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El visitante

jcarranza

Bovino maduro
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15 Oct 2008
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Cuando tenía 14 años, fui de vacaciones de verano con mi abuela paterna, en la Cd de México, ella vivía en un departamento de la popular colonia Guerrero. Ya había estado ahí antes, pero nunca tuve alguna sensación extraña o algo parecido, sin embargo en aquel verano cosas extrañas comenzaron a sucederme.


Mi abuela siempre se caracterizó por tener su pequeño altar donde ponía fotos de aquellos familiares fallecidos, ella siempre recordaba a aquellos que por alguna circunstancia eran olvidados por sus familiares cercanos, inclusive debo mencionar que a mí me tocó ver en su departamento como fallecía un primo que estaba muy mal de cirrosis, quien había sido ya olvidado por su familia y a quien siempre lo acogía aunque fuera en estado alcohólico. Aquella ocasión yo me la pase a un lado de ella, que sostenía a mi primo que ya agonizaba y fui testigo de cómo perdía la vida. Algo curioso y que ahora que estoy escribiendo esto, recuerdo, es que la esposa de ese primo falleció ahí mismo en ese departamento por asfixia al quedársele atorado un pedazo de comida y no haber alguien que pudiera ayudarle, se desmayó y falleció.


Cuando llegue ese verano con ella, tuve la sensación de que algo estaba viéndome desde una recamara que tiene al fondo del departamento, pero no hice caso y seguí con mis actividades, a mí me encantaba solo jugar videojuegos, pero recuerdo que mi abuela no me permitía estar todo el tiempo pegado al televisor, así que de vez en cuando salía a las calles de la colonia a dar una vuelta intentando des aburrirme. En las noches yo dormía en la cama que esta fuera la habitación de donde sentí que alguien me observaba, y algunas veces escuchaba que en la cocina o en el comedor algo se movía, pero como mi abuela tenía dos perros y un gato siempre pensé que se trataba de alguno de ellos.


Durante las vacaciones una prima llego a visitar a mi tía, quien también vivía con mi abuela y como el departamento no era muy grande, en la noche para poder dormir cambiaron a todos de sitio y me enviaron al comedor donde me acomodaron tres sillas y un cartón donde yo debía dormir, vaya sitio!, pensé en aquel momento. Mi prima llego con su esposo y mi pequeño sobrino de algunos meses en aquel momento, se acomodaron en la habitación donde yo sentía que alguien me observaba.



Aquella noche fue muy extraña, normalmente me costaba algo de trabajo dormí, pero cuando me acosté caí en profundo sueño, o al menos eso pensé, ya que tuve la necesidad de ir al baño, cuestión muy rara ya que no acostumbraba ir en las noches, pero en aquel momento me era muy urgente, recuerdo que ingrese al baño y salí todavía adormilado, regrese al conjunto de sillas y cartón que me habían acomodado a un lado de la mesa de madera y antes de acostarme vi el reloj, eran las 3 de la mañana. Intentaba cerrar los ojos, cuando de pronto escuche que mi pequeño sobrino empezaba a llorar, nada raro en un bebé pensé, duro poco su llanto ya que escuche a mi prima calmarlo y fue cuando algo me inquieto, los perros y el gato estaba con mi abuela pero se escuchaba un ruido en la cocina, se escuchaba como si alguien estuviera caminando y se dirigía al comedor, cuando puse mayor agudeza a mi oído pude percibir como “eso” que estaba caminando se paró al otro extremo de la mesa que estaba a un lado mío y fue cuando la madera de la misma comenzó a tronar, yo sé que durante las noches, la madera truena pues se enfría y regresa a su volumen original, o al menos eso siempre me dijeron, pero aquella ocasión no tronaba de forma aleatoria o dispersa, sino que comenzó a tronar desde el otro extremo de la mesa y peor aún el tronar de la madera comenzó a recorrer toda la mesa, dirigiéndose hacia mí.


Voltee inmediatamente hacia la mesa, cuando quise reaccionar no pude hacerlo, sentí que alguien estaba de pie junto a mi aunque no veía yo a nadie y sentí claramente como una mano se recargaba en el cartón que estaba sobre las sillas, sentí que un cuerpo de alguna “persona”, comenzaba lentamente a recostarse a un lado del mío y en un momento ya no pude moverme, cuando mi cuerpo se paralizo por completo escuche claramente una suspiro de descanso “ahhh”, fue lo que percibí, como si alguien hubiera al fin podido recostarse después de un día agitado o de trabajo. No pude sin embargo moverme, quería yo quitarme de ahí, pero todo mi cuerpo estaba congelado no podía gritar, no podía mover mi cabeza, absolutamente nada respondía, es como si se hubiera apagado todo mi sistema motriz y solo hubiera quedado activo mi vista, mi oído y mi mente consiente, pensé miles de oraciones, miles de maldiciones y nada funciono, simplemente era prisionero de “aquello” que decidió recostarse a un lado mío, inclusive pude sentir como mi corazón se aceleró bastante pero nada pude hacer por moverme.


El tiempo transcurrió, y en todo momento no hice más que esfuerzos inútiles quitarme lo que tenía a un lado, cuando de pronto, apareció delante de mí una figura que pude reconocer como mi abuela, quien era de esas típicas personas que se levanta desde muy temprano, en cuanto apareció ante mi vista, sentí como si lo que hubiera estado a mi lado se levantara corriendo y se desvaneció dejándome tomar nuevamente control de mi cuerpo, “Abuelita!”, le exclame tan fuerte que hasta se espantó, “¿Qué paso? Me espantaste”, me dijo, “Es que alguien estaba aquí a mi lado acostado”, mi abuela lo que hizo fue comenzar a tocar las sabanas y me dijo aquí no hay nadie, claro que no, pensé, es que ya se ha ido en cuanto apareció.


Esa es la primera y una de las muchas visitas que me realizo este “ser”, las otras ocasiones serán narradas en otro momento..

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