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Bovino maduro
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"Hablar de dinero"
Sergio Aguayo Quezada
Este año nuestros diputados se creyeron el dicho español de que "los caballeros no hablan de dinero". La Ley de Ingresos aprobada sigue permitiendo los "regímenes especiales" que protegen indecentemente a los grandes contribuyentes.
La semana pasada sucedió un portento: en escasas cinco horas -un récord-, los diputados, con el voto en contra del PRD y el PT, aprobaron la Ley de Ingresos para 2012. Presionados por gobernadores sedientos de dinero (será año electoral) ampliaron la capacidad del gobierno para endeudarse hasta por 75 mil millones de pesos (el déficit pasa de 0.2 a 0.4). Nada hicieron para corregir los excesivos privilegios disfrutados por los grandes contribuyentes (personas morales con 500 millones de pesos o más de ingresos). Una de las formas como lo hacen es por medio de la devolución de impuestos.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) genera una cantidad enorme de información de calidad. A partir de 2003, la ASF saca un documento cada año sobre las devoluciones que hace el fisco cuando una persona física o moral paga impuestos excesivos. En 2007 difundió un estudio sobre lo acontecido en los primeros cinco años de panismo en el gobierno federal. La elusión fue escandalosa: en aquel quinquenio "cada una de las 50 empresas más grandes de México pagaron, en promedio, 74 pesos por ISR" anuales. Para que el lector lo contextualice, los asalariados con ingresos de 10 mil pesos al mes pagaron ¡168 veces más ISR por año que cada una de las empresas más grandes de este país! El secreto bancario me impide asegurar qué tanto se mantiene esa inequidad tan absurda y ofensiva.
Cambios ha habido pocos. El diputado perredista Vidal Llerenas me comenta en entrevista telefónica que en 2009 se hicieron algunas modificaciones a la forma como se cobra el ISR -en buena medida, dice, por las iniciativas presentadas por su bancada- y que eso limitó los abusos. Sin embargo, acepta que fueron "parches". Esta inequidad fue detectada por el anterior auditor, Arturo González de Aragón, quien incluyó las devoluciones en las "áreas de opacidad y riesgo". Un funcionario de la ASF me comentó esta semana que el efecto de esas investigaciones sobre la realidad ha sido mínimo. Es frustrante, dijo, la poca atención concedida por los diputados ("nuestros principales clientes") a los estudios que les proporcionan.
Los "regímenes especiales" son el paradigma de las leyes injustas. Los grandes contribuyentes se aprovechan de sus múltiples recovecos para que sus contadores y fiscalistas reduzcan al mínimo el monto de lo tributado. En 2010 la ASF publicó el estudio Devolución de saldos a favor de los grandes contribuyentes. En él revisa en detalle a las 10 empresas más beneficiadas. Aunque no las menciona por nombre dio pistas que permitieron identificarlas. En esta ocasión me detengo en las dos principales. En 2009 el Grupo Modelo recibió 1,796 millones de pesos por devolución de ISR y Chrysler de México Holding, 663 millones.
En otro documento del mismo año, la ASF discute la eficiencia del Servicio de Administración Tributaria (SAT). Lo elogia porque la recaudación es efectiva en términos generales; advierte que en relación con los grandes contribuyentes "no demostró que hubiera realizado acciones para mejorar y precisar su marco jurídico en defensa del interés fiscal; en los juicios derivados de devoluciones" se redujo el "número y monto de los juicios ganados entre 2005-2009". Cobra poco y defiende mal.
Esta situación es bien conocida por quienes gobiernan. Entre el 25 de septiembre y el 9 de octubre Reforma publicó entrevistas a los precandidatos a la Presidencia. Todos coinciden con Enrique Peña Nieto de que en México se "recauda poco" y que "se gasta mal". Tres hacen referencia expresa al ángulo comentado en esta columna. Manlio Fabio Beltrones condena la "evasión fiscal de aquellos que viven amparados en esquemas de tributación especial"; Andrés Manuel López Obrador se compromete a "terminar con los privilegios, sobre todo con la llamada consolidación fiscal" y Santiago Creel critica los "regímenes especiales de tributación".
Palabrería. Año con año los legisladores del PAN, el PRI y sus aliados dejan intactos los privilegios de los grandes contribuyentes y prefieren endeudar al país o malbaratar nuestro petróleo y recursos naturales (un caso particularmente escandaloso es el de los pocos impuestos pagados por las depredadoras mineras canadienses).
La Ley de Ingresos para 2012 está con los senadores que pueden enmendarle la plana a diputados buenísimos para gastar y pésimos para recaudar. Eso sí, se comportan como hidalgos españoles y prefieren no "hablar de dinero". Cínicos.
