El vídeo de la verdad


Como el suero de la verdad, hay un vídeo de la cámara fija instalada dentro de la plaza de toros de Pamplona que refleja la realidad de los motivos accidentales y de error de cálculo, según las imágenes y testigos presenciales, de las causas que han provocado la angustiosa montonera que se ha provocado esta mañana en el séptimo encierro.

Como adelantaba ELMUNDO.es, la ultima barrera de control de la Policía Foral de entrada a la Monumental se deshace demasiado tarde conteniendo una masa de gente excesiva que se precipita en tromba. La formación de 16 policías se suele romper en hileras de ocho, una octava por cada entrada al callejón. Y como delata la cámara de la verdad a la hilera de agentes de la banda izquierda -visto el plano de manera frontal desde toriles- no le da literalmente tiempo a cerrar esa hoja del portón por la cantidad de mozos que se abalanzan tras ellos por el callejón impidiendo abrirla del todo como compuerta de escape al ruedo. Con lo cual en fin de semana masificado, y más al ser en Francia puente por el 14 de julio, por un solo ojo venía a hacerse presente la parábola del camello y el ojo de la aguja: imposible absorber la riada blanca y roja de cientos y cientos de personas. La montonera de altura desconocida en décadas se empezó a formar cuando todavía los toros doblaban por la Estafeta.

Error de cálculo y tiempo al deshacer la última barrera de la Policía Foral; error quizá más de exceso de celo en la seguridad que de falta de seguridad; en cualquier caso error humano del que se deben sacar conclusiones.

La angustia vivida por cuantos se hallaban en la plaza, dobladores, espectadores y profesionales, no se recuerda. El doctor Ángel Hidalgo, cirujano jefe de la plaza de Pamplona, no daba más de sí en la enfermería saturada con más de una veintena de heridos. Los dobladores trataban de sacar como podían a la gente aprisionada y sin respiración. "Y peor que podía haber sido. Demasiado poco ha ocurrido", decía a ELMUNDO.es el doctor Hidalgo en el mismo quirófano que horas antes era el infierno de Dante.

Un arenero, dicen ojos agudos, abrió la puerta del ruedo a la manada de toros de Fuente Ymbro, que por un callejón hasta las tejas lleno hubiera provocado una carnicería. Insólito. Milagroso en un ruedo también atestado como el overbooking de entre barreras. El capotico de San Fermín encarnado en el más humilde.



En el siguiente link podra encontrar mas imagenes del dramatico momento.


http://www.elmundo.es/elmundo/2013/07/13/toros/1373722130.html

Saludos