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Bovino adicto
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Sillas de ruedas, muletas y hasta prótesis, fueron inspeccionadas por el Estado Mayor Presidencial (EMP) previo a un encuentro del Presidente electo, Enrique Peña Nieto, y personas con discapacidad.
"Apague su motor y descienda del vehículo, le vamos a hacer una pequeña revisión", indicaron los guardias presidenciales en el estacionamiento de la Expo Bancomer, en Santa Fe.
Las cajuelas y la parte baja de los automóviles fueron revisados por los uniformados con overol negro y la leyenda "seguridad" en sus gorras.
Utilizaron espejos para ver los mofles, el motor y la parte interna de los rines.
Arriba, en el acceso a los salones, los portafolios, periódicos y libretas fueron revisados para evitar el paso de pancartas o letreros con consignas.
El timbre de los arcos detectores de metales frenaron a más de un discapacitado, que ironizaron con la alerta.
"Es mi pierna, señor... tengo una prótesis", indicó Luis Fernández, procedente de Coyoacán y apoyado en dos muletas.
"Siempre he batallado con esto, se puede considerar en un Aeropuerto, pero en un evento dónde venimos una mayoría de discapacitados, es increíble", lamentó Hernández, de 1.50 metros de estatura y quien mostró el metal de su pierna al agente.
"¿Tiene algo más de metal? Llaves, monedas, celulares...", cuestionó el guardia a un sordomudo. "No oye señor, ni le puede contestar, discúlpelo", le reprochó una señora al de seguridad, rojo de la pena.
"Creo que en este tipo de eventos debe haber un poco más de sensibilidad por parte de estos señores", reclamó María de Jesús González, procedente de Chiapas.
Para este encuentro con Peña, el EMP utilizó perros entrenados en la localización de explosivos y cientos de vallas metálicas en el exterior del inmueble, asentado en la zona empresarial de Santa Fe.
... y la espera
Los asistentes fueron citados a las ocho de la mañana para su acreditación. El Presidente electo arribó 15 minutos antes del mediodía, entre ovaciones y vivas de quienes aguantaron la espera con una manzana, una galleta y un jugo, que les fue obsequiado por los organizadores del evento.
"¡Enrique!, ¡Enrique!, ¡Enrique!", le corearon los que vinieron del Estado de México, Chiapas y Jalisco.
El ex Gobernador mexiquense ingresó al salón rodeado de escoltas, entre ellos, el General Roberto Miranda, encargado de su seguridad y veterano del EMP.
Entre empujones y tropezones con las sillas de ruedas, distintas personas lograron tomarse una fotografía con Peña Nieto.
"Que venga, que venga", le pedían en distintas partes del salón, ante el apuro de los escoltas.
Los agentes de seguridad, de corbata y un audífono en el oído, se colocaron alrededor del Presidente electo, sosteniendo fusiles calibre 5,7x28 mm, ocultos en un maletín negro.
En el evento, al menos doce integrantes del EMP figuraron en el entorno de Peña en todo momento, y limitaron el acercamiento de la gente con la mirada.
Tras su encuentro con discapacitados, el Presidente electo, comió en su casa de campaña en las Lomas de Chapultepec.
Para su traslado utilizó una comitiva de seis camionetas negras, una ambulancia y seis motocicletas que le abrieron paso.
El domicilio, ubicado en Monte Tauro y Explanada, fue resguardado hasta con canes adiestrados, en un dispositivo que abarcó hasta Monte la calle de Montes Himalaya.
FUENTE
¿A que le tiene tanto miedo el "presidente electo"?
"Apague su motor y descienda del vehículo, le vamos a hacer una pequeña revisión", indicaron los guardias presidenciales en el estacionamiento de la Expo Bancomer, en Santa Fe.
Las cajuelas y la parte baja de los automóviles fueron revisados por los uniformados con overol negro y la leyenda "seguridad" en sus gorras.
Utilizaron espejos para ver los mofles, el motor y la parte interna de los rines.
Arriba, en el acceso a los salones, los portafolios, periódicos y libretas fueron revisados para evitar el paso de pancartas o letreros con consignas.
El timbre de los arcos detectores de metales frenaron a más de un discapacitado, que ironizaron con la alerta.
"Es mi pierna, señor... tengo una prótesis", indicó Luis Fernández, procedente de Coyoacán y apoyado en dos muletas.
"Siempre he batallado con esto, se puede considerar en un Aeropuerto, pero en un evento dónde venimos una mayoría de discapacitados, es increíble", lamentó Hernández, de 1.50 metros de estatura y quien mostró el metal de su pierna al agente.
"¿Tiene algo más de metal? Llaves, monedas, celulares...", cuestionó el guardia a un sordomudo. "No oye señor, ni le puede contestar, discúlpelo", le reprochó una señora al de seguridad, rojo de la pena.
"Creo que en este tipo de eventos debe haber un poco más de sensibilidad por parte de estos señores", reclamó María de Jesús González, procedente de Chiapas.
Para este encuentro con Peña, el EMP utilizó perros entrenados en la localización de explosivos y cientos de vallas metálicas en el exterior del inmueble, asentado en la zona empresarial de Santa Fe.
... y la espera
Los asistentes fueron citados a las ocho de la mañana para su acreditación. El Presidente electo arribó 15 minutos antes del mediodía, entre ovaciones y vivas de quienes aguantaron la espera con una manzana, una galleta y un jugo, que les fue obsequiado por los organizadores del evento.
"¡Enrique!, ¡Enrique!, ¡Enrique!", le corearon los que vinieron del Estado de México, Chiapas y Jalisco.
El ex Gobernador mexiquense ingresó al salón rodeado de escoltas, entre ellos, el General Roberto Miranda, encargado de su seguridad y veterano del EMP.
Entre empujones y tropezones con las sillas de ruedas, distintas personas lograron tomarse una fotografía con Peña Nieto.
"Que venga, que venga", le pedían en distintas partes del salón, ante el apuro de los escoltas.
Los agentes de seguridad, de corbata y un audífono en el oído, se colocaron alrededor del Presidente electo, sosteniendo fusiles calibre 5,7x28 mm, ocultos en un maletín negro.
En el evento, al menos doce integrantes del EMP figuraron en el entorno de Peña en todo momento, y limitaron el acercamiento de la gente con la mirada.
Tras su encuentro con discapacitados, el Presidente electo, comió en su casa de campaña en las Lomas de Chapultepec.
Para su traslado utilizó una comitiva de seis camionetas negras, una ambulancia y seis motocicletas que le abrieron paso.
El domicilio, ubicado en Monte Tauro y Explanada, fue resguardado hasta con canes adiestrados, en un dispositivo que abarcó hasta Monte la calle de Montes Himalaya.
FUENTE
¿A que le tiene tanto miedo el "presidente electo"?