Mi novia y yo fuimos a un motel. Al entrar vi en el cajón del cuarto de al lado, nada menos que
el coche de mi mejor amigo.

- Espérame un momento -le dije a mi novia- Vamos a hacerle una broma.

Sin hacer ruido, le quité los cuatro tapones de las llantas y los metí en la cajuela de mi
coche. Regresé con mi novia y... ¡a lo que llegué!

Esa noche, fuí a la casa de mi amigo, así como que por casualidad. Cuando llegué, su esposa se
ofreció para traer unas cervezas y yo aproveche para decirle a mi amigo:

- ¡Adivina que traigo en la cajuela del carro!

Como él no tenía intenciones de adivinar que yo le había quitado los tapones,
le dije bajando la voz:

- Te quité las tapones del coche en el motel... a ver si así se te quita lo caliente y dejas de
andar vacilando con tus amigas. Ya respeta a tu esposa, que es una señora muy digna...

En ese momento regresó su esposa y yo me callé. Mientras ella repartía las chelas,
él le dijo:

- ¿Sabes qué mi amor? tienes mucha suerte... Pepe encontró los tapones que te robaron ayer
cuando fuiste al super.

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¡Saludos Bakunos!