4.- La aterradora circuncisión de los aborígenes australianos.
Los jóvenes de las tribus aborígenes de Australia deben someterse a un procedimiento que en verdad suena aterrador.
Entre los 15 y los 16 años, el muchacho es recluido y pasa varias horas cantando. Dicha actividad tiene como intención que el chico se tranquilice, pero honestamente dudo que esto funcione, si es que la pobre víctima tiene la menor idea de lo que sucederá después.
El médico brujo realiza el corte del prepucio sin anestesia, y “el paciente” no debe demostrar la menor señal de que experimenta dolor. Eso sería una vergüenza, y un acto de cobardía.
Una semana después, viene la segunda operación, la más aterradora:
El antropólogo Jens Bjerre es uno de los pocos hombres civilizados que han presenciado dicho procedimiento, y lo describe en su libro: The Last Cannibals:
Se practica un agujero que atraviesa el órgano sexual, cerca de la raíz y se inserta en él una astilla con el objeto de asegurarse que el conducto no se cierre por sí mismo. De ahí en adelante, la orina y el semen saldrán por este pequeño agujero en vez del conducto habitual
El objeto de esto es que los hombres puedan tener relaciones sexuales sin embarazar a las mujeres, a menos que ellos cubran el orificio artificial.
Y todo esto se hace, por supuesto, sin anestesia.
eso si deve doler mucho