Yo también soy rete-machote (al estilo Charro Avitia: ¡¡¡Ájjjaaaahh!!!), pero también me gusta que me acaricien, me laman, me dedéen y me piquen el chirris.
Al principio sentía "raro", pero luego me quité las telarañas mentales y empecé a disfrutarlo.
Mi proctólogo es cubano, de raza negra, y tiene unas manotas estilo Vicente Fox, con unos dedotes como de veinte centímetros. Me está haciendo un tratamiento contra las pesadillas, consistente en revisiones y estimulaciones de mi punto "L" cada fin de semana. Y ¿sabes qué? Ya no sueño monstruos: ahora sueño angelitos negros sandía que me persiguen blandiendo vuvuselas en lugar de lanzas. Es un sueño muy dulce y acogedor.
Si quieres, te doy el teléfono de este maravilloso médico, para que te introduzca... en el camino de la buena salud.