★Alizée★
Becerro
- Desde
- 24 Dic 2009
- Mensajes
- 9
- Tema Autor
- #1
Viendo un post de este tipo me animo a mi pirmer tema un copy&paste por supuesto
Antes del Blu-ray, antes del DVD, antes del VCD, incluso antes que los CD de música, existió un disco láser que ya incluía una gran calidad de imágen, sonido, material extra y diversos canales de audio.
Este disco, a lo largo de su historia, tuvo diversos nombres, pero el definitivo resultó ser, por supuesto, el más simple: LaserDisc.
Este dispositivo salió a la venta en nada menos que... ¡1978!. Sí, así es, mientras Argentina salía campeón del mundo, la música disco estaba en apogeo, y la consola más potente era la Coleco Telstar, la gente de Phillips unió esfuerzos con la Music Corporation of America (MCA, hoy en día Universal) y lanzó este disco óptico revolucionario, muy adelantado a su tiempo.
Comercializado inicialmente como Discovision, la tecnología fue licenciada y vendida como Reflective Optical Videodisc, Laser Videodisc, Laservision, Disco-Vision, DiscoVision, y MCA DiscoVision hasta que Pioneer Electronics tomó la posta, compró la participación mayoritaria en el formato y lo comercializó como LaserDisc en la segunda mitad de los 80.

El primer título Laserdisc comercializado en EEUU fue Tiburón (Jaws) en 1978. Los dos últimos fueron Sleepy Hollow y Bringing out the Death en 2000, por la Paramount. En Japón se lanzaron una docena más de títulos hasta finales de 2001. En este país fue donde el LaserDisc pegó más fuerte, pudiendo encontrarse películas relativamente nuevas en este formato, como Star Wars: Episode I. En Estados Unidos tuvo algo de éxito también, no así en Europa, donde jamás se le dio bola, salvo en el caso de Inglaterra, que lo usó para aburridos fines educativos, como enciclopedias y documentales.

Contratapa del Laserdisc de Tiburón, donde se anuncian las caracteríticas especiales y material extra del formato.

LaserDisc de Star Wars: Episode I, editado solamente en Japón, uno de los paises que le dio bola hasta hace poco a este formato.
Con cierto parecido a un CD de audio pero del tamaño de un LP de vinilo, los Laserdisc, dedicados a películas, medían 30 cm de diámetro, y estaban formados por dos discos de aluminio de una sola cara adheridos con cola. El Laserdisc es un formato analógico, a diferencia del CD o del DVD moderno que son formatos digitales.

Ambos formatos poseen hendiduras y regiones formando la estructura del disco. Sobre un CD o DVD estas marcas significan números binarios. En un Laserdisc, se utiliza una modulación de frecuencia obteniendo una onda portadora que es codificada mediante modulación por anchura de pulsos, para crear las hendiduras y regiones. Los Laserdisc poseen acceso aleatorio similar al de los CD y DVD.
El tamaño más común del Laserdisc era de 30 centímetros (12 pulgadas), diámetro que permitía 30 minutos por cara en formato CAV o 60 minutos en formato CLV. También existían Laserdisc de 18 centímetros que permitían 20 minutos por cara (CLV); estos discos fueron usados para vídeos musicales. También hubo Laserdisc de 12 centímetros (5 pulgadas), igual que un CD de audio.

LaserDisc al lado de un DVD.
¿Por qué el Laserdisc nunca llegó a más? Tenía severas desventajas: Los discos eran de 30 cm. de diámetro, pesados, voluminosos, más fáciles de dañar al manejarlos que los casetes de VHS. Además no tenían capacidad de grabación. Pero la principal desventaja era que, al igual que los discos de vinilo, la duración de reproducción estaba limitada a 30 o 60 minutos por lado. Después de que el equipo reprodujese una cara, el disco debía ser sacado y volteado para seguir viendo la película, y muchas películas requerían dos discos o más. Muchos reproductores, especialmente unidades fabricadas después de la segunda mitad de los ochenta, podían cambiar de cara automáticamente rotando el lector óptico al otro lado del disco. Si la película estaba grabada en más de 2 caras (es decir, más de un disco), el cambio entre discos se debía hacer manualmente, una actividad tediosa e irritante a la hora de sentarse a disfrutar de un film. A pesar de la calidad de imagen, la gente prefería usar cintas VHS, que a lo sumo tenían que rebobinar un rato, pero podían disfrutar de la película de corrido.
