Cuernabecerro
Bovino adicto
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IVETTE PARTE II. http://ba-k.com/showthread.php?t=2581838
A medio día fui a casa a hacer mi maleta para el “viaje” ahí me entere que cuando mi esposa le llamo a sus papas y no los encontró, quedo con las sobrinas para que ellas vinieran a hacerle compañía, uh que lastima pero bueno, ya habría ocasión para verlas de nuevo, ahora estaba enfocado al 100% en Ivette.
Salí de casa a las 4 de la tarde y de ahí le llame a Ivette directamente a su radio. ¿Estas bien?, ¿te pasa algo? Contesto en voz baja, obviamente extrañada pues normalmente no le marcaba a su radio y menos estando en consulta. Estoy bien, no te preocupes perdóname por llamarte, ¿estas en consulta? No, acabo de terminar y estoy preparándome para la siguiente. Perfecto, no te voy a quitar mucho tiempo, estuve pensando y la verdad es que no es justo que el día de hoy te haga salir tarde también de tu consultorio, la verdad es que lo de ayer no fue tu culpa, el viernes continuamos con la sesión como siempre ¿no crees?.
Percibí algo de desencanto en su voz. No hay problema, si tienes cosas que hacer te veo el viernes. Perfecto, respondí, la verdad es que si tengo algo más importante, quiero invitarte a cenar, la verdad me gustaría platicar contigo, pero en otro ámbito, eso de estar siempre recostado con la boca abierta y sin poder verte… Ella sonrió suavemente. Paso por ti a las 8 dije con firmeza, Dudo un poco, esta bien, ¿a mi casa? Correcto, ¿me das tu dirección?... perfecto… a las 8. Un beso.
8:00 de la noche en punto, estacione mi auto frente a su casa y timbre a su radio. Dame un minuto escuche en el auricular, su voz era suave. Baje del auto y me plante en la puerta. Llevaba una camisa de seda, manga larga color vino con débiles rayas negras, pantalón negro, zapatos negros, y un blazer gris sport, perfectamente afeitado y en esta ocasión una loción Romance for men, de Ralph Laurent, una fragancia fresca y sensual, La puerta se abrió y ante mis ojos, una “aparición”, Un vestido rojo encendido, ceñido, sin mangas, delineaba perfectamente su cuerpo llegando una cuarta arriba de las rodillas, escote generoso, pero elegante, dejando al descubierto lo justo para acelerar a cualquiera, medias negras caladas con zapatillas en color negro un bolerito negro dejando descubiertos sus hombros, gargantilla plateada haciendo juego con sus aretes y peinada con un especie de chongo de lado.
¿Estoy bien? Dijo coqueta. Mejor imposible, respondí. Tome su mano y llevándola a mi boca le di un beso, e inmediatamente después hice lo mismo en su mejilla, su delicioso aroma me hizo permanecer unos instantes ahí aspirando su delicado aroma oriental floral que penetro mis sentidos. ¿Madly Kenzo?, Me miro sorprendida. Así es respondió, la lleve al auto y la ayude a subir, adentro una previa selección de música romántica, volumen bajo y tome rumbo, se que deseaba preguntar a donde iríamos, pero se contuvo. Llegamos a un lugar a la orilla de la ciudad, era pequeño, mi reservación me esperaba, lo llamativo de este lugar era que el servicio se daba en privado, son unas cabañitas tipo chalet totalmente independientes, iluminadas con numerosas velas, Una gran variedad de flores de diversos colores y aromas, un par de cómodos sillones individuales blancos, cojines varios, chimenea, un acogedor comedorcito, en la mesa una selección de quesos y pan de centeno y enfriándose una botella de vino espumoso y de fondo música de violines.
Definitivamente quedo impresionada, caminaba orgullosa tomada de mi brazo. En cuanto entramos el maitre destapo el vino y sirvió nuestras copas, nos acomodamos uno frente al otro y brindamos. Por ti, aventure. Por este momento, remato ella. Brindamos, cenamos, platicamos, en nuestros ojos se adivinaba el deseo, la pasión contenida solamente esperábamos la chispa que desencadenaría el incendio.
Terminada la cena nos quedamos totalmente solos, el servicio se despidió, quedando a nuestras órdenes, al cerrarse la puerta ella quedo muy pensativa con la mirada fija en el fuego de la chimenea, me situé detrás de ella, pase mis manos por su cintura y me pegue suavemente. ¿Que piensas? Se quedo pensativa unos instantes mas, ¿estas pensando que pasemos la noche aquí?, no me parece bien dijo entre dudosa y molesta. Lo único que he pensado, es en pasarla bien, se que nadie te espera, yo “estoy de viaje”, así es que, lo que te propongo es que disfrutemos el momento, mi propuesta es esta:
Primero: En el momento en que tú me digas, llévame a casa, en ese instante sin preguntar ni objetar absolutamente nada, nos vamos.
Segundo: No vamos a hacer nada que no quieras o no quiera yo, todo lo que hagamos será, por que tú lo pidas o estés de acuerdo.
Por ultimo: Me encantaría que aprovecháramos para respirarnos, y mientras decía esto aspiraba su fragancia recorriendo su hombro hasta su cuello. Palparnos, y mis dedos recorrieron sus brazos rozándolos únicamente con las yemas. Transpirarnos, Observarnos, lo que quiero es que esta noche, descubramos nuestras almas y nuestros cuerpos, ¿aceptas? Mis brazos se ajustaron mas a su cintura apretándola contra mi cuerpo embonando perfectamente uno con el otro.
Cerro sus ojos dubitativa, recargando su cabeza contra mi pecho y por fin dijo: Esta bien, pero, en cuanto me quiera ir ¿nos vamos? De acuerdo, remate, acaricie de nuevo sus brazo y presione mas mi pubis contra sus nalgas, ella hizo también cierta presión hacia atrás.
Muy bien le dije mientras la volteaba y le invitaba a que realizáramos un brindis, vamos a jugar a: conociéndonos por dentro y por fuera. Se trata de lo siguiente: Tu comienzas haciéndome una pregunta, solo vale preguntar acerca de uno mismo, sin inmiscuir a terceros, yo tengo la obligación de responderte con la verdad por supuesto, si yo me niego a responderte, entonces tu, me pones un castigo que tenga que ver únicamente con nuestros cuerpos. Si esto sucede, Vuelves a preguntar hasta que te conteste y entonces será mi turno. ¿Ok? Parpadeo divertida en repetidas ocasiones. De acuerdo, nos sentamos en los cojines en el suelo recargados en los sillones cerca de la chimenea.
Comienzo dijo: Veo que tenías todo preparado ¿estabas seguro de que aceptaría estar aquí?
No, no tenía la certeza, solo la ilusión y quise jugármela.
La respuesta le agrado, lo vi en su cara, mi turno y la mire a los ojos. ¿Te gusto? Me recorrió de arriba abajo en repetidas ocasiones y con algo de rubor en las mejillas respondió: Si, si me gustas. Y… ¿yo a ti? ¿Te gusto?, disparo rápidamente. ¡Me encantas!, dije sin enfado y mirándola muy cerca de su cara. ¿Te has masturbado últimamente? Le hice la pregunte teniendo conciencia de que así era, aunque ella no sabia que estaba enterado. Definitivamente la tome en curva, iba a responder y se arrepintió, lo volvió a pensar y… ¡castigo! Dijo sin pensar que con eso estaba aceptándolo de todas formas. ¡Muy bien! Dije frotándome las manos en señal de malicia. Fíjate muy bien, quiero, que me quites la camisa, sin usar las manos, te voy a ayudar desabrochando los botones de las mangas y al instante las desabotone. Evidentemente su gesto fue que le encanto el reto, aunque intento protestar débilmente, pero con la mirada le hice saber que tenía que cumplir. Nos pusimos en pie, ella dio una vuelta alrededor mío estudiando la forma, puso ambas manos en mi cinturón quedando sus dedos dentro de mi pantalón y se acerco mimosa, su cara acaricio mi cuello delicadamente, con su mejilla comenzó a rosar mi pecho, su boca beso brevemente el pecho, y con sus dientes, sin mucha dificultad, desabotono el primero, alzo su preciosa cara con gesto de gran satisfacción y regreso a su tarea, nuevamente rozo sus mejillas contra mes vellos, pego sus labios al pecho y fue bajando lentamente hasta detenerse en el siguiente botón, repitió la acción con los dientes y una vez mas me miro retadora, era evidente que había entendido perfectamente la esencia del juego y que lo estaba disfrutando tanto como yo, esta de mas decir que mi pene se encontraba al máximo y ese delicioso cosquilleo que producía este jueguito erótico que recién comenzábamos me estaba dando grandes sensaciones, comenzó a besar mi pecho y esta ves ataco mis pezones dando un par de deliciosos lengüetazos a cada uno, antes de bajar hacia el penúltimo botón, ahora se deslizo rozando con su lengua hasta llegar a su objetivo y de nuevo lo zafo sin problema con sus dientes, sus ojos se veían ya inyectados de lujuria y me regalo una sonrisita cachonda que me hizo aumentar las descargas en mi interior, ahora ella tenia un pequeño problema, el ultimo botón estaba ya, dentro de mi pantalón, volvió a alzar la cara y se quedo viéndome fijamente, mientras sus manos que habían permanecido estáticas en mi cinturón, comenzaron a deslizarse hacia adentro, fue una caricia deliciosa, sus palmas rozaban mi cuerpo hasta detenerse en el comienzo de mis pantorrillas, sus uñas y yemas tocaron piel en el termino de mis bóxers, se detuvo un instante y con sus muñecas hizo presión hacia arriba logrando traerse consigo la parte de la camisa que tenia por dentro, uff, que delicia, una vez mas beso y lamio todo mi pecho mientras bajaba y bajaba y bajaba, hasta que de plano se hinco quedando deliciosamente a la altura de mi pene, y del botón que faltaba por desabrochar, esta vez tomo el botón entre sus labios y presiono su cara palpando mi pene, si esto continuaba así, seguramente terminaría eyaculando muy pronto, uso sus dientes y logro su objetivo aunque permaneció un momento así, se puso en cuclillas y comenzó a subir sus manos ahora acariciaban mi espalda iniciando el ascenso, con los dientes tomo el cuello de la camisa haciendo hacia un lado y descubriendo mi hombro derecho, misma acción hacia el otro lado y la camisa resbalo sola hacia el piso, su cara de satisfacción era indescriptible, me abrazo fuertemente recargando su cara en mi pecho y así permanecimos un rato.
Me toca nuevamente dije y ella asintió. ¿Te has masturbado últimamente? Ella rio de buena gana, ¿eso se vale? ¿Repetir la misma pregunta por la cual ya me castigaste? Tienes razón le dije, voy a cambiar la pregunta. La ultima vez que te masturbaste: ¿pensabas en mí? Soltó una sonora carcajada mas de nervios que de otra cosa, volteo retadora a verme, abrió la boca, se detuvo… castígame dijo sonriente. Excelente, volví a frotar mis manos, Quiero… que, te quites el vestido de una forma muy sensual. Abrió muy grandes sus bellos ojos y sonrió, evidentemente el jueguito le estaba encantando al igual que a mi. Movió varias veces la cabeza en forma asertiva. Muy bien, dijo, siéntate aquí y jalo hacia el frente una silla del comedor. Cerro los ojos, concentrándose e intentando escuchar la música, su cabeza comenzó a moverse delicadamente, sus caderas la imitaron mientras daba una sensual vuelta y bajaba el cierre que estaba en un costado, zafo el broche mientras se acercaba a mi, tomo su vestido por la parte de abajo con ambas manos y comenzó a subirlo, lentamente, las medias caladas, la tenue luz daban mayor realce a la escena, el delicioso hormigueo comenzó a recorrer de nuevo todo mi cuerpo, sus manos se detuvieron un instante y de nuevo comenzaron a subir mas. SANTO CIELO, al descubierto quedaron los broches en sus piernas, LLEVABA LIGUERO, la sangre se agolpo en mi cerebro y en mi pene por supuesto, siguió subiendo hasta mostrarme su diminuta tanga de encaje en color negro, subió el vestido hasta su cadera y ahí lo detuvo, quería que la admirara, y yo, lo hice, me bebí centímetro a centímetro lo que estaba descubriendo, comenzó a dar una vuelta suave, presentándome sus voluptuosas nalgas, totalmente descubiertas, solamente enmarcadas por el pequeñísimo encaje que emergía de entre sus nalgas solamente para llegar al elástico de su prenda, se hizo hacia atrás posándomelas en el pecho, seguramente adivino mis intenciones por que juguetonamente me dio un golpecito en las mandos diciendo: tsss no se vale tocar. Así como estaba, con sus nalgas rozando mi desnudo pecho, cruzo sus manos retomando su vestido y comenzó a subirlo, su preciosa espalda iba apareciendo poco a poco ante mis ojos, esta vez mas cerca, muy a mi alcance, por fin se saco el vestido en su totalidad por encima de su cabeza, dio un paso adelante y se quedo quieta, de espaldas a mi, era un verdadero poema verla así, sus zapatillas de tacón, sus medias caladas, liguero, su tanga, sus nalgas resplandecientes y de ahí, reducirse a una frágil cintura, para nuevamente ensancharse hasta llegar a sus hombros, era una maravilla, giro su cabeza para cerciorarse del impacto que estaba causando en mi, toda su cara era de picardía, de gozo, de lujuria de cachondearía. Giro ahora todo el cuerpo para quedar de frente a mí, subiendo su pierna izquierda a la silla a un costado mío.
Definitivamente me dejo sin aliento. Creo, dijo, que merezco que te pongas en igualdad de circunstancias antes de continuar con el juego ¿no? Obviamente ella quería ver también la carta para ver lo que se podía cenar y yo estuve de acuerdo, por supuesto. Baje su pie da la silla, me puse en pie de frente a ella, muy cerca y viéndola a los ojos, desabroche mi cinturón, di media vuelta y me pegue a ella, tome sus manos entre las mías y así desabroche el pantalón y baje el zipper y deslice mi pantalón hacia abajo, dejando al descubierto mis bóxers negros, pegados. Volví a girar, quedando de frente, ella me tomo por los hombros y me alejo un poco con la clara intención de mirar mi paquete, la erección era mucho mas que evidente, ella hizo un gesto de aprobación mientras que yo la tomaba por la cintura y pegaba mi cuerpo al suyo, un cálido suspiro sonó en mi oído, bese sus hombros, su cuello, sus orejas, ella se estremeció por completo y lanzo un débil: no, espera. ¿Continuamos? Le dije, es tu turno. ¿Me deseas? Cuestiono anhelante. Desde el primer momento en que te vi. Respondí. Ella se quedo pensando, como asimilando lo que le dije. ¿y tu? ¿Me deseas? Era mi turno. Siguió pensativa, en una lucha interna. ¡Castigo! Exclamo con otra gran risa. Perfecto dije, ahora quiero, que…. Si, ya se, quiero, que seas mi copa. Se me quedo viendo expectante, mientras yo traía la botella de vino, muy sonriente me acerque a ella, tome cada uno de sus senos y los apreté uno contra otro, ¿me sirves? Le solicite, no podía creer lo que le estaba solicitando, sin embargo, tomo la botella y vertió un poco en medio de sus senos, yo comencé a beber preocupándome por propinar constantes lengüetazos a cada uno, después de la sorpresa vino el goce y comenzó a disfrutarlo, cerro sus ojos y mordió uno de sus labios, con las manos además de juntar lo mas posibles sus senos para que contuvieran el vino di un suave masaje, mientras con la lengua aventuraba a rozar sus pezones que asomaban indiscretos, el burbujeante liquido iba siendo devorado por mi, prácticamente lo había terminado, cuando delirante me pidió: continua, por favor, continua, mientras vertía otra generosa porción de vino en mi improvisada copa. Con entusiasmo acelere el masaje con las manos y mi lengua se dedico a atacar directamente a sus pezones, ella mantenía sus ojos cerrados apretándolos y gimiendo débilmente, así, así, repetía, si, Jano si, ohhhhhh, se contrajo en un delicioso orgasmo, acaricie por un rato mas sus senos por encima de su brassiere, seguía respetando nuestro pacto inicial, volvió a mirarme con esos ojos inyectado de lujuria y agradecimiento. ¿Qué crees? Dijo, ahora yo soy la que tiene sed y tomando en una mano la botella se agacho, con la otra tomo mis testículos y dejo caer lentamente vino en mi pene y al momento lo sorbía, era otra deliciosa sensación, detuvo el liquido y siguió chupando los residuos, abrió su boca y engullo la coronilla de mi pene y apretó, (todo esto era sobre el bóxer), comenzó como a masticarlo con sus labios, mientras sus manos abarcaban completamente mis testículos, me escuche gimiendo de placer, lo cual la animo a continuar, tomo de nuevo la botella y volvió a servir vino, y a succionarlo junto con mi pene, su mano entro entre mi bóxer y acaricio directo mis testículos, la excitación era ya demasiada, no soporte mas gemí mas fuerte y estalle, todo mi cuerpo se estremeció y ella seguía succionando vino y espermas, cuando me recupere y baje mi vista, me estaba mirando con ojitos de niña traviesa. Tomo un cojín de el suelo y se recostó de costado, yo hice lo mismo, la abrace, saque mi pene del bóxer y lo puse entre sus nalgas, lanzo un leve suspiro, cerro sus ojos y comenzó a dormitar.
El nuevo día nos sorprendió en la misma postura, vi la hora y dándole un beso en la mejilla le pedí que se metiera a bañar mientras yo “preparaba” el desayuno, abrió con dificultad sus ojitos, me regalo una linda sonrisa, un rápido beso de piquito en los labios y se metió a la ducha, yo llame rápidamente al servicio, ordene el desayuno y me senté frente a ella admirándola, el agua caía gratificante en su cuerpo, sus curvas sobresalían e invitaban a mirarlas, el jabón pasaba por todas partes, descubrí sus pubis, perfectamente recortado como lo presentía, cubriendo totalmente su región pero muy corto, su dedo ágil entro y salió varias veces, sus manos enjuagaron sus senos, sus nalgas, cerro las llaves del agua y lanzo un suspiro de gusto al tiempo que abría sus ojos y me descubría de frente. ¡Eres un tramposo! Me recrimino, ¿Qué haces ahí? ¿Dijiste que prepararías el desayuno?
Numero uno, te estoy admirando y numero dos, el desayuno ya no tarda le dije mientras le acercaba una bata de baño. Sonrió dulcemente y nos fundimos en cálido abrazo. Me debes una, susurro suavemente.
La lleve a su casa y quedamos de vernos en mi consulta, para hacer tiempo fui a hacer algunas compras y reservaciones, ese fin de semana tendría que ser extraordinario.
July me dijo que la doctora me esperaba y se despidió, pues siempre se iba en cuanto yo ingresaba a consulta, Ivette me saludo como acostumbraba, no supe que, pero le note algo raro, me indico que me acomodara en el sillón, me reclino y coloco una trampa en mi boca, para que la tuviera abierta sin cerrarla, me coloco el “babaducto”, así lo bautice, un tubo plástico que se encarga de evacuar la saliva para que no se atragante uno. Me dijo que esa sesión era muy importante que seria breve pero que tendría que tomar medidas de precaución para que saliera todo bien, solo me encogí de hombros, July entro en ese momento a despedirse e Ivette la acompaño a la puerta y escuche que cerro con llave, regreso y me pidió que no fuera a meter las manos pues podía estropear todo, es mas, dijo, te las voy a amarrar y en seguida con unos listones que tenia ahí me amarro una mano al tubo de la lámpara y otra al perchero, mismo que coloco a un costado mío, la mire algo extrañado, pero bueno, pensé, ella sabe su trabajo mejor que nadie, apago la luz del consultorio y dejo solo la de la potente lámpara, camino al frente y comenzó a desabotonar mi camisa, me dejo el pecho totalmente descubierto, después zafó mi cinturón, mi pantalón, bajo el zipper y comenzó a bajar al mismo tiempo jeans y bóxers, mi pene salió como resorte ya que desde que comenzó con la camisa inmediatamente se erecto, boto mis zapatos y calcetines y me dejo semidesnudo en el sillón. No pudo reprimir una sonrisa: Te dije que me debías una, volvió as reír si me viste desnuda en la regadera, tengo todo el derecho de verte desnudo en mi consulta ¿no crees?, asentí, pues me pareció simpático y excitante. Ella comenzó la consulta con aparente normalidad, de pronto, vi como en el perchero, colgaba su blusa de trabajo, mi mente comenzó a dar vueltas, continuo trabajando y ahora, su brassiere llego al perchero, ya el cosquilleo era permanente en todo mi cuerpo, siguió con su labor y ahora, su pantalón, y en seguida, su bóxer. El solo hecho de saberla desnuda y verme prácticamente en la misma situación me tenia muy prendido ya, mi hombro y mi cabeza eran los únicos que sentía en momentos su desnudez en algún contacto, ella seguía trabajando pero algo mas hacia ya que escuchaba mucho movimiento, pasaron unos minutos así, hasta que dijo. Listo, por hoy terminamos, se paro de su asiento y lanzo al aire dos o tres chisguetes de su perfume, sentí como intensifico la luz de su lámpara y la dirigió directo a mis ojos, los cuales instintivamente cerré, Prendió la luz del consultorio, apago la lámpara y se paro de frente a mí. Nuevamente una aparición angelical emergió, ahora llevaba zapatillas blancas, medias blancas, liguero en el mismo color, jumper cortito como si fuera minifalda, con cierre al frente, abierto en un generoso escote, brassiere de fino encaje blanco, por supuesto y en la cabeza la clásica cofia con la cruz roja, era la enfermera mas sexy que jamás hubiera visto, todo esto rematado con su angelical rostro enmarcado por una picara sonrisa. Ahora, ya para concluir, te voy a hacer una limpieza provisional, tomo hilo dental. Deslizo el respaldo del sillón hacia arriba, dejándome sentado, se sentó encima de mi de frente, pasando sus piernas por mis costados, mi pene sintió el calor de su pubis y su suavidad, sus senos rozaban mi pecho, con gran delicadeza deslizo el hilo entre cada uno de mis dientes, acompañada de rítmicos movimientos pélvicos, restregando mi pene en forma inclemente, quería abrazarla y poseerla, pero mis manos continuaban atadas, la picardía en su rostro me encendía mas y mas esa acción duro unos 10 minutos en donde pensé que sin remedio eyacularía, hasta que por fin dio por terminada la “consulta”. Como ya estamos a mano y tampoco soy tan mala, voy a premiarte, amenazo, y sin mas puso sus manos en mis piernas y comenzó a acariciar, subió y subió, se agacho y llevo la parte desnuda de sus senos a hacer contacto con mi pene, todas mis terminales nerviosas reaccionaron, tomo mi pene con sus manos y lo introdujo entre sus senos, un agradable calor recorrió todo mi miembro provocando choques en serie en mis testículos, con ambas manos tomo sus senos y apretó y masajeo, solo sentí como los dedos de mis pies se tensaban, bajo el cierre de su jumper y el broche del brassiere también, sus senos quedaron libres, continuo propinándole placer a mi pene, subiendo y bajando sus senos a todo lo largo, ella también lo estaba disfrutando enormemente, sus quejidos y su cara la delataban, recorrió una vez mas mi pene y esta vez acaricio con ellos mis testículos, el tacto era sensacional esa sensación suave y ardiente a la vez me tenia al borde del orgasmo, volvió a recorrer con sus senos hacia arriba y otra vez hacia abajo, esta vez sus labios atraparon mi pene, coronándolo y ejerciendo presión, aunque pareciera imposible el calor era mayor dentro de su boca, y la sensación de su saliva, tibia, espesa. Succiono repetidamente y yo sentía que se me iba el alma, pero quería aguantar más, quería seguir con ese disfrute maravilloso que me estaba proporcionando. Sus manos arañaron deliciosamente mi escroto, y ahora su lengua se deslizo por todo mi tieso miembro, su lengua llego hasta su mano y ensalivo mis testículos y de nuevo elevo su camino hasta la cabeza a la cual propino repetidos cortos lengüetazos, ya no podía mas, mis gemidos eran por demás audibles y eso la prendía, decidida a dar el ansiado final, comenzó a tragar mi pene y a salir con gran rapidez, entraba y Salía, presionaba, repetidas veces, hasta que por fin, con unan gran contracción y un grito de total satisfacción me descargue en su boca, ella recibió con enorme placer la descarga y poco a poco, fue reduciendo la intensidad hasta parar totalmente con el pene hasta dentro, así lo dejo unos instantes, y comenzó a salir absorbiendo todo lo que se encontraba a su paso, tremenda sacudida me había puesto, su cara de excitación era genial, le pedí de favor que me desamarrara y con una gran sonrisa accedió, una ves libre de ataduras me incorpore, quite por completo mi camisa y la invite a que ahora ella, se acostara en el sillón, sin chistar accedió, sabia que era su turno así es que se acomodo perfectamente cerrando sus ojos en espera de su recompensa. No podía ni quería hacerla esperar, así es que, comencé a acariciar suavemente sus senos, mis manos se llenaron con esos senos monumentales, nada exagerados, pero muy generosos, los sobe completos por unos minutos, posteriormente adicione la lengua al masaje, mis manos amasaban sus protuberancias y mi lengua, lamia y relamía sus erguidos pezones, de por si ella ya estaba muy excitada, ahora su excitación iba en aumento, su pecho se agitaba con su respiración, sus ojitos permanecían entra cerrados, gozando al máximo del momento, mi lengua abandono los pezones y descendió por su maravilloso vientre, se detuvo un instante rodeando su piercing, y continuo hacia abajo, hasta encontrarse con su abundante aunque corto pelambre, con las manos doble sus piernas casi juntando sus talones con sus nalgas, el aroma de su sexo invadió mi cerebro exacerbando mi deseo de hacerla gozar. Mi lengua rozo sus muslos, ella tubo un ligero sobresalto de gusto, una de mis manos se despego de sus senos y aprisiono completamente sus pubis, volvió a estremecerse, me dedo pulgar abrió camino entre su vellosidad hundiéndose de inmediato debido a sus abundantes fluidos, una ves abierto el camino, mi lengua secundo a mi dedo y lamio por fuera sus labios vaginales, sin prisa, fui llevando la cálida sensación de mi lengua, saliva y boca por la periferia de su vagina, cada lengüetazo era como una descarga en su ser, ya que al recibirlo se retorcía y gemía y se tensaba, repase por varios minutos su exterior y decidí que era el momento de ingresar, con la lengua me interne en el borde de las paredes de sus labios, que no opusieron resistencia alguna, repase la pared izquierda de arriba a bajo y luego pase a la derecha repitiendo la misma operación, sus gemidos ya eran gritos débilmente ahogados, mi lengua se incrusto a fondo, entrando y saliendo con mayor rapidez, e inicie la busque del preciado motor de su placer: El clítoris, concentre toda mi atención para detectar cual era el sitio que le brindaba mayor satisfacción, un brinco de sus piernas me indico que había dado en el blanco, sus manos se aferraban al sillón se encontraba en total tensión, mi lengua se fue sin piedad apretando la velocidad y fuerza del masaje, mi de índice apoyo el masaje y se incrusto hasta el fondo de su ser, entrando y saliendo, el pulgar recolectaba sus jugos y daba masaje circular a la periferia de su ano, sus gritos ya eran descarados, SI, SI, ASI gritaba, jadeaba, su pecho se agitaba, su cabeza se reclinaba hacia atrás, su boca estaba abierta y seca, mi otra mano apretaba ambos senos rozando sus pezones, el fin estaba cerca, SI, SI grito nuevamente y sus caderas se arquearon hacia arriba, desatando unos incesantes resoplidos y jadeos, abundantes jugos se estrellaron en mi boca llenándome de placer también a mi, su mano detuvo fuerte mi cabeza pidiendo que parara, así lo hice y permanecí expectante, tratando de percibir todas y cada una de sus sensaciones.
Varios minutos estuvimos así, hasta que recupero el aliento y el ritmo normal de su pulso, entonces, me deslice hacia arriba, volví a besar sus senos y ascendí mas, hasta quedar perfectamente recostado encima de ella y por primera vez, la bese, un beso pasional, anhelante y ella, respondió con vehemencia, mi pene, nuevamente erecto, se encontró por fin sin barreras contra su pubis, detecto su cálida humedad y amenazo con introducirse, aventó sus caderas hacia el frente pero, contuve el embate, separe mis labios de los suyos y le susurre al oído:
¿Te parece si continuamos en la cabaña?, tenemos dos días y dos noches para nosotros. Dudó, y permaneció pensativa por unos instantes, mi glande penetro unos centímetros su cavidad. Cerró los ojos y gimió, ¿vamos?...
Lleva tu carro a guardar y nos vamos en la moto, para que tu carro permanezca en tu casa y no despierte sospechas… ¡esta bien!, guardo el carro preparo unas cosas y salgo. Te timbro cuando este lista para que pases por mí.
Todo estaba listo para culminar con lo que tanto y tanto anhelaba y las cosas se daban para que fuera de manera sobresaliente, le tenía reservadas varias sorpresas.
Salimos rumbo a su casa, me fui despacio para darle tiempo a que se preparara y me marcara, llegue a la esquina de su casa y no me llamaba, pasaron 15 angustiosos minutos, ¿se habría arrepentido?, la duda me estaba carcomiendo, no sabía si llamarle o seguir esperando,
¿Y si su marido regreso antes de lo previsto? Todos mis planes se me estaban viniendo abajo, no me quedaba más que esperar…
15 Largos y angustiosos minutos mas espere y nada, me iba a quedar vestido y alborotado, no podía llamarla pues si su marido hubiera regresado la podía comprometer y era lo que menos quería, desilusionado encendí la moto y tome camino, me fui despacio, pensando que iba a hacer ahora con todo lo que prepare y sin aceptarlo mucho, esperando a que aun sonara mi radio. Lo mejor seria llamarles a algunos amigos y amigas y poner a funcionar el plan B, pare un momento para buscar en mi directorio los nombres de mis amigos y en eso, ¡sonó el bendito timbre!, ¡era ella!, mi corazón se acelero, adelante, conteste sabiendo que podía estar con su esposo. ¡Ya estoy lista! ¿Vienes? Su voz sonó alegre sin preocupación alguna. Voy para allá.
Salió enfundada en unos jeans muy pegados, botas, chamarra y una maleta mas grande de lo que hubiera podido yo pensar, le ayude a subir, le indique que pusiera su casco, antes de ponérselo me dijo, ¿podemos pasar a comer unos tacos?, tenia razón, ya se nos había hecho muy tarde.
Pasamos a un puesto que quedaba en el camino, comimos y nos dirigimos a la cabaña, para esta ocasión alquile una mas grande y más discreta, esta tenía su cocineta, jacuzzi para 8 personas, frigo bar y estaba más alejada de las demás.
La ambientación era ideal, velas, flores, música de fondo, en esta ocasión unos boleros, al entrar, de el lado izquierdo había un recibidor, hacia adelante se veía el jacuzzi, rodeado de velas, hacia el otro lado se veía la cama King size, precedida por un camino de pétalos de rosa que llegaban hasta la cama.
Durante unos minutos contemplo el ambiente emocionada, interprete que hubiera deseado que ese momento fuera con su marido, cosa que mas adelante me confirmaría, rodee su cintura, bese su cuello y le murmure al oído: ¿Quieres que nos relajemos en el jacuzzi?, movió su cabeza afirmativamente mientras que caminaba y se desprendía de su chamarra, hice lo mismo, me despoje de el calzado mientras ella aseaba su boca después de acomodar su misteriosa maleta, fui a asearme también serví un par de copas de vino espumoso y al voltear estaba ella enfundada en una deliciosa bata de baño, que dejaba ver gran parte de sus encantos, el cabello completamente suelto, su sonrisa que me cautivaba y en sus ojos se adivinaba el deseo y la pasión que habíamos contenido hasta ese momento, le ofrecí su copa y brindamos por esos días que serian memorables, se acerco mimosa a mi, nunca perdía esa gran y enigmática sonrisa, me ofreció sus labios lo cual acepte gustoso, pero antes de alcanzar a rozarlos siquiera, se desvió dejándome con las ganas, reímos de buena gana, tomo mi camisa y la desabotono por segunda ocasión en el día, acaricio y beso mi pecho al tiempo que mi camisa caía al suelo, desabrocho mi cinturón y pantalón y acaricio mis nalgas mientras me arrancaba un apasionado beso, la imite y acaricie sus nalgas por encima de la bata, misma que fui levantando hasta encontrarme con su tersa y ardiente piel, recorrí sus glúteos con vehemencia, al momento que mis pantalones y bóxers caían al suelo, con los pies me zafe por completo de mis prendas mientras desataba el cinturón de su bata, ante mi se descubría una vez mas su espectacular cuerpo desnudo, tome la bata por sus hombros y la deje caer, era maravillosa, deslumbrante, en verdad esa mujer parecía hecha a mano, la tome por el talle y la pegue a mi cuerpo fundiéndonos en un nuevo y mas apasionado beso, me pene choco con su delicada vellosidad, buscando desesperadamente el camino a la gloria, al tiempo que acariciaba su espalda, sus nalgas y sentía sus senos apretarse contra mi pecho y sus manos recorriendo incansables mis glúteos, perdí el control y busque introducirme en ella en ese mismo momento, ella dio un paso hacia atrás y con su mano me invito a entrar al jacuzzi, tomo su copa y sonriente volvimos a brindar mientras entrabamos, la sensación caliente y espumosa del agua nos recibió gratificante; Por varios minutos nos dedicamos a relajarnos con el golpeteo del agua en el cuerpo, personalmente es algo que disfruto mucho, de pronto, su juguetona mano tomo mi pene al cual froto con espuma, con gran ternura acariciaba pene y testículos, hice lo mismo con sus senos, era delicioso frotar con la suave espuma sus suaves senos, nuevamente se pego a mi cuerpo y retomamos los besos, primero tiernos y dulces y poco a poco iban subiendo en intensidad, una de mis manos acaricio su bello púbico, los jadeos comenzaban a ser perceptibles, se monto sobre mi y con mi pene friccionaba su entrepierna mientras yo besaba y mordía su senos y pezones, mi glande acariciaba su clítoris manejado hábilmente por su mano, en cualquier momento buscaría insertárselo hasta lo mas profundo de su ser, ambos deseábamos por fin culminar lo que habíamos iniciado, sin embargo, las experiencias que he tenido de sexo bajo el agua no son muy gratas, siento que el agua se lleva toda la lubricación y resulta dolorosa para ambas partes y por lo tanto, poco gratificante.
La tome por la cintura invitándola a salir del agua, nos enjuagamos el jabón en la regadera, la tome en mis brazos y cargada la lleve hasta la cama en donde la deposite delicadamente, al quedar de pie junto a la cama, me sorprendió tomando mi pene y llevándoselo a la boca iniciando un magistral oral, sus dedos acariciaban mis testículos y su boca entraba y salía por toda la longitud de mi pene, deteniéndose por instantes a morder con sus labios el glande y rubricar con sendos lengüetazos y de nuevo hacia adentro de la boca, Me fui recostando en la cama, bese sus muslos, recorrí con la lengua hasta llegar a sus labios en donde propine un descarado lengüetazo que le saco un enorme suspiro, poco a poco fui introduciendo la lengua por las paredes internas de sus labios, mi dedo índice encontró el camino preparado para llegar a fondo. Nos trabamos en un perfecto 69, dando y recibiendo placer sin reservas, el tiempo y el espacio eran nuestros, los chasquidos y gemidos se convertían en nuestra música de fondo, sus labios engulleron uno de mis testículos con gran delicadeza mientras con su lengua lo recorría de lado a lado y su manos subía y bajaba por mi falo, yo concentre el ataque de mi lengua en su clítoris, agudice mis sentidos para percibir el lugar exacto de mayor placer para ella, un brinquito y un exhalación de placer me indicaron el blanco, mi dedo pulgar bañado en sus jugos fue frotando con movimientos circulares la periferia de su ano y poco a poco fue adentrándose en el provocando una secuencia de sacudidas y gemidos, allí permaneció por segundos sintiendo únicamente la gran presión que ejercía, intensifique el ritmo en mi lengua y con el dedo dentro de su vagina, ella detuvo su labor y se dedico a sentir, sus gemidos aumentaron, su cuerpo se arqueo contuvo el aliento y convulsiono emitiendo deliciosos gritos de placer y abundantes jugos que gustosamente recibí. Ella hubiera querido hacerme llegar en ese momento, pero yo quería que ese primer encuentro fuera memorable para ambos por supuesto pero mas para ella, la recosté boca arriba y me situé encima de ella, volví a besarla, un beso sumamente apasionado, mi pene fue buscando camino, con ligeros movimientos quedo a la puerta de su pubis, estábamos a punto de por fin alcanzar ese momento tan anhelado por ambos, mi glande se incrusto sin ningún problema entre sus labios y ahí lo detuve, cerro sus ojos esperando sentirme dentro e inclino su cabeza hacia atrás, hizo un ligero movimiento pélvico buscando engullir mi pene, pero lo contuve, realice milimétricos movimientos de mete y saca, arrancando candentes gemidos, su gesto era indescriptible, era el retrato de la agonía que le producía la espera, mis movimientos pélvicos continuaban fije mi vista en su cara para intentar congelar en mi memoria el momento que estaba por venir. Deje ir libremente mi pene por su estrechez hasta llegar a fondo, apretó los ojos enmarcando sus largas pestañas, abrió la boca hasta su limite jalando aire para exhalarlo en delicioso suspiro, por fin me encontraba dentro de sus entrañas, esa ardiente sensación húmeda, caliente inundo mi pene, Salí lo mas lento posible hasta salir prácticamente por completo esperando un par de segundos para volver a irme a fondo, otro par de segundos y de nuevo muy lentamente hacia afuera, dos segundos mas y a fondo, su cara era el reflejo del goce total, repetí esa operación repetidas ocasiones, disfrutando enormemente, sus uñas acariciaban mi espalda y nalgas, su respiración se agitaba mas y mas y mas, cerré sus piernas y pase las mías por fuera y subí el ritmo de penetración apoyando el cuerpo hacia arriba al entrar y hacia abajo al salir, su gemidos se convirtieron en gritos, el sudor cubría por completo nuestros cuerpos, la presión en mi pene en esta nueva postura era maravillosa, el ritmo era cada ves mas intenso y ella correspondió moviéndose a contraparte, su cabeza se movía de un lado a otro en cada embestida, sus ojos se abrían, se cerraban, mordía sus labios por completo, abría su boca al máximo para jalar aire, un febril temblor se apodero de todo su cuerpo acompañado de un largo quejido, acelere mi ritmo al máximo embistiendo sin piedad, entraba como queriendo desgarrar su interior, salía y entraba de nuevo como caballo desbocado, su quejido se convirtió en grito que retumbo en toda la habitación, su cuerpo volvió a contraerse en repetidas veces atrapando a mi pene con sus contracciones vaginales y clavando inmisericorde sus uñas en mi espalda, hice un esfuerzo extraordinario para contenerme y no llegar, Salí por completo de ella, le di vuelta postrándola en cuatro patas, pegue su pecho a la cama dejando frente a mi su imponente trasero, es una vista que siempre me ha encantado, sus nalgas redondas, paradas, su ano, y sus labios vaginales, ambos en espera de lo que venga, sin esperar mas, introduje el pene a fondo y ahí lo mantuve, Salí y entre intensificando en cada ingreso el ritmo y la fuerza, mis manos acariciaban sus nalgas, dándole ligeros pellizcos de ves en cuando, su carita totalmente pegada a la cama, recargada hacia un lado, solamente gemía y gemía con los ojos cerrados, la suave, cálida y húmeda sensación de estar dentro de ella, despertaba ese estimulante cosquilleo en mis testículos, todos mi sentidos se centraban en esa sensación, recorría desde el fondo de su será hasta sacar prácticamente por completo mi pene y de nuevo hasta el fondo, el hormigueo fue apoderándose de todo mi cuerpo, mi llegada era inminente, por mas esfuerzos que hacia por detenerla y seguir gozando, Baje un poco la velocidad pero era prácticamente inevitable, continué con el movimiento a media velocidad hasta dentro y hasta afuera, adentro, afuera, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, mis piernas temblaron un grito anuncio mi orgasmo inundando con mi cálido semen todo su interior, ella lanzo un largo gemido recibiendo con beneplácito mi llegada, baje el ritmo de mi mete y saca a un movimiento muy lento, hasta que sentí que la ultima gota de mi semen salió, nos desplomamos en la cama exhaustos y así dentro de ella, nos quedamos dormidos.
La luz del día y un agradable olor a comida me hicieron despertar, serian pasadas las doce del mediodía, nunca me despertaba tan tarde, pero la actividad del día anterior me había dejado muy cansado, me puse una bata, fui a asearme y después me dirigí a la cocina, lo que vi me dejo perplejo, no dejaba de sorprenderme. Fui recorriéndola de abaja hacia arriba, zapatos negros cerrados, calcetas blancas justo debajo de las rodillas, su par de imponentes piernas, minifalda tableada, azul con rojo y blanco, su plano abdomen descubierto mostrando su piercing del ombligo, blusa blanca amarrada a la cintura, con un botón abrochado únicamente dejando un generoso escote que mostraba su sostén que hacia juego con la falda y una gran parte de sus senos, para rematar su cara libre de todo maquillaje y un par de coletas con un moño cada una. Yo no se por que, pero esa imagen de colegiala despierta una gran fantasía en mi, inevitablemente mi miembro cobro vida y se irguió, me fui sobre de ella para abrazarla y besarla y me detuvo en seco. ¿No sabe usted que, seducir a una alumna puede acarrearle serios problemas? Me quede atónito mirándola intentando entender su juego y reprimir mi incipiente calentura. Continuo preparando el desayuno, agachándose para sacar un sartén y al hacerlo su faldita se levanto dejando a mi vista su calzoncito de algodón tipo escolar también, volteo a verme coqueta analizando mi reacción, decidí sentarme a admirarla, recargado en la barrita desayunador, puso un plato frente a mi agachándose de forma que pudiera quedar ante mi vista una gran parte de sus apetecibles senos, ya no intente nada, me conforme con admirarlos, continuo sirviendo el desayuno buscando a cada momento tener alguna pose sugestiva que me siguiera incitando. Cuando por fin termino se sentó en un banquito frente de mi, subiendo su faldita y con las piernas un poco abiertas dejando a la vista su delicioso monte. Realmente estaba logrando su objetivo y ya me tenia muy excitado, lo cual se reflejaba perfectamente en mi pene que en total erección salió de entre mi bata quedando a su vista, que, con lujuria se poso inmediatamente en el, con desenfado lo tome a una mano y le di movimiento circular para después medio guardarlo, dejando a la vista mis testículos y parte del pene, así, entre provocaciones por ambas partes terminamos de desayunar, levanto los trastes de la mesa y regreso a sentarse en mi. ¿Te gusto? Pregunto melosa. Por supuesto, ¿no sientes como me tienes? Mmmmm, ah si, ya sentí dijo pícaramente mientras acomodaba mi pene entre sus nalgas, ¿sabes? Le dije, me gustaría complementar esta fantasía con otra muy grande que me despertaste hace poco tiempo. Intrigada se levanto y se me sentó ahora de frente. ¿Ah si? ¿Cuál es? Dijo con su sonrisita cachonda. ¿Te animas? Le susurre al oído. ¡Por supuesto! Respondió. O.K. Dame un segundo dije mientras me levantaba yendo a buscar “algo” entre mis cosas, era el momento de realizar una fantasía que tenia desde mucho tiempo atrás y que se había acrecentado a raíz del día que estuve con ella en el estacionamiento de su consultorio, me puse una camisa de manga corta a medio abrochar unas chaparreras sin nada abajo, cubriéndome solamente parte de la pelvis y piernas, unas sandalias cerradas y listo, la tome de la mano y la encamine a la salida, ella me veía intrigada pero en sus pezones se marcaba la excitación que le estaba provocando, me dirigí a la moto, la baje del pedestal y le ayude a subirse haciendo lo mismo después colocándome detrás de ella, quien inmediatamente se pego a mi, arranque y de inmediato el rugido y la vibración hizo correr la adrenalina en nuestros cuerpos, fue imposible no recordar la ves que la tuve así y no me anime a tocarla, ahora era distinto, podía hacer lo que quisiera, coloque mi pene totalmente erecto y en vivo entre sus glúteos, por encima de su calzoncito de algodón, y metí velocidad, para avanzar lentamente, la sensación era por lo mas excitante, ella buscaba acomodarse perfectamente contra mi pene, el cosquilleo directo a mis testículos daba un excitante masaje, di un par de vueltas dentro de la propiedad hasta que me pidió parar un poco y al hacerlo como pudo de modo desesperado se quito el calzoncito. Ahora si, dijo sonriente, estamos en igualdad de circunstancias, mientras ponía en mi mano su muy húmeda prenda, volví a avanzar muy despacio mientras que ella buscaba a toda costa introducirse mi pene, se inclinaba hacia el frente y con su mano manejaba mi pene lubricándolo con sus jugos, yo me encontraba sumamente excitado, bien dicen que la mente es el instrumento mas erótico que existe y este jueguito me tenia a mil. Por fin logro introducirse lanzando un gran gemido al tiempo que volteaba a verme con cara de satisfacción y placer, metí el clutch para dar un fuerte acelerón que nos cimbro a ambos, ella era la que hacia ahora los movimientos de mete y saca aunque obviamente eran muy cortos pero no por eso poco placenteros. Acelera un poco mas me dijo y de inmediato incremente la velocidad, aunque poco en realidad, estaba dando vueltas en un circuito como de 500 metros, y en las rectas con mi mano izquierda comencé a sobar su senos metiendo la mano entre su brassiere, el goce eras mayúsculo para ambos no podíamos ocultarlo ese cosquilleo en mis testículos, que seguramente ella también sentía en su vagina era maravilloso, ella seguí inclinándose y llego a estar prácticamente pegada al tanque, parando sus nalguitas buscando una mayor extensión de su movimiento, sus gemidos eran deliciosos, su ritmo fue acelerándose mas y mas, su rostro estaba completamente rojo y su boca muy abierta, hasta que lanzo un gran gemido de placer y comenzó a zarandearse, tuve que tomar el manubrio con fuerza y ambas manos para no caer y preferí hacer alto, así quedamos mientras ella retomaba el aliento y cuando lo hizo se zafo de mi y con gran agilidad se dio vuelta en el asiento quedando de frente a mi, me abrazo con ambas piernas y recargando sus manos en el tanque de gasolina, volvió a engullir mi pene, todo mi cuerpo temblaba el cosquilleo era mayúsculo en todo mi ser, sabia que me faltaba muy poco, ella lo noto y me suplico que la aguantara, no llegues aun, quiero que lo hagamos juntos. Hice un esfuerzo sobrehumano para detener mi orgasmo, ella se desabotono su blusa, alzo su brassiere, desabotono mi camisa y se me pego con gran fuerza, sus senos en mi pecho impactaron con fuerza, sus piernas aprisionaban mi cintura haciéndola Salí y entrar en mi pene, su cara se descompuso por completo, era el momento, yo ya no podría aguantar un minuto mas, lanzamos un grito al unísono, acelere a fondo mi maquina, nos estremecimos profundamente, mi hirviente liquido recorría sus entrañas y me dejaba prácticamente seco, ella seguía apretada a mi cuerpo, su cara descansando en mi hombro, la experiencia había sido brutal.
Entrando a la cabaña nos metimos al jacuzzi en donde me platico que todos sus “atuendos” que había utilizado conmigo, los compro para su luna de miel y fue de lo más frustrante, pues su marido le salió con que el sexo era para concebir únicamente, ella no quiso contradecirlo pero eso estaba enterrando su matrimonio, le sugerí que lo platicara abiertamente con el o que tomara ella la iniciativa y con la mitad de lo que ahora me estaba dando su marido debería caer rendido y dar rienda suelta a su sexualidad, de lo contrario… tal ves sus preferencias sexuales fueran otras.
Salimos del jacuzzi y nos bañamos juntos, otra gran experiencia, uno enjabonaba al otro poniendo mucha picardía por supuesto, manteniendo viva la llama del deseo, ella por ejemplo, lleno mi pene de shampoo y comenzó a tallarse sus piernas, sus nalgas, su pubis, por fuera únicamente, fue algo delicioso, hizo lo mismo con sus senos llenos de jabón tallo mi espalda, nuestros cuerpos se convirtieron en estropajos para tallarnos uno al otro bajo el chorro de agua tibia, al salir seque todo su cuerpo con la toalla detalladamente, palmo a palmo. Saque de mi maleta algo de lo que había preparado, me miro intrigada al ver mi sonrisita misteriosa, eran unas BEN-WA, también llamadas bolas chinas, son un par de bolas, que en su interior llevan otras mas pequeñas, que se pueden llevar dentro de la vagina, ayudan a fortalecer las paredes vaginales dando además un pequeño estimulo que ayuda mucho en el momento del coito, seguramente ni idea tenia de lo que le estaba mostrando, tome el lubricante indicado, y se las fui insertando una a una en su vagina, le pedí que se las dejara así y que disfrutara, Nos pusimos únicamente nuestras batas para comer algo, comimos entre una platica amena, acompañada con vino tinto, decidimos continuar al amparo de la chimenea, pusimos varios cojines en el suelo, nos sentamos y seguimos brindando, el calor fue invadiéndonos poco a poco, ella desabrocho el cinturón de su bata dejando ante mi una deliciosa vista de su cuerpo medio desnudo, la semidesnudez me resulta sumamente erótica, metí mi mano en la bolsa de mi bota y presione mi control remoto, ella dio un brinco y volteo a verme intrigada, algunas bolas chinas traen vibrador con control remoto, el placer se apodero de su rostro, cerro sus ojos disfrutando del momento, aproveche para besar sus hombros y cuello, ella estaba concentrada en esa nueva sensación, baje la bata a la altura de sus hombros, y fui bajando mis besos hasta llegar a sus senos, los cuales bese centímetro a centímetro, sus jadeos sonaban diferentes, estaba disfrutando una nueva sensación y aun le tenia mas sorpresas, mi lengua se apodero de cada uno de sus pezones dándole ese rasposo y húmedo masaje en pezones y aureola, su cara se encontraba enrojecida sus ojos se apretaban disfrutando del momento, subí la intensidad de la vibración con mi control remoto y otro brinco, un gemido de placer confirmo que era bien recibido, saque otro juguetito de mi bolsa, ella con los ojos cerrados ni se percato, coloque en cada pezón una pequeña pinza y de la misma manera active un vibrador, su boca se abrió al instante, el disfrute era evidente, mi lengua complemento el masaje en sus senos mientras con mi mano acaricie sus glúteos, humedecí mis dedos con el abundante liquido que fluía de su vagina y frote la periferia de su ano, ella busco con su mano desesperadamente mi pene y lo manipulo con desesperación, subí un poco mas la intensidad a la vibración de ambos juguetes, el estremecimiento de su cuerpo fue mas que evidente, el verla y sentirla gozando al máximo me excitaba de sobremanera al grado de hacer algo inusual en mi, me incline hasta llegar a su ano y comencé as lamer, mas no podía estremecerse, su cuerpo en general era una completa convulsión, gritaba y gemía, arañaba los cojines, se los llevaba a la boca, los mordía, estaba totalmente descompuesta, tome el lubricante y con dos dedos comencé a dilatar su ano, los introduje y giraba alternamente por dentro buscando hacer espacio, cuando considere que estaba preparada, la puse boca abajo, y encamine mi pene hacia su cavidad, introduje lentamente el glande y espere, un empujoncito y entre hasta la mitad, ella dio un grito mitad dolor, mitad placer, no pude reprimirme y le di una sonora nalgada, lo cual la excito aun mas, sus gemidos se convirtieron en gruñidos, me fui con la mayor suavidad posible a fondo hasta llegar a tope, mis testículos descansaron en su pubis, subí la velocidad de los vibradores a tope lo que origino que se retorciera de placer, de un lado a otro de arriba abajo, prácticamente era innecesario que yo bombeara pues su movimiento obligaba a mi pene a entrar y salir de su ano, sin embargo el saberla a punto de estallar me invito a taladrarla sin piedad, sus gritos ahora pedían, exigían mi máximo, mis testículos se estrellaban sin piedad contra su pubis, no pudo mas y lanzando sendos alaridos, alcanzo su orgasmo pudiéndose comparar con un potro salvaje al ser montado, no frene en la intensidad pues quería llenar sus intestinos con mi semen, todo mi cuerpo vibraba por la inminente llegada, ella no paraba de vociferar no se cuanta cosa, su ano virgen hasta ese día no paraba de contraerse dándome un placer aun mayor, el hormigueo supremo partió desde la punta de los dedos de mis pies recorriendo mis piernas testículos hasta llegar a mi cerebro, un espasmo tremendo me envolvió y por fin expulse mi ardiente fluido invadiendo todo su interior cual lava ardiente lo que origino un segundo y no menos intenso orgasmo en ella, quedamos jadeantes, ella jalaba aire e intentaba decir algo pero su agitada respiración no la dejaba, movía sus manos queriendo indicarme, hasta que jalo aire y suplicante dijo, ¡APAGALOS! ¡POR FAVOR APAGALOS! y señalaba los vibradores, Ni me acordaba, me estire para buscar el control apagándolo, quedamos rendidos escuchando únicamente el crepitar de las llamas en la chimenea…
Una vez mas despertamos con el sol en todo lo alto, su cuerpo desnudo fue lo primero que vi a mi lado, su cara mantenía el gesto de satisfacción, ¡no paraba de admirarla!, a estas alturas de mi vida creo que era algo inmerecido para mi, pero, bueno, el destino nos puso ahí y le exprimiría todo el placer que pudiera. Aun se percibía el calor de los apagados leños, entreabrió sus ojos y con una gran sonrisa dijo: Que delicioso, lanzo un pequeño suspiro y añadió: Buenos días. Le di un beso y le sugerí darnos un baño, así lo hicimos y al terminar la lleve a la cama, la recosté y pedí que me esperara mientras le traía algo de desayunar, me pidió que no la consintiera tanto, no quería enamorarse de mi, a lo que respondí tajante, ni se te ocurra, tu amas a tu marido, yo amo a mi esposa, acordamos que este fin de semana nos daríamos todo el placer posible y así lo hemos hecho, será solo sexo y al salir de aquí, volverás a ser mi dentista y yo tu paciente. Asintió mientras se recostaba, tome un antifaz para dormir y se lo coloque, quiso reclamar pero le sugerí esperar, su cuerpo se estiro nervioso sabia que vendría otra sorpresa.
Cuando por fin tuve todo listo acomode lo necesario alrededor de la cama. ¿LISTA?, asintió con la cabeza, estoy nerviosa, ¿Qué vas a hacer? Te voy a dar de desayunar dije con voz insinuante, prepárate, ella volvió a estremecerse, tome una fresa recién sacada de el refrigerador y se la puse en la boca pasándola por sus labios, le pedí que la mordiera y así lo hizo, mmm fresa dijo. Con la mitad restante recorrí su cuello hasta llegar a su seno izquierdo, ella masticaba su fresa mas no pudo contener un suspiro de satisfacción, embarre todo su seno apretando para sacar el mayor jugo posible, sus pezones se erectaron de inmediato, puse énfasis en su aureola y pezón y pase mi lengua para absorber los restos de fresa, lanzo un mmmm de gusto, tome otra fresa, la metí en chocolate derretido de una fuente y lo puse en su boca, volvió a morder, sumergí el resto en abundante chocolate y lo pase ahora por su seno derecho, el contraste frio caliente le causo una gran sensación, volvió a gemir limpiando con su lengua los residuos en sus labios, tome un plátano dominico sumergiéndolo primero en agua con hielos y lo frote en ambos senos, se estremeció, lo volví a sumergir y estimule sus pezones para después introdúceselo en la boca, lo metí y lo saque y ella paso su lengua dándome una estimulante visión, ahora tome chocolate tibio con un cucharon y bañe sus seños por completo mientras ella engullía el platanito, volvió a estremecerse con el cambio de temperatura, una vez mas con la lengua fui comiendo el chocolate, mientras de un balde con agua fría tome una uva que fui rodando desde su pecho hasta el ombligo, la sumergí de nuevo y ahora siguió del ombligo hasta su pubis, doblo sus piernas y las abrió para recibir al huésped, recorrí sus labios con la uva mientras continuaba devorando chocolate asegurándome de lamer perfectamente sus pezones, le di la uva para que la comiera, tome otra y recorrí sus labios internos, ya comenzaba a jadear, rodé la uva con cuidado por el comienzo de su interior y se la volví a dar en la boca, tome un pequeño racimo de tres uvas y aun goteando la pase por sus interior profundizando un poco mas y ahora rodee su clítoris, estas me las comí yo, tome otra y la puse directo en su botón de placer ejerciendo una leve presión su boca comenzaba a jalar aire con dificultad, al mismo tiempo, tome un hielo y recorrí sus senos, lanzo una exhalación de sorpresa y placer, volví a darle a comer la uva mientras chupaba sus pezones y les daba calor, el desayuno le estaba agradando de sobremanera pues ya su respiración era muy agitada y su cara lo denotaba, tome un kiwi con toda y su rasposa cascara y la rodé con cuidado alrededor de sus senos, mientras con una rebanada de otro frotaba sus labios vaginales que ya soltaban abundantes jugos, me lleve una pastilla de menta a la boca y la mordí por la mitad, cuando la tuve ya húmeda la lleve a sus pezones cubriéndolos completamente, al terminar sople sobre ambos pezones, el resultado arranco un estremecimiento y un gemido delicioso, repetí la operación y la reacción fue la misma, le di a comer la rebanada de kiwi y con la pastilla de menta en la boca lamí su clítoris, dejándolo totalmente embarrado de saliva y menta, lance otro soplido largo, igual al quejido de placer que emitió, pase la pastilla de nuevo por toda mi boca jugando con ella en mi lengua y volví a repasar su clítoris lamiendo también sus paredes vaginales, inhale fuerte con la boca, otro gran suspiro fue arrancado de su boca, con dos dedos busque dejar completamente expuesto su clítoris y tomando nuevamente una uva la rodé por su pequeña área ejerciendo presión al grado de que se rompió bañándolo completamente con su jugo el cual absorbí con la lengua dando constantes y rápidos lengüetazos, comenzó a retorcerse de gusto, el efecto fresco que le daba la pastilla la excitaba de sobre manera, la pastilla se estaba terminando y yo continuaba masajeando con mi lengua e inhalando y exhalando con la boca provocando que se arqueara de gusto, cuando su cuerpo comenzó a temblar avisando que se aproximaba su orgasmo, succione su clítoris fuerte pero con cuidado arrancándole un alarido de placer, ambas manos de ella apretaban mi cabeza primero y después me querían alejar, no se lo permití y continúe succionando con la misma intensidad, sus quejidos eran incesantes, de vez en vez daba un tiempo para soplarle fuerte y volvía a succionar, rápidamente alcanzo un segundo y mas intenso orgasmo gritando: YA, YA POR FAVOR. Completamente sacudida de pies a cabeza.
Una vez que recupero el aliento, me recostó en la cama y poniéndome el antifaz dijo: Es tu turno de “desayunar”, por unos instantes solamente escuche ruidos y su voz tarareando alguna canción que no identifique, de pronto, algo frio y suave fue pasado por mis pezones que respondieron al contacto erectandose. ¿Te gusta?, asentí con la cabeza, con paciencia masajeaba ambos pezones y aureola con el frio objeto para después pasarlo pos mis labios y dármelo a comer, eran un par de rebanadas de kiwi, mientras lo mordía, comenzó a chupar mis pezones, ahora el calor daba una agradable sensación a mi cuerpo, en esas estaba cuando sentí un cuerpo muy frio y húmedo en la parte baja de mis testículos acompañado de una sonrisita malévola de ella, claramente sentí mi escroto replegarse ante el ataque y volverse compacto, no pude evitar exhalar de frio y placer, si, realmente sentí placer, dejo lo que parecía ser un hielo y con su mano devolvió el calor a mis testículos al tiempo que un liquido frio caía en mi pecho y aparentemente ella lo succionaba por el olor me pareció ser yogurt, su lengua recorría todo mi pecho acompañado de leves gemidos de placer por parte de ella y a mi también me arranco unos cuantos, comenzaba a disfrutar cuando otros pequeños cuerpos extraños y muy fríos recorrieron mi pene de arriba abajo y de regreso, según yo serian cuatro uvas, las aparto y regresaron frías a recorrer nuevamente mi pene en varias ocasiones, si me resultaba muy excitante los contrastes, en eso sentí en mi boca otro rasposo cuerpo que invitaba a ser mordido, lo hice, era una fresa, al morderla me percate que la llevaba en su boca, entre ambos la comimos y compartimos su jugo, rico, realmente rico, ahora recibí las cuatro uvas en la boca una por una y enseguida… calor, agradable calor en todo mi pene, un liquido caliente embadurnaba por completo mi pene, seguramente seria el chocolate liquido, que llego hasta mis testículos, espero un poco y comenzó a devorarlo con la boca y lengua, recorrió primero mi glande, después el tronco hasta llegar al escroto y de nuevo volvió a bañarlo por completo, ahora comenzó por el escroto y se fue hacia arriba, cuando absorbió los residuos del glande, apretó con los labios y por varios minutos masajeo deliciosamente, estaba cerca de estallar, mi respiración se hizo mas profunda y los jadeos mas intensos y de pronto ohhhh!, frio, mucho frio en los testículos, nuevamente puso hielo en la parte baja, ohhhh, nuevamente se contrajeron y se arrugaron por decirlo así, mi posible orgasmo fue detenido en seco, paso el hielo por todos lados y remato subiéndolo por mi pene sin llegar al glande, hasta el ano se me arrugo y se contrajo, sus suaves risitas me confirmaban que lo estaba disfrutando, sentí que perdía mi erección cuando el baño caliente fue recibido nuevamente por mi aparato completo, esta vez lo sentí mas caliente, seguramente por el frio que sentía, nuevamente comenzó a devorar el dulce, con desesperación recorría cada centímetro de mi sexo, mi respiración volvió a agitarse y de pronto sentí una pequeña opresión en un pezón, después en el otro y comenzó una agradable vibración en ambos, la muy ladina me puso los vibradores que le di ayer, el masaje era muy agradable sumado al exquisito oral que me practicaba, nuevamente un cuerpo extraño medio frio se poso en la base de mis testículos y vibro… me pego una de las bolas chinas y la encendió, que agradable sensación, apuro el masaje con su boca en todo el pene, se lo tragaba y lo sacaba y volvía a comérselo, cada vez con mayor velocidad e intensidad, la vibración en mis genitales también aumento considerablemente, era delicioso, de pronto un nuevo liquido frio en mi pene, era yogurt que a juzgar por la sensación mientras lo vaciaba al mismo tiempo se lo devoraba junto con mi pene, mi orgasmo era inminente, hacia esfuerzos desesperados por contenerlo y seguir disfrutando, el liquido caía y era devorado junto con mi pene con grandes lengüetazos, imposible, no podía aguantar mas y con un enorme alarido y convulsión de todo mi cuerpo, saque mi resto, el semen que me quedaba, ella lo trago confundiéndolo con el yogurt, se mantuvo chupando todo mi aparato por varios instantes, ahora yo era el que suplicaba que desconectara los aparatos, con una gran carcajada lo hizo, me quito el antifaz y se recostó sobre mi pecho acariciándolo cariñosa, así nos quedamos dormidos por no se cuanto tiempo, cuando despertamos, comenzaba a oscurecer y me pidió que la llevara a su casa, ese domingo quería dormir allí por si las dudas.
Pasaron algunas citas más en donde hicimos un gran esfuerzo para intentar comportarnos como profesionista y paciente, aunque no perdíamos oportunidad de darnos grandes y prolongados abrazos y uno que otro beso, me comento que platico con su marido exponiéndole su punto de vista y este no lo tomo muy bien que digamos.
Lunes, ultima cita, hoy termina mi tratamiento, me voy satisfecho, tuve la oportunidad de conocer a una gran profesional, una mujer realmente hermosa y muy fogosa, sentía cierta nostalgia, pero, lo mas sensato era que esta fuera la ultima vez que nos viéramos, por impulso me fui muy temprano a mi cita, llegue a las 5, decidido a esperar y admirarla a lo lejos, cundo entre me recibió July haciendo cara de sorpresa por supuesto, le comente que se me había hecho temprano y que no importaba, esperaría ahí a que se diera la hora de mi cita, se encogió de hombros fue a su escritorio, regreso y me dio un sobre explicándome que la doctora le pidió que cuando llegara me lo diera, intrigado busque lo que había, no pude evitar sonreír de buena gana, el control remoto del BEN-WA, (las bolas chinas), sin pensarlo mucho active en velocidad baja, imagine que las traería “puestas”, a los 5 segundos se abrió la puerta de su consultorio y asomo su cabeza buscando extrañada, se topo con mi sonrisa “inocente” de oreja a oreja, me respondió con otra linda sonrisa de complicidad, el saber que estaba recibiendo un suave masaje me despertó un agradable cosquilleo en todo el cuerpo, por varios minutos imagine la situación dentro del consultorio, ella trabajando buscando concentrarse mientras su entrepierna cosquilleaba incansablemente, así permanecí hasta que de su puerta salió un sonriente “paciente” con las clásicas actitudes de galán contrastante con la frialdad de Ivette, que detrás de el se dirigió hacia mi y me saludo de beso susurrándome al oído: Eres un malvado, llegaste muy temprano. Quería admirarte por mas tiempo respondí. ¿Así me vas a tener toda la tarde? Comento. Si no tienes inconveniente…. Si, le dije. Bueno, pero no le subas mucho me susurro coqueta. July nos veía sin perder detalle y seguramente notando algo fuera de lo normal. Ivette se metió al consultorio pidiendo a July le hiciera pasar al siguiente paciente, así lo hizo y otro “galán” entro al consultorio, July me miraba inquisidora hasta que no aguanto más y dijo: ¿tú sabes por que últimamente Ivette esta más contenta que nunca? Ni idea respondí tajante y procedí a acomodarme en el asiento para imaginar nuevamente la situación dentro del consultorio, esporádicamente subía un poco la velocidad y volvía a bajarla, para que me tuviera presente, así transcurrieron tres consultas, en cuanto saliera el que estaba adentro seria mi turno, las manos me sudaban, ¿seria que tendríamos nuestra despedida? Me sentía como niño antes de hacer su primera comunión.
En esas estaba cuando sonó el teléfono, July contesto y al colgar me dijo comunicativa, era el esposo de Ivette que va a venir por ella para ir a casa de unos amigos. Fingí que no me importaba pero la ilusión de una despedida se esfumaba.
En eso entro un hombre y fue directo a saludar a July. ¿Le falta mucho a mi mujer? Pregunto. Esta con un paciente y le falta otro, faltara una hora aproximadamente respondió July. Ni hablar, no habría despedida, pero bueno, ya con lo vivido era mas que suficiente, resignado continué esperando. Por fin salió el paciente, el marido de Ivette entro a platicar algo con ella, subí dos niveles al control espere un minuto y volví a bajarlo, como a los cinco minutos salió y entro en una oficinita contigua, al tiempo que July me decía que la doctora me esperaba.
Entre, cerré la puerta y literalmente se me echo encima, besándome con desesperación. Me tienes ardiendo, comento, respondí al beso aunque sabiendo cerca a su marido me hacia actuar con sigilo, por momentos disfrute el calor de su cuerpo pegado al mío, estaba enfundada en su clásico uniforme de trabajo, ella acariciaba con ambas manos mi cabello y yo hice lo mismo con sus glúteos apretándola fuerte contra mi pene, que esta por demás decirlo llevaba un buen rato erecto. Bese su cuello, sus hombros, la vos de July al otro lado de la puerta nos hizo separarnos abruptamente. ¿Se puede? Corrí a sentarme al sillón mientras Ivette tratando de sonar natural respondió. Claro July adelante, entro July y le preparo lo necesario para la consulta, metí mi mano a la bolsa y subí la intensidad con el control remoto, Ivette lanzo un pequeño gemido, ¿pasa algo? Dijo July, no pudo contener una leve sonrisa, No, no te preocupes, le dijo, un retortijón en el estomago, no es nada, le respondió. Termino July de hacer sus preparativos y salió, Ivette salió por un momento, regreso depositando “algo” en mi mano, era algo muy húmedo, lo lleve delante de mis ojos, era su tanga, totalmente mojada. Tu tienes la culpa dijo melosa, no pude evitar llevar la prenda hasta mi nariz para disfrutar su deliciosa aroma a deseo. Me coloco para comenzar a trabajar, y en esta ocasión su silla la puso al costado del sillón trabajándome de frente, alcance a ver su par de pezones totalmente excitados, cosa que me extraño, pues el brassiere normalmente no permite que esa situación sea visible, mi reacción fue estirar mi mano y tomar uno de sus senos, efectivamente, no traía brassiere, ¿Qué haces? Dijo sin dejar de trabajar. Salía de dudas respondí mientras masajeaba ansioso, ella trataba de concentrarse en la limpieza de mis dientes, que era lo único que faltaba para terminar, sus leves gemidos me encendían mas y mas, metí mi mano por debajo de su camisola y acaricie directamente sus senos, primero uno, el otro y de regreso, ella seguía intentando terminar, con mi otra mano levante su camisola y libere su par de preciosos senos a los que no me cansaba de ver y de disfrutar, los acaricie a dos manos, ella comenzaba a transpirar y a mover sugestivamente su cuerpo, baje mi mano y acaricie su pubis, ella se estremeció y susurro: Me falta muy poco, no supe si para terminar con mi limpieza o para alcanzar el orgasmo, puso en mi boca un enjuague en solución diciendo que lo pasara por toda la boca 20 segundos, y de inmediato paso su mano por mi pene acariciándolo con desesperación, busque introducir mi mano por debajo de su pantalón, pero no pude, me pidió que tirara el liquido para lo cual me incorpore y volví a recostarme, cuando lo hice ella se había quitado el pantalón. Sobe su pubis y me tope con los hilos de las bolas, ella bajo el cierre de mi pantalón, metía su mano y liberaba a mi pene de su prisión, apague el juguetito y tire de el para sacarlo, totalmente empapado, metí mis dedos y hurgue dentro de su vagina, ella manipulaba mi pene con firmeza, sus gemidos eran ya mas audibles, le hice la señal de que fuera mas silenciosa, mis dedos estrujaban ya su clítoris, ella ya movía su cabeza en señal de que no tardaba en explotar, y así lo hizo mordiendo su mano para tratar de no hacer ruido, la música de fondo subió su volumen lo que me hizo pensar que July tal vez habría escuchado los quejidos. Desabrocho mi pantalón y de golpe bajo con todo y bóxers y sin pensarlo se incrusto en mi pene, me saco mi playera y restregó sus senos contra mi pecho mientras yo acariciaba su deliciosas nalgas, sabíamos que seria la ultima ves y a pesar del riesgo dimos rienda suelta a la pasión contenida, ella entraba y salía de mi pene montándome con gran maestría yo sentí ya esa sensación de cosquilleo por todo el cuerpo, le hice señas de que se saliera, la voltee en el sillón y empinada la penetre, quería tener por ultima vez esa visión de sus nalguitas empinadas mientras mi pene entraba y salía de su vagina sin consideración alguna, ella sintió que estaba yo cerca de llegar y me pidió que aguantara un poco, acelere el movimiento intentado que alcanzara su orgasmo, con una mano apreté su seno y con la otra comencé a masajear su clítoris, ella asintió con fuerza comenzó a mover sus caderas con mayor vehemencia, estábamos muy cerca de llegar, comenzó a gemir muy constante, trato de acallar sus gritos con la mano, mis piernas se acalambraron faltaba muy poco acelere lo mas posible y cuando juntos comenzamos a estremecernos en un orgasmo compartido, se abrió la puerta de golpe, ahí estaba su marido con la cara desencajada sin dar crédito a lo que veía y July que de igual forma nos miraba sorprendida, no podíamos detenernos continuamos el movimiento y con un gran grito eyacule dentro de ella que recibió mi semen con otro grito de beneplácito igual de fuerte.
OTROS RELATOS: EXTREMA http://ba-k.com/showthread.php?t=1980811
MIS ADORABLES SOBRINAS http://ba-k.com/showthread.php?t=2146972&highlight=mis+adorables+sobrinas
A medio día fui a casa a hacer mi maleta para el “viaje” ahí me entere que cuando mi esposa le llamo a sus papas y no los encontró, quedo con las sobrinas para que ellas vinieran a hacerle compañía, uh que lastima pero bueno, ya habría ocasión para verlas de nuevo, ahora estaba enfocado al 100% en Ivette.
Salí de casa a las 4 de la tarde y de ahí le llame a Ivette directamente a su radio. ¿Estas bien?, ¿te pasa algo? Contesto en voz baja, obviamente extrañada pues normalmente no le marcaba a su radio y menos estando en consulta. Estoy bien, no te preocupes perdóname por llamarte, ¿estas en consulta? No, acabo de terminar y estoy preparándome para la siguiente. Perfecto, no te voy a quitar mucho tiempo, estuve pensando y la verdad es que no es justo que el día de hoy te haga salir tarde también de tu consultorio, la verdad es que lo de ayer no fue tu culpa, el viernes continuamos con la sesión como siempre ¿no crees?.
Percibí algo de desencanto en su voz. No hay problema, si tienes cosas que hacer te veo el viernes. Perfecto, respondí, la verdad es que si tengo algo más importante, quiero invitarte a cenar, la verdad me gustaría platicar contigo, pero en otro ámbito, eso de estar siempre recostado con la boca abierta y sin poder verte… Ella sonrió suavemente. Paso por ti a las 8 dije con firmeza, Dudo un poco, esta bien, ¿a mi casa? Correcto, ¿me das tu dirección?... perfecto… a las 8. Un beso.
8:00 de la noche en punto, estacione mi auto frente a su casa y timbre a su radio. Dame un minuto escuche en el auricular, su voz era suave. Baje del auto y me plante en la puerta. Llevaba una camisa de seda, manga larga color vino con débiles rayas negras, pantalón negro, zapatos negros, y un blazer gris sport, perfectamente afeitado y en esta ocasión una loción Romance for men, de Ralph Laurent, una fragancia fresca y sensual, La puerta se abrió y ante mis ojos, una “aparición”, Un vestido rojo encendido, ceñido, sin mangas, delineaba perfectamente su cuerpo llegando una cuarta arriba de las rodillas, escote generoso, pero elegante, dejando al descubierto lo justo para acelerar a cualquiera, medias negras caladas con zapatillas en color negro un bolerito negro dejando descubiertos sus hombros, gargantilla plateada haciendo juego con sus aretes y peinada con un especie de chongo de lado.
¿Estoy bien? Dijo coqueta. Mejor imposible, respondí. Tome su mano y llevándola a mi boca le di un beso, e inmediatamente después hice lo mismo en su mejilla, su delicioso aroma me hizo permanecer unos instantes ahí aspirando su delicado aroma oriental floral que penetro mis sentidos. ¿Madly Kenzo?, Me miro sorprendida. Así es respondió, la lleve al auto y la ayude a subir, adentro una previa selección de música romántica, volumen bajo y tome rumbo, se que deseaba preguntar a donde iríamos, pero se contuvo. Llegamos a un lugar a la orilla de la ciudad, era pequeño, mi reservación me esperaba, lo llamativo de este lugar era que el servicio se daba en privado, son unas cabañitas tipo chalet totalmente independientes, iluminadas con numerosas velas, Una gran variedad de flores de diversos colores y aromas, un par de cómodos sillones individuales blancos, cojines varios, chimenea, un acogedor comedorcito, en la mesa una selección de quesos y pan de centeno y enfriándose una botella de vino espumoso y de fondo música de violines.
Definitivamente quedo impresionada, caminaba orgullosa tomada de mi brazo. En cuanto entramos el maitre destapo el vino y sirvió nuestras copas, nos acomodamos uno frente al otro y brindamos. Por ti, aventure. Por este momento, remato ella. Brindamos, cenamos, platicamos, en nuestros ojos se adivinaba el deseo, la pasión contenida solamente esperábamos la chispa que desencadenaría el incendio.
Terminada la cena nos quedamos totalmente solos, el servicio se despidió, quedando a nuestras órdenes, al cerrarse la puerta ella quedo muy pensativa con la mirada fija en el fuego de la chimenea, me situé detrás de ella, pase mis manos por su cintura y me pegue suavemente. ¿Que piensas? Se quedo pensativa unos instantes mas, ¿estas pensando que pasemos la noche aquí?, no me parece bien dijo entre dudosa y molesta. Lo único que he pensado, es en pasarla bien, se que nadie te espera, yo “estoy de viaje”, así es que, lo que te propongo es que disfrutemos el momento, mi propuesta es esta:
Primero: En el momento en que tú me digas, llévame a casa, en ese instante sin preguntar ni objetar absolutamente nada, nos vamos.
Segundo: No vamos a hacer nada que no quieras o no quiera yo, todo lo que hagamos será, por que tú lo pidas o estés de acuerdo.
Por ultimo: Me encantaría que aprovecháramos para respirarnos, y mientras decía esto aspiraba su fragancia recorriendo su hombro hasta su cuello. Palparnos, y mis dedos recorrieron sus brazos rozándolos únicamente con las yemas. Transpirarnos, Observarnos, lo que quiero es que esta noche, descubramos nuestras almas y nuestros cuerpos, ¿aceptas? Mis brazos se ajustaron mas a su cintura apretándola contra mi cuerpo embonando perfectamente uno con el otro.
Cerro sus ojos dubitativa, recargando su cabeza contra mi pecho y por fin dijo: Esta bien, pero, en cuanto me quiera ir ¿nos vamos? De acuerdo, remate, acaricie de nuevo sus brazo y presione mas mi pubis contra sus nalgas, ella hizo también cierta presión hacia atrás.
Muy bien le dije mientras la volteaba y le invitaba a que realizáramos un brindis, vamos a jugar a: conociéndonos por dentro y por fuera. Se trata de lo siguiente: Tu comienzas haciéndome una pregunta, solo vale preguntar acerca de uno mismo, sin inmiscuir a terceros, yo tengo la obligación de responderte con la verdad por supuesto, si yo me niego a responderte, entonces tu, me pones un castigo que tenga que ver únicamente con nuestros cuerpos. Si esto sucede, Vuelves a preguntar hasta que te conteste y entonces será mi turno. ¿Ok? Parpadeo divertida en repetidas ocasiones. De acuerdo, nos sentamos en los cojines en el suelo recargados en los sillones cerca de la chimenea.
Comienzo dijo: Veo que tenías todo preparado ¿estabas seguro de que aceptaría estar aquí?
No, no tenía la certeza, solo la ilusión y quise jugármela.
La respuesta le agrado, lo vi en su cara, mi turno y la mire a los ojos. ¿Te gusto? Me recorrió de arriba abajo en repetidas ocasiones y con algo de rubor en las mejillas respondió: Si, si me gustas. Y… ¿yo a ti? ¿Te gusto?, disparo rápidamente. ¡Me encantas!, dije sin enfado y mirándola muy cerca de su cara. ¿Te has masturbado últimamente? Le hice la pregunte teniendo conciencia de que así era, aunque ella no sabia que estaba enterado. Definitivamente la tome en curva, iba a responder y se arrepintió, lo volvió a pensar y… ¡castigo! Dijo sin pensar que con eso estaba aceptándolo de todas formas. ¡Muy bien! Dije frotándome las manos en señal de malicia. Fíjate muy bien, quiero, que me quites la camisa, sin usar las manos, te voy a ayudar desabrochando los botones de las mangas y al instante las desabotone. Evidentemente su gesto fue que le encanto el reto, aunque intento protestar débilmente, pero con la mirada le hice saber que tenía que cumplir. Nos pusimos en pie, ella dio una vuelta alrededor mío estudiando la forma, puso ambas manos en mi cinturón quedando sus dedos dentro de mi pantalón y se acerco mimosa, su cara acaricio mi cuello delicadamente, con su mejilla comenzó a rosar mi pecho, su boca beso brevemente el pecho, y con sus dientes, sin mucha dificultad, desabotono el primero, alzo su preciosa cara con gesto de gran satisfacción y regreso a su tarea, nuevamente rozo sus mejillas contra mes vellos, pego sus labios al pecho y fue bajando lentamente hasta detenerse en el siguiente botón, repitió la acción con los dientes y una vez mas me miro retadora, era evidente que había entendido perfectamente la esencia del juego y que lo estaba disfrutando tanto como yo, esta de mas decir que mi pene se encontraba al máximo y ese delicioso cosquilleo que producía este jueguito erótico que recién comenzábamos me estaba dando grandes sensaciones, comenzó a besar mi pecho y esta ves ataco mis pezones dando un par de deliciosos lengüetazos a cada uno, antes de bajar hacia el penúltimo botón, ahora se deslizo rozando con su lengua hasta llegar a su objetivo y de nuevo lo zafo sin problema con sus dientes, sus ojos se veían ya inyectados de lujuria y me regalo una sonrisita cachonda que me hizo aumentar las descargas en mi interior, ahora ella tenia un pequeño problema, el ultimo botón estaba ya, dentro de mi pantalón, volvió a alzar la cara y se quedo viéndome fijamente, mientras sus manos que habían permanecido estáticas en mi cinturón, comenzaron a deslizarse hacia adentro, fue una caricia deliciosa, sus palmas rozaban mi cuerpo hasta detenerse en el comienzo de mis pantorrillas, sus uñas y yemas tocaron piel en el termino de mis bóxers, se detuvo un instante y con sus muñecas hizo presión hacia arriba logrando traerse consigo la parte de la camisa que tenia por dentro, uff, que delicia, una vez mas beso y lamio todo mi pecho mientras bajaba y bajaba y bajaba, hasta que de plano se hinco quedando deliciosamente a la altura de mi pene, y del botón que faltaba por desabrochar, esta vez tomo el botón entre sus labios y presiono su cara palpando mi pene, si esto continuaba así, seguramente terminaría eyaculando muy pronto, uso sus dientes y logro su objetivo aunque permaneció un momento así, se puso en cuclillas y comenzó a subir sus manos ahora acariciaban mi espalda iniciando el ascenso, con los dientes tomo el cuello de la camisa haciendo hacia un lado y descubriendo mi hombro derecho, misma acción hacia el otro lado y la camisa resbalo sola hacia el piso, su cara de satisfacción era indescriptible, me abrazo fuertemente recargando su cara en mi pecho y así permanecimos un rato.
Me toca nuevamente dije y ella asintió. ¿Te has masturbado últimamente? Ella rio de buena gana, ¿eso se vale? ¿Repetir la misma pregunta por la cual ya me castigaste? Tienes razón le dije, voy a cambiar la pregunta. La ultima vez que te masturbaste: ¿pensabas en mí? Soltó una sonora carcajada mas de nervios que de otra cosa, volteo retadora a verme, abrió la boca, se detuvo… castígame dijo sonriente. Excelente, volví a frotar mis manos, Quiero… que, te quites el vestido de una forma muy sensual. Abrió muy grandes sus bellos ojos y sonrió, evidentemente el jueguito le estaba encantando al igual que a mi. Movió varias veces la cabeza en forma asertiva. Muy bien, dijo, siéntate aquí y jalo hacia el frente una silla del comedor. Cerro los ojos, concentrándose e intentando escuchar la música, su cabeza comenzó a moverse delicadamente, sus caderas la imitaron mientras daba una sensual vuelta y bajaba el cierre que estaba en un costado, zafo el broche mientras se acercaba a mi, tomo su vestido por la parte de abajo con ambas manos y comenzó a subirlo, lentamente, las medias caladas, la tenue luz daban mayor realce a la escena, el delicioso hormigueo comenzó a recorrer de nuevo todo mi cuerpo, sus manos se detuvieron un instante y de nuevo comenzaron a subir mas. SANTO CIELO, al descubierto quedaron los broches en sus piernas, LLEVABA LIGUERO, la sangre se agolpo en mi cerebro y en mi pene por supuesto, siguió subiendo hasta mostrarme su diminuta tanga de encaje en color negro, subió el vestido hasta su cadera y ahí lo detuvo, quería que la admirara, y yo, lo hice, me bebí centímetro a centímetro lo que estaba descubriendo, comenzó a dar una vuelta suave, presentándome sus voluptuosas nalgas, totalmente descubiertas, solamente enmarcadas por el pequeñísimo encaje que emergía de entre sus nalgas solamente para llegar al elástico de su prenda, se hizo hacia atrás posándomelas en el pecho, seguramente adivino mis intenciones por que juguetonamente me dio un golpecito en las mandos diciendo: tsss no se vale tocar. Así como estaba, con sus nalgas rozando mi desnudo pecho, cruzo sus manos retomando su vestido y comenzó a subirlo, su preciosa espalda iba apareciendo poco a poco ante mis ojos, esta vez mas cerca, muy a mi alcance, por fin se saco el vestido en su totalidad por encima de su cabeza, dio un paso adelante y se quedo quieta, de espaldas a mi, era un verdadero poema verla así, sus zapatillas de tacón, sus medias caladas, liguero, su tanga, sus nalgas resplandecientes y de ahí, reducirse a una frágil cintura, para nuevamente ensancharse hasta llegar a sus hombros, era una maravilla, giro su cabeza para cerciorarse del impacto que estaba causando en mi, toda su cara era de picardía, de gozo, de lujuria de cachondearía. Giro ahora todo el cuerpo para quedar de frente a mí, subiendo su pierna izquierda a la silla a un costado mío.
Definitivamente me dejo sin aliento. Creo, dijo, que merezco que te pongas en igualdad de circunstancias antes de continuar con el juego ¿no? Obviamente ella quería ver también la carta para ver lo que se podía cenar y yo estuve de acuerdo, por supuesto. Baje su pie da la silla, me puse en pie de frente a ella, muy cerca y viéndola a los ojos, desabroche mi cinturón, di media vuelta y me pegue a ella, tome sus manos entre las mías y así desabroche el pantalón y baje el zipper y deslice mi pantalón hacia abajo, dejando al descubierto mis bóxers negros, pegados. Volví a girar, quedando de frente, ella me tomo por los hombros y me alejo un poco con la clara intención de mirar mi paquete, la erección era mucho mas que evidente, ella hizo un gesto de aprobación mientras que yo la tomaba por la cintura y pegaba mi cuerpo al suyo, un cálido suspiro sonó en mi oído, bese sus hombros, su cuello, sus orejas, ella se estremeció por completo y lanzo un débil: no, espera. ¿Continuamos? Le dije, es tu turno. ¿Me deseas? Cuestiono anhelante. Desde el primer momento en que te vi. Respondí. Ella se quedo pensando, como asimilando lo que le dije. ¿y tu? ¿Me deseas? Era mi turno. Siguió pensativa, en una lucha interna. ¡Castigo! Exclamo con otra gran risa. Perfecto dije, ahora quiero, que…. Si, ya se, quiero, que seas mi copa. Se me quedo viendo expectante, mientras yo traía la botella de vino, muy sonriente me acerque a ella, tome cada uno de sus senos y los apreté uno contra otro, ¿me sirves? Le solicite, no podía creer lo que le estaba solicitando, sin embargo, tomo la botella y vertió un poco en medio de sus senos, yo comencé a beber preocupándome por propinar constantes lengüetazos a cada uno, después de la sorpresa vino el goce y comenzó a disfrutarlo, cerro sus ojos y mordió uno de sus labios, con las manos además de juntar lo mas posibles sus senos para que contuvieran el vino di un suave masaje, mientras con la lengua aventuraba a rozar sus pezones que asomaban indiscretos, el burbujeante liquido iba siendo devorado por mi, prácticamente lo había terminado, cuando delirante me pidió: continua, por favor, continua, mientras vertía otra generosa porción de vino en mi improvisada copa. Con entusiasmo acelere el masaje con las manos y mi lengua se dedico a atacar directamente a sus pezones, ella mantenía sus ojos cerrados apretándolos y gimiendo débilmente, así, así, repetía, si, Jano si, ohhhhhh, se contrajo en un delicioso orgasmo, acaricie por un rato mas sus senos por encima de su brassiere, seguía respetando nuestro pacto inicial, volvió a mirarme con esos ojos inyectado de lujuria y agradecimiento. ¿Qué crees? Dijo, ahora yo soy la que tiene sed y tomando en una mano la botella se agacho, con la otra tomo mis testículos y dejo caer lentamente vino en mi pene y al momento lo sorbía, era otra deliciosa sensación, detuvo el liquido y siguió chupando los residuos, abrió su boca y engullo la coronilla de mi pene y apretó, (todo esto era sobre el bóxer), comenzó como a masticarlo con sus labios, mientras sus manos abarcaban completamente mis testículos, me escuche gimiendo de placer, lo cual la animo a continuar, tomo de nuevo la botella y volvió a servir vino, y a succionarlo junto con mi pene, su mano entro entre mi bóxer y acaricio directo mis testículos, la excitación era ya demasiada, no soporte mas gemí mas fuerte y estalle, todo mi cuerpo se estremeció y ella seguía succionando vino y espermas, cuando me recupere y baje mi vista, me estaba mirando con ojitos de niña traviesa. Tomo un cojín de el suelo y se recostó de costado, yo hice lo mismo, la abrace, saque mi pene del bóxer y lo puse entre sus nalgas, lanzo un leve suspiro, cerro sus ojos y comenzó a dormitar.
El nuevo día nos sorprendió en la misma postura, vi la hora y dándole un beso en la mejilla le pedí que se metiera a bañar mientras yo “preparaba” el desayuno, abrió con dificultad sus ojitos, me regalo una linda sonrisa, un rápido beso de piquito en los labios y se metió a la ducha, yo llame rápidamente al servicio, ordene el desayuno y me senté frente a ella admirándola, el agua caía gratificante en su cuerpo, sus curvas sobresalían e invitaban a mirarlas, el jabón pasaba por todas partes, descubrí sus pubis, perfectamente recortado como lo presentía, cubriendo totalmente su región pero muy corto, su dedo ágil entro y salió varias veces, sus manos enjuagaron sus senos, sus nalgas, cerro las llaves del agua y lanzo un suspiro de gusto al tiempo que abría sus ojos y me descubría de frente. ¡Eres un tramposo! Me recrimino, ¿Qué haces ahí? ¿Dijiste que prepararías el desayuno?
Numero uno, te estoy admirando y numero dos, el desayuno ya no tarda le dije mientras le acercaba una bata de baño. Sonrió dulcemente y nos fundimos en cálido abrazo. Me debes una, susurro suavemente.
La lleve a su casa y quedamos de vernos en mi consulta, para hacer tiempo fui a hacer algunas compras y reservaciones, ese fin de semana tendría que ser extraordinario.
July me dijo que la doctora me esperaba y se despidió, pues siempre se iba en cuanto yo ingresaba a consulta, Ivette me saludo como acostumbraba, no supe que, pero le note algo raro, me indico que me acomodara en el sillón, me reclino y coloco una trampa en mi boca, para que la tuviera abierta sin cerrarla, me coloco el “babaducto”, así lo bautice, un tubo plástico que se encarga de evacuar la saliva para que no se atragante uno. Me dijo que esa sesión era muy importante que seria breve pero que tendría que tomar medidas de precaución para que saliera todo bien, solo me encogí de hombros, July entro en ese momento a despedirse e Ivette la acompaño a la puerta y escuche que cerro con llave, regreso y me pidió que no fuera a meter las manos pues podía estropear todo, es mas, dijo, te las voy a amarrar y en seguida con unos listones que tenia ahí me amarro una mano al tubo de la lámpara y otra al perchero, mismo que coloco a un costado mío, la mire algo extrañado, pero bueno, pensé, ella sabe su trabajo mejor que nadie, apago la luz del consultorio y dejo solo la de la potente lámpara, camino al frente y comenzó a desabotonar mi camisa, me dejo el pecho totalmente descubierto, después zafó mi cinturón, mi pantalón, bajo el zipper y comenzó a bajar al mismo tiempo jeans y bóxers, mi pene salió como resorte ya que desde que comenzó con la camisa inmediatamente se erecto, boto mis zapatos y calcetines y me dejo semidesnudo en el sillón. No pudo reprimir una sonrisa: Te dije que me debías una, volvió as reír si me viste desnuda en la regadera, tengo todo el derecho de verte desnudo en mi consulta ¿no crees?, asentí, pues me pareció simpático y excitante. Ella comenzó la consulta con aparente normalidad, de pronto, vi como en el perchero, colgaba su blusa de trabajo, mi mente comenzó a dar vueltas, continuo trabajando y ahora, su brassiere llego al perchero, ya el cosquilleo era permanente en todo mi cuerpo, siguió con su labor y ahora, su pantalón, y en seguida, su bóxer. El solo hecho de saberla desnuda y verme prácticamente en la misma situación me tenia muy prendido ya, mi hombro y mi cabeza eran los únicos que sentía en momentos su desnudez en algún contacto, ella seguía trabajando pero algo mas hacia ya que escuchaba mucho movimiento, pasaron unos minutos así, hasta que dijo. Listo, por hoy terminamos, se paro de su asiento y lanzo al aire dos o tres chisguetes de su perfume, sentí como intensifico la luz de su lámpara y la dirigió directo a mis ojos, los cuales instintivamente cerré, Prendió la luz del consultorio, apago la lámpara y se paro de frente a mí. Nuevamente una aparición angelical emergió, ahora llevaba zapatillas blancas, medias blancas, liguero en el mismo color, jumper cortito como si fuera minifalda, con cierre al frente, abierto en un generoso escote, brassiere de fino encaje blanco, por supuesto y en la cabeza la clásica cofia con la cruz roja, era la enfermera mas sexy que jamás hubiera visto, todo esto rematado con su angelical rostro enmarcado por una picara sonrisa. Ahora, ya para concluir, te voy a hacer una limpieza provisional, tomo hilo dental. Deslizo el respaldo del sillón hacia arriba, dejándome sentado, se sentó encima de mi de frente, pasando sus piernas por mis costados, mi pene sintió el calor de su pubis y su suavidad, sus senos rozaban mi pecho, con gran delicadeza deslizo el hilo entre cada uno de mis dientes, acompañada de rítmicos movimientos pélvicos, restregando mi pene en forma inclemente, quería abrazarla y poseerla, pero mis manos continuaban atadas, la picardía en su rostro me encendía mas y mas esa acción duro unos 10 minutos en donde pensé que sin remedio eyacularía, hasta que por fin dio por terminada la “consulta”. Como ya estamos a mano y tampoco soy tan mala, voy a premiarte, amenazo, y sin mas puso sus manos en mis piernas y comenzó a acariciar, subió y subió, se agacho y llevo la parte desnuda de sus senos a hacer contacto con mi pene, todas mis terminales nerviosas reaccionaron, tomo mi pene con sus manos y lo introdujo entre sus senos, un agradable calor recorrió todo mi miembro provocando choques en serie en mis testículos, con ambas manos tomo sus senos y apretó y masajeo, solo sentí como los dedos de mis pies se tensaban, bajo el cierre de su jumper y el broche del brassiere también, sus senos quedaron libres, continuo propinándole placer a mi pene, subiendo y bajando sus senos a todo lo largo, ella también lo estaba disfrutando enormemente, sus quejidos y su cara la delataban, recorrió una vez mas mi pene y esta vez acaricio con ellos mis testículos, el tacto era sensacional esa sensación suave y ardiente a la vez me tenia al borde del orgasmo, volvió a recorrer con sus senos hacia arriba y otra vez hacia abajo, esta vez sus labios atraparon mi pene, coronándolo y ejerciendo presión, aunque pareciera imposible el calor era mayor dentro de su boca, y la sensación de su saliva, tibia, espesa. Succiono repetidamente y yo sentía que se me iba el alma, pero quería aguantar más, quería seguir con ese disfrute maravilloso que me estaba proporcionando. Sus manos arañaron deliciosamente mi escroto, y ahora su lengua se deslizo por todo mi tieso miembro, su lengua llego hasta su mano y ensalivo mis testículos y de nuevo elevo su camino hasta la cabeza a la cual propino repetidos cortos lengüetazos, ya no podía mas, mis gemidos eran por demás audibles y eso la prendía, decidida a dar el ansiado final, comenzó a tragar mi pene y a salir con gran rapidez, entraba y Salía, presionaba, repetidas veces, hasta que por fin, con unan gran contracción y un grito de total satisfacción me descargue en su boca, ella recibió con enorme placer la descarga y poco a poco, fue reduciendo la intensidad hasta parar totalmente con el pene hasta dentro, así lo dejo unos instantes, y comenzó a salir absorbiendo todo lo que se encontraba a su paso, tremenda sacudida me había puesto, su cara de excitación era genial, le pedí de favor que me desamarrara y con una gran sonrisa accedió, una ves libre de ataduras me incorpore, quite por completo mi camisa y la invite a que ahora ella, se acostara en el sillón, sin chistar accedió, sabia que era su turno así es que se acomodo perfectamente cerrando sus ojos en espera de su recompensa. No podía ni quería hacerla esperar, así es que, comencé a acariciar suavemente sus senos, mis manos se llenaron con esos senos monumentales, nada exagerados, pero muy generosos, los sobe completos por unos minutos, posteriormente adicione la lengua al masaje, mis manos amasaban sus protuberancias y mi lengua, lamia y relamía sus erguidos pezones, de por si ella ya estaba muy excitada, ahora su excitación iba en aumento, su pecho se agitaba con su respiración, sus ojitos permanecían entra cerrados, gozando al máximo del momento, mi lengua abandono los pezones y descendió por su maravilloso vientre, se detuvo un instante rodeando su piercing, y continuo hacia abajo, hasta encontrarse con su abundante aunque corto pelambre, con las manos doble sus piernas casi juntando sus talones con sus nalgas, el aroma de su sexo invadió mi cerebro exacerbando mi deseo de hacerla gozar. Mi lengua rozo sus muslos, ella tubo un ligero sobresalto de gusto, una de mis manos se despego de sus senos y aprisiono completamente sus pubis, volvió a estremecerse, me dedo pulgar abrió camino entre su vellosidad hundiéndose de inmediato debido a sus abundantes fluidos, una ves abierto el camino, mi lengua secundo a mi dedo y lamio por fuera sus labios vaginales, sin prisa, fui llevando la cálida sensación de mi lengua, saliva y boca por la periferia de su vagina, cada lengüetazo era como una descarga en su ser, ya que al recibirlo se retorcía y gemía y se tensaba, repase por varios minutos su exterior y decidí que era el momento de ingresar, con la lengua me interne en el borde de las paredes de sus labios, que no opusieron resistencia alguna, repase la pared izquierda de arriba a bajo y luego pase a la derecha repitiendo la misma operación, sus gemidos ya eran gritos débilmente ahogados, mi lengua se incrusto a fondo, entrando y saliendo con mayor rapidez, e inicie la busque del preciado motor de su placer: El clítoris, concentre toda mi atención para detectar cual era el sitio que le brindaba mayor satisfacción, un brinco de sus piernas me indico que había dado en el blanco, sus manos se aferraban al sillón se encontraba en total tensión, mi lengua se fue sin piedad apretando la velocidad y fuerza del masaje, mi de índice apoyo el masaje y se incrusto hasta el fondo de su ser, entrando y saliendo, el pulgar recolectaba sus jugos y daba masaje circular a la periferia de su ano, sus gritos ya eran descarados, SI, SI, ASI gritaba, jadeaba, su pecho se agitaba, su cabeza se reclinaba hacia atrás, su boca estaba abierta y seca, mi otra mano apretaba ambos senos rozando sus pezones, el fin estaba cerca, SI, SI grito nuevamente y sus caderas se arquearon hacia arriba, desatando unos incesantes resoplidos y jadeos, abundantes jugos se estrellaron en mi boca llenándome de placer también a mi, su mano detuvo fuerte mi cabeza pidiendo que parara, así lo hice y permanecí expectante, tratando de percibir todas y cada una de sus sensaciones.
Varios minutos estuvimos así, hasta que recupero el aliento y el ritmo normal de su pulso, entonces, me deslice hacia arriba, volví a besar sus senos y ascendí mas, hasta quedar perfectamente recostado encima de ella y por primera vez, la bese, un beso pasional, anhelante y ella, respondió con vehemencia, mi pene, nuevamente erecto, se encontró por fin sin barreras contra su pubis, detecto su cálida humedad y amenazo con introducirse, aventó sus caderas hacia el frente pero, contuve el embate, separe mis labios de los suyos y le susurre al oído:
¿Te parece si continuamos en la cabaña?, tenemos dos días y dos noches para nosotros. Dudó, y permaneció pensativa por unos instantes, mi glande penetro unos centímetros su cavidad. Cerró los ojos y gimió, ¿vamos?...
Lleva tu carro a guardar y nos vamos en la moto, para que tu carro permanezca en tu casa y no despierte sospechas… ¡esta bien!, guardo el carro preparo unas cosas y salgo. Te timbro cuando este lista para que pases por mí.
Todo estaba listo para culminar con lo que tanto y tanto anhelaba y las cosas se daban para que fuera de manera sobresaliente, le tenía reservadas varias sorpresas.
Salimos rumbo a su casa, me fui despacio para darle tiempo a que se preparara y me marcara, llegue a la esquina de su casa y no me llamaba, pasaron 15 angustiosos minutos, ¿se habría arrepentido?, la duda me estaba carcomiendo, no sabía si llamarle o seguir esperando,
¿Y si su marido regreso antes de lo previsto? Todos mis planes se me estaban viniendo abajo, no me quedaba más que esperar…
15 Largos y angustiosos minutos mas espere y nada, me iba a quedar vestido y alborotado, no podía llamarla pues si su marido hubiera regresado la podía comprometer y era lo que menos quería, desilusionado encendí la moto y tome camino, me fui despacio, pensando que iba a hacer ahora con todo lo que prepare y sin aceptarlo mucho, esperando a que aun sonara mi radio. Lo mejor seria llamarles a algunos amigos y amigas y poner a funcionar el plan B, pare un momento para buscar en mi directorio los nombres de mis amigos y en eso, ¡sonó el bendito timbre!, ¡era ella!, mi corazón se acelero, adelante, conteste sabiendo que podía estar con su esposo. ¡Ya estoy lista! ¿Vienes? Su voz sonó alegre sin preocupación alguna. Voy para allá.
Salió enfundada en unos jeans muy pegados, botas, chamarra y una maleta mas grande de lo que hubiera podido yo pensar, le ayude a subir, le indique que pusiera su casco, antes de ponérselo me dijo, ¿podemos pasar a comer unos tacos?, tenia razón, ya se nos había hecho muy tarde.
Pasamos a un puesto que quedaba en el camino, comimos y nos dirigimos a la cabaña, para esta ocasión alquile una mas grande y más discreta, esta tenía su cocineta, jacuzzi para 8 personas, frigo bar y estaba más alejada de las demás.
La ambientación era ideal, velas, flores, música de fondo, en esta ocasión unos boleros, al entrar, de el lado izquierdo había un recibidor, hacia adelante se veía el jacuzzi, rodeado de velas, hacia el otro lado se veía la cama King size, precedida por un camino de pétalos de rosa que llegaban hasta la cama.
Durante unos minutos contemplo el ambiente emocionada, interprete que hubiera deseado que ese momento fuera con su marido, cosa que mas adelante me confirmaría, rodee su cintura, bese su cuello y le murmure al oído: ¿Quieres que nos relajemos en el jacuzzi?, movió su cabeza afirmativamente mientras que caminaba y se desprendía de su chamarra, hice lo mismo, me despoje de el calzado mientras ella aseaba su boca después de acomodar su misteriosa maleta, fui a asearme también serví un par de copas de vino espumoso y al voltear estaba ella enfundada en una deliciosa bata de baño, que dejaba ver gran parte de sus encantos, el cabello completamente suelto, su sonrisa que me cautivaba y en sus ojos se adivinaba el deseo y la pasión que habíamos contenido hasta ese momento, le ofrecí su copa y brindamos por esos días que serian memorables, se acerco mimosa a mi, nunca perdía esa gran y enigmática sonrisa, me ofreció sus labios lo cual acepte gustoso, pero antes de alcanzar a rozarlos siquiera, se desvió dejándome con las ganas, reímos de buena gana, tomo mi camisa y la desabotono por segunda ocasión en el día, acaricio y beso mi pecho al tiempo que mi camisa caía al suelo, desabrocho mi cinturón y pantalón y acaricio mis nalgas mientras me arrancaba un apasionado beso, la imite y acaricie sus nalgas por encima de la bata, misma que fui levantando hasta encontrarme con su tersa y ardiente piel, recorrí sus glúteos con vehemencia, al momento que mis pantalones y bóxers caían al suelo, con los pies me zafe por completo de mis prendas mientras desataba el cinturón de su bata, ante mi se descubría una vez mas su espectacular cuerpo desnudo, tome la bata por sus hombros y la deje caer, era maravillosa, deslumbrante, en verdad esa mujer parecía hecha a mano, la tome por el talle y la pegue a mi cuerpo fundiéndonos en un nuevo y mas apasionado beso, me pene choco con su delicada vellosidad, buscando desesperadamente el camino a la gloria, al tiempo que acariciaba su espalda, sus nalgas y sentía sus senos apretarse contra mi pecho y sus manos recorriendo incansables mis glúteos, perdí el control y busque introducirme en ella en ese mismo momento, ella dio un paso hacia atrás y con su mano me invito a entrar al jacuzzi, tomo su copa y sonriente volvimos a brindar mientras entrabamos, la sensación caliente y espumosa del agua nos recibió gratificante; Por varios minutos nos dedicamos a relajarnos con el golpeteo del agua en el cuerpo, personalmente es algo que disfruto mucho, de pronto, su juguetona mano tomo mi pene al cual froto con espuma, con gran ternura acariciaba pene y testículos, hice lo mismo con sus senos, era delicioso frotar con la suave espuma sus suaves senos, nuevamente se pego a mi cuerpo y retomamos los besos, primero tiernos y dulces y poco a poco iban subiendo en intensidad, una de mis manos acaricio su bello púbico, los jadeos comenzaban a ser perceptibles, se monto sobre mi y con mi pene friccionaba su entrepierna mientras yo besaba y mordía su senos y pezones, mi glande acariciaba su clítoris manejado hábilmente por su mano, en cualquier momento buscaría insertárselo hasta lo mas profundo de su ser, ambos deseábamos por fin culminar lo que habíamos iniciado, sin embargo, las experiencias que he tenido de sexo bajo el agua no son muy gratas, siento que el agua se lleva toda la lubricación y resulta dolorosa para ambas partes y por lo tanto, poco gratificante.
La tome por la cintura invitándola a salir del agua, nos enjuagamos el jabón en la regadera, la tome en mis brazos y cargada la lleve hasta la cama en donde la deposite delicadamente, al quedar de pie junto a la cama, me sorprendió tomando mi pene y llevándoselo a la boca iniciando un magistral oral, sus dedos acariciaban mis testículos y su boca entraba y salía por toda la longitud de mi pene, deteniéndose por instantes a morder con sus labios el glande y rubricar con sendos lengüetazos y de nuevo hacia adentro de la boca, Me fui recostando en la cama, bese sus muslos, recorrí con la lengua hasta llegar a sus labios en donde propine un descarado lengüetazo que le saco un enorme suspiro, poco a poco fui introduciendo la lengua por las paredes internas de sus labios, mi dedo índice encontró el camino preparado para llegar a fondo. Nos trabamos en un perfecto 69, dando y recibiendo placer sin reservas, el tiempo y el espacio eran nuestros, los chasquidos y gemidos se convertían en nuestra música de fondo, sus labios engulleron uno de mis testículos con gran delicadeza mientras con su lengua lo recorría de lado a lado y su manos subía y bajaba por mi falo, yo concentre el ataque de mi lengua en su clítoris, agudice mis sentidos para percibir el lugar exacto de mayor placer para ella, un brinquito y un exhalación de placer me indicaron el blanco, mi dedo pulgar bañado en sus jugos fue frotando con movimientos circulares la periferia de su ano y poco a poco fue adentrándose en el provocando una secuencia de sacudidas y gemidos, allí permaneció por segundos sintiendo únicamente la gran presión que ejercía, intensifique el ritmo en mi lengua y con el dedo dentro de su vagina, ella detuvo su labor y se dedico a sentir, sus gemidos aumentaron, su cuerpo se arqueo contuvo el aliento y convulsiono emitiendo deliciosos gritos de placer y abundantes jugos que gustosamente recibí. Ella hubiera querido hacerme llegar en ese momento, pero yo quería que ese primer encuentro fuera memorable para ambos por supuesto pero mas para ella, la recosté boca arriba y me situé encima de ella, volví a besarla, un beso sumamente apasionado, mi pene fue buscando camino, con ligeros movimientos quedo a la puerta de su pubis, estábamos a punto de por fin alcanzar ese momento tan anhelado por ambos, mi glande se incrusto sin ningún problema entre sus labios y ahí lo detuve, cerro sus ojos esperando sentirme dentro e inclino su cabeza hacia atrás, hizo un ligero movimiento pélvico buscando engullir mi pene, pero lo contuve, realice milimétricos movimientos de mete y saca, arrancando candentes gemidos, su gesto era indescriptible, era el retrato de la agonía que le producía la espera, mis movimientos pélvicos continuaban fije mi vista en su cara para intentar congelar en mi memoria el momento que estaba por venir. Deje ir libremente mi pene por su estrechez hasta llegar a fondo, apretó los ojos enmarcando sus largas pestañas, abrió la boca hasta su limite jalando aire para exhalarlo en delicioso suspiro, por fin me encontraba dentro de sus entrañas, esa ardiente sensación húmeda, caliente inundo mi pene, Salí lo mas lento posible hasta salir prácticamente por completo esperando un par de segundos para volver a irme a fondo, otro par de segundos y de nuevo muy lentamente hacia afuera, dos segundos mas y a fondo, su cara era el reflejo del goce total, repetí esa operación repetidas ocasiones, disfrutando enormemente, sus uñas acariciaban mi espalda y nalgas, su respiración se agitaba mas y mas y mas, cerré sus piernas y pase las mías por fuera y subí el ritmo de penetración apoyando el cuerpo hacia arriba al entrar y hacia abajo al salir, su gemidos se convirtieron en gritos, el sudor cubría por completo nuestros cuerpos, la presión en mi pene en esta nueva postura era maravillosa, el ritmo era cada ves mas intenso y ella correspondió moviéndose a contraparte, su cabeza se movía de un lado a otro en cada embestida, sus ojos se abrían, se cerraban, mordía sus labios por completo, abría su boca al máximo para jalar aire, un febril temblor se apodero de todo su cuerpo acompañado de un largo quejido, acelere mi ritmo al máximo embistiendo sin piedad, entraba como queriendo desgarrar su interior, salía y entraba de nuevo como caballo desbocado, su quejido se convirtió en grito que retumbo en toda la habitación, su cuerpo volvió a contraerse en repetidas veces atrapando a mi pene con sus contracciones vaginales y clavando inmisericorde sus uñas en mi espalda, hice un esfuerzo extraordinario para contenerme y no llegar, Salí por completo de ella, le di vuelta postrándola en cuatro patas, pegue su pecho a la cama dejando frente a mi su imponente trasero, es una vista que siempre me ha encantado, sus nalgas redondas, paradas, su ano, y sus labios vaginales, ambos en espera de lo que venga, sin esperar mas, introduje el pene a fondo y ahí lo mantuve, Salí y entre intensificando en cada ingreso el ritmo y la fuerza, mis manos acariciaban sus nalgas, dándole ligeros pellizcos de ves en cuando, su carita totalmente pegada a la cama, recargada hacia un lado, solamente gemía y gemía con los ojos cerrados, la suave, cálida y húmeda sensación de estar dentro de ella, despertaba ese estimulante cosquilleo en mis testículos, todos mi sentidos se centraban en esa sensación, recorría desde el fondo de su será hasta sacar prácticamente por completo mi pene y de nuevo hasta el fondo, el hormigueo fue apoderándose de todo mi cuerpo, mi llegada era inminente, por mas esfuerzos que hacia por detenerla y seguir gozando, Baje un poco la velocidad pero era prácticamente inevitable, continué con el movimiento a media velocidad hasta dentro y hasta afuera, adentro, afuera, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, mis piernas temblaron un grito anuncio mi orgasmo inundando con mi cálido semen todo su interior, ella lanzo un largo gemido recibiendo con beneplácito mi llegada, baje el ritmo de mi mete y saca a un movimiento muy lento, hasta que sentí que la ultima gota de mi semen salió, nos desplomamos en la cama exhaustos y así dentro de ella, nos quedamos dormidos.
La luz del día y un agradable olor a comida me hicieron despertar, serian pasadas las doce del mediodía, nunca me despertaba tan tarde, pero la actividad del día anterior me había dejado muy cansado, me puse una bata, fui a asearme y después me dirigí a la cocina, lo que vi me dejo perplejo, no dejaba de sorprenderme. Fui recorriéndola de abaja hacia arriba, zapatos negros cerrados, calcetas blancas justo debajo de las rodillas, su par de imponentes piernas, minifalda tableada, azul con rojo y blanco, su plano abdomen descubierto mostrando su piercing del ombligo, blusa blanca amarrada a la cintura, con un botón abrochado únicamente dejando un generoso escote que mostraba su sostén que hacia juego con la falda y una gran parte de sus senos, para rematar su cara libre de todo maquillaje y un par de coletas con un moño cada una. Yo no se por que, pero esa imagen de colegiala despierta una gran fantasía en mi, inevitablemente mi miembro cobro vida y se irguió, me fui sobre de ella para abrazarla y besarla y me detuvo en seco. ¿No sabe usted que, seducir a una alumna puede acarrearle serios problemas? Me quede atónito mirándola intentando entender su juego y reprimir mi incipiente calentura. Continuo preparando el desayuno, agachándose para sacar un sartén y al hacerlo su faldita se levanto dejando a mi vista su calzoncito de algodón tipo escolar también, volteo a verme coqueta analizando mi reacción, decidí sentarme a admirarla, recargado en la barrita desayunador, puso un plato frente a mi agachándose de forma que pudiera quedar ante mi vista una gran parte de sus apetecibles senos, ya no intente nada, me conforme con admirarlos, continuo sirviendo el desayuno buscando a cada momento tener alguna pose sugestiva que me siguiera incitando. Cuando por fin termino se sentó en un banquito frente de mi, subiendo su faldita y con las piernas un poco abiertas dejando a la vista su delicioso monte. Realmente estaba logrando su objetivo y ya me tenia muy excitado, lo cual se reflejaba perfectamente en mi pene que en total erección salió de entre mi bata quedando a su vista, que, con lujuria se poso inmediatamente en el, con desenfado lo tome a una mano y le di movimiento circular para después medio guardarlo, dejando a la vista mis testículos y parte del pene, así, entre provocaciones por ambas partes terminamos de desayunar, levanto los trastes de la mesa y regreso a sentarse en mi. ¿Te gusto? Pregunto melosa. Por supuesto, ¿no sientes como me tienes? Mmmmm, ah si, ya sentí dijo pícaramente mientras acomodaba mi pene entre sus nalgas, ¿sabes? Le dije, me gustaría complementar esta fantasía con otra muy grande que me despertaste hace poco tiempo. Intrigada se levanto y se me sentó ahora de frente. ¿Ah si? ¿Cuál es? Dijo con su sonrisita cachonda. ¿Te animas? Le susurre al oído. ¡Por supuesto! Respondió. O.K. Dame un segundo dije mientras me levantaba yendo a buscar “algo” entre mis cosas, era el momento de realizar una fantasía que tenia desde mucho tiempo atrás y que se había acrecentado a raíz del día que estuve con ella en el estacionamiento de su consultorio, me puse una camisa de manga corta a medio abrochar unas chaparreras sin nada abajo, cubriéndome solamente parte de la pelvis y piernas, unas sandalias cerradas y listo, la tome de la mano y la encamine a la salida, ella me veía intrigada pero en sus pezones se marcaba la excitación que le estaba provocando, me dirigí a la moto, la baje del pedestal y le ayude a subirse haciendo lo mismo después colocándome detrás de ella, quien inmediatamente se pego a mi, arranque y de inmediato el rugido y la vibración hizo correr la adrenalina en nuestros cuerpos, fue imposible no recordar la ves que la tuve así y no me anime a tocarla, ahora era distinto, podía hacer lo que quisiera, coloque mi pene totalmente erecto y en vivo entre sus glúteos, por encima de su calzoncito de algodón, y metí velocidad, para avanzar lentamente, la sensación era por lo mas excitante, ella buscaba acomodarse perfectamente contra mi pene, el cosquilleo directo a mis testículos daba un excitante masaje, di un par de vueltas dentro de la propiedad hasta que me pidió parar un poco y al hacerlo como pudo de modo desesperado se quito el calzoncito. Ahora si, dijo sonriente, estamos en igualdad de circunstancias, mientras ponía en mi mano su muy húmeda prenda, volví a avanzar muy despacio mientras que ella buscaba a toda costa introducirse mi pene, se inclinaba hacia el frente y con su mano manejaba mi pene lubricándolo con sus jugos, yo me encontraba sumamente excitado, bien dicen que la mente es el instrumento mas erótico que existe y este jueguito me tenia a mil. Por fin logro introducirse lanzando un gran gemido al tiempo que volteaba a verme con cara de satisfacción y placer, metí el clutch para dar un fuerte acelerón que nos cimbro a ambos, ella era la que hacia ahora los movimientos de mete y saca aunque obviamente eran muy cortos pero no por eso poco placenteros. Acelera un poco mas me dijo y de inmediato incremente la velocidad, aunque poco en realidad, estaba dando vueltas en un circuito como de 500 metros, y en las rectas con mi mano izquierda comencé a sobar su senos metiendo la mano entre su brassiere, el goce eras mayúsculo para ambos no podíamos ocultarlo ese cosquilleo en mis testículos, que seguramente ella también sentía en su vagina era maravilloso, ella seguí inclinándose y llego a estar prácticamente pegada al tanque, parando sus nalguitas buscando una mayor extensión de su movimiento, sus gemidos eran deliciosos, su ritmo fue acelerándose mas y mas, su rostro estaba completamente rojo y su boca muy abierta, hasta que lanzo un gran gemido de placer y comenzó a zarandearse, tuve que tomar el manubrio con fuerza y ambas manos para no caer y preferí hacer alto, así quedamos mientras ella retomaba el aliento y cuando lo hizo se zafo de mi y con gran agilidad se dio vuelta en el asiento quedando de frente a mi, me abrazo con ambas piernas y recargando sus manos en el tanque de gasolina, volvió a engullir mi pene, todo mi cuerpo temblaba el cosquilleo era mayúsculo en todo mi ser, sabia que me faltaba muy poco, ella lo noto y me suplico que la aguantara, no llegues aun, quiero que lo hagamos juntos. Hice un esfuerzo sobrehumano para detener mi orgasmo, ella se desabotono su blusa, alzo su brassiere, desabotono mi camisa y se me pego con gran fuerza, sus senos en mi pecho impactaron con fuerza, sus piernas aprisionaban mi cintura haciéndola Salí y entrar en mi pene, su cara se descompuso por completo, era el momento, yo ya no podría aguantar un minuto mas, lanzamos un grito al unísono, acelere a fondo mi maquina, nos estremecimos profundamente, mi hirviente liquido recorría sus entrañas y me dejaba prácticamente seco, ella seguía apretada a mi cuerpo, su cara descansando en mi hombro, la experiencia había sido brutal.
Entrando a la cabaña nos metimos al jacuzzi en donde me platico que todos sus “atuendos” que había utilizado conmigo, los compro para su luna de miel y fue de lo más frustrante, pues su marido le salió con que el sexo era para concebir únicamente, ella no quiso contradecirlo pero eso estaba enterrando su matrimonio, le sugerí que lo platicara abiertamente con el o que tomara ella la iniciativa y con la mitad de lo que ahora me estaba dando su marido debería caer rendido y dar rienda suelta a su sexualidad, de lo contrario… tal ves sus preferencias sexuales fueran otras.
Salimos del jacuzzi y nos bañamos juntos, otra gran experiencia, uno enjabonaba al otro poniendo mucha picardía por supuesto, manteniendo viva la llama del deseo, ella por ejemplo, lleno mi pene de shampoo y comenzó a tallarse sus piernas, sus nalgas, su pubis, por fuera únicamente, fue algo delicioso, hizo lo mismo con sus senos llenos de jabón tallo mi espalda, nuestros cuerpos se convirtieron en estropajos para tallarnos uno al otro bajo el chorro de agua tibia, al salir seque todo su cuerpo con la toalla detalladamente, palmo a palmo. Saque de mi maleta algo de lo que había preparado, me miro intrigada al ver mi sonrisita misteriosa, eran unas BEN-WA, también llamadas bolas chinas, son un par de bolas, que en su interior llevan otras mas pequeñas, que se pueden llevar dentro de la vagina, ayudan a fortalecer las paredes vaginales dando además un pequeño estimulo que ayuda mucho en el momento del coito, seguramente ni idea tenia de lo que le estaba mostrando, tome el lubricante indicado, y se las fui insertando una a una en su vagina, le pedí que se las dejara así y que disfrutara, Nos pusimos únicamente nuestras batas para comer algo, comimos entre una platica amena, acompañada con vino tinto, decidimos continuar al amparo de la chimenea, pusimos varios cojines en el suelo, nos sentamos y seguimos brindando, el calor fue invadiéndonos poco a poco, ella desabrocho el cinturón de su bata dejando ante mi una deliciosa vista de su cuerpo medio desnudo, la semidesnudez me resulta sumamente erótica, metí mi mano en la bolsa de mi bota y presione mi control remoto, ella dio un brinco y volteo a verme intrigada, algunas bolas chinas traen vibrador con control remoto, el placer se apodero de su rostro, cerro sus ojos disfrutando del momento, aproveche para besar sus hombros y cuello, ella estaba concentrada en esa nueva sensación, baje la bata a la altura de sus hombros, y fui bajando mis besos hasta llegar a sus senos, los cuales bese centímetro a centímetro, sus jadeos sonaban diferentes, estaba disfrutando una nueva sensación y aun le tenia mas sorpresas, mi lengua se apodero de cada uno de sus pezones dándole ese rasposo y húmedo masaje en pezones y aureola, su cara se encontraba enrojecida sus ojos se apretaban disfrutando del momento, subí la intensidad de la vibración con mi control remoto y otro brinco, un gemido de placer confirmo que era bien recibido, saque otro juguetito de mi bolsa, ella con los ojos cerrados ni se percato, coloque en cada pezón una pequeña pinza y de la misma manera active un vibrador, su boca se abrió al instante, el disfrute era evidente, mi lengua complemento el masaje en sus senos mientras con mi mano acaricie sus glúteos, humedecí mis dedos con el abundante liquido que fluía de su vagina y frote la periferia de su ano, ella busco con su mano desesperadamente mi pene y lo manipulo con desesperación, subí un poco mas la intensidad a la vibración de ambos juguetes, el estremecimiento de su cuerpo fue mas que evidente, el verla y sentirla gozando al máximo me excitaba de sobremanera al grado de hacer algo inusual en mi, me incline hasta llegar a su ano y comencé as lamer, mas no podía estremecerse, su cuerpo en general era una completa convulsión, gritaba y gemía, arañaba los cojines, se los llevaba a la boca, los mordía, estaba totalmente descompuesta, tome el lubricante y con dos dedos comencé a dilatar su ano, los introduje y giraba alternamente por dentro buscando hacer espacio, cuando considere que estaba preparada, la puse boca abajo, y encamine mi pene hacia su cavidad, introduje lentamente el glande y espere, un empujoncito y entre hasta la mitad, ella dio un grito mitad dolor, mitad placer, no pude reprimirme y le di una sonora nalgada, lo cual la excito aun mas, sus gemidos se convirtieron en gruñidos, me fui con la mayor suavidad posible a fondo hasta llegar a tope, mis testículos descansaron en su pubis, subí la velocidad de los vibradores a tope lo que origino que se retorciera de placer, de un lado a otro de arriba abajo, prácticamente era innecesario que yo bombeara pues su movimiento obligaba a mi pene a entrar y salir de su ano, sin embargo el saberla a punto de estallar me invito a taladrarla sin piedad, sus gritos ahora pedían, exigían mi máximo, mis testículos se estrellaban sin piedad contra su pubis, no pudo mas y lanzando sendos alaridos, alcanzo su orgasmo pudiéndose comparar con un potro salvaje al ser montado, no frene en la intensidad pues quería llenar sus intestinos con mi semen, todo mi cuerpo vibraba por la inminente llegada, ella no paraba de vociferar no se cuanta cosa, su ano virgen hasta ese día no paraba de contraerse dándome un placer aun mayor, el hormigueo supremo partió desde la punta de los dedos de mis pies recorriendo mis piernas testículos hasta llegar a mi cerebro, un espasmo tremendo me envolvió y por fin expulse mi ardiente fluido invadiendo todo su interior cual lava ardiente lo que origino un segundo y no menos intenso orgasmo en ella, quedamos jadeantes, ella jalaba aire e intentaba decir algo pero su agitada respiración no la dejaba, movía sus manos queriendo indicarme, hasta que jalo aire y suplicante dijo, ¡APAGALOS! ¡POR FAVOR APAGALOS! y señalaba los vibradores, Ni me acordaba, me estire para buscar el control apagándolo, quedamos rendidos escuchando únicamente el crepitar de las llamas en la chimenea…
Una vez mas despertamos con el sol en todo lo alto, su cuerpo desnudo fue lo primero que vi a mi lado, su cara mantenía el gesto de satisfacción, ¡no paraba de admirarla!, a estas alturas de mi vida creo que era algo inmerecido para mi, pero, bueno, el destino nos puso ahí y le exprimiría todo el placer que pudiera. Aun se percibía el calor de los apagados leños, entreabrió sus ojos y con una gran sonrisa dijo: Que delicioso, lanzo un pequeño suspiro y añadió: Buenos días. Le di un beso y le sugerí darnos un baño, así lo hicimos y al terminar la lleve a la cama, la recosté y pedí que me esperara mientras le traía algo de desayunar, me pidió que no la consintiera tanto, no quería enamorarse de mi, a lo que respondí tajante, ni se te ocurra, tu amas a tu marido, yo amo a mi esposa, acordamos que este fin de semana nos daríamos todo el placer posible y así lo hemos hecho, será solo sexo y al salir de aquí, volverás a ser mi dentista y yo tu paciente. Asintió mientras se recostaba, tome un antifaz para dormir y se lo coloque, quiso reclamar pero le sugerí esperar, su cuerpo se estiro nervioso sabia que vendría otra sorpresa.
Cuando por fin tuve todo listo acomode lo necesario alrededor de la cama. ¿LISTA?, asintió con la cabeza, estoy nerviosa, ¿Qué vas a hacer? Te voy a dar de desayunar dije con voz insinuante, prepárate, ella volvió a estremecerse, tome una fresa recién sacada de el refrigerador y se la puse en la boca pasándola por sus labios, le pedí que la mordiera y así lo hizo, mmm fresa dijo. Con la mitad restante recorrí su cuello hasta llegar a su seno izquierdo, ella masticaba su fresa mas no pudo contener un suspiro de satisfacción, embarre todo su seno apretando para sacar el mayor jugo posible, sus pezones se erectaron de inmediato, puse énfasis en su aureola y pezón y pase mi lengua para absorber los restos de fresa, lanzo un mmmm de gusto, tome otra fresa, la metí en chocolate derretido de una fuente y lo puse en su boca, volvió a morder, sumergí el resto en abundante chocolate y lo pase ahora por su seno derecho, el contraste frio caliente le causo una gran sensación, volvió a gemir limpiando con su lengua los residuos en sus labios, tome un plátano dominico sumergiéndolo primero en agua con hielos y lo frote en ambos senos, se estremeció, lo volví a sumergir y estimule sus pezones para después introdúceselo en la boca, lo metí y lo saque y ella paso su lengua dándome una estimulante visión, ahora tome chocolate tibio con un cucharon y bañe sus seños por completo mientras ella engullía el platanito, volvió a estremecerse con el cambio de temperatura, una vez mas con la lengua fui comiendo el chocolate, mientras de un balde con agua fría tome una uva que fui rodando desde su pecho hasta el ombligo, la sumergí de nuevo y ahora siguió del ombligo hasta su pubis, doblo sus piernas y las abrió para recibir al huésped, recorrí sus labios con la uva mientras continuaba devorando chocolate asegurándome de lamer perfectamente sus pezones, le di la uva para que la comiera, tome otra y recorrí sus labios internos, ya comenzaba a jadear, rodé la uva con cuidado por el comienzo de su interior y se la volví a dar en la boca, tome un pequeño racimo de tres uvas y aun goteando la pase por sus interior profundizando un poco mas y ahora rodee su clítoris, estas me las comí yo, tome otra y la puse directo en su botón de placer ejerciendo una leve presión su boca comenzaba a jalar aire con dificultad, al mismo tiempo, tome un hielo y recorrí sus senos, lanzo una exhalación de sorpresa y placer, volví a darle a comer la uva mientras chupaba sus pezones y les daba calor, el desayuno le estaba agradando de sobremanera pues ya su respiración era muy agitada y su cara lo denotaba, tome un kiwi con toda y su rasposa cascara y la rodé con cuidado alrededor de sus senos, mientras con una rebanada de otro frotaba sus labios vaginales que ya soltaban abundantes jugos, me lleve una pastilla de menta a la boca y la mordí por la mitad, cuando la tuve ya húmeda la lleve a sus pezones cubriéndolos completamente, al terminar sople sobre ambos pezones, el resultado arranco un estremecimiento y un gemido delicioso, repetí la operación y la reacción fue la misma, le di a comer la rebanada de kiwi y con la pastilla de menta en la boca lamí su clítoris, dejándolo totalmente embarrado de saliva y menta, lance otro soplido largo, igual al quejido de placer que emitió, pase la pastilla de nuevo por toda mi boca jugando con ella en mi lengua y volví a repasar su clítoris lamiendo también sus paredes vaginales, inhale fuerte con la boca, otro gran suspiro fue arrancado de su boca, con dos dedos busque dejar completamente expuesto su clítoris y tomando nuevamente una uva la rodé por su pequeña área ejerciendo presión al grado de que se rompió bañándolo completamente con su jugo el cual absorbí con la lengua dando constantes y rápidos lengüetazos, comenzó a retorcerse de gusto, el efecto fresco que le daba la pastilla la excitaba de sobre manera, la pastilla se estaba terminando y yo continuaba masajeando con mi lengua e inhalando y exhalando con la boca provocando que se arqueara de gusto, cuando su cuerpo comenzó a temblar avisando que se aproximaba su orgasmo, succione su clítoris fuerte pero con cuidado arrancándole un alarido de placer, ambas manos de ella apretaban mi cabeza primero y después me querían alejar, no se lo permití y continúe succionando con la misma intensidad, sus quejidos eran incesantes, de vez en vez daba un tiempo para soplarle fuerte y volvía a succionar, rápidamente alcanzo un segundo y mas intenso orgasmo gritando: YA, YA POR FAVOR. Completamente sacudida de pies a cabeza.
Una vez que recupero el aliento, me recostó en la cama y poniéndome el antifaz dijo: Es tu turno de “desayunar”, por unos instantes solamente escuche ruidos y su voz tarareando alguna canción que no identifique, de pronto, algo frio y suave fue pasado por mis pezones que respondieron al contacto erectandose. ¿Te gusta?, asentí con la cabeza, con paciencia masajeaba ambos pezones y aureola con el frio objeto para después pasarlo pos mis labios y dármelo a comer, eran un par de rebanadas de kiwi, mientras lo mordía, comenzó a chupar mis pezones, ahora el calor daba una agradable sensación a mi cuerpo, en esas estaba cuando sentí un cuerpo muy frio y húmedo en la parte baja de mis testículos acompañado de una sonrisita malévola de ella, claramente sentí mi escroto replegarse ante el ataque y volverse compacto, no pude evitar exhalar de frio y placer, si, realmente sentí placer, dejo lo que parecía ser un hielo y con su mano devolvió el calor a mis testículos al tiempo que un liquido frio caía en mi pecho y aparentemente ella lo succionaba por el olor me pareció ser yogurt, su lengua recorría todo mi pecho acompañado de leves gemidos de placer por parte de ella y a mi también me arranco unos cuantos, comenzaba a disfrutar cuando otros pequeños cuerpos extraños y muy fríos recorrieron mi pene de arriba abajo y de regreso, según yo serian cuatro uvas, las aparto y regresaron frías a recorrer nuevamente mi pene en varias ocasiones, si me resultaba muy excitante los contrastes, en eso sentí en mi boca otro rasposo cuerpo que invitaba a ser mordido, lo hice, era una fresa, al morderla me percate que la llevaba en su boca, entre ambos la comimos y compartimos su jugo, rico, realmente rico, ahora recibí las cuatro uvas en la boca una por una y enseguida… calor, agradable calor en todo mi pene, un liquido caliente embadurnaba por completo mi pene, seguramente seria el chocolate liquido, que llego hasta mis testículos, espero un poco y comenzó a devorarlo con la boca y lengua, recorrió primero mi glande, después el tronco hasta llegar al escroto y de nuevo volvió a bañarlo por completo, ahora comenzó por el escroto y se fue hacia arriba, cuando absorbió los residuos del glande, apretó con los labios y por varios minutos masajeo deliciosamente, estaba cerca de estallar, mi respiración se hizo mas profunda y los jadeos mas intensos y de pronto ohhhh!, frio, mucho frio en los testículos, nuevamente puso hielo en la parte baja, ohhhh, nuevamente se contrajeron y se arrugaron por decirlo así, mi posible orgasmo fue detenido en seco, paso el hielo por todos lados y remato subiéndolo por mi pene sin llegar al glande, hasta el ano se me arrugo y se contrajo, sus suaves risitas me confirmaban que lo estaba disfrutando, sentí que perdía mi erección cuando el baño caliente fue recibido nuevamente por mi aparato completo, esta vez lo sentí mas caliente, seguramente por el frio que sentía, nuevamente comenzó a devorar el dulce, con desesperación recorría cada centímetro de mi sexo, mi respiración volvió a agitarse y de pronto sentí una pequeña opresión en un pezón, después en el otro y comenzó una agradable vibración en ambos, la muy ladina me puso los vibradores que le di ayer, el masaje era muy agradable sumado al exquisito oral que me practicaba, nuevamente un cuerpo extraño medio frio se poso en la base de mis testículos y vibro… me pego una de las bolas chinas y la encendió, que agradable sensación, apuro el masaje con su boca en todo el pene, se lo tragaba y lo sacaba y volvía a comérselo, cada vez con mayor velocidad e intensidad, la vibración en mis genitales también aumento considerablemente, era delicioso, de pronto un nuevo liquido frio en mi pene, era yogurt que a juzgar por la sensación mientras lo vaciaba al mismo tiempo se lo devoraba junto con mi pene, mi orgasmo era inminente, hacia esfuerzos desesperados por contenerlo y seguir disfrutando, el liquido caía y era devorado junto con mi pene con grandes lengüetazos, imposible, no podía aguantar mas y con un enorme alarido y convulsión de todo mi cuerpo, saque mi resto, el semen que me quedaba, ella lo trago confundiéndolo con el yogurt, se mantuvo chupando todo mi aparato por varios instantes, ahora yo era el que suplicaba que desconectara los aparatos, con una gran carcajada lo hizo, me quito el antifaz y se recostó sobre mi pecho acariciándolo cariñosa, así nos quedamos dormidos por no se cuanto tiempo, cuando despertamos, comenzaba a oscurecer y me pidió que la llevara a su casa, ese domingo quería dormir allí por si las dudas.
Pasaron algunas citas más en donde hicimos un gran esfuerzo para intentar comportarnos como profesionista y paciente, aunque no perdíamos oportunidad de darnos grandes y prolongados abrazos y uno que otro beso, me comento que platico con su marido exponiéndole su punto de vista y este no lo tomo muy bien que digamos.
Lunes, ultima cita, hoy termina mi tratamiento, me voy satisfecho, tuve la oportunidad de conocer a una gran profesional, una mujer realmente hermosa y muy fogosa, sentía cierta nostalgia, pero, lo mas sensato era que esta fuera la ultima vez que nos viéramos, por impulso me fui muy temprano a mi cita, llegue a las 5, decidido a esperar y admirarla a lo lejos, cundo entre me recibió July haciendo cara de sorpresa por supuesto, le comente que se me había hecho temprano y que no importaba, esperaría ahí a que se diera la hora de mi cita, se encogió de hombros fue a su escritorio, regreso y me dio un sobre explicándome que la doctora le pidió que cuando llegara me lo diera, intrigado busque lo que había, no pude evitar sonreír de buena gana, el control remoto del BEN-WA, (las bolas chinas), sin pensarlo mucho active en velocidad baja, imagine que las traería “puestas”, a los 5 segundos se abrió la puerta de su consultorio y asomo su cabeza buscando extrañada, se topo con mi sonrisa “inocente” de oreja a oreja, me respondió con otra linda sonrisa de complicidad, el saber que estaba recibiendo un suave masaje me despertó un agradable cosquilleo en todo el cuerpo, por varios minutos imagine la situación dentro del consultorio, ella trabajando buscando concentrarse mientras su entrepierna cosquilleaba incansablemente, así permanecí hasta que de su puerta salió un sonriente “paciente” con las clásicas actitudes de galán contrastante con la frialdad de Ivette, que detrás de el se dirigió hacia mi y me saludo de beso susurrándome al oído: Eres un malvado, llegaste muy temprano. Quería admirarte por mas tiempo respondí. ¿Así me vas a tener toda la tarde? Comento. Si no tienes inconveniente…. Si, le dije. Bueno, pero no le subas mucho me susurro coqueta. July nos veía sin perder detalle y seguramente notando algo fuera de lo normal. Ivette se metió al consultorio pidiendo a July le hiciera pasar al siguiente paciente, así lo hizo y otro “galán” entro al consultorio, July me miraba inquisidora hasta que no aguanto más y dijo: ¿tú sabes por que últimamente Ivette esta más contenta que nunca? Ni idea respondí tajante y procedí a acomodarme en el asiento para imaginar nuevamente la situación dentro del consultorio, esporádicamente subía un poco la velocidad y volvía a bajarla, para que me tuviera presente, así transcurrieron tres consultas, en cuanto saliera el que estaba adentro seria mi turno, las manos me sudaban, ¿seria que tendríamos nuestra despedida? Me sentía como niño antes de hacer su primera comunión.
En esas estaba cuando sonó el teléfono, July contesto y al colgar me dijo comunicativa, era el esposo de Ivette que va a venir por ella para ir a casa de unos amigos. Fingí que no me importaba pero la ilusión de una despedida se esfumaba.
En eso entro un hombre y fue directo a saludar a July. ¿Le falta mucho a mi mujer? Pregunto. Esta con un paciente y le falta otro, faltara una hora aproximadamente respondió July. Ni hablar, no habría despedida, pero bueno, ya con lo vivido era mas que suficiente, resignado continué esperando. Por fin salió el paciente, el marido de Ivette entro a platicar algo con ella, subí dos niveles al control espere un minuto y volví a bajarlo, como a los cinco minutos salió y entro en una oficinita contigua, al tiempo que July me decía que la doctora me esperaba.
Entre, cerré la puerta y literalmente se me echo encima, besándome con desesperación. Me tienes ardiendo, comento, respondí al beso aunque sabiendo cerca a su marido me hacia actuar con sigilo, por momentos disfrute el calor de su cuerpo pegado al mío, estaba enfundada en su clásico uniforme de trabajo, ella acariciaba con ambas manos mi cabello y yo hice lo mismo con sus glúteos apretándola fuerte contra mi pene, que esta por demás decirlo llevaba un buen rato erecto. Bese su cuello, sus hombros, la vos de July al otro lado de la puerta nos hizo separarnos abruptamente. ¿Se puede? Corrí a sentarme al sillón mientras Ivette tratando de sonar natural respondió. Claro July adelante, entro July y le preparo lo necesario para la consulta, metí mi mano a la bolsa y subí la intensidad con el control remoto, Ivette lanzo un pequeño gemido, ¿pasa algo? Dijo July, no pudo contener una leve sonrisa, No, no te preocupes, le dijo, un retortijón en el estomago, no es nada, le respondió. Termino July de hacer sus preparativos y salió, Ivette salió por un momento, regreso depositando “algo” en mi mano, era algo muy húmedo, lo lleve delante de mis ojos, era su tanga, totalmente mojada. Tu tienes la culpa dijo melosa, no pude evitar llevar la prenda hasta mi nariz para disfrutar su deliciosa aroma a deseo. Me coloco para comenzar a trabajar, y en esta ocasión su silla la puso al costado del sillón trabajándome de frente, alcance a ver su par de pezones totalmente excitados, cosa que me extraño, pues el brassiere normalmente no permite que esa situación sea visible, mi reacción fue estirar mi mano y tomar uno de sus senos, efectivamente, no traía brassiere, ¿Qué haces? Dijo sin dejar de trabajar. Salía de dudas respondí mientras masajeaba ansioso, ella trataba de concentrarse en la limpieza de mis dientes, que era lo único que faltaba para terminar, sus leves gemidos me encendían mas y mas, metí mi mano por debajo de su camisola y acaricie directamente sus senos, primero uno, el otro y de regreso, ella seguía intentando terminar, con mi otra mano levante su camisola y libere su par de preciosos senos a los que no me cansaba de ver y de disfrutar, los acaricie a dos manos, ella comenzaba a transpirar y a mover sugestivamente su cuerpo, baje mi mano y acaricie su pubis, ella se estremeció y susurro: Me falta muy poco, no supe si para terminar con mi limpieza o para alcanzar el orgasmo, puso en mi boca un enjuague en solución diciendo que lo pasara por toda la boca 20 segundos, y de inmediato paso su mano por mi pene acariciándolo con desesperación, busque introducir mi mano por debajo de su pantalón, pero no pude, me pidió que tirara el liquido para lo cual me incorpore y volví a recostarme, cuando lo hice ella se había quitado el pantalón. Sobe su pubis y me tope con los hilos de las bolas, ella bajo el cierre de mi pantalón, metía su mano y liberaba a mi pene de su prisión, apague el juguetito y tire de el para sacarlo, totalmente empapado, metí mis dedos y hurgue dentro de su vagina, ella manipulaba mi pene con firmeza, sus gemidos eran ya mas audibles, le hice la señal de que fuera mas silenciosa, mis dedos estrujaban ya su clítoris, ella ya movía su cabeza en señal de que no tardaba en explotar, y así lo hizo mordiendo su mano para tratar de no hacer ruido, la música de fondo subió su volumen lo que me hizo pensar que July tal vez habría escuchado los quejidos. Desabrocho mi pantalón y de golpe bajo con todo y bóxers y sin pensarlo se incrusto en mi pene, me saco mi playera y restregó sus senos contra mi pecho mientras yo acariciaba su deliciosas nalgas, sabíamos que seria la ultima ves y a pesar del riesgo dimos rienda suelta a la pasión contenida, ella entraba y salía de mi pene montándome con gran maestría yo sentí ya esa sensación de cosquilleo por todo el cuerpo, le hice señas de que se saliera, la voltee en el sillón y empinada la penetre, quería tener por ultima vez esa visión de sus nalguitas empinadas mientras mi pene entraba y salía de su vagina sin consideración alguna, ella sintió que estaba yo cerca de llegar y me pidió que aguantara un poco, acelere el movimiento intentado que alcanzara su orgasmo, con una mano apreté su seno y con la otra comencé a masajear su clítoris, ella asintió con fuerza comenzó a mover sus caderas con mayor vehemencia, estábamos muy cerca de llegar, comenzó a gemir muy constante, trato de acallar sus gritos con la mano, mis piernas se acalambraron faltaba muy poco acelere lo mas posible y cuando juntos comenzamos a estremecernos en un orgasmo compartido, se abrió la puerta de golpe, ahí estaba su marido con la cara desencajada sin dar crédito a lo que veía y July que de igual forma nos miraba sorprendida, no podíamos detenernos continuamos el movimiento y con un gran grito eyacule dentro de ella que recibió mi semen con otro grito de beneplácito igual de fuerte.
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