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Inteligentes o hábiles, tontos o simplemente ociosos. ¿Cual es tu grado de inteligenc

cuderilso

Bovino maduro
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8 May 2010
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Respecto de los 170 IQ de Jacob Barnett, recordé aquellos años lectivos de mi niñez, en los que de entre un grupo de 100 alumnos en dos paralelos pertenecientes a la misma leva, solo uno, fue aquel que desfilo por la escuela, y años mas tarde repitió en el colegio, como el orgulloso porta estandarte de la bandera nacional.

¿Era él, realmente el mas inteligente de todos?

Poco antes de salir de la Universidad, en una reunión de remembranzas colegiales, nos enteramos de que este amigo, había sido sentenciado a 21 años de cárcel, por trafico de heroína.
¿Podría considerarse aislada esa mala decisión de su capacidad intelectual?
¿Un hombre inteligente escogería esto para su vida?

A continuación les dejo un artículo relacionado al tema.

MARZO DE 2011
http://www.letraslibres.com/index.php?art=15295
Grados de inteligencia

por Gabriel Zaid

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Las pruebas que pretenden medir la inteligencia de las personas parten de un supuesto más que cuestionable: que la inteligencia es una sola y su esencia es lógica. Como demuestra Gabriel Zaid, nada más lejos de la verdad: existen inteligencias diversas y específicas que escapan al modelo de mensurabilidad propugnado por tantos.


Toda persona inteligente tiene sus lados y momentos tontos. A pesar de lo cual, se cree que la inteligencia es una característica general, permanente y medible.

Francis Galton (1822-1911), pariente y seguidor de Charles Darwin, llevó el estudio de la evolución a temas inexplorados, con métodos nuevos y una voluntad científica rara: mejorar la especie humana, como se mejoran las especies vegetales y animales. Desarrolló conceptos que todavía se usan: la correlación y regresión estadísticas, el distingo nature versus nurture (características innatas frente a las adquiribles), comparaciones diacrónicas (generaciones sucesivas de personas geniales) y sincrónicas (estudio de gemelos). Con él nacieron la eugenesia (cuyo nombre inventó) y la psicometría.

Estaba convencido de que la inteligencia depende sobre todo de la herencia: la buena cepa familiar; y de que era científico fomentar los cruces matrimoniales adecuados para una prole superior. Esta idea grotesca, ridiculizada por Aldous Huxley en Un mundo feliz (1932), inspiró a los nazis y, todavía en 1980, a los creadores de un banco de semen de genios (véase en Google: Nobel Prize Sperm Bank).

En 1869 publicó Hereditary genius: An inquiry into its laws and consequences (puede leerse en http://galton.org). A partir de listas de personas eminentes, de investigaciones genealógicas y estimaciones demográficas; a partir de la distribución estadística de calificaciones escolares en la Universidad de Cambridge y del cálculo de probabilidades; a partir de observaciones sobre la cría de peces y sobre experimentos sociales involuntarios, como la llegada de hugonotes franceses a refugiarse en Inglaterra (que tuvieron hijos eminentes); construyó hipótesis y compiló estadísticas que le parecieron confirmatorias. Desgraciadamente, no midió la cantidad de tontos y tarados que hay en las familias ilustres.

La hipótesis de Galton le dio un aire científico al dicho medieval: Quod natura non dat, Salmantica non praestat. Un tonto con doctorado sigue siendo tonto, aunque se haya graduado en la Universidad de Salamanca. Lo cual implica que nature pesa más que nurture. En esta dirección, Richard J. Herrnstein y Charles Murray armaron un escándalo en 1994 con The bell curve: Intelligence and class structure in American life. Creyeron descubrir que los negros tienen una posición inferior porque su inteligencia es inferior. Stephen Jay Gould publicó una diatriba (The mismeasure of man) contra el uso de mediciones científicas para justificar prejuicios.

Alfred Binet (1857-1911) no fue tan determinista (aunque empezó midiendo cráneos). Creía que la inteligencia mejora con la educación. Para identificar y ayudar a los niños atrasados, inventó una prueba de inteligencia (no de conocimientos escolares) que dio origen a las pruebas actuales. Era una serie de preguntas que pueden verse en La mesure de développement de l’intelligence chez les jeunes enfants. Por ejemplo: Mostrar un grabado y preguntar al niño qué ve. Según Binet, los niños de tres años responden con una simple enumeración (hay dos personas, una mesa, un gato); los de siete añaden detalles descriptivos (de las personas, la mesa, el gato); los de quince interpretan la escena (están esperando que les sirvan). Otro ejemplo: Comparar de memoria cosas que no están a la vista. ¿Conoces las mariposas? ¿Conoces las moscas? ¿Se parecen? Otro: Te voy a leer frases que están mal y me explicas por qué. Tengo tres hermanos: Pablo, Ernesto y yo.

Si esto recuerda las etapas cognitivas señaladas por Jean Piaget no es casualidad, porque el joven Piaget fue ayudante de Théodore Simon, ayudante de Binet. Los tres se interesaron en la inteligencia infantil, y estuvieron de acuerdo en que se desarrolla con la educación (escolar o no). Lo cual implica nurture más que nature.

La inteligencia aumenta con el desarrollo personal, y lo importante para Binet no estaba en las preguntas, como si fueran un criterio absoluto del grado de inteligencia. Estaba en la distribución estadística de las respuestas obtenidas al aplicar el mismo test a un grupo numeroso de niños de distintas edades. Le servía para establecer la “edad intelectual” de un niño en particular y compararla con su edad cronológica. Si un niño de diez años respondía como los de nueve, tenía nueve de “edad intelectual”, y su “cociente intelectual” (luego llamado iq) era 90. Si respondía como un niño de once, su iq era 110.

Se ha señalado, con razón, que las pruebas de inteligencia están condicionadas por el fraseo, el sistema educativo y el contexto cultural. Para superar estas limitaciones, se han inventado pruebas no verbales, como el test de los dominós de Edgar Ansley. Se muestra, por ejemplo, la secuencia de las fichas 3/1, 3/2, 3/3, 3/4, y se pregunta cuál sigue. La respuesta correcta es 3/5. Hay 48 secuencias de este tipo (no tan sencillas). Si el test se aplica a una muestra representativa de la población, se pueden construir tablas con el porcentaje que respondió correctamente las 48 secuencias (casi nadie), o solo 47, o solo 46, etcétera. Si alguien responde bien 37 (que es alto), está por encima del x% de la población.

¿Quiere esto decir que es más inteligente? Por supuesto que no. Quiere decir que supera al x% de esa población en el test de los dominós. En las empresas que aplican esta prueba a todo su personal, no faltan los que sacan buenas calificaciones y resultan incompetentes, ni los competentes que salen mal calificados. No debería extrañar. Las dificultades que plantea un test no son, ni pueden ser, una muestra representativa de los problemas reales que deben ser resueltos con inteligencia en el trabajo.

Superar todas las marcas en la carrera de cien metros planos no asegura superarlas en los cien de nado libre, en el ascenso al Everest o en un maratón. Menos aún superarlas en las infinitas situaciones de la vida que deben enfrentarse con inteligencia. Que precisamente ese día tal persona haya superado a todas las demás que hayan competido en la carrera de cien metros solo quiere decir eso: Que precisamente ese día tal persona, etcétera.

Hay una literatura técnica muy amplia (y un debate interminable) sobre estas cuestiones. El problema de fondo es que las mediciones se acumulan desde hace más de un siglo, y no se sabe qué miden. Los aciertos en un test, las estadísticas deportivas y el número de amigos en Facebook son algo objetivo, documentable, medible y comparable. Pero ¿qué miden?

Charles Spearman (1863-1945) revisó los trabajos de Galton, Binet y muchos otros; inventó pruebas de otro tipo; tomó en cuenta las calificaciones escolares, la opinión de los maestros sobre la inteligencia de cada niño, factores como la edad, el grado escolar, la estatura, etcétera; y desarrolló un análisis estadístico que permite separar el peso de cada factor en los resultados. Postuló un factor g (la inteligencia general) subyacente, separable y extraíble del conjunto de correlaciones (“General intelligence” objectively determined and measured, puede verse en http://psychclassics.yorku.ca/Spearman). Lo cual revela más de la psicometría que de la psique. El factor g es un constructo estadístico indicativo de no se sabe qué. Para darle un sustento biológico, se han hecho estudios para relacionarlo con el tamaño del cerebro o con ciertos genes en particular, inútilmente.

Howard Gardner (Frames of mind: The theory of multiples intelligences) criticó la idea de una inteligencia general y señaló que las pruebas se concentran en la inteligencia lógica, como si fuera la única; ignorando, por ejemplo, la inteligencia musical. El escaneo del cerebro ha mostrado que no se activan las mismas regiones cuando se escucha música o se juega ajedrez. Aunque el cerebro es sumamente plástico en sus funciones, tiende a distribuirlas por regiones especializadas.

Curiosamente, Gardner parece tener preocupaciones galtonianas. Dedicó un libro al estudio de una generación genial (Creating minds: An anatomy of creativity as seen through the lives of Freud, Einstein, Picasso, Stravinsky, Eliot, Graham, and Gandhi). Deliberadamente, escogió personas con distintos tipos de inteligencia (corporal en el caso de Martha Graham, visual en Pablo Picasso, verbal en T. S. Eliot). Le dio importancia a la historia intelectual de los problemas en cada disciplina cuando llega el genio creador que replantea la situación. Tomó en cuenta las circunstancias biográficas y sociales, el azar, la presencia de un mentor, las rivalidades, la voluntad de imponerse. Todo lo cual parece significativo, pero no explica de dónde sale el genio.

Daniel Goleman escribió un libro sobre la Inteligencia emocional que la volvió respetable por el mero hecho de tratarla así (como inteligencia). Se suponía que las emociones son irracionales. En realidad, son cognitivas, como señaló Max Scheler en 1916 (Amor y conocimiento). Y son educables como cualquier otra forma de inteligencia. Goleman señaló un antecedente remoto en Aristóteles: “Los que no se irritan en las cosas que deben, parecen ser estúpidos; así como los que no se enojan como deben, ni cuando deben, ni con quien deben” (Ética nicomaquea, IV, 5, versión de Antonio Gómez Robledo).

Se ha supuesto que la inteligencia está en el cerebro, en la glándula pineal, en los genes. Por un prejuicio desdeñoso, se ha ignorado la inteligencia de las manos y del paladar. Se han considerado superadas las nociones antiguas de que la inteligencia está en el corazón, el estómago, el hígado, el bazo, las entrañas. Pero tan diversas localizaciones antiguas y modernas tienen algo en común: suponen que la inteligencia está adentro, como algo residente en la persona.

Una tradición distinta supone que la inteligencia está afuera: que llega a la persona como inspiración. Abundan los testimonios de novelistas y dramaturgos que reconocen la iniciativa de un personaje que se impone al autor. Abundan los inventos o descubrimientos que el azar pone ante los ojos del investigador que sepa verlos. Abundan los pensamientos que se producen solos cuando se iba a decir o escribir otra cosa. Abundan las soluciones geniales de personas comunes y corrientes.

Cuentan que a Bernard Shaw le preguntaron si creía que el Espíritu Santo había escrito la Biblia, y respondió: “No nada más la Biblia, todos los libros”. Esto sube todos los libros al nivel de la inspiración divina o reduce la Biblia al nivel de cualquier libro, según como se vea. Pero afirma la inteligencia como algo externo que se presenta al autor.

No hay que olvidar que uno de los significados de la palabra inteligencia (como en la frase estar en la inteligencia) localiza la inteligencia en un lugar externo a todos los participantes en ese entendimiento. Esta acepción de la palabra intelligentia apareció en el latín medieval, según Le Robert Dictionnaire historique de la langue française, y pasó a otras lenguas.

La inteligencia es externa, circunstancial, depende del acomodo de las distintas partes que se encuentran, y por eso varía según las circunstancias. Está en la zona de un encuentro feliz (o infeliz) con la realidad que se presenta (como invitación, como problema o como simple realidad) a solas o en diálogo. Está en ninguna parte (en el aire, digamos), aunque puede objetivarse en soluciones: un poema, un teorema, una ley, una operación quirúrgica, la construcción de una presa o la filmación de una película. Las soluciones inteligentes (o no) permanecen como algo que sigue ahí, físicamente, y que puede evaluarse. Su inteligencia es objetiva, externa a las personas que produjeron la solución. Cuando estas se sienten rebasadas por la solución que descubren son realistas. El grado de inteligencia no es una propiedad de las personas, sino de las soluciones.

Naturalmente, si algunas o muchas soluciones producidas por alguien son inteligentes, cabe decir que es una persona inteligente; o más exactamente: que ha estado inspirada. Pero nada garantiza la inspiración. La próxima solución puede ser tonta. ~
 
muy interesante en verdad, gran aporte y gracias por compartir :)
 
Desviandome un poco del tema central.
Puedo explicar la situacion descrita no como una falsa inteligencia, sino como un acumulado de situaciones emocionales que le desbalancearon y ultimadamente lo llevaron al mal.
Hay mentes maestras dentro del crimen
 
Respecto de los 170 IQ de Jacob Barnett, recordé aquellos años lectivos de mi niñez, en los que de entre un grupo de 100 alumnos en dos paralelos pertenecientes a la misma leva, solo uno, fue aquel que desfilo por la escuela, y años mas tarde repitió en el colegio, como el orgulloso porta estandarte de la bandera nacional.

¿Era él, realmente el mas inteligente de todos?
Es algo muy subjetivo, es igual a decir: "de mis compañeras de clase, ¿quien es la más bonita?". Igualmente, hay quien pregunta: "¿Quien es más inteligente, Einstein, Newton o Hawking?". Todo depende del punto de vista, cada quien hizo su aporte según el contexto de su época y lugar.
Poco antes de salir de la Universidad, en una reunión de remembranzas colegiales, nos enteramos de que este amigo, había sido sentenciado a 21 años de cárcel, por trafico de heroína.
¿Podría considerarse aislada esa mala decisión de su capacidad intelectual?
¿Un hombre inteligente escogería esto para su vida?

A continuación les dejo un artículo relacionado al tema.

MARZO DE 2011
http://www.letraslibres.com/index.php?art=15295
Grados de inteligencia

por Gabriel Zaid

Las pruebas que pretenden medir la inteligencia de las personas parten de un supuesto más que cuestionable: que la inteligencia es una sola y su esencia es lógica. Como demuestra Gabriel Zaid, nada más lejos de la verdad: existen inteligencias diversas y específicas que escapan al modelo de mensurabilidad propugnado por tantos.


Toda persona inteligente tiene sus lados y momentos tontos. A pesar de lo cual, se cree que la inteligencia es una característica general, permanente y medible.
La inteligencia no solo es una característica general, es la característica que define al ser humano, que lo distingue de otras especies. Eso no significa que las demás especies animales no presenten inteligencia, algunas, especialmente los mamíferos, tienen cierto grado de inteligencia y consciencia, siempre por debajo, muy por debajo del ser humano.
¿Es medible la inteligencia?
Una de las características del ser humano es que pretende medirlo todo, para poder compararlo. El IQ se volvió una medida estandarizada y aceptada por muchos para "medir la inteligencia", eso no significa necesariamente que una persona con alto IQ ofrezca grandes aportes a la humanidad. El tener inteligencia no sirve de nada por sí sola, se necesita saber usarla y hacerlo de la manera correcta. Desafortunadamente, muchas personas con gran inteligencia se ven limitadas por su entorno y por sus circunstancias. Es común que personas con gran potencial se vengan abajo por la falta de apoyos, de incentivos, por una educación que está supuestamente pensada para la mayoría, pero que para esa persona no representa reto alguno y por el contrario, le produce frustraciones y desilusiones. La persona pierde el interés por seguir aprendiendo. Algo similar pasa con las personas a las que, por el contrario, no solo se les incentiva a cultivar esa inteligencia, sino que se les exige demasiado y terminan por hartarse, abandonando todo.
Haciendo una analogía, la inteligencia sería como el hardware de una computadora, puede ser muy rápida, y/o tener mucha memoria, pero también es importante el software, que es lo que realmente permite a la mente hacer maravillas. Digamos que las mentes más brillantes son "más fáciles de programar", entienden más fácilmente los errores y los corrigen.
Francis Galton (1822-1911), pariente y seguidor de Charles Darwin, llevó el estudio de la evolución a temas inexplorados, con métodos nuevos y una voluntad científica rara: mejorar la especie humana, como se mejoran las especies vegetales y animales. Desarrolló conceptos que todavía se usan: la correlación y regresión estadísticas, el distingo nature versus nurture (características innatas frente a las adquiribles), comparaciones diacrónicas (generaciones sucesivas de personas geniales) y sincrónicas (estudio de gemelos). Con él nacieron la eugenesia (cuyo nombre inventó) y la psicometría.
La eugenesia es una de las peores ideas que alguien alla tenido. Una pésima interpretación de la teoria de la evolución. El ser humano es el único ser vivo con el potencial de sobreponerse a la evolución. En muchas especies, los individuos con mayor belleza son los que más se reproducen, como el caso del pavo real, el ser humano, si bien considera importante la belleza, para algunos ha pasado a ser secundaria, y es que un individuo con belleza ya no representa una ventaja real sobre uno sin tanta belleza. Igualmente, para muchos la inteligencia no es tan atractiva, porque existen muchos otros factores que las personas consideran al buscar pareja, por ejemplo, algunas mujeres son atraídas por hombres que las hacen reir, otras por hombres que sustentan un cierto poder. Hay individuos que en otras épocas, donde las reglas de la evolución eran importantes, jamás habrían sobrevivido, sin ir muy lejos, están los ejemplos de personas discapacitadas, que bajo otras circunstancias no tendrían posibilidades de sobrevivir. En este caso, la tecnología y el humanismo es lo que permite que algunas de estas personas puedan seguir aportando cosas a la humanidad, como por ejemplo, Stephen Hawking.
En otros aspectos, una persona que tiene enfermedades que anteriormente habrían limitado su calidad de vida e incluso reducirla a pocos años, evitando que tuviera descendencia, son ahora tratables o curables, gracias a la medicina moderna. La selección natural, que antes lograba mermar poblaciones enteras mediante plagas que se extendían sin control, ahora tiene un radio de acción mínimo en la humanidad. El ser humano tiene la posibilidad de cambiar su evolución, depende de él si es para bien o para mal...
Estaba convencido de que la inteligencia depende sobre todo de la herencia: la buena cepa familiar; y de que era científico fomentar los cruces matrimoniales adecuados para una prole superior. Esta idea grotesca, ridiculizada por Aldous Huxley en Un mundo feliz (1932), inspiró a los nazis y, todavía en 1980, a los creadores de un banco de semen de genios (véase en Google: Nobel Prize Sperm Bank).

En 1869 publicó Hereditary genius: An inquiry into its laws and consequences (puede leerse en http://galton.org). A partir de listas de personas eminentes, de investigaciones genealógicas y estimaciones demográficas; a partir de la distribución estadística de calificaciones escolares en la Universidad de Cambridge y del cálculo de probabilidades; a partir de observaciones sobre la cría de peces y sobre experimentos sociales involuntarios, como la llegada de hugonotes franceses a refugiarse en Inglaterra (que tuvieron hijos eminentes); construyó hipótesis y compiló estadísticas que le parecieron confirmatorias. Desgraciadamente, no midió la cantidad de tontos y tarados que hay en las familias ilustres.

La hipótesis de Galton le dio un aire científico al dicho medieval: Quod natura non dat, Salmantica non praestat. Un tonto con doctorado sigue siendo tonto, aunque se haya graduado en la Universidad de Salamanca. Lo cual implica que nature pesa más que nurture.
Aquí entra una paradoja: por el hecho de ser humanos, somos inteligentes, pero también somos tontos. El término tonto es usado de manera superficial para definir a una persona a la que se sabe, ha cometido errores, generalmente son errores que ocurren al actuar en sociedad. Se considera tonto al que tiene movimientos torpes al bailar, al que no sabe hablar bien, al que es bueno en algún juego, al que no sabe realizar operaciones matemáticas, y un inmenso etc., pero es un término que se puede aplicar a todos nosotros, porque todos somos tontos para hacer algo, simplemente muchos no estamos haciendo continuamente estas acciones. Algunos son malos haciendo comida, otros conduciendo un vehículo, otros son distraidos y carecen de buena concentración, siempre vamos a encontrar alguna cosa para la que alguien llegue y nos diga: "eres un tonto". Aún personajes como Fox, a los que se le ha dicho millones de veces que es un tonto, tuvo la inteligencia para llegar hasta la presidencia, ya sea porque se rodeó de las personas correctas, por casualidad o por mérito propio(SIC). Lo mismo se puede decir de otros personajes destacados como George Bush.
En esta dirección, Richard J. Herrnstein y Charles Murray armaron un escándalo en 1994 con The bell curve: Intelligence and class structure in American life. Creyeron descubrir que los negros tienen una posición inferior porque su inteligencia es inferior. Stephen Jay Gould publicó una diatriba (The mismeasure of man) contra el uso de mediciones científicas para justificar prejuicios.
Aquí es donde entran los prejuicios. Se trata de usar una medida de algo para comparar. Incluso si estas "medidas" son verdaderas y los negros resultan tener menores valores de IQ, es probable que se deba a que en su entorno no es muy apto para el desarrollo intelectual. Muchos negros en EU viven en barrios con menor nivel de vida que los lugares donde viven la gente blanca promedio. Se estereotipa al negro y el negro a su vez termina por tragarse ese estereotipo que continuamente ve en los medios. Series de TV, películas, entre otros, hablan de negros que se la pasan haciendo rimas, que comen pollo frito, que tienen un estilo particular de hablar y de mover las manos al hacerlo, les dicen que son buenos para los deportes, para hacer música, comedia, pero no les muestran a los negros exitosos que realizan trabajos de caracter científico, por ejemplo, que claro que los hay. Aún así, hay personas negras muy exitosas, el más claro y lógico ejemplo en nuestros días es Obama. Inicialmente visto como un mesías en su país, ahora Obama es visto de manera negativa, sin embargo, tuvo un acierto que pocos toman en consideración: haber tomado las medidas necesarias para atenuar la terrible crisis que produjo la pésima administración de Bush, que con su permisividad y falta de intervención en las instituciones financieras, permitió que se formara la crisis económica más grave desde la gran depresión de 1929, si bien Obama no castigó a los responsables de dicha crisis.
La discriminación racial no ha desaparecido del todo, más bien ha cambiado su objetivo, ha hecho ver a los negros como gente violenta e ignorante, ellos lo han creido porque una mentira que se repite muchas veces se convierte en realidad.
Alfred Binet (1857-1911) no fue tan determinista (aunque empezó midiendo cráneos). Creía que la inteligencia mejora con la educación. Para identificar y ayudar a los niños atrasados, inventó una prueba de inteligencia (no de conocimientos escolares) que dio origen a las pruebas actuales. Era una serie de preguntas que pueden verse en La mesure de développement de l’intelligence chez les jeunes enfants. Por ejemplo: Mostrar un grabado y preguntar al niño qué ve. Según Binet, los niños de tres años responden con una simple enumeración (hay dos personas, una mesa, un gato); los de siete añaden detalles descriptivos (de las personas, la mesa, el gato); los de quince interpretan la escena (están esperando que les sirvan). Otro ejemplo: Comparar de memoria cosas que no están a la vista. ¿Conoces las mariposas? ¿Conoces las moscas? ¿Se parecen? Otro: Te voy a leer frases que están mal y me explicas por qué. Tengo tres hermanos: Pablo, Ernesto y yo.

Si esto recuerda las etapas cognitivas señaladas por Jean Piaget no es casualidad, porque el joven Piaget fue ayudante de Théodore Simon, ayudante de Binet. Los tres se interesaron en la inteligencia infantil, y estuvieron de acuerdo en que se desarrolla con la educación (escolar o no). Lo cual implica nurture más que nature.

La inteligencia aumenta con el desarrollo personal, y lo importante para Binet no estaba en las preguntas, como si fueran un criterio absoluto del grado de inteligencia. Estaba en la distribución estadística de las respuestas obtenidas al aplicar el mismo test a un grupo numeroso de niños de distintas edades. Le servía para establecer la “edad intelectual” de un niño en particular y compararla con su edad cronológica. Si un niño de diez años respondía como los de nueve, tenía nueve de “edad intelectual”, y su “cociente intelectual” (luego llamado iq) era 90. Si respondía como un niño de once, su iq era 110.

Se ha señalado, con razón, que las pruebas de inteligencia están condicionadas por el fraseo, el sistema educativo y el contexto cultural. Para superar estas limitaciones, se han inventado pruebas no verbales, como el test de los dominós de Edgar Ansley. Se muestra, por ejemplo, la secuencia de las fichas 3/1, 3/2, 3/3, 3/4, y se pregunta cuál sigue. La respuesta correcta es 3/5. Hay 48 secuencias de este tipo (no tan sencillas). Si el test se aplica a una muestra representativa de la población, se pueden construir tablas con el porcentaje que respondió correctamente las 48 secuencias (casi nadie), o solo 47, o solo 46, etcétera. Si alguien responde bien 37 (que es alto), está por encima del x% de la población.

¿Quiere esto decir que es más inteligente? Por supuesto que no. Quiere decir que supera al x% de esa población en el test de los dominós.
Esta frase es muy reveladora: el tener una mayor puntuación en un test específico no significa mayor inteligencia, sino mayor habilidad en dicho tipo de test.
En las empresas que aplican esta prueba a todo su personal, no faltan los que sacan buenas calificaciones y resultan incompetentes, ni los competentes que salen mal calificados. No debería extrañar. Las dificultades que plantea un test no son, ni pueden ser, una muestra representativa de los problemas reales que deben ser resueltos con inteligencia en el trabajo.
Inteligencia no siempre es sinónimo de aptitud. Algunos trabajos son muy mecanizados, se necesita tener más aptitud que inteligencia para ellos.
Superar todas las marcas en la carrera de cien metros planos no asegura superarlas en los cien de nado libre, en el ascenso al Everest o en un maratón. Menos aún superarlas en las infinitas situaciones de la vida que deben enfrentarse con inteligencia. Que precisamente ese día tal persona haya superado a todas las demás que hayan competido en la carrera de cien metros solo quiere decir eso: Que precisamente ese día tal persona, etcétera.

Hay una literatura técnica muy amplia (y un debate interminable) sobre estas cuestiones. El problema de fondo es que las mediciones se acumulan desde hace más de un siglo, y no se sabe qué miden. Los aciertos en un test, las estadísticas deportivas y el número de amigos en Facebook son algo objetivo, documentable, medible y comparable. Pero ¿qué miden?

Charles Spearman (1863-1945) revisó los trabajos de Galton, Binet y muchos otros; inventó pruebas de otro tipo; tomó en cuenta las calificaciones escolares, la opinión de los maestros sobre la inteligencia de cada niño, factores como la edad, el grado escolar, la estatura, etcétera; y desarrolló un análisis estadístico que permite separar el peso de cada factor en los resultados. Postuló un factor g (la inteligencia general) subyacente, separable y extraíble del conjunto de correlaciones (“General intelligence” objectively determined and measured, puede verse en http://psychclassics.yorku.ca/Spearman). Lo cual revela más de la psicometría que de la psique. El factor g es un constructo estadístico indicativo de no se sabe qué. Para darle un sustento biológico, se han hecho estudios para relacionarlo con el tamaño del cerebro o con ciertos genes en particular, inútilmente.

Howard Gardner (Frames of mind: The theory of multiples intelligences) criticó la idea de una inteligencia general y señaló que las pruebas se concentran en la inteligencia lógica, como si fuera la única; ignorando, por ejemplo, la inteligencia musical. El escaneo del cerebro ha mostrado que no se activan las mismas regiones cuando se escucha música o se juega ajedrez. Aunque el cerebro es sumamente plástico en sus funciones, tiende a distribuirlas por regiones especializadas.

Curiosamente, Gardner parece tener preocupaciones galtonianas. Dedicó un libro al estudio de una generación genial (Creating minds: An anatomy of creativity as seen through the lives of Freud, Einstein, Picasso, Stravinsky, Eliot, Graham, and Gandhi). Deliberadamente, escogió personas con distintos tipos de inteligencia (corporal en el caso de Martha Graham, visual en Pablo Picasso, verbal en T. S. Eliot). Le dio importancia a la historia intelectual de los problemas en cada disciplina cuando llega el genio creador que replantea la situación. Tomó en cuenta las circunstancias biográficas y sociales, el azar, la presencia de un mentor, las rivalidades, la voluntad de imponerse. Todo lo cual parece significativo, pero no explica de dónde sale el genio.

Daniel Goleman escribió un libro sobre la Inteligencia emocional que la volvió respetable por el mero hecho de tratarla así (como inteligencia). Se suponía que las emociones son irracionales. En realidad, son cognitivas, como señaló Max Scheler en 1916 (Amor y conocimiento). Y son educables como cualquier otra forma de inteligencia. Goleman señaló un antecedente remoto en Aristóteles: “Los que no se irritan en las cosas que deben, parecen ser estúpidos; así como los que no se enojan como deben, ni cuando deben, ni con quien deben” (Ética nicomaquea, IV, 5, versión de Antonio Gómez Robledo).

Se ha supuesto que la inteligencia está en el cerebro, en la glándula pineal, en los genes. Por un prejuicio desdeñoso, se ha ignorado la inteligencia de las manos y del paladar. Se han considerado superadas las nociones antiguas de que la inteligencia está en el corazón, el estómago, el hígado, el bazo, las entrañas. Pero tan diversas localizaciones antiguas y modernas tienen algo en común: suponen que la inteligencia está adentro, como algo residente en la persona.
WTF???
Una tradición distinta supone que la inteligencia está afuera: que llega a la persona como inspiración. Abundan los testimonios de novelistas y dramaturgos que reconocen la iniciativa de un personaje que se impone al autor. Abundan los inventos o descubrimientos que el azar pone ante los ojos del investigador que sepa verlos. Abundan los pensamientos que se producen solos cuando se iba a decir o escribir otra cosa. Abundan las soluciones geniales de personas comunes y corrientes.
Los descubrimientos e inventos al azar son resultado de la capacidad de visión de quienes la presencian. Alexander Fleming dejó un cultivo de bacterias cerca de una ventana abierta, tiempo después se dió cuenta que el cultivo había sido contaminado. Muchos científicos de la época se habrían molestado y tirado a la basura dicho cultivo, pero Fleming tuvo curiosidad: ¿qué había sido eso que acabó con el cultivo? descubrió que era un hongo, llamado penicilium. Posteriores investigaciones y experimentos le llevaron a pensar en la posibilidad de usarse en humanos, la penicilina, su descubrimiento ha salvado millones de vidas. ¿Fue algo externo? No, simplemente Fleming tuvo la curiosidad de investigar que había contaminado su cultivo.
Cuentan que a Bernard Shaw le preguntaron si creía que el Espíritu Santo había escrito la Biblia, y respondió: “No nada más la Biblia, todos los libros”. Esto sube todos los libros al nivel de la inspiración divina o reduce la Biblia al nivel de cualquier libro, según como se vea. Pero afirma la inteligencia como algo externo que se presenta al autor.

No hay que olvidar que uno de los significados de la palabra inteligencia (como en la frase estar en la inteligencia) localiza la inteligencia en un lugar externo a todos los participantes en ese entendimiento. Esta acepción de la palabra intelligentia apareció en el latín medieval, según Le Robert Dictionnaire historique de la langue française, y pasó a otras lenguas.

La inteligencia es externa, circunstancial, depende del acomodo de las distintas partes que se encuentran, y por eso varía según las circunstancias. Está en la zona de un encuentro feliz (o infeliz) con la realidad que se presenta (como invitación, como problema o como simple realidad) a solas o en diálogo. Está en ninguna parte (en el aire, digamos), aunque puede objetivarse en soluciones: un poema, un teorema, una ley, una operación quirúrgica, la construcción de una presa o la filmación de una película. Las soluciones inteligentes (o no) permanecen como algo que sigue ahí, físicamente, y que puede evaluarse.
No, todo eso es el resultado de la aplicación de la intelgencia, no es la inteligencia misma. Cuando vemos una ley, un teorema, una hipótesis, una teoría, una obra, vemos a una inteligencia que actuó para producirlas, no se debe de confundir la causa con el efecto.
Su inteligencia es objetiva, externa a las personas que produjeron la solución. Cuando estas se sienten rebasadas por la solución que descubren son realistas. El grado de inteligencia no es una propiedad de las personas, sino de las soluciones.
En eso estoy más de acuerdo: el grado de inteligencia se ve reflejada en una solución. La inteligencia de Einstein se ve reflejada en su obra, que representó en su tiempo un nuevo paradigma para ver al universo, un reto hacia las teorías existentes consideradas inmutables como lo fueron las leyes de Newton. Antes de Einstein hubo quienes llegaron a vislumbrar algunas de las cosas que sus ideas planteaban, pero les parecieron tan locas, tan distintas a lo existente que no tuvieron el valor de acercarse más a ellas. Einstein vale lo que vale no solo por su genialidad, sino por haberse atrevido a ver las cosas desde otra perspectiva.
Naturalmente, si algunas o muchas soluciones producidas por alguien son inteligentes, cabe decir que es una persona inteligente; o más exactamente: que ha estado inspirada. Pero nada garantiza la inspiración. La próxima solución puede ser tonta. ~
Precisamente es lo que les pasa a muchas mentes con gran potencial: sus circusntancias les impiden desarrollar esa inteligencia, obtener conocimientos, pensar diferente, visualizar más alla de lo que están acostumbadas las mayorías. Carecen de incentivos, de respaldo, de apoyos, y como dice el artículo, de inspiración. Todos esos son factores que pueden detonar al desarrollo de la inteligencia, sin ellos solo queda una persona con potencial que dificilmente se desarrollará. Desgraciadamente en nuestro pais se están desperdiciando y perdiendo muchos talentos porque no se les dan todos estos elementos, no existe inversión en educación ni en ciencia, ni se hacen las reformas necesarias para mejorar al sistema educativo, tampoco hay programas que busquen talento en las escuelas y lo impulsen.
Por último, he aquí lo que Einstein pensaba de la educación:

"La mente de un joven no debe atiborrarse de datos, nombres y fórmulas: cosas todas que puede encontrar en los libros, sin necesidad de seguir ningún curso universitario. Los años de estudio deben emplearse únicamente para enseñar a pensar al joven, para darle un entrenamiento que ningún manual puede sustituir. Es un verdadero milagro que la pedagogía moderna no haya llegado a ahogar completamente la santa curiosidad de la búsqueda. Creo que se podría, incluso, hacer desaparecer la voracidad de una fiera salvaje sana, a base de obligarla, bajo la amenaza del látigo, a comer constantemente aunque no tuviera hambre y, sobre todo, eligiendo de forma apropiada el alimento que le forzaría a tragar"
 
Me alegra que les haya parecido interesante el tema.

Gracias a todos los que aportan con sus comentarios.

Cuderilso
 
Esto me recordó a Wayne W. Dyer a propósito de la inteligencia:

"Si eres feliz, si vives cada momento, aprovechando al máximo sus posibilidades, entonces eres una persona inteligente. La capacidad de resolver problemas es un aditamento útil a tu felicidad, pero si tú sabes que a pesar de tu falta de habilidad para resolver cierto tipo de cosas puedes elegir lo que te haga feliz, o que, por lo menos, puedes evitar lo que te harán infeliz, entonces se podrá dercir que eres inteligente." Tus Zonas Erróneas pag. 19.

Luego entonces, no es más inteligente quien puede resolver complejos problemas matemáticos o científicos, sino quien tiene la capacidad de vivir feliz con o a pesar de sus circunstancias.
 
Es algo muy subjetivo, es igual a decir: "de mis compañeras de clase, ¿quien es la más bonita?". Igualmente, hay quien pregunta: "¿Quien es más inteligente, Einstein, Newton o Hawking?". Todo depende del punto de vista, cada quien hizo su aporte según el contexto de su época y lugar.

La inteligencia no solo es una característica general, es la característica que define al ser humano, que lo distingue de otras especies. Eso no significa que las demás especies animales no presenten inteligencia, algunas, especialmente los mamíferos, tienen cierto grado de inteligencia y consciencia, siempre por debajo, muy por debajo del ser humano.
¿Es medible la inteligencia?
Una de las características del ser humano es que pretende medirlo todo, para poder compararlo. El IQ se volvió una medida estandarizada y aceptada por muchos para "medir la inteligencia", eso no significa necesariamente que una persona con alto IQ ofrezca grandes aportes a la humanidad. El tener inteligencia no sirve de nada por sí sola, se necesita saber usarla y hacerlo de la manera correcta. Desafortunadamente, muchas personas con gran inteligencia se ven limitadas por su entorno y por sus circunstancias. Es común que personas con gran potencial se vengan abajo por la falta de apoyos, de incentivos, por una educación que está supuestamente pensada para la mayoría, pero que para esa persona no representa reto alguno y por el contrario, le produce frustraciones y desilusiones. La persona pierde el interés por seguir aprendiendo. Algo similar pasa con las personas a las que, por el contrario, no solo se les incentiva a cultivar esa inteligencia, sino que se les exige demasiado y terminan por hartarse, abandonando todo.
Haciendo una analogía, la inteligencia sería como el hardware de una computadora, puede ser muy rápida, y/o tener mucha memoria, pero también es importante el software, que es lo que realmente permite a la mente hacer maravillas. Digamos que las mentes más brillantes son "más fáciles de programar", entienden más fácilmente los errores y los corrigen.

La eugenesia es una de las peores ideas que alguien alla tenido. Una pésima interpretación de la teoria de la evolución. El ser humano es el único ser vivo con el potencial de sobreponerse a la evolución. En muchas especies, los individuos con mayor belleza son los que más se reproducen, como el caso del pavo real, el ser humano, si bien considera importante la belleza, para algunos ha pasado a ser secundaria, y es que un individuo con belleza ya no representa una ventaja real sobre uno sin tanta belleza. Igualmente, para muchos la inteligencia no es tan atractiva, porque existen muchos otros factores que las personas consideran al buscar pareja, por ejemplo, algunas mujeres son atraídas por hombres que las hacen reir, otras por hombres que sustentan un cierto poder. Hay individuos que en otras épocas, donde las reglas de la evolución eran importantes, jamás habrían sobrevivido, sin ir muy lejos, están los ejemplos de personas discapacitadas, que bajo otras circunstancias no tendrían posibilidades de sobrevivir. En este caso, la tecnología y el humanismo es lo que permite que algunas de estas personas puedan seguir aportando cosas a la humanidad, como por ejemplo, Stephen Hawking.
En otros aspectos, una persona que tiene enfermedades que anteriormente habrían limitado su calidad de vida e incluso reducirla a pocos años, evitando que tuviera descendencia, son ahora tratables o curables, gracias a la medicina moderna. La selección natural, que antes lograba mermar poblaciones enteras mediante plagas que se extendían sin control, ahora tiene un radio de acción mínimo en la humanidad. El ser humano tiene la posibilidad de cambiar su evolución, depende de él si es para bien o para mal...

Aquí entra una paradoja: por el hecho de ser humanos, somos inteligentes, pero también somos tontos. El término tonto es usado de manera superficial para definir a una persona a la que se sabe, ha cometido errores, generalmente son errores que ocurren al actuar en sociedad. Se considera tonto al que tiene movimientos torpes al bailar, al que no sabe hablar bien, al que es bueno en algún juego, al que no sabe realizar operaciones matemáticas, y un inmenso etc., pero es un término que se puede aplicar a todos nosotros, porque todos somos tontos para hacer algo, simplemente muchos no estamos haciendo continuamente estas acciones. Algunos son malos haciendo comida, otros conduciendo un vehículo, otros son distraidos y carecen de buena concentración, siempre vamos a encontrar alguna cosa para la que alguien llegue y nos diga: "eres un tonto". Aún personajes como Fox, a los que se le ha dicho millones de veces que es un tonto, tuvo la inteligencia para llegar hasta la presidencia, ya sea porque se rodeó de las personas correctas, por casualidad o por mérito propio(SIC). Lo mismo se puede decir de otros personajes destacados como George Bush.

Aquí es donde entran los prejuicios. Se trata de usar una medida de algo para comparar. Incluso si estas "medidas" son verdaderas y los negros resultan tener menores valores de IQ, es probable que se deba a que en su entorno no es muy apto para el desarrollo intelectual. Muchos negros en EU viven en barrios con menor nivel de vida que los lugares donde viven la gente blanca promedio. Se estereotipa al negro y el negro a su vez termina por tragarse ese estereotipo que continuamente ve en los medios. Series de TV, películas, entre otros, hablan de negros que se la pasan haciendo rimas, que comen pollo frito, que tienen un estilo particular de hablar y de mover las manos al hacerlo, les dicen que son buenos para los deportes, para hacer música, comedia, pero no les muestran a los negros exitosos que realizan trabajos de caracter científico, por ejemplo, que claro que los hay. Aún así, hay personas negras muy exitosas, el más claro y lógico ejemplo en nuestros días es Obama. Inicialmente visto como un mesías en su país, ahora Obama es visto de manera negativa, sin embargo, tuvo un acierto que pocos toman en consideración: haber tomado las medidas necesarias para atenuar la terrible crisis que produjo la pésima administración de Bush, que con su permisividad y falta de intervención en las instituciones financieras, permitió que se formara la crisis económica más grave desde la gran depresión de 1929, si bien Obama no castigó a los responsables de dicha crisis.
La discriminación racial no ha desaparecido del todo, más bien ha cambiado su objetivo, ha hecho ver a los negros como gente violenta e ignorante, ellos lo han creido porque una mentira que se repite muchas veces se convierte en realidad.

Esta frase es muy reveladora: el tener una mayor puntuación en un test específico no significa mayor inteligencia, sino mayor habilidad en dicho tipo de test.

Inteligencia no siempre es sinónimo de aptitud. Algunos trabajos son muy mecanizados, se necesita tener más aptitud que inteligencia para ellos.

WTF???

Los descubrimientos e inventos al azar son resultado de la capacidad de visión de quienes la presencian. Alexander Fleming dejó un cultivo de bacterias cerca de una ventana abierta, tiempo después se dió cuenta que el cultivo había sido contaminado. Muchos científicos de la época se habrían molestado y tirado a la basura dicho cultivo, pero Fleming tuvo curiosidad: ¿qué había sido eso que acabó con el cultivo? descubrió que era un hongo, llamado penicilium. Posteriores investigaciones y experimentos le llevaron a pensar en la posibilidad de usarse en humanos, la penicilina, su descubrimiento ha salvado millones de vidas. ¿Fue algo externo? No, simplemente Fleming tuvo la curiosidad de investigar que había contaminado su cultivo.

No, todo eso es el resultado de la aplicación de la intelgencia, no es la inteligencia misma. Cuando vemos una ley, un teorema, una hipótesis, una teoría, una obra, vemos a una inteligencia que actuó para producirlas, no se debe de confundir la causa con el efecto.

En eso estoy más de acuerdo: el grado de inteligencia se ve reflejada en una solución. La inteligencia de Einstein se ve reflejada en su obra, que representó en su tiempo un nuevo paradigma para ver al universo, un reto hacia las teorías existentes consideradas inmutables como lo fueron las leyes de Newton. Antes de Einstein hubo quienes llegaron a vislumbrar algunas de las cosas que sus ideas planteaban, pero les parecieron tan locas, tan distintas a lo existente que no tuvieron el valor de acercarse más a ellas. Einstein vale lo que vale no solo por su genialidad, sino por haberse atrevido a ver las cosas desde otra perspectiva.

Precisamente es lo que les pasa a muchas mentes con gran potencial: sus circusntancias les impiden desarrollar esa inteligencia, obtener conocimientos, pensar diferente, visualizar más alla de lo que están acostumbadas las mayorías. Carecen de incentivos, de respaldo, de apoyos, y como dice el artículo, de inspiración. Todos esos son factores que pueden detonar al desarrollo de la inteligencia, sin ellos solo queda una persona con potencial que dificilmente se desarrollará. Desgraciadamente en nuestro pais se están desperdiciando y perdiendo muchos talentos porque no se les dan todos estos elementos, no existe inversión en educación ni en ciencia, ni se hacen las reformas necesarias para mejorar al sistema educativo, tampoco hay programas que busquen talento en las escuelas y lo impulsen.
Por último, he aquí lo que Einstein pensaba de la educación:

"La mente de un joven no debe atiborrarse de datos, nombres y fórmulas: cosas todas que puede encontrar en los libros, sin necesidad de seguir ningún curso universitario. Los años de estudio deben emplearse únicamente para enseñar a pensar al joven, para darle un entrenamiento que ningún manual puede sustituir. Es un verdadero milagro que la pedagogía moderna no haya llegado a ahogar completamente la santa curiosidad de la búsqueda. Creo que se podría, incluso, hacer desaparecer la voracidad de una fiera salvaje sana, a base de obligarla, bajo la amenaza del látigo, a comer constantemente aunque no tuviera hambre y, sobre todo, eligiendo de forma apropiada el alimento que le forzaría a tragar"

Ayrton...Ayrton...bla..bla..bla..volviste a repetir todo, pero con palabras diferentes, ¿que tratas de probarte? ¡Ha¡...en fin...:vientos: muy buen post cuderilso, muy interesante esa perspectiva.
 
Esto me recordó a Wayne W. Dyer a propósito de la inteligencia:



Luego entonces, no es más inteligente quien puede resolver complejos problemas matemáticos o científicos, sino quien tiene la capacidad de vivir feliz con o a pesar de sus circunstancias.

Totalmente de acuerdo contigo anton, la inteligencia a mi parecer, se da en terminos de felicidad, sin violentar los derechos de los demas, y sin causar daño a mi integridad.

Saludos hermano

Jcpower2
 
Ayrton...Ayrton...bla..bla..bla..volviste a repetir todo, pero con palabras diferentes, ¿que tratas de probarte? ¡Ha¡...en fin...:vientos: muy buen post cuderilso, muy interesante esa perspectiva.

No lo creo, pero para futuras referencias evita hablar sobre el usuario, hazlo sobre el post. Si tu comentario estuviera enmarcada dentro de una discusión más amplia y hubieras mencionado eso no habría pasado nada, pues sería considerado parte de la discusión, así fuera un argumento ad hominem, pero crear un post solo para decir que Ayrton quiere probarse algo? C'mon...

Aspuesto que al rato van a decir que Ayrton es de los protegidos del foro :)
 
Luego entonces, no es más inteligente quien puede resolver complejos problemas matemáticos o científicos, sino quien tiene la capacidad de vivir feliz con o a pesar de sus circunstancias.
Esta frase que te pongo en negrita mas que de inteligencia se refiere a Sabiduria

2. f. Conducta prudente en la vida o en los negocios.
http://www.wordreference.com/es/en/frames.asp?es=sabiduría

En general como especie TODOS somos inteligentes (en menor medida estarian solo los que tienen una discapacidad mental), el problema estriba principalmente en el ejercitamiento del cerebro como musculo, ya que al igual que los demas musculos del cuerpo sino lo usas para razonar se va atrofiando. La limitacion de nosotros mismos para ser mas inteligentes es darse por vencidos para resolver nuevos problemas que nos plantea la vida en general, ya que tarde o temprano la persistencia sobre el problema terminara por resolverlo.
Hablar del Coeficiente Intelectual (CI o IQ por sus siglas en ingles) es muy subjetivo porque para hacer una medicion correcta es necesario que la prueba se haga en igualdad de circunstancias para quienes la presentan, es decir una prueba basada en conocimientos no reflejara necesariamente el CI de cada persona. El indice del CI solo indica la mayor capacidad de una persona para adaptarse a situaciones nuevas que se le presentan, pero no significa que los que tengan una menor puntuacion no lo puedan hacer, sino mas bien que simplemente ellos tardaran mas tiempo.

Con respecto a:
Respecto de los 170 IQ de Jacob Barnett, recordé aquellos años lectivos de mi niñez, en los que de entre un grupo de 100 alumnos en dos paralelos pertenecientes a la misma leva, solo uno, fue aquel que desfilo por la escuela, y años mas tarde repitió en el colegio, como el orgulloso porta estandarte de la bandera nacional.

¿Era él, realmente el mas inteligente de todos?

Poco antes de salir de la Universidad, en una reunión de remembranzas colegiales, nos enteramos de que este amigo, había sido sentenciado a 21 años de cárcel, por trafico de heroína.
¿Podría considerarse aislada esa mala decisión de su capacidad intelectual?
¿Un hombre inteligente escogería esto para su vida?
La inteligencia no es el unico factor para elegir una forma de vida, hay otros 2 bastante importantes y son los que al final iniciden en nuestro comportamiento frente a la sociedad y son los principios y los prejuicios.

Saludos
 
Si el tema hubiera empezado -después del título- con una definición que satisfaciera a todas las maneras tan distintas de inteligencia existentes, habría sido excelente el debate, pero dado que no ha sido así y existen infinidad de tipos de inteligencia, me temo que el mismo se va directo al suelo.

Yo he obtenido en alguna prueba de IQ un valor mayor de 160, pero es un simple número que no me dice nada, todo depende del tipo de prueba y de lo que ésta evalúe. Regresamos al principio, la inteligencia no se puede medir, porque no existe una y única inteligencia, sino muchísimas!
 
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