deberiamos armarnos todos, para por lo menos vender cara nuestras vidas.
¿Si verdad? Demos armas a los jóvenes de la tercera edad, a los débiles visuales, a los que han perdido sus brazos y de paso a los niños "para que vendan caras sus vidas".
¿Te imaginas a un adolescente de 15 años con problemas sociales portando una calibre .9 mm? ¿O a un niño de 8 años que agarró la pistola que su hermano dejó en la cocina y se puso a jugar "a los balazos" con sus amiguitos?
Aunque ciertamente el escenario nacional actual es deprimente, deplorable e inhumano, creer que se puede apagar un incendio tirándole mas gasolina no solo es ridículo: es estúpido.
Ya vimos lo que sucedió al querer responder al crimen organizado con violencia: al sacar al ejército a las calles, el crimen en México se disparó como nunca, los asesinatos y las ejecuciones han llegado a niveles inverosímiles jamás antes registrados, se han multiplicado los pueblos fantasma por la narcoviolencia (véase tan solo la frontera norte), se han perdido miles de empleos por las PyMEs perdidas en la narcoviolencia y de paso se han registrado como nunca denuncias por violaciones a los derechos humanos por parte de la policía y el ejército.
Con todo esto, creer todavía que la respuesta a la violencia es ser violento, es algo más que incrédulo.
¿Quieren verdaderas respuestas? Es necesario abrir un programa de rehabilitación nacional, mejorar el apoyo a las PyMEs para brindar mejores empleos, abatir la corrupción en las 3 esferas políticas, mejorar el poder adquisitivo nacional (la inflación no sirve para bendita sea la cosa) y brindar un mejor aspecto educativo en nuestros planteles escolares.
Porque mientras exista pobreza, corrupción e injusticia, así se declare ley marcial y el ejército mate hasta por mover una pestaña, la delincuencia y el narcotráfico nunca se va a acabar.