Hola!

Registrándote te conviertes en bakuno, lo cual te permitirá publicar, discutir, compartir y contactar en privado a otros bakunos.

Regístrame ya!

relatos de tesoros enterrados

Como en los pueblos es muy difícil ganarse la vida, la mayoría de la gente siempre está tratando de obtener dinero de alguna manera para sobrevivir pero a los que agarraban robando, el ejercito, donde lo agarraban ahí mismo lo colgaban de un árbol.

Mi padre me cuenta que desde que tenía seis o siete años de edad, se acercaba a los ancianos para saber de qué platicaban, ya que los veía muy entretenidos platicando, de esta manera se enteró que en su pueblo y en sus alrededores había muchos lugares donde algunas personas habían enterrado dinero, o por lo menos eso es lo que la gente cuenta (hay wey, hasta parece telenovela).

Uno de los lugares, me cuenta, era la casa de dos mujeres solteronas, la casa tenía salida por los cuatro lados de la casa ya que estaba un poco retirada del pueblo, se contaba que en una de las entradas, había una piedra cuadrada muy bien terminada, debajo de la cual había una olla con monedas.

A la edad de 18 años, un día de que hubo fiesta en el pueblo, dice que él prefirió quedarse para ver si podía encontrar la olla que le habían platicado. Todo el pueblo se fue a la fiesta, menos él, viendo que ya no había gente en el pueblo, se llevo la herramienta para escarbar, dice que estuvo escarbando como tres horas, que el agujero que hizo ya lo tapaba de lo hondo y no encontró nada, como ya iba a amanecer, dice que tapó de nuevo el agujero que había hecho y se fue para su casa.

Dos o tres días después se enteró que las mujeres ya no vivían en el pueblo, que habían sacado la olla y se habían ido de ahí. Lo que quería decir que la olla si existía, pero se había equivocado de entrada y mi papá casi se moría de coraje de no haberle atinado a la puerta correcta.
 
Repasando, la barranca donde Martín Toscano escondía el producto de sus robos se llama la barranca del tigre que está entre Michoacán y Jalisco.

Ahora la nueva historia.

En la zona donde se crió mi padre hay muchas barrancas, pero hay una en especial que dice mi padre, que si te paras en la orilla de la barranca y te asomas hacia abajo, no le alcanzas a ver el fondo. Que está tan oscuro que nadie se ha atrevido a entrar, o los que se han atrevido, no han vuelto a salir. Dice que en esa barranca hay guaridas de leones porque han encontrado rastros de animales cuando los arrastran hacia abajo para ser devorados.

La leyenda cuenta que en esa barranca, a cierta altura, hay una cueva donde un gavillero (no sé si sea una guarida de Martín Toscano) escondía lo que se robaba, dicen que hay montañas de monedas y joyería dentro de esa cueva, que lógico, está encantada. Es una cueva que no se ve a simple vista, tienes que estar a cierta altura y cierta ubicación para poder ver la entrada. Y como todos los lugares encantados, solamente en semana santa se abre la puerta sin necesidad de llevar conjuros o hechizos de desencantamiento. Esta leyenda ha circulado desde hace varias generaciones en varios pueblos de la zona.

La historia central se basa en Pablo y Pedro (nombres ficticios para no afectar a personas inocentes) que se pusieron de acuerdo para ir a la cueva a sacar cierta cantidad de valores. Ellos ya sabían donde se ubicaba la cueva y cómo podían acceder aún arriesgando su propia vida. Los dos llevaban el clásico “poncho” o “gabán” que se pone la gente en los pueblos para no tener frio (cobija con adornos que doblada por la mitad te cubre el frente y la espalda).

Llegaron a la orilla de la barranca y se pusieron de acuerdo para ver quién iba a bajar y quién se quedaría cuidando. Pedro se quedó en la parte de arriba, cuidando una soga que habían puesto para bajar, Pablo se descolgó con la soga hasta la entrada de la cueva.
Cuando Pablo entró en la cueva se quedó sorprendido de todo lo que vio, inmediatamente se abalanzó sobre una montaña de monedas que había, puso su poncho en el piso y le dio un jalón con ambas manos al montón de monedas para que cayeran sobre la cobija. Juntó su poncho lleno de monedas, se levantó, se dio la vuelta para buscar la salida pero no la encontró, de pronto escuchó una voz de ultratumba que le decía “TODO O NADA”. Pablo quedó congelado como una estatua, soltó el poncho con todo y monedas, y en ese mismo instante apareció frente a sus ojos la salida como por arte de magia. Pablo salió de la cueva, tomó la soga y subió por donde había bajado. Llegando arriba esta fue la conversación:

Pedro: Que pasó, viste algo de lo que buscamos
Pablo: Si, hay montañas de monedas
Pedro: Y luego, porque no sacaste nada
Pablo contó todo lo que le había sucedido y le dijo a Pedro mejor vámonos yo no vuelvo a bajar.

Pedro se molestó, recogieron sus sogas y se fueron de ahí. A los tres días Pablo murió sin una aparente enfermedad, posiblemente del susto, la verdad nadie la sabe.

Hasta la fecha, esta historia se sigue contando, pero aún no se ha sabido que alguien haya sacado nada de esa cueva.
 
Disculpen la tardanza, he tenido bastante trabajo. Aquí está otro aporte.

Mi padre se crió en una hacienda abandonada, una hacienda que ni las personas más viejas del pueblo sabían quién o cuando la habían construido. La construcción abarcaba por lo menos una hectárea, más los terrenos de cultivo que estaban bastante extensos.
Eran varios cuartos distribuidos en forma de herradura. Pero los estaban destruyendo porque quitaban los adobes para construir otras casas. Cabe mencionar que las personas que se llegaban a quedar a dormir solas en alguno de los cuartos de la hacienda, siempre los despertaban los ruidos de jarras y vasos de barro cayendo y rompiéndose, pero cuando iban a ver donde era no encontraban nada tirado, todo estaba en su lugar.

Una de las personas que le pidió adobes a mi abuelo fue un primo de mi papá, se acaba de casar y estaba construyendo su casa. Cuenta mi padre que su primo quitaba los adobes, los echaba a un costal y se iba a dejar los viajes a su casa, hasta que se hacía de noche. Un día estaba quitando adobes ya por el atardecer, más temprano de lo normal el primo se fue a su casa y jamás lo volvieron a ver en el pueblo.

Cuentan las personas que se fue a vivir a otro pueblo y compro casas, terrenos, coches y no sé cuantas cosas más. Según decían, se había hecho rico de la noche a la mañana.

La explicación, para los que no encuentren lógica, es que el primo encontró un “dinerito” entre los adobes que se llevaba, pero no le dijo a nadie.

Así paga alguna gente los favores aunque seas de la familia.

Suerte.
 
Bueno amigos yo les contare algo que le sucedió a mi tía. Todo esto fue en comalcalco tabasco, ya que por estos rumbos han encontrado tesoros o entierros como les dicen por haca, pues ya hace algunos años mi tía vivía con su esposo (digo vivía porque ahora ya no) el caso trata de que a mi tía se le empezó a aparecer una luz que salía de las raíces de una mata de coco y de esa pequeña luz se transformaba un hombre de blanco. pero ella cuenta de que nunca le daba miedo, hasta que ya muy seguido se le aparecía y fue cuando el hombre empezó a hablarle y le decía que ahí había un tesoro, que él era el guardia y la había elegido a ella, un tesoro donde había o hay dos hoyas de barro llenas de monedas una silla de caballo y dos hachas, mi tía le conto lo sucedido a su esposo pero la verdad es muy ambicioso y el de le decía a mi tía que lo sacara y lo recompartieran en dos partes pero mi tia no quería, ya como mi tía veía que ese espirito o alma la seguía tuvo que ir a visitar una tia de ella que es chaman o bruja algo así, mi tía le conto lo sucedido y ella le respondió que sí, que ahí donde vivía ella había un tesoro pero le dijo que si lo sacaba su esposo la podía matar ya que era mucho lo que se encontraba en ese lugar y pues su esposo siempre escarbaba para poder sacarlo pero nunca encontraba nada, la tierra era muy dura para el ya que dicen que si el tesoro no es para ti, pues nunca lo podrás sacar. Mi tía siempre veía al señor de blanco y el decía que si que esperaba que todo lo que había ahí era de ella, ya que el alma solo le pedía 9 rezos para que pudiera descansar en paz y pues la verdad nunca lo desenterró por miedo a que su esposo la asesinara y aun sigue ahí.
 
bueno amigos aqui va mi historia, Yo soy de Puebla.
Mi mamá siempre me contaba de la gran riqueza que tenía su abuelo, me cuenta que tenía muchos terrenos, negocios, todo esto en época de la revolución.
Ella me cuenta que cuando su abuelo murió, su padre, que es mi abuelo le dejó parte de su dinero ya que lo demás no saben donde quedo, aparte de que era hijo único.
Mi abuelo también nos has dicho esas cosas, que no saben donde quedó todo ese dinero.
Bueno yo he ido varias veces con mi familia al pueblo de mi madre, allí mi abuelo y mi madre nos mostraron la casa donde vivía su abuelo, las propiedades que tenía, que ahora son menos porque mi abuelo era muy borracho y vendió muchas de ellas, una vez mi tío dice mi mamá encontró una olla de oro y con ese dinero construyó su casa, compró unas camionetas, yo mismo le he preguntado a mi tío y he visto todo lo que tiene y le he preguntado sobre dicha historia la cual el mismo me la confirmó, el dice que hay más oro pero no a cualquiera se lo dan, debes de ser escogido por el alma, la cual al parecer es el abuelo de mi madre, también me contó que en ese lugar hay un serpiente cuidando ese tesoro, dice que el llegó a el un día que dormía guiado por el espíritu en sueños, y la única condición dice el, fue la de quedarse a vivir y construir ahí mismo.
Yo he querido ir a buscar el tesoro el cual dice mi mamá que mi abuelo la quería mucho a ella, pero por falta de tiempo y dinero nunca hemos podido realizarlo.
Y hace poco casi como 2 meses que fuimos al pueblo, mi tío me estaba contando que encontraron una cueva donde dicen ellos, la gente se escondía de los revolucionarios y bandidos que llegaban ahí para robar y llevarse a sus mujeres, el cual dicen que también hay dinero ahí.
 
Cuentan, en San Pedro Tultepec; que en una casa llamada "La casa grande"; por ser la más amplia del pueblo, vivía un matrimonio que para medir su dinero lo hacía con costales. La esposa era muy avara, muy mala; jamás le daba dinero a los pobres.
La señora tenía un hermano que junto con su marido se dedicaban a despilfarrar el dinero bebiendo.
Un día su hermano y su esposo se sintieron muy mal de tanto beber y ella se ofreció a curarlos. No se sabe qué les dio pero pasado algún tiempo murieron.
Dos años más tarde, al saber que los revolucionarios iban a entrar al pueblo; para evitar que se robaran su dinero, lo enterró en veinte ollas grandes. Al paso del tiempo enfermó y murió sin que nadie supiera dónde había enterrado sus riquezas.
Años después fue a vivir a esa casa la señora María de los Dolores Morales que también era muy rica pero hacendosa y caritativa. Cierta ocasión, al estar haciendo el aseo de la casa; se hundió un ladrillo dejando un boquete en el piso y la señora quedó sorprendida al ver en el fondo del suelo unas ollas muy grandes, repletas de dinero.
Salió corriendo a buscar a su esposo pero en el camino se encontró a un compadre al que le contó todo lo sucedido. Cuando regresó a su casa ya su compadre había sacado las ollas pero en lugar de dinero había encontrado unas piedras muy grandes. Entonces decidieron quebrar las ollas y enterrar aquellas piedras.
La casa fue abandonada, destruyéndose poco a poco. Pasado algún tiempo la casa fue reconstruida por otra familia que la habitó por unos meses.
Una vez que la señora estaba cosiendo se le apareció una culebra delgada, pequeña, de varios colores, que se transformaba en una flama y más tarde en una bola de lumbre que iba rodando hasta perderse.
A cada persona que iba a habitar la casa le ocurría lo mismo por lo que ya nadie se atrevía a habitarla y fue abandonada.
En otra ocasión, a un individuo que pasaba por aquel lugar se le apareció un charro vestido de negro y le dijo que si quería tener dinero lo siguiera pues él sabía dónde habia bastante y lo haría muy rico, pero aquel individuo, conociendo todo lo que se contaba sobre esa casa; huyó despavorido.
Ya calmado se los contó a sus amigos y ellos decidieron acompañarlo, muy interesados en poder obtener el dinero.
Al llegar a la casa abandonada y aparecerse el charro negro, sólo a la primera persona que se le había aparecido podía verlo y le decía que le diera la mano para llevarlo donde estaba el dinero.
El hombre, asustado, prefirió abandonar el pueblo. La casa, en la actualidad se encuentra semidestmida.
 
Un día iban unos señores en su camioneta por la carretera. De repente, vieron un barril tirado en el camino. Se bajaron corriendo para ver qué tenía y se dieron cuenta de que estaba lleno de dinero. Se pusieron muy contentos, subieron el barril a la camioneta y se fuleron pensando qué harían para gastarlo sin que los demás se dieran cuenta de que tenían mucho dinero.


Decidieron irlo a esconder en una casa vieja. Al bajar el barril, percibieron un aroma muy raro. Entraron en la casa e hicieron un agujero en el patio. Después fueron a sacar el dinero del barril, pero al tenerlo entre las manos se les convertía en diferentes animales como víboras, arañas y al volver a dejarlo en el barril, se convertía nuevamente en dinero.
Al ver esto los señores dijeron:
-"Este dinero está embrujado".


Decidíeron enterrarlo y esperar un poco pero allí donde lo enterraron, todas las noches se aparecía el Diablo o un perro blanco o las brujas. Entonces los señores se murieron del susto y a esa casa ya nadie se acercaba porque todas las noches se veían luces y se aparecía el Diablo en diferentes formas.
Cansados los vecinos de tantos sustos, fueron a ver al sacerdote quien fue a regar agua bendita a esa casa.
Al otro día, la casa había desaparecido.
 
1926 colima cuenta con un puerto de gran importancia para el centro de México, existió un camino real que iba de manzanillo a México el cual pasa por un pueblo llamado en aquel entonces san Gerónimo en el día de hoy se llama Cuauhtémoc, bueno la historia se basa en este pueblo san Gerónimo por el cual pasaba gran parte de oro para todo el centro de México como hoy en día.
En 1926 empezó la guerra de los cristeros la cual desato hambrunas asesinatos y una cantidad de cosas entre ellas el vandalismo, y en este poblado se encontraba una banda de ladrones muy grande conformada por al menos 30 o 40 hombres, pasaban las carretas y estos las asaltaban en aquel entonces el pueblo eras muy chico y rápido se perdían en el campo los ladrones, el gobernador Francisco Solórzano se di cuenta de esto y para tomar el control mando al ejercito, este se atrinchera en las orilla de san Gerónimo de repente los ladrones dan un golpe a una carreta de oro que viajaba a manzanillo pero fueron sorprendidos por el ejército y correteados en caballos por los senderos hasta llegar a un arroyo a las afueras de san Gerónimo, el llamado Arroyo Grande en la dirección donde se encuentra el tanque del perro, en ese enfrentamiento cayeron 19 bandidos y un número de soldados eso no se supo, pero los radiaron y llego mas ejercito para entrase en esa parte del arroyo grande al ir bajando ya los esperaban los ladrones claro era su guarida pero no pudieron con el ejército y terminaron por retirarse el ejercito encontró una cueva que se adentraba en zic zac y en cada curva tenía un espacio resacado para que una persona se escondiera y pudiera disparar al que se metiera a la cueva, los soldados se tetaron de introducir los ladrones les depararon y el ejercito solo se retito tapando la cueva eso en 1926.
En 1960 my abuelo y un grupo de amigos intrigados por que abría pasado con esa cueva fueron al lugar escarbaron la cueva y la destaparon se empezaron adentrar a las profundidades pero me contaba mi abuelo que caminaron cerca de 5 kilómetros la cueva seguía igual curva tras curva se retiraron ese día sus amigos llano quisieron regresar el día siguiente y mi abuelo por el instinto de aventurero regreso, él dice que camino cerca de 15 kilómetros mas o menos a esa distancia la cueva se asía como una olla y hay encontró un montón de sacos de maíz y michos rifles que al sacarlos al viento se desasían el maíz y los rifles ya no servían varias partes, más adelante la cueva se reducía apenas para pasar gateando unos 30 metros se volvía a crecer para que pudiera caminar parado, unos 50 metro más unos grandes barandales de acero muy reforzados impedían el paso pero al fondo se veía 5 pilas de aproximadamente 1 metro de ancho por 10 metros de largo llenas de oro con un caudal de agua para lavar el oro y del techo se miraba una luz que provenía de un orificio aproximadamente de unos 40 cm de diámetro ese día mi abuelo salió de la cueva y se fue a su casa con miras de regresar a otro día con todo lo necesario pero esa noche se puso muy malo con mucha fiebre y decía cosas incoherentes tres días duro así cuando se recupero no sé por qué motivo no quiso regresar a la cueva, el mismo nos conto que aquel día sentía mucho miedo regresar a esa cueva pero miedo raro que nunca había sentido y decidió irse mejor a vivir a tecoman allá murió mi abuelo 1985 en 1995 yo ya tenía 16 años y convencí a mi papa que me llevara a esa cueva llegamos y la cueva estaba tapada de excremento de murciélago pero mi papa me rebelo algo empezamos a caminar por donde mi abuelo le describió el camino y caminamos la misma distancia pero por encima de la tierra aproximadamente y en el lugar encontramos un nacimiento de agua y unas ruinas arqueológicas buscamos el orificio pero nunca dimos con él, hoy en día e buscado aparatos que rastreen oro por que estoy decidido a ir en busca de esa cueva solo por desafío por que ya son tres generaciones y yo le creo a mi abuelo de ese oro, he tratado de encontrar los aparatos correspondientes pero a un no los he encontrado, ese oro de ve de estar a mínimo unos 15 metros de profundidad.
Otra historia que refuerza el tesoro que se encuentra enterrado y yo vi cuando sacaros es oro es la de un seño que trabajaba en la construcción de la autopista Manzanillo Guadalajara cuando do se construía el puente del arroyo grande los trabajadores tuvieron que escarbar hondo para dar nivel a la carretera y en la falda del arroyo cerca de la cueva se encontraron una olla de monedas de oro enterradas el señor operaba una maquina nosotros estábamos chiquillos y solo íbamos para ver las grandes maquinas trabajar pero ese día el seño dejo la maquina con el motor encendido y se fue solo se encontró el hueco donde saco la olla.
Quizás no sea de espantos pero es una historia que relativamente no han pasado muchos años espero que aun siga hay ese tesoro.
Gracias por leer.
 
Todo principió al finalizar el año escolar de 1942. Gilberto, amigo y compañero de estudios, me invitó a pasar las vacaciones en un pequeño rancho próximo al Nevado de Toluca, accedí gustoso y para hacer ejercicio, realizamos el viaje a pie. Aquel pequeño rancho había sido propiedad de su padre, que a su vez lo había heredado de su abuelo y éste, de su tatarabuelo.


Todos los días nos levantábamos temprano para excursionar por los montes, unas veces a caballo y otras a pie. Después tomábamos un baño en un manantial de agua caliente.
Uno de tantos días amaneció lluvioso y resolvimos quedarnos en casa. Para distraernos subimos a las galeras donde sus antepasados guardaban todo lo que ya no les era útil. Para nosotros ese lugar fue muy atractivo, encontramos cosas de mucho interés y gran valor; pero llamó poderosamente nuestra atención un cajón a manera de cofre de pirata que contenía papeles; los leímos con avidez por tratarse de la historia de la familia de Gilberto. Entre estos documentos encontramos un pliego escrito hace más de 150 años, en papel corriente, escrito con lápiz; no obstante el paso de los años, se leía con claridad. El documento tenía documento tenía el color amarillento de los papeles viejos, al desdoblarlo se separó en partes, acomodadas por nosotros pudimos descifrar su contenido.
Iniciamos su lectura con gran sorpresa y encontramos lo siguiente.
"Año de 1760, yo, Bartolomé Juan del Castillo, en nombre de Dios Padre que me crió y me conserva, hago la confesión siguiente:
Siendo el jefe de los ladrones que operaban en la Sierra del Nevado, yo como depositario de grandes robos de conductas que llevaban grandes tesoros que se conducían a España y que pasaban por estos campos y de varios puntos de los minerales.
Declaro en nombre de Dios Todopoderoso, ser cierto todo lo que voy a escribir.
Declaro que en la Cañada del Jicote que se halla en los Montes de los Estrada, de su lugar donde se juntan dos aguas una chica y otra mayor, de allí por abajo donde hace un salto chico, está un subterráneo, su puerta es pequeña, apenas puede caber el cuerpo de un hombre, está al pie de una corta peñita, dicha puerta está cubierta con una losa que a su vez está cubierta con tierra, aquí hay intereses muy grandes. Y del salto para arriba, en está misma cañada está otra que no tiene peña, está en la loma o costado de la cañada, está donde hay muchas hierbas de otatillo.


De allí mismo, subiendo rumbo al poniente, hasta llegar a la cumbre de la loma del Espinazo, estando allí encima del sur, se tomará a la derecha para abajo hasta dar con un cerrito chico que tiene muchos árboles, allí mismo se buscará un encino con dos brazos que figuran codos, uno está mirando a Zacualpan y otro al veladero, al pie están ocho botijas de dinero enterradas. Se tomará rumbo abajo hasta dar con una agüita muy pequeña que sale del mismo cerro y va dar un salto chico, a un lado está la puerta de la cueva, la mitad está en el salto grande, si lo encuentras te harás rico, allí está el convoy que se le quitó al virrey O Donojú en el paso del macho, este fue como un millón de dinero, al frente se encontrara un altar hecho de mezcla donde está colocado el señor del hospital, que es el que veneraban antes más. También se encontrarán los útiles de plata y oro con que se servía el virrey, en el interior está la gran cantidad de barras de plata formando un camellón, también se encontrará un gran depósito de ornamentos y a un lado otro altar con el Cristo de oro del Virrey, allí está también el esqueleto de don Cristóbal de Nova, que murió atado por querer entregar a los españoles este tesoro.
Hijo mío, pocos son los días que me restan de vida y mi alma está devorada por crueles remordimientos.


En este fatal estado pienso y recuerdo tu orfandad desde la muerte de tu tierna madre, muerta de ti, la que te dio a luz; quiero recompensarte a ti y a Inés mi hermana, por sus humanitarias acciones.
Hijo mío, sabes que tienes un padre que tú no conoces, vive todavía, pero que enviado en un mar de crímenes, hace horribles memorias al título honroso de padre. Cometí varios crímenes, unas veces empujado por venganza y otras por la defensa que debía hacer de mi persona.
En fin, querido Paulino, tú comprenderás que yo quiero hacerte el bien y pido a Dios te conserve muchos años.
Los tesoros son muchos, puedes acompañarte de quienes gustes, no importa cuántos sean, para todos alcanza; una sola condición te pido, que mandes decir muchas misas para que Dios nos perdone, tanto a los malhechores que anduvieron conmigo, como a mí. Todos los objetos sagrados que pertenecen a la Iglesia como cálices, custodias, vasos sagrados, patenas y demás ornamentos religiosos, te ruego querido Paulino, hagan diligencia para que sean entregados a la Iglesia y puedan ser utilizados para lo que fueron hechos; con todo lo que sobre se remediarán; pues como te he dicho: hay tantos tesoros como para fincar otro México nuevo.
Principia tu recorrido por el Cerro del Manzano, es un cerro que tiene un manzano silvestre, está cerca de la Barranca del Muerto, en su tronco tiene una herradura clavada, al pie de ese tronco hay seis botijas de monedas de oro.
Yo, tu padre, estuve en tantos peligros que ignoro por qué Dios me Conservó la vida. Sufrí muchas heridas mortales, sin embargo pude Soportarlas porque uno de nuestros compañeros era curandero y Conocía las propiedades curativas de muchas plantas de estos montes; así gracias a Dios pude Conservar la existencia.


Todo lo que está ahí es de ustedes, remédiense en sus necesidades y sigue buscando y no te olvides, querido Paulino, de ayudar a los pobres, te lo encargo como primera obligación y manda decir muchas misas por el alma de tu padre y por todos los demás malhechores que bien lo necesitan".
 
Que buenas historias, yo queria compartir una, pero se me olvido, cuando lo recuerde lo posteo, saludos
 
Hay una leyenda muy similar a la que cuentas pero es de un municipio de Gto. que colinda con Mich. y Jalisco
 
Saludos

Como les mencioné en otra historia, mi padre se crió en una hacienda abandonada. Esa hacienda tenía muchos cuartos, mis abuelos vivían en un cuarto, mi padre es el hermano mayor de todos en otro cuarto, sus hermanas en otro cuarto y así sucesivamente, en total con mi padre y sus hermanos son como 7 u 8 hermanos, no sé bien, porque algunos fallecieron sin que los conociera y no le he preguntado para saber exactamente.

Bueno, retomando.

El cuarto donde dormía mi padre estaba junto a lo que era la cocina, cuenta mi padre que en el cuarto que él dormía, por las noches se oía que tiraban un montón de platos, ollas y cazuelas y se hacía un tiradero de trastes, por la mañana iba a revisar que había pasado y todo estaba en su lugar, no se había movido nada. Así sucedieron muchas veces, ruidos en la noche y al ir a revisar no se encontraba nada en el suelo, todo en su lugar.

Pues bueno, en este caso, los hermanos de mi abuelo, también eran de muy pocos recursos, al grado de pedirle a mi abuelo un cuarto para vivir en lo que conseguían trabajo o donde vivir. En fin, uno de sus hermanos le pidió a mi abuelo prestado un cuarto para quedarse. Uno de los cuartos que le prestaron estaba pegado al cuarto de mi padre.

El tío de mi padre se quedó algunas noches a dormir ahí, de pronto un día, cuando lo fueron a llamar para almorzar no salió del cuarto, lo estuvieron llame y llame y no respondía. Se metieron a revisar el cuarto y el tío no estaba, y el cuarto dice mi padre, estaba todo escarbado, parecía que habían metido maquinaria a escarbar, todos los muebles volteados y un escarbadero.

Tampoco se supo que fue del tío por un tiempo, cuando llegaron noticias al pueblo, se enteraron que el tío se había ido a otro pueblo y que había comprado casas, camiones y no sé cuantas cosas más. También se había hecho rico de la noche a la mañana y jamás volvió al pueblo, ni a saludar a la familia.

Pero hay algunas personas que cuentan, que en esa hacienda, lo que han sacado no es ni la decima parte de lo que hay enterrado.

Desafortunadamente de la hacienda ya se cayeron todas las paredes y difícil identificar cuáles eran cuartos y cuáles eran los patios. Ya se han vendido algunos pedazos y terreno y pertenecen a alguien más.

Lástima, me hubiera gustado ir a buscar tesoros.
 
Excelente, muchas gracias por compartir cada una de sus historias. Saludos !!
 
ai les va la mia: un dia un cabron se fue al cementerio a las doce de la noche a buscar animas que tenian tesoros enterrados,despues de un rato escucho unas voces y ni tardo ni perezoso grito:anima,anima,dame lo que tienes enterrado ahi y le contestan espera que acabe y despues te lo entierran a ti chulis jajajjajajajajajajaaaaaja
 
Volver
Arriba