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- #1
Hola.
Hoy a esta hora decidí compartir de manera abierta una pequeña historia que me sucedió hace dos años, por estas mismas fechas.
Siempre he estado gordo, por razones del destino creo yo el ambiente en mi familia es propenso a dar el mismo resultado. Una familia desinteresada por el bien de los otros, no ayuda mucho al estima de un niño/joven/adolescente.
Un día después de tener una plática con unas señoras muy amables, decidí comprar una balanza, y pesarme con ella.
El resultado 115 Kg., sorpresa la mía acostumbrado a verme cómo soy nunca se me habría ocurrido tener tal peso.
Mi familia decidió salir de vacaciones en épocas navideñas, decidí quedarme y con su más sentido pésame me dejaron nada más que $1,250 (pesos de México) para las 2 semanas y 3 días que estarían de viaje.
Decidí que lograría hacer un cambio mientras las "malas vibras se alejaban". A la mañana siguiente de su partida, me dirijo a la Comercial Mexicana que queda a tres cuadras de dónde vivo, y decido comprar los suplementos para esa temporada: un paquete de aguas de a dos litros, 10 latas de atún en agua, una caja de galletas habaneras.
Apenas si regresé a la casa a pié (una locura cargar las botellas en un hombro). acomodé todo y sólo necesitaba empezar, pero un momento el atún no sabe muy bien por si solo, necesito limones, y de paso lechuga de esa que es crujiente, no sé cómo se llame.
con un sobrante de algo así cómo $500, decidí que podría sobrevivir.
Efectivamente.
Día 1: Inicia el trabajo, creo que desperté tarde ese día cómo a las 11:00 am, con hambre en el estómago, decido abrir mi primer botella de agua. Mismo instante descubrí que el agua minimiza la sensación de hambre. a razón de las 5:00 pm, había terminado dos botellas de agua sin haber comido, el hambre ya no la podía detener, (mi plan de matarme de hambre no hiba a funcionar así), decido preparar una lata de atún con limón y sal, y bajo la recomendación de una amiga un máximo de 6 galletas habaneras y lo que quisiera de lechuga, GLORIA! delicioso, comí lo más despacio que pude y disfruté cada bocado, para mi sorpresa me sentía satisfecho. el día termino sin actividad mayor a la de ver televisión y haber ido por la despensa.
Día 2: me desperté misteriosamente más tarde de lo usual 1:00 pm, no había electricidad, empaqué una botella de agua y me dirigí a casa un amigo, pasando la tarde con el sin comer nada en absoluto y compartiendo el agua, decido invitarlo a mi casa para pasar el rato viendo peliculas, acepta y nos regresamos. Cómo él es bastante delgado, no conocía de mi plan y para él fué normal que le diera una lata de atún con limón y sal, para mi en cambio era una tortura, pero ahora tenía un amigo a mi lado para llevar la carga de la tentación.
Día 3: mi amigo me despertó a eso de las 12 y me dice vamos por otros amigos, decidimos salir y regresamos hasta en la noche, ese día no comimos y sólo tomamos muchos líquidos, ya me había acostumbrado a "eliminar" el hambre con líquidos, esa noche decidimos ir a un bar, ya de camino, le pregunté si creia que el alcohool me haría daño y me dijo que no sabía, jajaja, bueno pues a la cuarta cerveza de tamaño mediano estaba ya borracho, mala idea. regresamos a casa.
Día 4: que cruda, entre sueños y descansos recobramos la conciencia a eso de las 4:00 pm, con hambre decidimos comer unos ricos tacos de atún con tortilla de lechuga, jajaja, mi amigo decide que es hora de regresar a casa y me quedo en paz y tranquilidad.
Día 5: se acerca navidad, soltero y solo, me sentía triste, decido llamar a unos amigos, para ver si querrian pasar el rato, para mi sorpresa uno aceptó y llegó en la madrugada del día siguiente.
Día 6: despues de jugar toneladas de juegos de mesa y poker en línea, fuimos a descanzar, me platicó que su familía estaba disperza y que no quería estar en ese ambiente así que por eso decició acompañarme, buena idea, le conté de mi plan y mi trayectoria y dijo que ahi la llevava, me dio animos y nos dedicamos a comer la especialidad de la casa tacos de atún con tortilla de lechuga. Llegó la noche y decidimos salir a dar una vuelta a conocer unas leidies en Coyoacán, aunque no ligamos ni un resfriado fue una navidad muy tranquila y alegre.
Día 7: Mi amigo decide que es hora de regresar a casa pero promete regresar para año nuevo y aportar para una buena fiesta.
Dia 8: ya no tengo agua, ni lechuga, me quedan $400, decido que es momento de apretar el cinturón, me dirijo a comprar una penca de plátanos y un garrafón de agua que me prestó una vecina. Ahora vivo de Atún con Platano y Habaneras. El hambre ya no existe, sólo es un estado de la mente.
Día 9: me llama un amigo para decirme que me apoya en mi desición y me invita a un parque, dirigéndome a su casa me doy cuenta que camino más rápido de lo habitual, supuse que era la emoción de el apoyo que recibía por parte de todos, no podía esperar, llegué a su casa y de ahí fuimos al parque, anduvimos en la bicicleta doble de esas con techo y al finalizar la vuelta estaba cansado, regresamos a casa pero no sin antes asaltar la cocina e mi amigo y robarle unas galletas de all-bran y la promesa de tenerlo en año nuevo.
Día 10: solo con pocos recursos, decido pasar el día recostado, sólo me levantaba a hacer mis necesidades y tomar agua.
Día 11: se acerca año nuevo, ya invité a varias personas, no sé cuántes asistan, decido invertir mis últimos centavitos para darles una velada decente, me dirijo al mercado a comprar las tradicionales uvas y cidra, un cartón de nochebuenas y quedé sin ni un centavo.
Día 12: es Año nuevo y todos andamos muy crudos, terminamos con el barril de tequila de mijefe y una pared con vómito, mucha gente dormida en dónde fuera y un ambiente de relajación total. Sólo dos amigos deciden aydarme y los otros regresan a sus vidas cotidianas.
Día 13: es momento de revisar lo que falta y sobra, nada y nada, hoy no hay que hacer nada, nos ponemos a jugar juegos de mesa y al finalizar la velada se retiran.
Día 14: se acerca la cúspide, excepto por los días en los que tomé bebidas alcooholicas, he llevado el plan a cabo, me siento orgulloso y feliz de que no me la haya pasado solo, en ese momento me doy cuenta de que los amigos son más importantes que muchas otras cosas.
Día 15: recordando la epifanía del día anterior decido salir a dar una vuelta sin novedades que reportar, regreso a casa y me siento a leer un libro que no había acabado, me aburro y me dedico a organizar mi cuarto.
Día 16: Mis familiares me informan de su regreso un día anterior, por lo que me quedan 32 horas pra realizar una limpieza al hogar.
Día 17: Las horas pasan muy rápido el tiempo no me alcanza, se rompe el trapeador, me pongo a limpiar a la antiguita de rodillas, termino justo dos horas antes del gran finale, llegaron mis padres. Su primer reacción fué darse cuenta que faltaba alcohool y que no tenía comida en el refrigerador más que una lata de atún y un paquete de galletas en mi escritorio.
Día 18: Mi Utopía terminó, para celebrar su regreso mis familiares deciden hacer carnitas y más comida para invitar a todos a la casa, omentandoles de mi hazaña, no hay comentarios de su parte y ponen en evidencia mi egoísmo para con la familia, tengo que comer como antes.
Después de eso decido entrar en huelga y esperarme a regresar a la escuela sólo son dos días, lo puedo lograr con una lata.
Regreso a clases, con mi dinero de la semana me dirijo inmediatamente a comrpar un vaso con fruta, delicioso el mango y la piña, se corre la voz de mi dieta extrema a mis compañeros, los comentarios no se hacían esperar. pero no sabía por que la exageración del evento; hasta que alguien me preguntó, cuánto peso perdiste, respondí: No tengo idea.
Al llegar a casa no puedo creer lo que mis ojos venen el día 25 de que empecé había perdido la asombrosa cantidad de 12 Kilos y cachito, pesaba prácticamente 99 durante los días siguientes.
Pude presumir que había logrado bajar 15 kilos en 30 días.
Tal vez no se repita mi hazaña, pero desde entonces, he procurado no regresar a los 115 que me dejaron marcados, hasta ahora que la balanza me ha regañado con unos horribles 110.
Este año con la ayuda de mis amigos, sé que lo lograré.
Esta historia se las cuento a ustedes, por que tal vez cómo yo habrá alguién quien no reciba apoyo de sus padres, les dejo mi enseñanza, los amigos son la mejor solución, los amigos tienen la mejor terapia, los amigos son amigos cuando no te abandonan.:vientos:
Hoy a esta hora decidí compartir de manera abierta una pequeña historia que me sucedió hace dos años, por estas mismas fechas.
Siempre he estado gordo, por razones del destino creo yo el ambiente en mi familia es propenso a dar el mismo resultado. Una familia desinteresada por el bien de los otros, no ayuda mucho al estima de un niño/joven/adolescente.
Un día después de tener una plática con unas señoras muy amables, decidí comprar una balanza, y pesarme con ella.
El resultado 115 Kg., sorpresa la mía acostumbrado a verme cómo soy nunca se me habría ocurrido tener tal peso.
Mi familia decidió salir de vacaciones en épocas navideñas, decidí quedarme y con su más sentido pésame me dejaron nada más que $1,250 (pesos de México) para las 2 semanas y 3 días que estarían de viaje.
Decidí que lograría hacer un cambio mientras las "malas vibras se alejaban". A la mañana siguiente de su partida, me dirijo a la Comercial Mexicana que queda a tres cuadras de dónde vivo, y decido comprar los suplementos para esa temporada: un paquete de aguas de a dos litros, 10 latas de atún en agua, una caja de galletas habaneras.
Apenas si regresé a la casa a pié (una locura cargar las botellas en un hombro). acomodé todo y sólo necesitaba empezar, pero un momento el atún no sabe muy bien por si solo, necesito limones, y de paso lechuga de esa que es crujiente, no sé cómo se llame.
con un sobrante de algo así cómo $500, decidí que podría sobrevivir.
Efectivamente.
Día 1: Inicia el trabajo, creo que desperté tarde ese día cómo a las 11:00 am, con hambre en el estómago, decido abrir mi primer botella de agua. Mismo instante descubrí que el agua minimiza la sensación de hambre. a razón de las 5:00 pm, había terminado dos botellas de agua sin haber comido, el hambre ya no la podía detener, (mi plan de matarme de hambre no hiba a funcionar así), decido preparar una lata de atún con limón y sal, y bajo la recomendación de una amiga un máximo de 6 galletas habaneras y lo que quisiera de lechuga, GLORIA! delicioso, comí lo más despacio que pude y disfruté cada bocado, para mi sorpresa me sentía satisfecho. el día termino sin actividad mayor a la de ver televisión y haber ido por la despensa.
Día 2: me desperté misteriosamente más tarde de lo usual 1:00 pm, no había electricidad, empaqué una botella de agua y me dirigí a casa un amigo, pasando la tarde con el sin comer nada en absoluto y compartiendo el agua, decido invitarlo a mi casa para pasar el rato viendo peliculas, acepta y nos regresamos. Cómo él es bastante delgado, no conocía de mi plan y para él fué normal que le diera una lata de atún con limón y sal, para mi en cambio era una tortura, pero ahora tenía un amigo a mi lado para llevar la carga de la tentación.
Día 3: mi amigo me despertó a eso de las 12 y me dice vamos por otros amigos, decidimos salir y regresamos hasta en la noche, ese día no comimos y sólo tomamos muchos líquidos, ya me había acostumbrado a "eliminar" el hambre con líquidos, esa noche decidimos ir a un bar, ya de camino, le pregunté si creia que el alcohool me haría daño y me dijo que no sabía, jajaja, bueno pues a la cuarta cerveza de tamaño mediano estaba ya borracho, mala idea. regresamos a casa.
Día 4: que cruda, entre sueños y descansos recobramos la conciencia a eso de las 4:00 pm, con hambre decidimos comer unos ricos tacos de atún con tortilla de lechuga, jajaja, mi amigo decide que es hora de regresar a casa y me quedo en paz y tranquilidad.
Día 5: se acerca navidad, soltero y solo, me sentía triste, decido llamar a unos amigos, para ver si querrian pasar el rato, para mi sorpresa uno aceptó y llegó en la madrugada del día siguiente.
Día 6: despues de jugar toneladas de juegos de mesa y poker en línea, fuimos a descanzar, me platicó que su familía estaba disperza y que no quería estar en ese ambiente así que por eso decició acompañarme, buena idea, le conté de mi plan y mi trayectoria y dijo que ahi la llevava, me dio animos y nos dedicamos a comer la especialidad de la casa tacos de atún con tortilla de lechuga. Llegó la noche y decidimos salir a dar una vuelta a conocer unas leidies en Coyoacán, aunque no ligamos ni un resfriado fue una navidad muy tranquila y alegre.
Día 7: Mi amigo decide que es hora de regresar a casa pero promete regresar para año nuevo y aportar para una buena fiesta.
Dia 8: ya no tengo agua, ni lechuga, me quedan $400, decido que es momento de apretar el cinturón, me dirijo a comprar una penca de plátanos y un garrafón de agua que me prestó una vecina. Ahora vivo de Atún con Platano y Habaneras. El hambre ya no existe, sólo es un estado de la mente.
Día 9: me llama un amigo para decirme que me apoya en mi desición y me invita a un parque, dirigéndome a su casa me doy cuenta que camino más rápido de lo habitual, supuse que era la emoción de el apoyo que recibía por parte de todos, no podía esperar, llegué a su casa y de ahí fuimos al parque, anduvimos en la bicicleta doble de esas con techo y al finalizar la vuelta estaba cansado, regresamos a casa pero no sin antes asaltar la cocina e mi amigo y robarle unas galletas de all-bran y la promesa de tenerlo en año nuevo.
Día 10: solo con pocos recursos, decido pasar el día recostado, sólo me levantaba a hacer mis necesidades y tomar agua.
Día 11: se acerca año nuevo, ya invité a varias personas, no sé cuántes asistan, decido invertir mis últimos centavitos para darles una velada decente, me dirijo al mercado a comprar las tradicionales uvas y cidra, un cartón de nochebuenas y quedé sin ni un centavo.
Día 12: es Año nuevo y todos andamos muy crudos, terminamos con el barril de tequila de mijefe y una pared con vómito, mucha gente dormida en dónde fuera y un ambiente de relajación total. Sólo dos amigos deciden aydarme y los otros regresan a sus vidas cotidianas.
Día 13: es momento de revisar lo que falta y sobra, nada y nada, hoy no hay que hacer nada, nos ponemos a jugar juegos de mesa y al finalizar la velada se retiran.
Día 14: se acerca la cúspide, excepto por los días en los que tomé bebidas alcooholicas, he llevado el plan a cabo, me siento orgulloso y feliz de que no me la haya pasado solo, en ese momento me doy cuenta de que los amigos son más importantes que muchas otras cosas.
Día 15: recordando la epifanía del día anterior decido salir a dar una vuelta sin novedades que reportar, regreso a casa y me siento a leer un libro que no había acabado, me aburro y me dedico a organizar mi cuarto.
Día 16: Mis familiares me informan de su regreso un día anterior, por lo que me quedan 32 horas pra realizar una limpieza al hogar.
Día 17: Las horas pasan muy rápido el tiempo no me alcanza, se rompe el trapeador, me pongo a limpiar a la antiguita de rodillas, termino justo dos horas antes del gran finale, llegaron mis padres. Su primer reacción fué darse cuenta que faltaba alcohool y que no tenía comida en el refrigerador más que una lata de atún y un paquete de galletas en mi escritorio.
Día 18: Mi Utopía terminó, para celebrar su regreso mis familiares deciden hacer carnitas y más comida para invitar a todos a la casa, omentandoles de mi hazaña, no hay comentarios de su parte y ponen en evidencia mi egoísmo para con la familia, tengo que comer como antes.
Después de eso decido entrar en huelga y esperarme a regresar a la escuela sólo son dos días, lo puedo lograr con una lata.
Regreso a clases, con mi dinero de la semana me dirijo inmediatamente a comrpar un vaso con fruta, delicioso el mango y la piña, se corre la voz de mi dieta extrema a mis compañeros, los comentarios no se hacían esperar. pero no sabía por que la exageración del evento; hasta que alguien me preguntó, cuánto peso perdiste, respondí: No tengo idea.
Al llegar a casa no puedo creer lo que mis ojos venen el día 25 de que empecé había perdido la asombrosa cantidad de 12 Kilos y cachito, pesaba prácticamente 99 durante los días siguientes.
Pude presumir que había logrado bajar 15 kilos en 30 días.
Tal vez no se repita mi hazaña, pero desde entonces, he procurado no regresar a los 115 que me dejaron marcados, hasta ahora que la balanza me ha regañado con unos horribles 110.
Este año con la ayuda de mis amigos, sé que lo lograré.
Esta historia se las cuento a ustedes, por que tal vez cómo yo habrá alguién quien no reciba apoyo de sus padres, les dejo mi enseñanza, los amigos son la mejor solución, los amigos tienen la mejor terapia, los amigos son amigos cuando no te abandonan.:vientos: