pack8
Bovino Milenario
- Desde
- 22 Dic 2011
- Mensajes
- 1.848
- Tema Autor
- #1
La momificación se debe, sin que sea esta una opinión científica, a la ventilación especial, es decir, a la altura más bien que al terreno pues lo mismo ocurre en las gavetas que en el suelo.
Con toda seguridad que el fenómeno tiene lugar desde que fueron exhumados del Panteón Municipal, al termino del tiempo reglamentario, los primeros cadáveres.
Ese termino es de cinco años, pero la momificación debe consumarse antes.
El dato de mayor importancia para nuestra población es la circunstancia de la gran mortandad que hubo y porque varios de los cuerpos, por temor a que se propagara más la peste eran inhumados casi en seguida de que se declaraban muertos.
Así sucedía que en algunos casos se les sepultaba cuando en realidad todavía no expiraban, de modo que al volver de aquel estado cataléptico, ya en la tumba, morían finalmente por desesperación, por angustia o por asfixia. De ahí esa mueca de dolor que hay en algunas momias.
Esto fue cuando la peste del cólera morbus que registró en nuestra población allá por 1833. Aun no existía el panteón actual (1861), que es donde se verificó la momificación.
Tal era la cantidad de muertos, que fue necesario abrir panteones complementarios en las de la Compañía San Francisco, San Diego, Santa Belén, San Roque, San Sebastián. Esta es una de las más antiguas.
A partir de 1861, fecha en que se inauguró el Panteón Municipal siendo Gobernador del Estado del General Francisco Pacheco, datan las primeras momificaciones. El primer cadáver momificado que se exhibió correspondió al doctor francés Remigio Leroy, en 1965, que aún existe.
Con toda seguridad que el fenómeno tiene lugar desde que fueron exhumados del Panteón Municipal, al termino del tiempo reglamentario, los primeros cadáveres.
Ese termino es de cinco años, pero la momificación debe consumarse antes.
El dato de mayor importancia para nuestra población es la circunstancia de la gran mortandad que hubo y porque varios de los cuerpos, por temor a que se propagara más la peste eran inhumados casi en seguida de que se declaraban muertos.
Así sucedía que en algunos casos se les sepultaba cuando en realidad todavía no expiraban, de modo que al volver de aquel estado cataléptico, ya en la tumba, morían finalmente por desesperación, por angustia o por asfixia. De ahí esa mueca de dolor que hay en algunas momias.
Esto fue cuando la peste del cólera morbus que registró en nuestra población allá por 1833. Aun no existía el panteón actual (1861), que es donde se verificó la momificación.
Tal era la cantidad de muertos, que fue necesario abrir panteones complementarios en las de la Compañía San Francisco, San Diego, Santa Belén, San Roque, San Sebastián. Esta es una de las más antiguas.
A partir de 1861, fecha en que se inauguró el Panteón Municipal siendo Gobernador del Estado del General Francisco Pacheco, datan las primeras momificaciones. El primer cadáver momificado que se exhibió correspondió al doctor francés Remigio Leroy, en 1965, que aún existe.







