez sea diferente; sí.

¿Y LA VIEJA EUROPA?

Ya conocemos la respuesta ciudadana de Islandia. El gobierno neoliberal dimitió acorralado por las protestas ciudadanas, que forzaron un referéndum sobre el pago de la deuda de los bancos, y más del 90% de ciudadanos decidió que no habría dinero público para la banca.

Ignacio Escolar ha escrito al respecto que “los islandeses se negaron a socializar pérdidas y dejaron que la banca quebrase. Islandia ahora crece y el año que viene su presupuesto público tendrá superávit: su situación económica es bastante mejor que la de países como Grecia o Irlanda”.

En Grecia, muchos ciudadanos se niegan a pagar peajes, tasas hospitalarias y billetes de transporte público que, por cierto, han aumentado un 40%. Cunde la desobediencia civil económica.

En Francia, la creciente desigualdad propicia una irritación social que aumenta. Una desigualdad que ocasiona que un tercio de franceses vivan peor que el año pasado y no puedan pagar la calefacción este invierno. Una encuesta de L’Humanité Dimanche indicó que más de la mitad de franceses desea una revuelta popular, aunque el mismo porcentaje cree que hoy no son capaces de hacerla.

Pero Rafael Poch ha señalado con lucidez que “la actual aparente indiferencia y quietud europeas pueden transformarse en grandes turbulencias, si no se cambia la actual política. La política de austeridad, los recortes sociales, el aumento del paro y la subida de la factura de la luz aumentan la sensación de estafa”. Y el Nobel de economía Stiglitz recuerda que “el neoliberalismo es una doctrina política, nunca respaldada por la teoría económica ni por la experiencia histórica, que sirve a determinados intereses”.

Porque la política neoliberal (hoy enarbolada contra el déficit) no es más que “una verdadera revolución de los ricos contra los pobres, de los mercados contra la soberanía cívica”, como ha escrito Luis García Montero. Sin olvidar, como desvela Daniel Raventòs, que “los ‘mercados’ son falaz eufemismo para designar a las grandes empresas transnacionales, los grandes grupos bancarios y los grandes especuladores”. Es decir, grandes delincuentes de guante blanco, si no se hubieran derogado las normas económicas y penales anteriores a la contra reforma neoliberal iniciada a finales de los ochenta.

En última instancia, tanto en Estados Unidos como en Europa, es urgente interiorizar la propuesta del Nobel de la Paz, Sam Daley-Harris: “Dejar de pensar que no hay soluciones, que no importa lo que hagamos o que la solución no depende de nosotros. Y dejar de actuar en solitario”. En África del Norte lo han tenido en cuenta y les va bien.

A fin de cuentas, trabajadores y trabajadoras, ciudadanos y ciudadanas, somos mayoría absoluta. Dueños del poder político y de la soberanía.

FUENTE
 
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