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ESPOSA EN CASA...

MIRELES100

Bovino adicto
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17 Mar 2009
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Un gran escrito que dignifica el trabjo de la mujer en el hogar y pone en su lugar al típico machito mexicano... Cortesía de uno de los mejores escritores del norte de México, ARMANDO FUENTES AGUIRRE, "CATON". :bakamaravilla:

Aquí la copia fiel de la publicación:

Voy a narrar el cuento de un hombre que quiso ser mujer. Le parecía injusto tener que salir a trabajar mientras su esposa se quedaba en casa. ¿Cómo era po­sible, decía en su frustración, que él afrontara cada día las fatigas de su empleo, en tanto que ella permane­cía muy quitada de la pena en el cáli­do abrigo del hogar, tomando cafecito, charlando con sus amigas por te­léfono y disfrutando la compañía de los hijos? Así, una noche el personaje de mi cuento se puso de rodillas y le pidió a Dios que cambiara los pape­les: que convirtiera a su esposa en el hombre de la casa, y a él lo transfor­mara en la mujer. Eso de pedir mila­gros tiene sus peligros: se nos pue­den conceder. Dios escuchó el in­sólito ruego del sujeto, y accedió a su petición. Lo convirtió en mujer; y a su esposa la volvió hombre. Él se "dispuso, feliz, a disfrutarlas delicias de la casa. Pero al despertar hecho mujer tuvo que levantarse a prepa­rar el desayuno de su esposo, que se­guía durmiendo plácidamente. Lue­go debió despertar a los niños, y ayudarlos a vestirse, y prepararles el lon­che de la escuela. Le sirvió el desa­yuno a su marido, y escuchó la que­ja diaria: "Siempre lo mismo". Cuan­do el hombre se fue, tuvo que lavar los platos, tender las camas, recoger la ropa de su esposo y sus hijos, tira­da por el piso en todas partes, echar­la a la lavadora; y luego aspirar los pi­sos, lavar las ventanas y sacar la ba­sura. Se iba a tomar un cafecito, pero pensó en todo lo que tenía que hacer, y después de bañarse, vestirse y arre­glarse apresuradamente salió a la ca­lle, no sin antes dejar ya hecha la co­mida. Fue al banco; a la tintorería; a pagar los recibos del agua, el teléfono y la luz. También fue al súper a sur­tir la despensa. Cuando se dio cuen­ta, había llegado la hora de recoger a los niños en la escuela. Les dio de co­mer, los organizó para que hicieran la tarea, y luego de comer ella, mal y de prisa, los llevó a sus clases: de ka-rate, de inglés, de danza. Luego vol­vió a la casa, y se puso a planchar y a disponer la cena. Regresó su marido, malhumorado como siempre, y tu­vo que oír sus quejas sobre el trabajo, el tránsito en las calles, los niños, to­do. Supervisó el baño de los hijos; les dio de cenar junto al marido; luego los acostó después de obligarlos casi por fuerza a dejar sus juegos electró­nicos. Mientras tanto su esposo veía plácidamente en látele un partido de fútbol, al tiempo que se tomaba una cerveza, y otra, y otra. Eran las 10 ya de la noche cuando preparó la ropa de los niños y del marido para el día siguiente. Después, muerta de fati­ga, se acostó a dormir. Pero apenas había cerrado los ojos cuando entró él en la recámara. Se desvistió, y se acercó a ella. Animado por las copio­sas libaciones traía obvios deseos de erotismo. La mujer estaba muerta de cansancio, pero hubo de avenirse a la demanda del marido, e hizo el amor con él fingiendo raptos pasionales. Al día siguiente, cuando se vio sola en la casa, se puso de rodillas, y con in­mensa devoción se dirigió al Señor: "¡Dios mío! ¡Estaba equivocado! Las tareas de la mujer en la casa son más fatigosas que cualquier trabajo de hombre. ¡Perdona mi error, te lo su­plico! ¡Haz que vuelva yo a ser hom­bre, y que mi esposa vuelva a ser mu­jer!". "Hijo mío -le respondió el Se­ñor-. Me alegra ver que has apren­dido tu lección. Espero que en ade­lante aprecies más el esfuerzo y tra­bajo de tu esposa, su valer y sus méri­tos. Volveré a convertirte en hombre. Pero tendrás que esperar nueve me­ses. Anoche quedaste embarazado"... Sirva esta columnejilla de hoy pa­ra hacer reflexionar a algunos hom­bres que no saben reconocer a sus es­posas, ni dan importancia a lo que la mujer hace en la casa en bien de su marido y de sus hijos... FIN.
 
Buen aporte Mireles, y todavía hay tarad@s que les preguntan a las señoras: "¿usted trabaja o se dedica al hogar?.
 
Algun Bakuno se anima a querer ser mujer?...La mujer es el complemento del hombre, no entiendo porque algunos se empeñan en tomar su lugar, especialmente en el terreno sexual...en fin... buen aporte brother,y gracias a Dios que hizo a la mujer, apreciemosla en todo su valor...
!salud,hermanos!...
 
Aunque esta reflexión es ya tan conocida que es todo un clásico no deja de enunciar la verdad de millones de mujeres.. nadie es mas o vale mas por su condición de género: debe existir una equidad entre hombres y mujeres, como humanos todos deberíamos tener los mismos derechos, oportunidades, responsabilidades y obligaciones sin distinción alguna.
 
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