Había una vez… un joven llamado Brandon Cook. Su abuela estaba muy enferma de cáncer y lo único que quería era un buen plato de sopa.

Pero no una de hospital, de esas que saben a terrible. Deseaba una clam chowder (sopa espesa que contiene almejas y caldo) de un restaurante llamado Panera Bread.

El problema es que sólo se sirve los viernes.

Brandon, preocupado porque su abuela muriera y no se pudiera dar este gusto, llamó a Panera Bread.

Suzanne Fortier, la gerente, escuchó la petición, y preparó la ansiada sopa para la abuela que yacía en cama… y no sólo eso incluyó un paquete de galletas como regalo del staff.

Esta anécdota contada hace unos días por AdWeek, podría haber terminado ahí, si no fuera porque Brandon decidió 'postearla' en su Facebook. Al ver esto, su madre, Gail Cook, hizo su parte y la republicó en el fan page de Panera Bread.



Este acto transformó esta historia en un fenómeno, ya que a la fecha el post acumula más de 800,000 'Me gusta' y miles de comentarios.

Sin duda, esta publicidad no se puede comprar ni con todo el dinero del mundo. Además, nos regresa un poco de esperanza de que en los negocios no todo son números, sino que las personas también importan y que el servicio sí hace la diferencia.