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- #1
Esta es una redacción de mi autoría, a base de diversas fuentes.
Compañeros Bakunos, en días pasados les compartí una nota de una publicación local que informaba sobre las lesiones ocasionadas al niño José Luis Alberto Teuhatlie Tamayo, de 13 años de edad, por el impacto de una bala de goma, detonada por elementos de seguridad, durante el desalojo de una manifestación que habitantes de la comunidad de San Bernardino Chalchiuapan efectuaban sobre la autopista Puebla-Atlixco, todo esto en el marco de la conocida #LeyBala del gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle.
El camino fue largo y tormentoso, para él que desde aquel dia ingreso al hospital con un futuro incierto, y para su madre, doña Elia Tamayo, quien por horas esperaba poder ver a su hijo, que fue hostigada por las autoridades para declarar a favor de ellos, que fue de un lado a otro buscando justicia, buscando ser escuchada, teniendo que llegar hasta el congreso de la unión. En su largo ir y venir la situación empeoro: el pasado viernes 18 de julio, tras varias intervenciones a las que fue sometido, el cuerpo de José Luis dejo de responder. -Ausencia completa y permanente de conciencia, ausencia permanente de respiración espontánea, ausencia de los reflejos del tallo cerebral manifestado por arreflexia pupilar, ausencia de movimientos oculares en pruebas vestibulares y ausencia de respuesta a estímulos nociocépticos- Con todo esto el director del Hospital General del Sur, José Antonio Martínez García, daba la noticia a los medios: el niño era declarado con muerte cerebral, únicamente se mantenía con vida mediante aparatos.
La historia sigue.
Ante esto, la familia presento amparos para evitar que el menor fuera desconectado -después de que al parecer recibieran esa propuesta-, pero de poco serviría, puesto que sucedió lo inevitable: el pequeño José Luis falleció a las 18:30 horas del sábado 19 de julio a causa de un paro cardíaco, esta noticia seria confirmada por el gobierno del estado más tarde.
Así terminaba la cruel agonía de José Luis, mas no el sufrimiento de su madre. De principio la señora Elia se enteró de la muerte de su hijo a través de los medios de comunicación, es decir que nadie se molestó en ubicar a la señora para darle personalmente la noticia, y en segunda, a la madre se le negó ver y reconocer el cuerpo de su hijo al momento, teniendo que esperar más de 24 horas, la razón fue que el cadáver había sido enviado al Servicio Médico Forense con el objetivo de realizar la necropsia -sin ningún permiso, o al menos una notificación a su madre-. La señora Elia vago nuevamente entre dependencias pidiendo el cuerpo de su hijo y expresando su temor a que dentro de la necropsia, fueran alteradas las heridas para contrastar la denuncia de que una bala de goma fue la que le arrebato la vida.
Finalmente y tras el inhumano trato, se le entrego a su hijo. El féretro llegaría a Chalchihuapan hasta la media noche, donde todo el pueblo ya lo esperaba. Entre velas, rezos, flores y aplausos, el cortejo llegaba a la plaza principal, donde según las tradiciones locales, debía ser velado el cuerpo. No solo habitantes de aquella comunidad, sino también vecinos de los pueblos cercanos llegaron a dar su pésame a Elia Tamayo y a su familia, compartiendo la misma indignación contra el gobierno de Rafael Moreno Valle.
Mientras, el gobierno insiste en que los culpables fueron los propios manifestantes, el secretario de seguridad Facundo Rosas Rosas niega la utilización de balas de goma. El gobernador por su parte se reúne con algunos medios de comunicación a puerta cerrada, creando el contraataque para las constantes condenas que ya se ha ganado, buscando condenar ahora a José Luis, a su madre, y a su pueblo. Todo es inútil ya, su gobierno está más que quemado. Las marchas se preparan a salir exigiendo su renuncia, y como cereza del pastel, se busca echar para atrás la Ley Bala en el congreso, eso sí, el gobernador dicta a los legisladores que tienen que crear una “similar”.
CONCLUSIONES PERSONALES.
Relatar a detalle todo lo sucedido ante este caso seria agotador para ustedes y para mi, por lo que solo me he concentrado en lo realmente indignante.
Ante mi sombría redacción, recuerdo lo primero que pensé al enterarme del caso, y que estoy seguro que muchos de ustedes se habrán preguntado lo mismo: ¡¿Qué diablos hacia un niño en una manifestación?!
¿Pasaba casualmente por ahí?, ¿fue llevado por su familia?, ¿o simplemente andaba de curioso? Los vídeos nos muestran que en efecto no solo el, sino más niños se encontraban por ahí, y aun así, se dio el ataque con gases lacrimógenos y municiones de goma. Independientemente de que si los niños no tenían que estar ahí, el punto está en que quedó demostrada la brutalidad de una supuesta ley, brutalidad que desde antes se había advertido y sin embargo se hizo caso omiso. Digo, creo que no se necesita ser experto en derechos humanos o en balística para darse cuenta, y aun así los legisladores aprobaron la ley.
Lo más lamentable es que tuvo que ser un inocente -que no debía, que no tenía nada que hacer ahí- la víctima. Quizás si el ahora fallecido hubiera sido alguien mayor no hubiera habido tanto escándalo, ¡pero no!, ¡tuvo que ser un niño!, solo así se le prestó atención al caso, solo así se hizo conciencia de la brutalidad, de la insensibilidad, de la estupidez del gobierno de Rafael Moreno Valle.
Hoy lamento que esto suceda, todo el fin de semana ha sido así. Dentro de algún tiempo, cuando las marchas, la atención mediática y la indignación hayan pasado, cuando el gobierno se haya salido con la suya, se le dará carpetazo al asunto, y la justicia jamás se habrá presentado. Si esto esto es para todo ustedes, esta es la realidad en muchas partes del país, y muchas de estas injusticias se callan. Moreno Valle busca la presidencia en 2018, y arrasa con todo aquel que se oponga a sus intenciones, como ya lo vamos viendo, pero aun creo que es posible detenerlo. Lo vimos anteriormente, en Atenco, cuando el entonces gobernador del Estado de México mandara a reprimir a la población, el asunto se hizo a un lado, ahora aquel sujeto hoy es presidente de la república, y ya jamás se hizo justicia. Espero que Puebla no olvide, que México entero no olvide a José Luis, a su madre, a su pueblo, y que cuando llegue 2018 impidamos que un tirano se haga del poder.
Espero que el sacrificio de José Luis no haya sido en vano, ¡no más represión!, ¡no más injusticia!
Compañeros Bakunos, en días pasados les compartí una nota de una publicación local que informaba sobre las lesiones ocasionadas al niño José Luis Alberto Teuhatlie Tamayo, de 13 años de edad, por el impacto de una bala de goma, detonada por elementos de seguridad, durante el desalojo de una manifestación que habitantes de la comunidad de San Bernardino Chalchiuapan efectuaban sobre la autopista Puebla-Atlixco, todo esto en el marco de la conocida #LeyBala del gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle.
El camino fue largo y tormentoso, para él que desde aquel dia ingreso al hospital con un futuro incierto, y para su madre, doña Elia Tamayo, quien por horas esperaba poder ver a su hijo, que fue hostigada por las autoridades para declarar a favor de ellos, que fue de un lado a otro buscando justicia, buscando ser escuchada, teniendo que llegar hasta el congreso de la unión. En su largo ir y venir la situación empeoro: el pasado viernes 18 de julio, tras varias intervenciones a las que fue sometido, el cuerpo de José Luis dejo de responder. -Ausencia completa y permanente de conciencia, ausencia permanente de respiración espontánea, ausencia de los reflejos del tallo cerebral manifestado por arreflexia pupilar, ausencia de movimientos oculares en pruebas vestibulares y ausencia de respuesta a estímulos nociocépticos- Con todo esto el director del Hospital General del Sur, José Antonio Martínez García, daba la noticia a los medios: el niño era declarado con muerte cerebral, únicamente se mantenía con vida mediante aparatos.
La historia sigue.
Ante esto, la familia presento amparos para evitar que el menor fuera desconectado -después de que al parecer recibieran esa propuesta-, pero de poco serviría, puesto que sucedió lo inevitable: el pequeño José Luis falleció a las 18:30 horas del sábado 19 de julio a causa de un paro cardíaco, esta noticia seria confirmada por el gobierno del estado más tarde.
Así terminaba la cruel agonía de José Luis, mas no el sufrimiento de su madre. De principio la señora Elia se enteró de la muerte de su hijo a través de los medios de comunicación, es decir que nadie se molestó en ubicar a la señora para darle personalmente la noticia, y en segunda, a la madre se le negó ver y reconocer el cuerpo de su hijo al momento, teniendo que esperar más de 24 horas, la razón fue que el cadáver había sido enviado al Servicio Médico Forense con el objetivo de realizar la necropsia -sin ningún permiso, o al menos una notificación a su madre-. La señora Elia vago nuevamente entre dependencias pidiendo el cuerpo de su hijo y expresando su temor a que dentro de la necropsia, fueran alteradas las heridas para contrastar la denuncia de que una bala de goma fue la que le arrebato la vida.
Finalmente y tras el inhumano trato, se le entrego a su hijo. El féretro llegaría a Chalchihuapan hasta la media noche, donde todo el pueblo ya lo esperaba. Entre velas, rezos, flores y aplausos, el cortejo llegaba a la plaza principal, donde según las tradiciones locales, debía ser velado el cuerpo. No solo habitantes de aquella comunidad, sino también vecinos de los pueblos cercanos llegaron a dar su pésame a Elia Tamayo y a su familia, compartiendo la misma indignación contra el gobierno de Rafael Moreno Valle.
Mientras, el gobierno insiste en que los culpables fueron los propios manifestantes, el secretario de seguridad Facundo Rosas Rosas niega la utilización de balas de goma. El gobernador por su parte se reúne con algunos medios de comunicación a puerta cerrada, creando el contraataque para las constantes condenas que ya se ha ganado, buscando condenar ahora a José Luis, a su madre, y a su pueblo. Todo es inútil ya, su gobierno está más que quemado. Las marchas se preparan a salir exigiendo su renuncia, y como cereza del pastel, se busca echar para atrás la Ley Bala en el congreso, eso sí, el gobernador dicta a los legisladores que tienen que crear una “similar”.
CONCLUSIONES PERSONALES.
Relatar a detalle todo lo sucedido ante este caso seria agotador para ustedes y para mi, por lo que solo me he concentrado en lo realmente indignante.
Ante mi sombría redacción, recuerdo lo primero que pensé al enterarme del caso, y que estoy seguro que muchos de ustedes se habrán preguntado lo mismo: ¡¿Qué diablos hacia un niño en una manifestación?!
¿Pasaba casualmente por ahí?, ¿fue llevado por su familia?, ¿o simplemente andaba de curioso? Los vídeos nos muestran que en efecto no solo el, sino más niños se encontraban por ahí, y aun así, se dio el ataque con gases lacrimógenos y municiones de goma. Independientemente de que si los niños no tenían que estar ahí, el punto está en que quedó demostrada la brutalidad de una supuesta ley, brutalidad que desde antes se había advertido y sin embargo se hizo caso omiso. Digo, creo que no se necesita ser experto en derechos humanos o en balística para darse cuenta, y aun así los legisladores aprobaron la ley.
Lo más lamentable es que tuvo que ser un inocente -que no debía, que no tenía nada que hacer ahí- la víctima. Quizás si el ahora fallecido hubiera sido alguien mayor no hubiera habido tanto escándalo, ¡pero no!, ¡tuvo que ser un niño!, solo así se le prestó atención al caso, solo así se hizo conciencia de la brutalidad, de la insensibilidad, de la estupidez del gobierno de Rafael Moreno Valle.
Hoy lamento que esto suceda, todo el fin de semana ha sido así. Dentro de algún tiempo, cuando las marchas, la atención mediática y la indignación hayan pasado, cuando el gobierno se haya salido con la suya, se le dará carpetazo al asunto, y la justicia jamás se habrá presentado. Si esto esto es para todo ustedes, esta es la realidad en muchas partes del país, y muchas de estas injusticias se callan. Moreno Valle busca la presidencia en 2018, y arrasa con todo aquel que se oponga a sus intenciones, como ya lo vamos viendo, pero aun creo que es posible detenerlo. Lo vimos anteriormente, en Atenco, cuando el entonces gobernador del Estado de México mandara a reprimir a la población, el asunto se hizo a un lado, ahora aquel sujeto hoy es presidente de la república, y ya jamás se hizo justicia. Espero que Puebla no olvide, que México entero no olvide a José Luis, a su madre, a su pueblo, y que cuando llegue 2018 impidamos que un tirano se haga del poder.
Espero que el sacrificio de José Luis no haya sido en vano, ¡no más represión!, ¡no más injusticia!